Capitulo 1: Thomas y Jeff.
Corría el año 1380; en el sur de Inglaterra. Era una de tantas familias humildes y de escasos recursos. El padre Thomas Hann, era un hombre muy corpulento. Trabajaba a duras penas para traer un poco de comida a su casa. Trabajaba de Sol a Sol, arreglando los caminos que los carros de caballos dejaban muy estropeados. Tenia callos en las manos de tanto trabajar con el pico y la pala, y su piel se había oscurecido al trabajar tantas horas al aire libre, cuando no estaba lloviendo y la humedad y el barro se le calaban hasta los huesos.
Solo tenia descanso los Domingos por la tarde, a la que se dedicaba de lleno a su familia.
Ana su mujer de treinta y pocos años, de pelo largo, rubio y rizado, ojos azules grandes y a la que siempre veía con una sonrisa en los labios a pesar de las penurias que pasaba su familia, y a la que dedicaba tantas horas y tanto amor.
Tenían 2 hijos. Una niña, de nombre Victoria, a la que pusieron ese nombre, pues llego después de años de intentos por tener descendencia. Tenia 10 años, de pelo largo y rubio como su madre, y además siempre se estaba riendo de cualquier cosa, y además ayudaba mucho a su madre con las tareas de la casa. En cambio su hermano Robert, tenia 2 años menos que ella,y era un niño robusto de constitución parecida a su padre. Tenia el pelo y los ojos oscuros que parecían siempre estar inquiriendo todo lo que pasaba a su alrededor. Era muy travieso, por lo que siempre andaba metido en problemas, aunque tenia un gran corazón y era muy generoso.
La ultima de sus travesuras fue coger unos ratones muertos, y tirarlos por una ventana abierta en casa de sus vecinos. Unos señores acaudalados, pero muy altivos y antipáticos. Menos mal que no lo pillaron, pues estaban afuera, si no unos buenos azotes habría recibido. Su hermana siempre tenia que ir disculpandolo, de sus travesuras. Pero la verdad es que ya empezaba a cansarse.
Como eran tan pobres, no podían ir a aprender a la escuela, donde solo iban los hijos de los ricos y de las familias nobles.
Entre las muchas tareas de su madre, estaba impartirles una educación básica, como leer y escribir, y hacer las operaciones básicas como sumar y restar, y su padre por las noches les enseñaba, lo que sabia, algunos consejos de agricultura, carpintería, y cosas practicas para saber desenvolverse en la vida cotidiana.
A pesar de todo eran una familia unida y feliz.
Un día invernal de Diciembre, llego el padre a la casa con muy malas noticias.
Su jefe un hombre altivo y tacaño, le había echado del trabajo, a el y a su compañero, el irlandés Jeff Irish.
En todo el lugar era el único trabajo que se podía conseguir y mas aun en los tiempos que corrían.
Abundaban por tanto los ladrones, y de eso mismo les había acusado su jefe, pues le habían desaparecido unas herramientas, por lo que les acusó de haberlas robado para luego venderlas por su cuenta, al pobre Thomas y su amigo y compañero Jeff.
Un hombre pelota y envidioso que trabajaba con ellos, las había robado y les había acusado falsamente. Su jefe le creyó a pies juntillas, y sin poder ellos defenderse de la falsa acusación, fueron despedidos inmediatamente, sin siquiera pagarles la semanada que habían ya trabajado.
Se presentaron tanto Thomas como Jeff y su esposa, en casa de la familia de Thomas, donde estaba Ana con los niños. Llegaban empapados por la lluvia torrencial que caía en ese momento.
Después de poner al día a Ana de la desagradable noticia. Jeff dijo con su voz firme y ronca como era habitual en él: Ha llegado el momento de emprender una nueva vida...
Hemos de ir al Norte, muy al norte, a las Highlands. ( Tierras altas de Escocia ). Ese era un lugar en el que habían vivido los abuelos de Jeff, en sus primeros años de matrimonio, pero que tuvieron que abandonar al quedarse embarazada la abuela de Jeff, y al mismo tiempo enfermar su marido. No era el lugar mas apropiado para criar hijos y menos teniendo mala salud.
Así que los abuelos de Jeff, muy a su pesar tuvieron que irse, pero inculcaron en sus hijos y nietos, el deseo de que volvieran allí algún día, para encontrar la felicidad y algo más que siempre guardaron en secreto. Parte de ese secreto se encontraba en un baúl cerrado con llave, al que solo tendrían que abrir si algún día decidían volver a ese lugar.
Ese lugar era hermoso pero inhóspito al mismo tiempo. Tierra de valles y lagos rodeados de profundos bosques. Una tierra de libertad, salvaje y solitaria, pero encantadora.
Ese lugar al que había decidido Jeff volver con su familia, y al que ahora invitaba a Thomas a unirse en el mismo destino.
Hoy dijo Jeff, he abierto ese baúl cerrado con llave por mis abuelos, y mirad lo que había en él...
Entonces dirigió su mano a uno de sus enormes bolsillos
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