El Regreso de la Nahuala
En este momento, se podía ver a Leo y Nando caminando rumbo a su destino, y se podía notar que el ambiente que los rodeaba era sumamente intenso.
Ninguno de los dos se atrevía a decir algo, o al menos así era hasta que Nando decidió romper el hielo.
-Oye Leo, se que a lo mejor esto que te voy a preguntar no va a tener mucho sentido pero, ¿que crees que nos va a esperar en esta ocasión? -pregunto Nando algo preocupado por lo que fuera a pasar.
Al escuchar la pregunta de su hermano mayor, el ex-cazafantasmas solamente atino a soltar un suspiro para comenzar a hablar.
-La verdad es que si y no a la vez, porque por como yo lo veo Nando, aunque sea un lugar conocido para nosotros, es claro que los retos van a ser diferentes a los de la ultima vez, porque si es el Charro Negro nos la puso difícil en su territorio aquella vez, no dudo que también nos la va a poner complicada en esta ocasión. -dijo Leo con seriedad pero a la vez con un muy pequeño deje de frustración.
El mayor de los hermanos San Juan no pudo evitar el tragar en seco al escuchar lo dicho por su hermano, pues el todavía recordaba cuando fue raptado por la Nahuala, si en ese momento ya las cosas fueron complicadas, no se quería ni imaginar como iba a ser ahora que el Charro Negro estaba implicado.
Después de un par de minutos mas de seguir caminando, los dos muchachos ya se encontraban frente a una casa que parecía un poco pequeña, pero que se veía bien y bonita.
-¿Estas seguro de que aquí es donde Marcela? -pregunto Nando con una ceja alzada, ya que a pesar de que conocía a Marcela, había cosas que el mismo no sabía de la joven.
-Totalmente, ya la he acompañado en mas de una ocasión aquí cerca no mucho después de conocerla. -dijo Leo con una leve sonrisa para luego darle unos toques a la puerta de la casa.
-En serio hermano, no me explico porque ni ella ni tu se han querido dar la oportunidad de ser mas que amigos, solo digo que eso quizás te hubiera ayudado a pasar página en tu vida. -dijo Nando quien en el fondo esperaba no incomodar a su hermano con lo que acababa de decir.
Ante lo dicho por su hermano mayor, el ex-cazafantasmas no pudo evitar quedarse callado y pensativo. Desde el día en el que finalmente pudo regresar a Puebla, lo único en lo que el ha podido pensar era en como darle un cambio de página a su vida, y cuando conoció a Marcela quien con el tiempo se hicieron amigos pues, pensaba que tal vez solo tal vez.. podía darse la oportunidad de poder dar comienzo a algo.
Pero, conforme iba pasando el tiempo Leo se daba cuenta de que algo romántico entre el y Marcela... era algo que no se iba a poder simplemente. Porque aunque ambos era muy buenos amigos, el sabía que Marcela no lo veía de ese modo, y para ser sincero... el tampoco la veía así a ella.
Si de algo el estaba mas que seguro, era que... el corazón es algo que nunca se va a poder cambiar así como así.
Porque después de todo, aun había una parte de el, que no olvidaba a Xóchitl.
Sin embargo, sus pensamientos fueron disipados cuando escucho que la puerta se abría, y dejaba ver a Marcela quien los veía con una expresión seria.
-Hola muchachos. -dijo Marcela saludando a los hermanos San Juan.
-Hola Marcela, ¿estas lista? -pregunto Leo viendo a su amiga con una ceja alzada.
-Si lo estoy aunque... te aviso que en este momento no eres exactamente la persona favorita de mi madre. -dijo Marcela a la vez que desviaba un poco la mirada al hablar.
Ante lo dicho por la joven, Leo no pudo evitar sentir algo de pena ante lo que había dicho su amiga, es decir ya hacia tiempo desde que le había tocado conocer a la mama de Marcela, y aunque no sea una mala persona...
La mujer podía llegar a ser alguien que no confiara mucho en las demás personas.
Aunque en cierto modo eso era algo por lo que el no podría culparla. Después de todo, el recordaba muy bien que en los dos primeros meses que llevaba conociendo a Marcela y a su madre, se dio cuenta de que había gente en el pueblo que se mantenían alejados de ellas debido a que tienen la creencia de que ellas dos eran hechiceras.
Y solo por el hecho de que haya habido algunas personas hayan sucesos extraños que ocurren por ahí, pues ya todos se comenzaron a creer ese dichoso rumor.
-Ay Marcela, oye si esto te esta causando esa clase de problemas con tu mama, aun estas a tiempo de dejar esto y quedarte con ella. -dijo Leo quien no quería causarle problemas a su amiga.
Porque a pesar de que el tiempo que el tuvo a su mama fue sumamente corto, el si la llego a tener y se imaginaba que debía de ser difícil separarse de ella por algo como esto, y en parte eso también el lo entendía ya que para el también fue duro el haber tenido que despedirse de su familia cuando se fue a Xochimilco para combatir a la Llorona.
-No tienes de que preocuparte Leo, como ya te dije no tengo problema en ayudarte ademas, no quiero que el pueblo en el que vivo termine siendo consumido por un demonio con vestimenta de charro. -dijo Marcela a seguir con la aventura que les aguardaba.
Ante la respuesta dada por su amiga, el ex-cazafantasmas no pudo evitar que una sonrisa volviera a aparecer en su rostro, misma que le termino contagiando a Nando.
Y sin mas, los tres jóvenes dieron nuevamente camino a su destino, sin saber que en este mismo instante estaba pasando algo.
...
Mientras tanto en la vieja casona, se podía ver a Fray Godofredo y al viejo equipo de cazafantasmas que se encontraban en la sala del lugar.
-Así que ya es el dicho día, ¿no? -pregunto Teodora tratando de parecer desinteresada pero por dentro estaba sin duda nerviosa por lo que fuera a pasar.
-Lamentablemente si mi querida Teodora, es hoy. -dijo Fray Godofredo quien sin duda estaba preocupado por la expresión que se encontraba reflejada en su rostro.
-Y no creen que deberíamos de irnos de aquí, ¿o algo? -pregunto Alebrije quien estaba sumamente nervioso al pensar en lo que podría llegar a pasar ahora.
-Ah, no estoy seguro mi colorido amigo, pero creo que seria lo mejor, después de todo si el Charro Negro fue capaz de venir aquí, no dudo que quiera usar este lugar para su plan. -dijo Don Andrés quien claramente se notaba que estaba nervioso.
Por otro lado, Xóchitl estaba en una esquina de la sala con una expresión sumamente expresiva, aunque no lo estuviera diciendo en voz alta, tenia un muy extraño presentimiento respecto a lo que fuera a pasar en este día, y a pesar de que no estaba segura de lo que podría llegar a pasar y que no sabía a ciencia cierta si el presentimiento que ella tenia era en realidad buena o mala, pero el pensar en eso sin duda le causaba escalofríos.
Finado y Moribunda estaban a un lado de la joven pelinegra, pero de la nada sienten como si en la habitación la temperatura estuviera bajando de manera sumamente estrepitosa.
-Chirrión, ¿ustedes sienten como sus chakras comienzan a temblar por esto? -pregunto Evaristo a la vez que se sobaba los brazos para tener algo de calor.
-No lo se mi amigo, es como si de la nada algo frió y diabólico nos estuviera acechando en este momento. -dijo Don Andrés quien junto con Alebrije estaban temblando levemente por el inesperado bajón de temperatura.
-No se preocupen, se que todo va a estar bien. -dijo Fray Godofredo quien en el fondo ya se estaba haciendo una idea de lo que estaba pasando.
-Agh, pero osea, esto esta como del mismo diablo. -dijo Teodora quejándose sobre lo que pasaba en este momento.
-Yo que usted mejor ni menciono al diablo señorita... porque se le puede llegar a aparecer. -se escucho una voz masculina algo grave y con un tono sumamente malévolo.
Tras escuchar aquella voz, todos voltearon hacia donde esa voz se había escuchado y es cuando vieron que era el Charro Negro quien tenia una sonrisa malvada esbozada en el rostro, y con los ojos rojos brillando como si fueran un par de rubís.
-Saben que el tiempo ya se ha acabado, y que es cuestión de tiempo para que la victoria sea mía. -dijo el Charro Negro con tono sumamente frío pero aun con la sonrisa maquiavélica en su rostro.
-Inténtalo si quieres, pero aun así no vas a poder acabar con Leo maldito demonio, al menos nosotros tenemos el alivio de que Dios siempre va a estar para orientarlo en su nueva cruzada. -dijo Fray Godofredo con seriedad a la vez que le plantaba cara al endemoniado ente.
Tras lo dicho de maner firme por el viejo sacérdote, el Charro Negro simplemente se quedo callado y con una expresión seria en el rostro, pero nuevamente vuelve a esbozar una sonrisa y poco a poco comenzaba a reírse.
El antiguo equipo de cazafantasmas sintieron un escalofrío mucho mas fuerte al escuchar al diabólico ser reírse, pues podían sentir lo helado de aquella risa.
-Jejejeje, ay Godofredo, se ve que pese a que tu ya estés en el mundo de los muertos no has aprendido. -dijo el Charro Negro para luego volver a ponerse serio y adquirir una mirada mas oscura. -Si algo he aprendido a lo largo de los años, es que si Dios es todo poderoso no es bueno del todo, pero si es bueno del todo entonces no puede ser todo poderoso. -dijo el endemoniado ser haciendo que mas de uno lo viera confundido.
Pero en ese momento, Fray Godofredo adquiere una mirada de total asombro al ver que de la mano del Charro comenzó a aparecer un objeto muy familiar para el, siendo el objeto en particular un medallón.
Pero no era un medallón cualquiera no, ese era... el medallón de Miquiztli.
-¿C-Como conseguiste eso? -pregunto Fray Godofredo haciendo que el resto de los presentes se dieran cuenta del objeto y también estuvieran algo asombrados.
-Puede que tengas razón anciano, quizás Dios este de lado del mocoso San Juan, pero algo que yo he aprendido es, que el hombre no mata a Dios... el Diablo lo hará. -dijo el Charro Negro alzando el medallón a la vez que sus ojos volvían a brillar.
En ese momento, en la casona se comienza a sentir un leve temblor, y afuera en el pueblo se comenzaba a poner gris.
Pero lo mas resaltante dentro de la casona, se veía una estatua de piedra que se veía que se estaba agrietando, y de la nada un resplandor rojo hace que se rompa, y lo que se ve, deja al equipo sumamente asustado.
Frente a ellos se veía a una mujer con el cabello algo despeinado, pero de ella se desprendía un aire de... maldad y venganza, y al abrir los ojos estos eran como rosados, pero sin púpilas.
Era mas que claro lo que había pasado, la Nahuala sin duda había regresado, y esta vez...
Estaba dispuesta a acabar con Leo San Juan y sus amigos.
...
Y FIN.
Bueno, hasta aquí el capitulo, espero que les guste.
Aquí aclaro que a partir de este capitulo da comienzo "El Arco de la Nahuala", y espero que el arco haya tenido buen comienzo.
Ademas de aclarar, con lo inspirado que estoy, puede que me tome 2 o 3 días actualizar una historia.
Por ahora es todo, dejen su voto si les gusta el capitulo y en los comentarios dejen su opinión y caificación del 1 al 10, nos vemos.
BYE.
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