Capítulo 5
¿Y ahora qué?
Parte 1
Ya era de mañana, abrí los ojos y estaba sola sobre la cama, alcancé a percibir un rico olor a mantequilla. Tomé lo primero que encontré para vestirme y salí de la habitación, ahí estaba, en calzoncillos delante de la estufa haciendo lo que suponía era el desayuno.
–Buen día— lo saludé mientras me sentaba al lado de la barra de la cocina.
–Espero que no te moleste que haya hurgado un poco en tu refrigerador.
–Para nada, siempre y cuando lo que cocines sea comestible— reí
–No soy mal cocinero, todo mundo puede hacer un par de waffles— sonrió
–Perfecto, espero que sean unos muy buenos.— sonreí
Me sirvió un par con fruta y zumo de naranja. Rodeo la barra y besó mi mejilla.
–¡Ey! Esa es mi camisa— susurra en mi oído— Se te ve muy bien— sonrío y se sentó a mi lado.
Hubo unos minutos de silencio, el sonido de los cubiertos chocando con los platos lo hacía un poco incómodo. Temo preguntar, pero dadas las circunstancias de nuestra convivencia diaria creo que no tengo más salida...
–¿Y ahora?— dije metiendo un trozo de waffle a mi boca.
–¿Qué?— contesta con un semblante divertido.
Con mi boca llena de comida solamente puede señalarnos a ambos con el tenedor.
–¿Te refieres a nosotros? ¿Qué, qué somos?.
No quería caer en ese cliché, pero quería saber si solo fue de una ocasión o no. Trabajamos juntos, yo soy su superior, no quiero que todo esto se vuelva incómodo o perjudique nuestro trabajo.
–No quiero que pienses que lo de ayer fue solo por abusar del momento ni nada parecido— giró su silla hacia mí.
–Únicamente quiero dejarlo en claro para saber cómo manejarlo en el trabajo— giré también mi silla hacia él.
–Yo no quisiera dejarlo en una sola ocasión, espere tanto por este momento. Podemos seguir saliendo si tú quieres y ver qué pasa después ¿Qué opinas?— estiró su mano y acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oído.
–Me parece perfecto. Nada que afecte el trabajo.
–Para nada, podemos mantener las cosas separadas.— sonrío.
Terminamos de desayunar, recogimos un poco y bueno hicimos más que limpiar. En un momento de pausa sobre la cama comenté...
–Seguramente tienes cosas que hacer en tu casa—dije girando mi cabeza para mirarlo.
–¿Me estás corriendo? Porque puedo irme si quieres—contesta acostándose de lado y apoyándose en su brazo derecho.
–No, yo solo… Solo digo que quizá tengas algún pendiente que hacer en casa, no sé, llevar la ropa a la tintorería o algo así. O ¿Quieres dormir aquí de nuevo?—sonreí.
–Ningún pendiente es más importante que esto—me miró de arriba abajo—Me encantaría dormir a tu lado hoy también, aunque si lo prefieres me voy.—hace un intento por salir de la cama.
–¡No!—lo abrazo por la espalda—Yo no dije eso, la estoy pasando genial a tu lado.
Hace un movimiento rápido sujetándome y tirándome en la cama, en un segundo está acostado sobre mí.
–Entonces no me iré—me besa— Podría hacer esto todo el fin de semana.
–Tampoco tendría problema con hacerlo todo el fin de semana aunque en algún momento tendremos que comer—sonreí.
–Pizza, cariño. Es para lo único que dejaré que salgas de la cama, para ordenar pizza.
El fin de semana fue así, pizza, películas, música y sexo, para la tarde del domingo nos despedimos, Fernando regresó a su casa y ahora me hizo prometerle que no cancelaría y que pasaría por mi mañana para ir al trabajo.
Es un choque de emociones después de este fin de semana, me encantó tenerlo en casa, es una sensación distinta y hace tiempo que no me sentía así, volver a tener este tipo de compañía me fascina.
El lunes...
Justo estaba por salir del departamento cuando abrí la puerta y me topé con Fernando en la entrada...
–Que susto—me llevé la mano al pecho.
–Lo siento, estaba por llamar a la puerta.
–No te preocupes, no te esperaba aquí arriba pensé que esperarías abajo.
–Eso no sería nada caballeroso de mi parte—sonrío.
–Bien—sonreí—Podemos irnos, solo déjame entregar las llaves del auto al guardia, la agencia mandará por él en un rato más.
...
–¿Ya tienen listo tu coche?—pregunto mientras se ponía el cinturón de seguridad.
–Si, por la tarde lo llevan a la oficina. Me urge recibirlo, quiero saber qué es lo que pasó.
–Quizá caíste en algún desnivel al conducir.
–Puede ser, aunque no lo recuerdo.
…
Sandy ya se encontraba en la oficina cuando Fernando y yo llegamos, se llevó una gran sorpresa cuando nos vio llegar juntos...
–¿Juntos?—sonriendo de pie en la entrada a mi oficina.
–Pasó por mí, no se quedó en mi casa—hice una pausa—Bueno, ayer no—reí.
–¡Te lo dije!— sonriendo y señalándome con el dedo índice—¿Cómo que ayer no?
–Dormimos juntos desde el viernes—sonreí.
–¡No puede ser!—dice sorprendida—¿Cómo estuvo? ¿Vas a volver a dormir con él?
–Sandy, No todo en la vida es sexo.— moví la cabeza y sonreí.
–¿Te ha dicho algo desde entonces?.
–Solo hemos intercambiado un par de mensajes y lo poco que conversamos hoy de camino aquí, pero sobre lo del fin de semana nada.
–¿Y cómo te sientes? ¿Tú quieres algo más?
–No lo sé, es muy pronto para decirlo. Me gustó pasar el fin de semana con él, pero no deja de ser solo un fin de semana. Necesito más que eso para saber si quiero algo más con él o no.
–Si claro. Por lo pronto puedes disfrutar—sonríe.
–¿Y qué crees que hice el fin de semana?—reí.
...
Eran las 10 y nos dirigimos a la sala de juntas, Sandy y Pablo, el chico de mantenimiento, estaban arreglando todo para la conferencia.
–Al parecer hubo un cortocircuito con la pantalla, pero Pablo ya se está encargando.—dice Sandy mientras supervisa el trabajo de Pablo.
–No hay problema—sonreí— Hola Pablo, buen día.—levante la mano para saludar.
—Buen día, señorita Beckett—contesta sonriente—Ya quedó listo, solo necesitaba un cambio en el cableado, pero ya quedó, ya puede continuar. Con permiso.—tomó sus cosas para salir.
—Muchas gracias, Pablo.—agradecí—Una cosa más, van a traer mi auto de la agencia ¿Podrías avisarme cuando lleguen?.
—Claro, estaré al pendiente.—sale de la sala de juntas.
–Nat, creo que no te había comentado, pero la conferencia no será con el señor Hoffmann, será con su asistente.—comenta Sandy mientras ordena unas carpetas.
–¿Por qué?— dije extrañada.
–No lo sé, de último minuto el señor Rivera me contactó para anunciar que la conferencia sería con él.—contestó Sandy mientras me entregaba los documentos para la llamada.
Me parecía extraño que no habláramos con el cliente, al ser una remodelación para una casa habitación donde se supone que el cliente vivirá ahí, lo común es que hablemos de los detalles con él directamente.
Ya en conferencia...
–Qué tal señor Rivera.— sonreí hacia la cámara.
–Buenos días, señorita Beckett.
–Espero que le llegarán nuestros planos sobre las sugerencias que tenemos para la casa del señor Hoffmann—comente.
–Sí, de hecho estoy a punto de enviarles algunas modificaciones que él quiere que se realicen.
–¡Perfecto!, nosotros nos podemos adecuar a lo que él necesita.
Durante la conferencia afinamos detalles, sobre las fechas de recepción de la casa y la entrega del proyecto terminado, los días que el señor Hoffman tenía que ir a revisar la obra para aprobar los avances.
Mientras tanto, al otro lado del mundo...
–¿Qué te parece? Es linda ¿No?.
–Sí señor, tal y como usted lo dijo.
–Encárgate de todo Charlie. Muero por verla de frente.
–Tiempo al tiempo señor.
Continuará…
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