Capitulo 1
UN RECUERDO DOLOROSO
Desperté de un salto, me había quedado dormida. Estaba en mi oficina recostada sobre la silla. Qué demonios fue ese sueño, ha pasado tanto tiempo...— tocaron a la puerta.
—¿Puedo pasar?... ¿Estás bien?—Dijo mientras entraba y cerraba la puerta detrás de sí.
—Sí ¿por qué?—conteste tratando de despejarme.
—Gritaste, por eso vine a ver qué pasaba.
—Nada, me quedé dormida, estaba soñando seguramente.— evadí la mirada de Sandy mientras me enfocaba en el ordenador.
—Necesitas dormir, trabajar tanto no te hace bien. Dime ¿Volvieron las pesadillas?
—Duermo bien, solo que últimamente hay bastante trabajo y no puedo dejarlo así.—no quería contestar esa pregunta.
—Sabes que si puedes, Fernando y yo podemos ayudarte... ¿Y las pesadillas?
—No quiero darles más ocupaciones de las que ya tienen. Dime, ¿Hay algún pendiente más?— alcé el rostro y su mirada y la mía se cruzaron.
—No me saques la vuelta, te conozco. Volvieron, ¿Cierto?
—Sí, volvieron desde hace un par de semanas.— conteste llevándome la mano a la frente.
—¿Ya hablaste con Joel?
—No, no quiero interrumpir sus vacaciones solo por un mal sueño.— negué con la cabeza y volví a lo que estaba.
—Deberías llamarle.
—Sí, prometo que lo haré después. Primero terminemos los pendientes ¿Vale?
Me encanta tener a Sandy como mi asistente, solo que no puedo ocultarle nada, de inmediato sabe lo que pasa.
Nos conocimos al iniciar la preparatoria, desde ahí hemos sido buenas amigas, entramos a la universidad, pero ella dejó la carrera a la mitad porque decidió ser madre y casarse.
Sandy y su pequeño Robbie son parte de las personas que yo he adoptado como mi familia, a excepción de Christopher su marido, que no me simpatiza del todo. Le ofrecí el trabajo de mi asistente porque así puede tener libertad de estar más tiempo con Robbie.
Me agrada tener a alguien de confianza cerca de mí, alguien con quien me siento cómoda, aunque no pueda ocultarle nada, además me ayuda a recordar todo lo que mi despistada cabeza olvida, si no fuera por ella y por el asistente de voz se me olvidaría todo.
Aunque intento distraerme con todos los pendientes no puedo sacarme esos sueños de la cabeza. Por qué regresaron ahora después de tantos años, suficiente tengo con la carga de trabajo, la mudanza y todo lo del divorcio como para perturbarme más con el pasado.
—Nat... ¡Natasha!— Sandy trata de llamar mi atención agitando sus manos delante de mí.
—¿Qué?— dije en sobresalto no me había percatado de que estaba ahí.
—¿Me estás escuchando?
—Sí… he, no, disculpa, estaba pensando en otras cosas. ¿Qué pasa?
—Te decía que aquí están los datos de los clientes que buscan un presupuesto, hay uno que es del extranjero—me entrega los papeles y comienzo a revisarlos—Creo que estás más distraída que otras ocasiones, ¿No será porque tienes que ver a Matt hoy?
—¿Es hoy? ¡Demonios! Lo había olvidado. Pero había puesto una alarma para recordarlo.—reviso mi movil y efectivamente había una alarma, pero la programé justo a la hora en que es la audiencia.
—Si, ¡es hoy! ¿Cómo pudiste olvidarlo?
—No lo sé. Programe mal el recordatorio. Gracias por decirme.
Tantas cosas en mi cabeza que había olvidado la cita con el abogado, el único alivio que siento es que es la última vez que veré a Matt, se acabó.
Logró quedarse con lo que quería, por fortuna pude conservar la empresa, pero de haberme dejado también sería suya, no le bastó con destruirme, sino que también quería todo lo que tengo.
Sé que no es una empresa muy grande, pero es el sueño que teníamos mamá y yo. Visualizaba todo esto desde que estaba en la universidad, lo planeamos todo y cuando terminé los estudios compramos este inmueble para construir todo de cero tal y como lo queríamos. Empezamos con clientes muy pequeños y fuimos creciendo gracias a nuestro trabajo, nuestra arquitectura y diseño de interiores gustaba bastante y es así como hemos crecido. Aunque mamá ya no está y no pudo ver todo esto crecer, sé que le encantaría y por lo mismo no podía perderlo.
Voy camino a la oficina del abogado, conduzco casi en automático. Entre el trabajo, la mudanza y todo lo de Matt han consumido toda la energía que me queda, estoy tan cansada. Mi cabeza no deja de dar vueltas y el insomnio es una constante en mi vida. Sin mencionar que los sueños han vuelto.
Llevo cinco minutos en el estacionamiento y no sé si quiero bajar del coche, no es que no quiera firmar es solo que, llegó el momento de cerrar este capítulo y necesito fuerzas para hacerlo. En qué momento llegamos a esto, éramos felices tan solo hace un año.
Solté un suspiro y el recordatorio en mi movil comenzó a sonar, ya era hora de entrar, tomo mis cosas y salgo del coche.
Mientras camino hacia la entrada, lo primero que alcanzo a ver por las puertas de cristal es a la causante de todo esto, la nueva novia de Matt sentada en un sofá de la recepción con una sonrisa amplia de triunfo.
Me preguntó qué hace ella aquí, bien podría Matt haber venido solo. Si no fuera porque esta embarazada juro que le borraría esa sonrisa de estúpida de la cara.
Anuncio mi llegada con la recepcionista, y veo a Matt, su mirada se cruza con la mía y camina hacia mí.
—¿Entramos? El abogado nos espera— dice mientras extiende su mano dándome paso para avanzar primero.
—Bien señores, con estas firmas oficialmente queda disuelto su matrimonio. ¿Alguna duda?—el abogado nos observa intercalando su mirada entre uno y otro.
—No, ninguna. Gracias. —me apresuro a contestar moví mi silla para ponerme de pie y salir de ahí.
—Espera, ¿podemos hablar?—dice Matt tomándome del brazo.
—Ya no hay nada de que hablar.— di un paso hacia atrás.
—No nos volveremos a ver.
—¿Y qué esperabas? Tú lo decidiste desde el momento en que...— respire profundo y contuve mi respuesta lo que menos quería era hacer una escena ahí.
—Y sigo lamentando ese error. Aún te amo, pero sé que nada volverá a ser como antes.
—Que bueno que lo lamentes es un error que estás pagando y no me vengas con que me amas, si me amaras no lo hubieras hecho, no te hubieras acostado con ella, no estarías en espera de un hijo, si me amaras no me hubieras peleado todo lo que construimos con el pretexto de que ese es el patrimonio de tu hijo, todo se lo diste a ella y está bien si con eso ganó no volverte a ver a ti está bien, ahora solo enfócate en ella y en tu hijo, esa es tu nueva vida y si no te gusta pues lo siento es lo que tú te ganaste, lo que tú buscaste.
*Camine hacia la puerta cuando lo escucho decir...*
—Quisiera repararlo.
—¿Repararlo?—tenía tantas ganas de golpearlo me gire y lo mire a los ojos.—¿Hablas en serio?. ¿Cómo diablos quieres repararlo?, no soy una excelente persona, pero siempre trate de darte lo mejor de mí y con esto me pagaste, olvídalo, ya no tengo nada más de que hablar contigo. Deje de amarte en el momento en que compartiste la cama con otra. Hoy será la última vez que me verás. Adiós.
Qué demonios le pasa. Salí furiosa hacia el estacionamiento ignorando la cara de triunfo que tenía su nueva mujer, subí a mi auto y golpeé el volante, estaba tan llena de rabia. Yo lo amaba, le di todo y me destruyó, me pisoteó, en verdad pensé que él era mi nueva luz.
Cuando lo conocí yo creía que nunca iba a poder ser feliz, después de lo que pasó con Alex mi corazón estaba roto y no creí que volvería a amar, pero Matt apareció y después de tanto insistir quise volver a intentarlo, era tan dulce, amable, caballeroso y amoroso, en realidad todo era perfecto. Terminamos la universidad y me propuso matrimonio, nos casamos un año después de la graduación, en verdad estaba enamorada de él. Me ayudó con la edificación de la empresa, construimos nuestra casa y un día lo ascendieron de puesto, contrató una asistente y fue cuando la conoció, ahí todo cambió, se volvió distante, no llegaba a dormir, mentía y meses más tarde a pesar de todo lo que habíamos logrado, supe su traición y le pedí el divorcio.
Mientras manejó a casa no dejo de pensar en cómo sería mi vida si Alex siguiera aquí. Esos sueños me tienen bastante intranquila, se quedó esa sensación de angustia dentro de mí, como si hubiera revivido ese momento, como si no fuera suficiente todo lo que está pasando para que ahora llegué el pasado y me atormenté otra vez.
Por fin llegó a casa, todo está lleno de cajas sin desempacar, al ceder a Matt nuestra casa necesité comprar este departamento, es pequeño, pero para mí está bien, una habitación y un estudio es más que suficiente para una sola persona.
Tomo mi ordenador junto con una copa de vino y me dispongo a revisar todos los pendientes hasta que mis ojos se cierran, el cansancio por fin me venció.
—¡Anda! Acompáñame.
—Si quiero, pero no puedo, mi mamá está furiosa por lo de anoche y no me dejará ir.
—Como si fuera la primera vez que sales sin permiso. Además, fue una buena noche, no puedes negarlo, vale la pena el castigo.—sonrió.
—Sí, fue una buena noche. Aunque dudo que recuerdes algo, estabas demasiado ebrio, ¿O no?.
—Recuerdo solo la mitad, ni siquiera sé cómo llegamos a casa.— ríe.
—Que haya sido una buena noche no me quitará el castigo. Ve tú y te veo aquí en la mañana.
—Está bien, pero te extrañaré —besó mi mejilla.
— También te extrañaré, pero diviértete ¿Si?.
*El sonido del teléfono me despierta y contesto*
—¿Bueno?... ¿Joel? ¿Qué pasa?... ¿Qué?... Voy para allá.
…
—¿Pero qué pasó?
—Alex, venía de la fiesta del muelle y un camión lo impactó, tuvieron que operar, yo...—la cara de Joel tenía una expresión de desesperación.
—Joel—llama la enfermera.
—¿Si?.—va hacia el mostrador.
—Tu hermano ya está en su habitación, ya despertó. La operación salió con éxito, pero él aún está grave. Lamento que no te permitieran estar con él ahí adentro.
—¿Podemos pasar a verlo?—pregunté.
—Sí, pueden hablar con él.—me sonrió.
...
—Hola— su voz sonaba adolorida y en su cara se dibujaba una media sonrisa.
—Hola, ves por qué no debes salir sin mí.—estaba conteniendo mis lágrimas.
—Lo sé, eres mi amuleto de la suerte.—sonrió.
—¿Cómo te sientes?—le preguntó Joel acercándose a la cama.
—Como si me hubiera arrollado un camión—contesta Alex con una sonrisa forzada.
—Gracioso. Iré a hablar con mi superior, quiero saber que paso en la cirugía—camina hacia la puerta.
—Está bien, yo me quedaré con él—dije mientras me sentaba a lado de Alex.
—Nat, si algo sale mal yo...—Alex, trata de incorporarse, pero el dolor no lo deja.
—No hagas esfuerzo— lo detengo y me siento a su lado.—Eres un tonto no sabes cuánto me asusté. — sujete su mano.
—Nat, escúchame por favor. — Lleva mi mano a su boca y besa mis nudillos.
—Dime.—lo miro intentando no llorar.
—Tenía tanto miedo, mientras el auto giraba en el aire todo era tan lento y solo pensaba... Pensaba en ti, tu sonrisa, tu aroma, toda tú. Y supe que no quería morir sin antes decirte que te amo.
—Yo también te amo —llevé su mano a mi mejilla y dejé fluir mis lágrimas.
—No me entiendes, te amo, siempre te he amado, no solo como mi amiga. Yo te amo como mujer, amo la arruga de tu frente cuando te enojas, como muerdes tus labios cuando estás nerviosa, amo como le quitas la orilla a tu sandwich aunque termines comiéndotela de igual forma, amo eso y mucho más y no quiero morir sin decirte que siempre te he amado Natasha, tú eres el amor de mi vida ayer lo confirmé, mientras te veía correr bajo la lluvia a mi lado... Te mentí, recuerdo perfectamente lo que pasó, recuerdo cómo te tome en mis brazos y te bese, no había tomado tanto como para no saber lo que hacía y vuelvo a repetirte lo mismo que te dije, no hay otra persona con la que yo quiera estar el resto de mi vida y dedicarle hasta mi último suspiro...
Bésame por favor... Te besaría yo, pero no puedo incorporarme *risitas*
El sonido de la alarma retumba en mi cabeza y por fin despierto.
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