🎭Capítulo 3🎭


Su respiración estaba ligeramente agitada, detrás de ella había un enorme cráter, este había sido causado por una de las esculturas de arcilla de Deidara, quien intentaba deshacerse de ella a toda costa, porque había arruinado sus planes de obtener a Shukaku.

Arcilla y Explosiones.

Marionetas con veneno.

Deidara y Sasori.

Ambos se complementaban (al menos cuando no peleaban por cosas sin sentido).

El dúo de artistas la atacaba en perfecta sincronía, podía esquivar perfectamente las bombas de arcillas que Deidara le lanzaba, pero tenía gran dificultad para evitar los ataques del marionetista, que eran muy rápidas.

Aún con el poder de Isobu liberado, apenas podía defenderse, estaba más atenta a que ninguno de los ataques le diera en el capullo que habían formado sus dos colas para mantener a salvo al Kazekage, que aún se hallaba inconciente, sabía que aún permanecía con vida porque podía oír sus latidos y su cálida respiración chocaba contra sus colas.

Dio un salto hacia atrás, logrando, por muy poco, esquivar el ataque de Sasori, sus reflejos eran más lentos que antes y ambos ninjas lo notaron.

El poder de Isobu estaba menguando.

Su vista se fue nublando lentamente.

Sus piernas comenzaron a temblar.

No podía desmayarse, no ahora.

Lo último que sus ojos vieron antes de que la oscuridad la atrapará fue a sus compañeros llegando junto al equipo de Kakashi y los ninjas de Suna, ellos se encargarían del dúo de artistas de ahora en adelante o al menos eso esperaba.

Pedía que al menos pudieran hacer que los artistas se retirarán.



Se despertó por la voces alteradas que escuchaba a su alrededor, cuando abrió los ojos se encontró a sus camaradas con las máscaras aún puestas, también estaba allí Baki, el antiguo Sensei del Kazekage, por lo que sabía el hombre se había convertido en una especie de consejero para el líder de Suna.

Al verla ya despierta, sus compañeros corrieron hacia ella, el Uchiha la abrazaba mientras el líder de Akatsuki le acariciaba la cabeza.

Ante aquellas muestras de afecto de sus camaradas, una amplia sonrisa adorno su rostro, aunque esto nadie lo iba a notar debido a que aún portaba su máscara, está, al igual que la de sus amigos, era especial, se mantenía en su lugar con ayuda de un poco de chakra y solo quién la portaba podía quitársela, estás habían sido creadas por una persona, Uchiha Obito.

Al recordar a su difunta pareja todo rastro de felicidad se esfumó de ella, aún no podía creer que lo había perdido.

Trato de no pensar más en ello, ahora tenía una misión que debía cumplir, salvar a los otros Jinchūriki y a sus amigos de las frías garras de la muerte.

Sabaku No Gaara era el primero.

La siguiente sería la portadora del Nibi, Yugito.

Debían encontrarla y llevarla a un sitio en el cual pudiera estar segura, no podían confiar en Akatsuki, eran ellos quienes ahora buscaban capturarlos, ¿Por qué razón? Aún no lo sabían, pero sospechaban cuáles serían.

La Nohara también tenía una ligera sospecha del detonante del drástico cambio en la organización, la muerte de su líder, Yahiko.

En este nuevo mundo tanto ella como sus compañeros habían fallecido, tal vez y solo tal vez, la muerte del líder de Akatsuki había sido un gran golpe para los miembros y era por ello que habían cambiado sus ideales, pero solo era una hipótesis, no tenía como comprobarla, en este momento lo crucial era la seguridad de los Jinchūriki y de sus amigos.

Llevo su mano derecha hacia su plano vientre, tenía que mantenerse serena, si no lo hacía podía perderlo y eso era algo que no deseaba, era lo único que le quedaba y la unía a Obito.

Mientras pensaba en un plan para salvar a la portadora del Matatabi escucho que la puerta de la habitación era abierta, volteó ligeramente la cabeza y vio una cabellera pelirroja, Sabaku no Gaara.

El Kazekage ingreso a la habitación y sus compañeros le mostraron respeto haciendo una leve reverencia, para ellos el adolescente que poseía el don de controlar la arena era una persona muy preciada, después de todo, lo habían visto crecer junto al hijo del Namikaze, al menos en su mundo, aquí no era así, aunque Naruto y Gaara parecían ser amigos, no creía que lo fueran desde pequeños, si lo fueran, el Kazekage sería más expresivo y por lo que se podía ver, no era así.

Su rostro no tenía una expresión, estaba desprevisto de estás.

La voz de Shisui la saco de sus memorias, debía estar más concentrada y no perderse en el océano que sus recuerdos representaban, uno muy profundo del cual muchas veces oe era difícil salir.

—Kazekage-sama, es bueno ver qué se encuentra en un mejor estado de salud, ¿Hay algo que podamos hacer por usted?— 

El Kazekage parecía un poco ansioso y eso la confundió, ¿Acaso algo malo había sucedido luego de que quedó inconsciente? No, si fuera así, Yahiko y Shisui se lo habrían dicho tan pronto como despertó.

—¿Pueden retirarse por unos minutos?— Pregunto el Kazekage.

—Lo sentimos Kazekage-sama, pero no podemos, nuestro deber es proteger a Kitsune-san—

—Necesito hablar con ella a solas por unos minutos, es algo delicado—

—No se preocupe Gaara-sama, yo me haré cargo—

Había un método en el que ambos podrían hablar sin ser perturbados y sus compañeros podrían cuidarla en caso de que algo llegará a suceder.

Formó un puño con su mano derecha y lo elevo en dirección al Kazekage, que ahora la miraba confundido, este miro al portador de la máscara de dragón y este le hizo un ademán con la mano mostrándole que era lo que debía hacer.

Dudoso el contenedor del Ichibi formó un puño con su mano izquierda y con este golpeó ligeramente el puño de la castaña, aquello la hizo sentir calidez en su interior, era lindo ver que no importaba que dimensión o mundo fuera, Gaara siempre sería tímido en ciertas cosas, una de ellas era el tener contacto físico con la gente.


🔸🎭🔸


Poco después de que chocarán puños aparecieron en su plano mental, bajo sus pies había agua de un color turquesa claro y a las espaldas de ambos estaban sus respectivos Bijū.

—¿Qué sitio es este? ¿Quién es usted? ¿Por qué me brindo ayuda?—

—Estamos en mi mente Gaara-sama y mi nombre es...— La castaña iba a presentarse pero un carraspeo detrás de ella la hizo detenerse, volteó hacia atrás e Isobu negó varias veces, esto dándole a entender que no podía revelar su nombre real. —Lo lamento Gaara-sama, no puedo decirle mi nombre, pero por ahora puede llamarme "Kitsune"—

—Bien, Kitsune-san, ¿Responderá a mis preguntas?—

—Lo haré, siempre que él— Señaló detrás de ella. —Me lo permita—

—De acuerdo, ¿Son miembros de Akatsuki? Si es así, ¿Por qué su equipo y usted me brindaron ayuda?—

—Bueno, es una situación difícil de explicar, pero resumiendo las cosas, tanto Ryú-san, Tora-kun y yo somos miembros de Akatsuki— Se llevo una mano a la nuca y la rasco, sintiéndose algo incómoda debido a que la organización tenía una muy pero muy mala reputación (al menos en este mundo). —En cuanto al porque lo salvamos, es debido a que nuestro líder así lo quiso—

—¿El líder de Akatsuki les dio la orden de salvarme? ¿Por qué? ¿Acaso él no es quien desea capturarnos y extraer nuestros Bijū?—

Ante aquellas preguntas se volteó para ver a Isobu que simplemente le asintió, dándole permiso de que le explicará la situación o al menos algo de ella.

Cuando recibió una respuesta afirmativa de parte de su Bijū de manera inmediata procedió a explicarle algunas cosas al Kazekage, la primera, que el verdadero líder de la organización quería traer la paz y no hacer tal barbaridad en contra de los Jinchūriki.

Y que ahora era alguien más quien lideraba la organización.


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