23
Me fijo en los dos cazadores, el más joven se sujeta el hombro roto mientras nos mira con miedo, sin embargo el mayor nos mira con una sonrisa divertida en los labios, aunque sus ojos se mantienen en mi pareja.
Miro a TaeHyung, me acerco a él y le agarro del brazo para desaparecer los dos, corremos hasta la puerta, Tae da dos golpes en la puerta que llaman la atención del cazador más anciano, nos mira directamente a nosotros mientras TaeHyung hace una especie de clave con los golpes en la puerta.
Cuando ha terminado le arrastro conmigo hasta donde se encuentra Nam Joon, detrás del humano con el hombro roto, con ayuda de Tae le subo a mi espalda y, sujetando a los dos volvemos a acercarnos a la puerta, no podemos hacer nada más.
Me giro y miro a mi pareja, está completamente quieta, sus ojos están cerrados, Jimin está a su lado, tengo miedo de lo que pueda pasar, quiero salir corriendo hacia ellos, hacia ella, y evitar que pueda pasarle algo.
Cuando abre sus ojos me paralizo, sus dos ojos se han vuelto rojos, quiero apartar la mirada de ellos pero no puedo, algo me llama a acercarme, siento a su lobo llamarme. Un fogonazo negro sale disparado desde el cuerpo de Alia e impacta de lleno en el cazador que deja caer su cuchillo al suelo y choca contra la pared.
El gruñido que suelta después hace que mis oídos sangren al no poder taparme las orejas, veo salir de sus oídos un pequeño hilo de sangre, su cara se descompone un poco pero se lanza sobre el cazador ahora desarmado mientras Jimin noquea rápidamente al más joven.
—Llevaos a Nam Joon al hospital.— la voz de mi pareja sale distorsionada, como si hubiesen dos voces junto a la suya, le doy a TaeHyung el cuerpo de Nam Joon y él no tarda en salir corriendo fuera del lugar cargando con nuestro líder en su espalda.
Me quedo inmóvil a unos metros de Jimin y de Alia.
—Date prisa y mira en sus recuerdos.— no puedo evitar verla cansada, agotada, sus oídos aún sangran y de su mejilla caen un par de gotas de sangre; toco mi mejilla, tiene el mismo corte que yo, el mismo corte que me ha hecho el cazador.
Jimin se acerca corriendo al veterano, que se remueve en el sitio antes de quedar completamente en blanco cuando Jimin posa sus manos sobre él.
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Me acerco a Alia, los osos se han llevado a ambos cazadores hace unos minutos, no puedo evitar sentirme preocupado, está sentada de rodillas en el suelo mientras sujeta su vientre y respira con fuerza, no deja de gemir y tengo miedo de que sea lo que creo.
Cuando estoy detrás de ella la abrazo por los hombros, me siento igual que ella y apoyo mi cabeza sobre su hombro, necesito que me diga algo, si no lo hace le pediré a Lisa que la revise ahora mismo.
—Los... has visto.— aprieto el abrazo.
—¿El qué?— pregunto mientras nos mezo de adelante hacia atrás.
—Mis ojos.— asiento contra su hombro y beso la marca que nos une.—Has estado a punto de venir, lo he sentido.
No sé que debo responder, ni si quiera entiendo porqué le da tanta importancia a que sus ojos hayan tenido ese color durante un par de minutos.
El color rojo ahora mismo es lo que menos me importa, quiero saber cómo se encuentran los cachorros, cómo se encuentra ella.
—¿Estáis bien?— me responde con un quejido, se tensa entre mis brazos.—¡Lisa, Tzuyu!— llamo a las dos chicas que se encargan de supervisar la salud de nuestros cachorros y la de Alia.
—JungKook, ¿qué pasa?— Lisa es la primera en llegar, con un maletín que no tarda en dejar en el suelo.
—No lo sé, no me dice nada.— Lisa frunce el ceño ante mi respuesta, pero es lo único que puedo decir.
—Vale, tumbala en el suelo y que su cabeza quede sobre tus piernas.— hago caso a sus indicaciones, aunque Alia no parece querer cooperar conmigo.—Tzuyu, — Lisa le habla a la osa que por fin llega junto a nosotros.—¿podrías sacar a los que quedan aquí dentro?— la chica asiente y comienza a sacar a las pocas personas que quedan dentro de la sala de interrogación.—Alia, ¿qué sientes?, ¿qué te pasa?
Mi pareja no responde, pero gruñe, miro a nuestra amiga, que suspira antes de empezar a levantar el jersey de Alia hasta la altura del sujetador.
—No veo sangrado, — Lisa revisa los pantalones y ropa interior de Alia, suspiro algo más tranquilo al saber que estoy equivocado.— eso es buena señal, necesito palpar tu vientre Alia.— no tarda en pasar las manos por el hinchado vientre, durante unos minutos parece no haber nada malo, pero de repente se queda quieta.—Tzuyu, ¿has traído el ecógrafo portátil?— la pregunta me preocupa aún más.
Bajo la mirada hasta la de Alia, uno de sus ojos ha vuelto a ser gris, aunque la expresión de dolor no desaparece de su rostro. Tzuyu se acerca con una máquina y, mientras Lisa extiende un gel sobre su vientre la otra chica enciende el monitor.
Sigo con la mirada todos los movimientos de Lisa, es mi amiga, igual que de Alia, aunque no me gusta nada que la toque tanto como lo está haciendo me preocupa más la salud de las tres personas más importantes de mi vida.
En el monitor aparecen dos pequeñas figuras que se mueven.
—Alia, tus cachorros están bien, — siento cómo se relaja un poco sobre mis muslos, aunque el dolor parece no mitigar.— ambos se han puesto nerviosos a causa del estrés que acabas de sufrir, sólo están moviéndose, ¿queréis sentirlo?— asiento con la cabeza al mismo tiempo que Alia suelta una risa amarga.
—Yo creo que ya lo estoy sintiendo. — se burla. Acerco mi mano a donde Lisa me indica y, unos segundos después de apoyar la palma de mi mano, siento pequeños movimientos que chocan contra mi palma.—Lisa, ¿cómo hago para que paren?— sentir a los dos pequeños es hermoso.
—¿Puedo sentirles un poco más?— pido, completamente ido en la sensación, siento la mirada pesada de mi pareja sobre mí, poco después un fuerte dolor en el vientre que me corta la respiración.
—Ahí los tienes.— su voz sale cansada y dolorida, frunzo mi ceño en su dirección.—¿Quieres seguir sintiéndoles?— niego con la cabeza, la sensación es mucho más bonita cuando sólo la siento en la mano.
—Relájate, respira y mantén la calma, acércate todo lo que puedas a JungKook y deberían volver a relajarse en unos minutos.— asiento con la cabeza mientras Alia comienza a sentarse sobre el suelo, con cuidado la levanto del sitio y la siento entre mis piernas, apoya la cabeza sobre mi pecho y reparto pequeños besos sobre su pelo, nunca me cansaré de decirlo, ella es perfecta.—Será mejor que nos vayamos. — Tzuyu y Lisa se levantan y salen un par de minutos después de haber recogido el ecógrafo portátil.
—Alia, ¿porqué no siento tu dolor ahora?, tú tienes una herida por mi culpa y... los oídos te sangran.— no puedo evitar preguntarlo, tampoco sentirme horriblemente mal por el daño que tiene.
—No te preocupes por los oídos o la mejilla, no tardarán en curarse por completo, — dejo un beso sobre su frente al mismo tiempo que la apego aún más a mí, su respiración se vuelve más tranquila y menos forzosa.— y en cuanto a lo del dolor, no necesitas sufrir el dolor del parto o de los cachorros moviéndose.— sus labios se estiran en una sonrisa brillante.
—Pero me has dejado sentir ese dolor.— bromeo, escucho su risa, suave como si intentase ocultarla.—¿Pero cómo haces para que yo no lo sienta?—siento sus hombros encogerse.
—No tengo ni la menor idea.
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Hola mis personitas.
Siento mucho la tardanza, sé que debería haber subido el capítulo ayer, pero apenas tuve tiempo.
Espero que os esté gustando, nos leemos en el siguiente.
<3
Darkest_Light_Soul.
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