Loki Acargo
Enumere cada elemento de la bandeja otra vez. tostadas,leche cereal ,café ,mermelada y mantequilla.
- Esto es perfecto para ella - dijo poniendo dos tazas en la bandeja.
- Te encargó a Xiro.
- Descuida - dijo ella sentándose aún lado de mi hijo.
Xiro movía su mano despidiéndose.
Un grupo de niños paso corriendo frente a mi, tuve que levantar aún más la bandeja.
- Tengan cuidado - regañe.
- Lo siento - se disculpó Sophie, la chica pelirroja de mi clase. Desapareció junto con los demás niños por la puerta principal.
Me vi levemente en el espejo de la escalera. Hace un par de años si hubiesen sugerido que llevara una bandeja probablemente esa persona estaría desintegrada pero ahora siento que es lo mejor que estoy haciendo.Abrí la puerta de nuestra habitación. Mire a la mujer sobre la cama con el cabello cayendo agraciadamente por su pecho, tenía una enrojecidas ojeras y una hermosa sonrisa, todo esto lo vale.
- ¿Qué tal te sientes?
- Ya no siento nauseas - respondió cansada. Alex lleva algunas semanas sintiéndose mal y apenas hace un par de días no resistió más, por sugerencia de todos le recomendamos que se quedará en la cama, al principio se resistió pero terminó por ceder por los mareos.
- Me alegra oír eso - dije dejando la bandeja en la mesa de aun lado. Acomode las almohadas en su espalda, coloque mi mano sobre si frente, no tiene temperatura al menos - estás muy pálida.
- Mira quién lo dice - murmuró.
- Es mi tono natural querida - dije sentandome en la cama y acomodando la bandeja entre ambos.
- Lo había olvidado - sonrió. Llene su taza de leche y se la ofreci. También le ofrecí unas tostadas - no Tengo hambre.
- Tienes que comer.
- Pero no quiero - reclamo ella como una niña.
- Alex, no me obligues a darte de comer - dije, me sonrió de manera desafiante. Esa sonrisa y esa mirada está entre la lista de cosas sobre ella que hacen que me excite, debo recordarme a mí mismo que ella no está en condiciones - Alex - insistí, terminó dándole una pequeña mordida a la tostada , yo terminé de darle otra.
Se acurrucó a mi lado.
- Que bien huele tu café - murmuró con un suspiro.
- ¿Quieres? - le ofrecí la taza, ella negó y volvió a su leche - ¿Crees tener fuerza para levantarte?
- ¿Seguro extrañas mi comida? - pregunto.
- Mis habilidades en la cocina no son las mejores pero te aseguro que no están tan mal o por lo menos eso me demostró xiro.
- Lo hizo para no lastimarte.
- Y me duele que tu no le sigas el juego - reclamé.Alex trato de reír pero terminó poniéndose verde, se levantó a toda prisa hacia el baño, fui tras ella pero dejo la puerta cerrada - Alex déjame entrar.
Golpee insistentemente . No quería esperar más, estaba a punto yo de derribar la puerta cuando está se abrió.
- No quería que vieras eso - dijo masajeando su siendo con los dedos.
- Te juro que le quitaré el picaporte a la puerta - dije molesto. Alex se tambaleó un poco la ayude a llegar a la cama , acomode sus almohadas y la cubrí con la sábana - ¿Necesitas algo?
- La ventana, por favor abrela - murmuró. Deje que entrara la fría brisa invernal.
- La mantendré abierta por poco tiempo,esto no será bueno para tu salud - dije incandome aún lado de ella.
- ¿Por qué eres tan cruel? - se quejó de manera infantil.
- Por el bien de ambos - respondí.
Acariciaba su cabeza mientras ella descansaba en mi pecho. Jean dijo que esto es normal durante el embarazo, que no todos son iguales, pero no deja de preocuparme siento que algo no está bien.
- Loki - murmuró.
- ¿Dime?
- ¿Podrías traer a Xiro para el almuerzo? No quiero que coma solo.
- Si es lo que quieres - dije.
- Gracias - murmuró antes de desvanecerse.
- Cuando quieras - bese su frente.
Me lleve todo. Xiro ya no estaba en la cocina ni tampoco lo estaba Ororo, termiene de limpiar y fui a buscarlo. Lo encontre en el jardín frente a una de las tantas fuentes comiendo con Logan.
- ¿Cómo está? - pregunto.
- Sigue igual - respondí sentandome a su lado. Xiro corrió hacia mi con trozo de manzana en su mano.
- Ya se le pasara - dijo comiendo un pedazo de manzana. Puedo sentir que también está preocupado. Le di una mordida al trozo de manzana que xiro me ofrecía. - ¿De verdad quieres que sea una niña?
- ¿Y por qué no?
- Logan se lo pensó un segundo antes de sonreír - Tienes razón, te toca sufrir - murmuró - ¿Crees que el lo tome bien?
- Últimamente está muy apegado a Alex ...
- Espero que no sean de familia las peleas entre hermanos - me miro divertido.
- ¿Insinuas algo?
- Nada que no esté a plena vista - respondió.
Esto es lo más lejos que a llegado mi relación con Logan, vivir de comentarios sarcásticos. Pero no me quejo, a veces resulta divertido.
- Puedo lidiar con los celos compulsivos de mi hijo que obviamente heredó de su madre.
- Si,seguro viene de ella - se burló.
- Es difícil lidiar con ella cuando está así pero puedo manejarlo - dije, Logan negaba con la cabeza - también puedo calmar el salvajismo de su madre pero no sé de él.
- No quiero saber cómo - dijo Logan negando con la cabeza.
- Está bien - me burle- ¿Qué no te alegra volver a ser abuelo?
-Tanto como me gusta este chico - dijo revolviendo el cabello de xiro - también me alegra que todo entre ustedes vaya bien.
- ¿En serio?
- Solo un poco, la verdad deseaba que Alex me pidiera que te cortará la garganta, ahora supongo que debo de conformarme con soñarlo.
- No siempre se tiene todo en la vida - dije.
- Ahora tú lo tienes - dijo.
- Lo se, y quiero protegerlos de todo - dije cargando a Xiro - Vamos hijo, tu madre quiere verte.
Recordé una simple receta que Alex me enseñó cuando vivía con ella. Algo llamado macarrones con queso, junto con la pizza son las cosas que la he visto deborar con más ánimo en la vida.
Llevar las cosas hasta la habitación no fue tan fácil está vez, Xiro se movía de la emoción.
- Mamá - decía saltando.
- Si veremos a tu madre pero quédate quieto - la magia me fue útil para abrir la puerta pero no para resistir lo que ahí había. Alex sostenía un libro, otra de las cosas que logran excitarme. De las veces que la había visto jamás le había prestado atención hasta cierto día durante un descanso del entrenamiento, sentada bajo un árbol con un libro en sus piernas , zonas de sombra y luz alumbraban su rostro, se supondría que no tenía nada de especial, pero en el fondo lo era, era tantas cosas que me hizo sentir incómodo. Desde ese momento no podía apartar la vista de ella cuando lo hacía y cuando ella se daba cuenta solo podía defenderme diciendo algún comentario molesto lo que la llevaba a responderme con su típico sarcasmo o me lanzaba una almohada.
Alex levantó la cabeza del libro sus sedosos labios se curvaron en una sonrisa.
- Ahí está mi pequeño.
- Es un mal apodo para mí ¿No crees? - Alex rodio los ojos. Deje a Xiro sobre la cama, enseguida se fue sobre ella.
- ¿Extrañaste a mamá?
- Solo cuando supo que vendríamos por ti - deje la bandeja entre nosotros - yo que tú no confío en él.
- ¿Cómo puedes vivir contigo sabiendo que saboteas a tu propio hijo?
- Sabiendo que tú no me crees - respondi dejando un plato en su regazo - espero que te guste.
- ¿Tú los hiciste?
- ¿No es obvio? Espero que les guste - dije. Estuve muy expectante a la reacción de Alex con el primer bocado. Quizás debí de agregarle algo más, debí prestar más atención cuando ella me estaba hablando y menos en pensar a que sabrían esos inocentes labios.
- Delicioso.
- Obviamente, fui yo quien lo preparo - comi un bocado. La verdad no están para nada mal. Casi podría decir que son mejores que los que ella hizo - debes comerlo todo.
- ¿Obligaras a esta inocente chica a comer contra su voluntad?
- ¿Inocente? - reí.
- Déjame soñar.
- Dejando de lado tú inocencia, debes comer por tu bien o más bien por la de tres - dejé mi plato aún lado.
- ¿Tres? - pregunto.
- Yo también cuento.
- !Cierto! Olvidaba que tenía dos hijos - dijo riendo.
- Tres - corregí acariciando su levemente abultado estómago. Volvió a reír. Después de la comida Xiro se durmió sobre las piernas de Alex mientras ella descansaba su cabeza en mi hombro - ¿Has pensado en un nombre?
- No - susurro - ¿Y tú?
- Ya que lo pienso ni si quiera sabemos lo que es. Espero que no sea como la última vez , tener que esperar hasta que nazca. Me gustaría estar preparado esta vez.
- ¿Estas emocionado?
- Claro que sí. Es como la primera vez,tal vez no lo demostré pero estaba tan emocionado como aterrado por el nacimiento de xiro - Alex se aferró a mi brazo - me parece que estoy hablando demasiado.
- No está bien - dijo ella - es solo que ...
- ¿Qué? - pregunté preocupado.
- Todo me está dando vueltas, es como si la habitacion estuviera al revés.
Tome la temperatura en su frente.
- No tienes fiebre. Será mejor que descanses - sugeri, me acomode para que ella quedará más cómoda sobre mi.
- Sigue ha hablando, tu voz me resulta tranquilizadora - murmuró cansada.
Hable por horas aún sabiendo que ella se había dormido a los cinco minutos de haber empezado.
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