Capítulo 71: Confesiones
Caminaron por el solitario jardín. Los arbustos congelados y cubiertos por la nieve que aún permanecía hacían ver a aquella tundra congelada casi como un paraíso invernal. Se guiaron del sendero bajo sus pies mientras la luz de luna los alumbraba aquella noche de estrellas pintadas con magia sobre el cielo nocturno.
Tails vio de reojo a Zooey para admirar su belleza en aquel silencio acompañado por el viento de la noche. Su compañera llevaba puesto un vestido de un precioso color cobre metálico, sin embargo, a diferencia de su tradicional vestido color marrón, éste se ajustaba perfectamente a su figura. La parte superior del mismo se amarraba desde su cuello en una pequeña moña dejando su espalda descubierta, haciéndolo tragar pesado ante la sobria desnudes que ella exponía esa noche. Su hermoso cabello color oro yacía hermosamente trenzado para caer delicadamente sobre su pecho, dejando únicamente aquellos dos hermosos mechones que embarcaban su cara. Se le miraba más hermosa que nunca.
–¡Tails, mira! – señaló ella con emoción para guiar la mirada del zorro hacia uno de los pinos congelados frente a ellos.
–Un búho blanco – dijo Tails para imitar la sonrisa de su compañera.
–¡Es hermoso! – esbozó Zooey una sonrisa de emoción mientras una mirada atenta y fija iluminaba sus hermosos ojos color zafiro. –Se les llaman Búhos Nivales o Bubo Scandiacus, son de mis animales favoritos y por el cual he hecho una petición para... ¿Pasa algo? – inquirió al sentir la mirada fija y silenciosa del zorrito sobre ella.
–No, nada – negó suavemente con la cabeza –Sólo me gusta escucharte hablar de aquello que te apasiona – confesó sintiendo como un tenue rubor en sus mejillas se pintaba ante sus palabras.
Zooey le desvió la mirada para sonrojarse intensamente ante las dulces palabras de Tails. Él siempre hacia lo mismo, cada vez que ella hablaba sobre sus esfuerzos por preservar a la fauna silvestre y el trabajo que realizaba con el gobierno para ello, él la miraba de esa misma forma, siempre escuchando atentamente a cada mínimo e insignificante detalle que ella pudiera decir como si fuera lo más interesante que hubiera escuchado jamás. Lo que muchos considerarían como información tribal y aburrida, a él parecía fascinante, a pesar de que Tails no se interesaba realmente en la fauna o vida salvaje.
–Lo siento, siempre hablo sólo sobre mí o cosas como estas – carraspeó Zooey sin realmente poderle sostener la mirada –Cambiemos el tema a algo más como tecnología, o los avances que has tenido en ese cacharro que arreglas en el sótano del edificio– sonrió nerviosa –¿Cómo le pusiste? El tornado...
–Tú me interesas y todo lo que dices – interrumpió Tails para verla con dulzura ocasionando que ella lo viera con un mohín de asombro –Además, me gusta aprender cosas nuevas – carraspeó su garganta sabiendo que posiblemente el exceso de licor lo estaba haciendo hablar de más – En especial si es contigo – apretó su mano un poco más fuerte, ruborizándose por su atrevimiento.
Zooey se ruborizó intensamente, asintiendo suavemente con la cabeza. Sus ojos se fijaron en el zorro que la observa con aquella mirada fija y dulce, una sonrisa ladeada pintaba sus labios y una expresión llena de vergüenza y a su vez de calidez se denotaba en su rostro.
–Sabes... – murmuró la zorrita mientras sus blancas mejillas iluminaban con su candor el blanco paisaje invernal –Aún no te he dado tu regalo de cumpleaños.
–¡A-Ah, no debes de preocuparte por eso! –se apresuró a decir Tails con un claro dejo de vergüenza en su voz –Viniste, eso es suficiente para...
–Por favor – insistió Zooey ocasionando que Tails le regalara una sonrisa ladeada –Cierra los ojos – pidió con emoción.
Tails asintió con la cabeza, intentando ocultar su emoción. Cerró los ojos aspirando profundamente, dejando que sus demás sentidos lo envolvieran, sintiendo como el frío acariciaba su pelaje, el olor se mezclaba con el de la madera húmeda de los árboles que lo rodeaban junto al perfume que ella expendía, un aroma dulce como la miel.
–¿Listo? – le suave y melodiosa voz de Zooey acarició su oído para que él asintiera suavemente, expectante.
–En serio no es necesario que...
Sus palabras fueron ahogadas por la sensación suave y dulce de los labios sabor fresa de ella. Tails abrió los ojos con clara sorpresa al sentir como ella tomaba con delicadeza su rostro, y así, en un silencioso movimiento, robar aquel primer beso. Sus suaves labios lo tocaron como la corriente eléctrica que surca por el mar luego del trueno arremeter con intensidad sobre el tranquilo y apacible océano, llenándolo de luz y vida.
Todo su cuerpo se estremeció ante el suave pero firme contacto. Su pelaje se erizó ante la sensación que lo recorría, sintiéndose envuelto entre la calidez de un nuevo sentimiento que empezaba a brotar dentro de él, naciendo luego de la catástrofe que era su pasado y abriéndose vida entre las grietas de las ruinas que fue alguna vez su corazón, uno que ahora latía velozmente en un tamboriteo veloz y rítmico. Y como el trueno que impacta con fuerza y luego desaparece, el beso terminó al ella tomar distancia y verlo con un aura de confianza mientras un intenso rubor se sostenía en sus blancas mejillas.
–Fe-Feliz cump...
No la dejó completar su frase, pues sus labios buscaron los de ella con hambre, casi con desahucie, fundiéndose en un beso que parecía haber estado esperando por demasiado tiempo.
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Amy caminó por el concurrido salón topándose sutilmente contra los desconocidos invitados. Siempre en las fiestas universitarias sabía que habían colados, pero eso le parecía absurdo. Se puso de puntillas tanto como aquellos tacones de punta de aguja le permitieron en un intento de buscar a Sally entre todos los invitados, sin éxito.
–¿Dónde te has metido? – se preguntó Amy caminando con apuro y empujando a uno que otro estudiante.
Caminó de forma errática sin saber por dónde empezar a buscar a su amiga y gracias a su ceñido e impráctico vestido, su teléfono yacía perdido en algún lado.
Empezó a correr sin dirección sintiendo como la ansiedad la acompañaba de cerca en su carrera. La mirada de decepción de Sonic la perseguía y era algo que quería sacudir de ella, quería terminar con esa pantomima ya de una vez por todo, sólo quería estar con él con la misma libertad que Blaze y Rouge yacían con los hombres que amaban.
Amy aceleró su paso, abrumada entre las luces y la música estridente cuando de pronto escuchó el sonido de algo quebrarse para luego perder el equilibrio y tropezar.
–¡Cuidado! – una voz resonó entre el barullo para sentir como unas manos tomaban con cierta torpeza del brazo evitándola caer por completo al suelo.
–Lo lamento yo... ¡¿María?! – dijo con asombró al ver la eriza rubia quien ahora le sonría con calidez.
–Tiempo sin vernos – saludó la eriza para ayudarla a ponerse en pie con cierto esfuerzo –¿Estás bien?
– ¡Ammm! H-Hola, sí, sí, sólo... – silenció para dirigir su mirada a su pie y notar su tacón roto, soltando un pesado suspiro. Tenía que ser una broma. –Creo que empecé a convertí en calabaza – suspiró con pesadez, parándose de manera tambaleante y tomar el pedazo de tacón del piso.
–Tu zapato – murmuró María viendo el taco roto. –¡Pero no te preocupes! Tengo algo que te ayudara.
Amy regresó su mirada a la enérgica eriza, quien ahora buscaba algo en aquel de bolso blanco que yacía cruzado sobre su pecho para de ésta sacar un pequeño frasco y enseñárselo con una sonrisa victoriosa.
–¿Eso es acaso pegamento? – inquirió Amy acercándose al bote que le enseñaba con orgullo.
–¡Ajá! También tengo hilo, aguja, curitas, ganchos y...
–Veo que vienes bastante preparada – murmuró Amy con una sonrisa forzada mientras observaba a la eriza registrar su bolso con emoción.
–¿Demasiado? – rio nerviosa la eriza rubia –La verdad es que soy algo torpe y no estoy acostumbrada a usar estas ropas finas – explicó María para verse a sí misma.
María lucía un vestido ceñido del busto para luego soltarse de forma etérea hasta el suelo. Una mezcla de tul iridiscente trasparente sobre una tela satinada azul cielo la hacía ver como una princesa. Poseía dos mangas bombachas que cubrían sus hombros y un listón que lo amarraba por la cintura en una perfecta moña de un azul más oscuro.
–Y los tacones no son lo mío – completó María su explicación –Y aparentemente lo tuyo tampoco – rio divertida.
–Aparentemente no – le devolvió la sonrisa.
–Ven, vamos a arreglarte para que sigas con la fiesta – ofreció su brazo para ayudarla andar.
–Gracias, pero ¿no deberías estar con Shadow? – preguntó buscando velozmente con la mirada la presencia del erizo negro.
–Bueno, nos topamos con Rouge al venir y al hacerlo lo acorraló y empezó a discutir sobre cómo era posible que no hubiera mencionado nada de tu relación con Sonic – rememoró la eriza de cabellos dorados –Él empezó a discutir de regreso– soltó un pesado suspiro –Así que me alejé para traer un poco de champan, esperando que a lo mejor eso pudiera tranquilizarlos a ambos – explicó –, ahí fue cuando te vi pasar muy rápido y luego como tropezabas.
–Lo lamento... No quería ocasionarle problemas a Shadow – soltó Amy con pesadez –O a nadie...
Su lealtad hacia Sally y miedo de decir las cosas había ocasionado más problemas de lo que hubiera imaginado.
–Para nada, Shadow es bueno guardando secretos. Aún si su relación no fuera un secreto, él no hubiera dicho nada – alzó sus hombros al aire –La comunicación no es necesariamente su mejor cualidad.
Amy le sonrió reconfortada por sus palabras.
–Ahora, caminemos – insistió para tomar la mano de Amy y así obligarla a abrazar su brazo con el de ella y empezar a caminar –Podemos ir a los baños y así darte un par de horas más antes de convertirte en calabaza por completo – dijo divertida.
–Muchas gracias – sonrió amena para empezar a caminar junto a ella.
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Sonic vio con asombro a Fiona quien mantenía una mirada déspota sobre él. Un diminuto y provocativo negro cubría su cuerpo, unos largos guantes negros que llegaban hasta pasados sus codos y su clásico moño amarillo que sujetaba su corta cabellera. Fiona sostenía una copa de champan en una mano y la otra la mantenía sobre su cadera mientras una actitud soberbia destilaba de cada poro de ella. Ya no era la mujer que alguna vez amo con locura, ahora era alguien que lo miraba con sed de venganza.
–He conocido hombres malos en mi vida Sonic the Hedeghog, pero tú... vaya, tú has sido de los peores – acusó para tomar otro sorbo de champan.
Sonic lo vio con desconcierto por sus palabras. Sabía que no era perfecto, pero estaba más que seguro que durante el tiempo que estuvieron juntos nunca había hecho nada como para ganarse aquellas palabras.
–¿De que estás...
–¡Y no te atrevas a negarlo! – interrumpió para golpearlo con cierta fuerza con su dedo índice sobre su pecho, sintiendo, así como el olor a alcohol ofendía su nariz ante la cercanía –¡Pude dormir en la calle que no pudo importarte menos!
–Fiona – llamó en un tono de voz bajo pero firme –Creo que has tomado demasiado, es mejor que...
–¡No me digas cuanto puedo o no tomar! – amedrentó para que pronto miradas curiosas empezaran a verlo dejando el baile o la socialización previa –No sólo me dejaste cuando más te necesite sino aparte de todo me rompiste el corazón para irte con alguien más – acusó sintiendo a sus ojos llenarse de lágrimas y a su voz pender en un hilo.
–¡¿Disculpa?! – soltó Sonic indignado viéndola con molestia o así fue cuando empezó a ver a más gente voltearlos a ver. Estaba a punto de meterse en un circo en donde iba a ser la estrella del show sino lograba sacarla de ahí –Fiona, ven – tomó su brazo con delicadeza –Salgamos a hablar a...
–¡NO ME TOQUES! – se soltó bruscamente para así lanzarle el resto de la copa de champan sobre él –¡No te atrevas a tocarme nunca más!
Sonic retrocedió automáticamente al sentir el agua burbujeante sobre si para ver como un círculo se hacia dónde ellos yacían. La música acalló y todos en la fiesta tenían su atención fija sobre ellos dos. El espectáculo acababa de empezar.
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Caminaba entre la multitud mientras buscaba con la mirada a su pareja, quien parecía haber sido tragada por el mar de estudiantes ebrios y entusiastas.
–¡¿Me estás escuchando?! – inquirió Rouge quien no había dejado de seguirlo.
–Intento no hacerlo – respondió deteniendo su marcha buscando a María con la vista.
Llegaron al lugar de la fiesta según la invitación que había recibido. No era su idea ir a una fiesta tan formal, intentaba evitar fiesta de ese tipo, sin embargo, María se había emocionado mucho con la idea, posiblemente porque casi nunca podía asistir a las mismas debido a sus frecuentes entradas y salidas del hospital; así que decidió ir. Se obligó a vestir un traje negro con una camisa formal blanca y una corbata color bermellón. Realmente odiaba la ropa formal, pero si era lo que se requería para poder admirar a María en un hermoso vestido bien había valido la pena.
–Se supone que soy tu mejor amiga ¡¿Cómo pudiste ocultarme algo tan importante como eso?!
Shadow soltó un pesado suspiro para voltearla a ver con molestia, ya cansado de ese tema.
Su plan había sido pasar un buen momento con su novia, pero ese plan se había ido por la borda al ser interceptados por Rouge, quien al verlo se abalanzó sobre él para reclamarle su conocimiento sobre la relación de su odioso hermano menor.
–Primero que nada, yo jamás he dicho eso y segundo, no es mi relación – alzó sus brazos en señal de desinterés –Además, Amy parecía que quería guardar el secreto, no era mi lugar decir nada – cruzó sus brazos sobre su pecho.
–No sé cómo tienes novia – bufó Rouge molesta ante su respuesta fría e insípida referente a su amistad.
–Podría decir lo mismo – devolvió viéndola con molestia –No sé cómo ese equidna puede soportar tus reclamos sin sentido.
Rouge vio iracunda al erizo quien mantenía su mirada fría y déspota. Abrió la boca lista para contraatacar con un comentario calculado cuando escuchó un grito uno que ocasionado que la música se detuviera de pronto. Tanto Rouge como Shadow dirigieron su atención al grupo de estudiantes que empezaban a formarse en círculo notando a alguien familiar en el centro de éste.
–¿Ese es Sonic? – inquirió Rouge.
Shadow notó lo mismo que ella entre las cabezas que sobresalían para así caminar entre la multitud abriéndose paso bruscamente seguido de la murciélago, para llegar al frente de los espectadores y ver así a Sonic, quien yacía como protagonista de aquella escena, y junto a él a su conflictiva expareja. Fiona the Fox.
Rouge notó como la zorra castaña tapaba su rostro soltando el sollozo más falso que jamás hubiera escuchado, aunque para el oído poco entrenado posiblemente uno muy convincente. Invitados empezaban a rodarlos cada vez más interesados en el entretenimiento que Fiona ahora brindaba, uno que parecía disfrutar bajo aquella mascara de víctima.
–Aparentemente tu hermano no sólo nació con problemas al tenerte a ti como familia, sino que también lo siguen – soltó Rouge con un pesado suspiro al ver la patética escena.
Shadow la vio con una dura mirada sin encontrar divertido su mal chiste.
–¿Qué está pasando? –Knuckles preguntó saliendo de entre la multitud apareciendo a la par de la murciélago quien yacía en primera fila –¿Qué pasó con la músi... ese es Sonic con Fiona? – inquirió el equidna con sorpresa.
–Tú atención a los detalles explica tu capacidad de ser pareja de Rouge – espetó Shadow ocasionando que Rouge lo volteara a ver iracunda. –Aparentemente el rumor de esta fiesta llegó a los oídos de seres indeseados.
Knuckles regresó su atención a su amigo quien se mirada notoriamente incómodo por los murmullos flotantes a su alrededor. Sus ropas yacían bañadas en costosa champaña y su impotencia ante la situación se podía leer en su rostro.
–Eres una patética excusa de hombre, uno que no sabe cómo proveer a su mujer – amedrentó Fiona cruelmente con sus palabras para darle una mirada soberbia encubierta por un mohín de tristeza y agonía –¡Y hoy pienso hacer que todos se enteren de eso!
Todos los murmullos acallaron ante las crueles palabras de ella. Knuckles, quien miraba como espectador sintió la ira brotar de su interior como una oleada de destrucción, frunciendo el ceño ante la actitud de la zorra. Apretó sus puños con fuerza.
–¡Es suficiente! Mujer o no voy a...
–No se te ocurra involúcrate – la voz de Tails se hizo notar, llamando la atención del grupo que se formaba.
Knuckles sintió como el zorrito tomaba su brazo con fuerza previendo que él pudiera acercarse a Sonic o en el peor de los casos, a Fiona. El equidna volteó a ver al zorro inconforme notando como él, en cambio, lo miraba con un semblante serio y calculador, inmune a su obvia expresión amenazante.
–¡¿Bromeas cierto?! – reclamó Knuckles –¡Ella está...
–Si intervenimos de cualquier forma Fiona encontrara la manera de usarlo a su favor y dejar a Sonic en una peor situación – admitió Tails amargamente.
No era la primera vez que miraba a Fiona perder el control con Sonic por alguna absurda pelea donde ella pensaba que tenía la razón o que era una pobre víctima de las circunstancias; aún recordaba las veces que había intervenido en defensa de su amigo, consiguiendo únicamente empeorarlo todo y hacerla quedar a ella como la víctima irremediable de la historia.
–¿Cómo demonios entró? – inquirió Silver quien se reunía con ellos, saliendo con esfuerzo de entre los estudiantes que se conglomeraban al frente de aquel circo de pesadillas.
–¿Acaso no estás prestando atención? – devolvió Rouge sin apartar su vista dura y desaprobatoria de Fiona, quien parecía disfrutar de la atención que recibía en ese momento –Todo el campus está aquí – señaló cual hecho obvio.
Silver fijó su mirada en la zorra quien los vio de reojo con una malicia que sólo quienes habían estado presente en la relación que ellos habían mantenido conocían realmente. Los ojos color ámbar de Silver luego se detuvieron luego en Sonic, quien tenía una postura defensiva, era obvio que quería encontrar la manera de salir de ahí y así quitar sobre él la innecesaria atención que ahora recaía sobre él.
Todos permanecieron en silencio, sin mover un músculo, sin saber cómo ayudar realmente sin poner a su amigo en más aprietos de los que ya estaba.
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La fiesta había parado por completo, ofreciendo un espectáculo que jamás creyó que él protagonizaría.
–Fiona, tienes que tranquilizarte – insistió Sonic retrocediendo un paso ante la amenaza que era ella ahora, sintiéndose claramente incómodo por las vistas curiosas de todos. –Estás demasiado ebria para...
–Para saber lo que hiciste, ¡No, no lo estoy! – habló con sus palabras arrastradas gracias al licor.
Aquel mohín lleno de resentimiento e ira contenida se transformó asombrosamente rápido en uno de desolación para luego un intenso sollozo se escuchó escapar de sus labios color carmín.
Sonic notó las miradas juzgadoras de todo aquel que lo rodeaba alarmándose ante ello. Los murmullos de cómo había lastimado a la pobre chica se empezaron a escuchar como puñaladas silenciosas hacia él. Regresó su mirada hacia Fiona, quien ahora lloraba con un poco más de empeño, empeorando su situación.
Tragó pesado y de nuevo un viejo amigo apareció de entre las sombras. La culpa.
¿Realmente la había lastimado tanto al irse aquella noche? ¿Realmente había huido de sus problemas? Sacudió su cabeza suavemente, intentando borrar esos pensamientos indeseables.
–Escucha – pausó el erizo azul aspirando profundo. Sabía que lo que ella quería era humillarlo públicamente como algún tipo de venganza infantil, y debía admitir, que estaba haciendo un buen trabajo –No pienso ser parte de esto y tú no estás en tus cincos sentidos. Vamos afuera y ahí...
–¡¿Dime quién es esa novia que tienes que crees que es superior a mí?! – exigió de pronto, tomándolo desprevenido.
Sonic abrió sus ojos de par en par atragantándose con las palabras de serenidad y cordura. Sintió como un sonroje intenso pintaba su rostro y como acto instintivo dirigió su mirada a sus amigos, quienes yacían observando aquel espectáculo, viéndolo con la misma sorpresa que él exhibía ante las palabras de ella.
–Este... Fiona, este no es lugar para...
–¡Este es el lugar exacto! – insistió para caminar hacia él y quedar frente a frente –¡¿Dime quién fue la mujer por la cual decidiste dejarme en la calle?! ¡¿Dónde está esa que cree que puede llenar mi lugar?!
–Es suficiente – una voz serena y apacible interrumpió la discusión.
Sonic y Fiona fijaron su mirada en la eriza rosa, quien caminaba entre el mar de estudiante que ahora se habría paso para dejarla pasar y así permitirles llegar hacia ellos.
Amy tragó pesado sintiendo las miradas de todos según ella marchaba y sin titubeo se posicionó entre el erizo y la zorra, quien observaba un tanto sorprendida su inesperada interrupción.
–¿Bromeas cierto? – bufó Fiona con una sonrisa socarrona ladeando su cabeza ligeramente para ver al erizo azul quien observaba con cierto nerviosismo la presencia de la eriza rosa –¿Ahora necesitas de tus amigos para que aboguen por ti? – amedrentó para empujar sin reparo a la eriza en el hombro quien se tambaleó ante el golpe mal intencionado, quitándola del camino y poder ver de frente a erizo –¡Enfrenta las cosas como un hombre!
Sonic vio como Fiona levantaba una mano para abofetearlo con aquella ira y resentimiento que era obvio que había acumulado desde su último encuentro. Cerró los ojos, preparándose para el golpe, o así fue cuando escuchó:
–¡No te atrevas a ponerle una mano encima!
Sonic abrió sus ojos al no sentir el calor del golpe en su mejilla y en su lugar ver a Amy tomar la muñeca de Fiona con fuerza obligándola a retroceder y de nuevo colarse frente a él casi de forma protectora.
–¡¿Quién demonios te crees que eres?! – rabió Fiona con una postura amenazante.
–¡Su novia! – regresó iracunda.
La multitud soltó un jadeó de asombro por las palabras de la eriza rosa, ocasionando que un silencio sepulcral inundara el salón luego de aquella confesión.
¡Hola mis queridos lectores! Bien, para los que me siguen en redes sabrán que llegamos a los 900 seguidores!!!! (y vaya que ha sido un trabajo arduo para llegar hasta acá) ¡Gracias a todos por seguirme y leerme! Y como me pidió una lectora, eso conmemoraba actualización de capítulo esta semana!!!!
¡Bien! ¡¡¡La relación de Amy y Sonic por fin se ha develado!!! Y esto llevará a nuevas situaciones para nuestros protagonistas y varias preguntas incómodas. Asimismo, pudimos ver un poquito más de nuestro dulce y amado Tails en modo romántico <3 Sé que muchos aquí son fans del Tailream, pero como sabrán, en este perfil es una de nuestras parejas menos favoritas (pero nunca digan nunca!!! Las cosas siempre pueden cambiar si el mundo correcto y la situación correcta se presenta).
Esta historia es una historia que he amado escribir, pero debo de informarles que no tarda mucho en llegar a su fin (creo que tendremos un aproximado de 75 capítulos) pues los últimos escenarios para esta historia están por escribirse. Ha sido un largo viaje para aquellos que me han acompañado desde el principio y estoy ansiosa porque me acompañen en este final. ¡Pero mientras eso llega! Disfruten de los siguientes capítulos, pues las cosas están por subir de tono!!!
El cumpleaños de Tails promete un cierre de oro, con noticias nuevas y situaciones que mostraran la vulnerabilidad de nuestros protagonistas. El Capítulo 72: Una Noche para Divertirse
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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