Capítulo 69: La Fiesta de Cumpleaños


Cerró su chaqueta para así salir del apartamento muy temprano. Había dejado de nevar y eso significaba que las clases continuaban con regularidad y ahora que podía regresar a la universidad, era momento de ponerse al día en los proyectos atrasados que tenía. Tails bajó del elevador para así dirigirse al área de correspondencia de su edificio que consistía en hileras de casilleros de metal con una combinación que se debía de digitar para poder abrir la pequeña puerta de metal. Él era el encargado de ver la correspondencia, no por elección, sino porque sus compañeros generalmente olvidan pasar por ésta, provocando que se atrasaran las cuentas o recibieran recados importantes muy tarde.

Sacó el conjunto de sobres apilados para verlos sin interés uno a uno.

–¡Hey Tails! – escuchó a Sonic decir, quien llegaba hacia él.

–¿Sonic? – dijo extrañado al verlo llegar –¿A dónde vas tan temprano?

–Bromeas, tengo entrenamiento – respondió para recostarse sobre los casilleros a su lado. –Ahora que por fin han parado las tormentas de nieve el entrenador planea hacernos retomar el tiempo perdido – rodó sus ojos en señal de cansancio.

–Es cierto, tienen los juegos de invierno en...

–Hola Tails – la dulce voz de Zooey navegó por el desolado pasillo.

–Zooey...– musitó sintiendo sus mejillas enrojecer y de forma inconsciente esbozar una sonrisa mientras la miraba acercarse a ellos –¡Hola, hola! – saludó un tanto más enérgico de lo que le hubiera gustado.

–Estoy impaciente por la fiesta de este sábado – dijo mientras sus mejillas blancas se bañaban de un suave tono carmín

–S-Sí...– balbuceó Tails sin poder evitar sentir aquel indeseable rubor trepar su rostro, sintiendo un ardor sobre éste.

Sonic vio atentamente al zorro para luego dirigir su atención a la tímida y dulce zorrita frente a ellos y notar como dentro de ese silencio, miles de emociones flotaban en el aire, creando una atmósfera cálida e intimida. Una sonrisa traviesa se dibujó sobre los labios del erizo azul para así abrazar a Tails del cuello tomándolo por sorpresa.

–¡Tails está muy emocionado por verte en la fiesta! – habló Sonic con entusiasmo, ocasionando que Zooey lo viera sorprendida, ruborizándose con intensidad y ocasionando que se retraerá de forma tímida. –Y por verte más seguido – guiñó su ojo divertido, ignorando la obvia timidez de la zorrita ante su despliegue de energía

–¡S-Sonic! – se quejó Tails intentando soltarse de su agarré sin éxito alguno.

–Te prometo que no encontrarás mejor hombre que él – habló Sonic con una sonrisa sincera y actitud afable.

Tails detuvo su forcejeó al notar el sincero cumplido por parte de su amigo. Le desvió la mirada, con un falso mohín de incomodad pintado en su rostro, intentando ocultar la indeseable felicidad que brotaba de su interior ante la aprobación de su héroe de la infancia.

–...Lo sé – murmuro Zooey para jugar con un mechón de cabello, intentando esconder la pequeña sonrisa cómplice que se había formado ante las palabras del erizo azul.

Los ojos de Tails se abrieron con clara sorpresa fijando su mirada en Zooey; un destello de emoción se pintó en sus orbes azul cielo para que Zooey le regresara la mirada y le sonriera sueltamente. El corazón de él se aceleró ante la sonrisa suelta y confiada de ella, sintiendo como ésta le robaba el aliento.

–Nos vemos este sábado – se despidió carraspeando su garganta ante la mirada de aprobación del erizo azul, sintiéndose cohibida nuevamente –Hasta entonces, Tails – musitó con una mirada furtiva y cómplice para alejarse de ellos.

Tails la vio marchar sin poder desviar su vista de ella, mientras su corazón tamboriteaba en sus oídos y sus blancas mejillas se mantenían de un intenso color carmín.

–Parece que le gustas – sonrió Sonic de forma pícara, trayéndolo al presente.

–¡S-Suéltame de una vez! – se sacudió al erizo azul de encima en un intento de recobrar la compostura y borrar aquel sonroje que yacía grabado sobre sus mejillas –Andando – ordenó para cerrar el casillero de un portazo. –Que se nos hace tarde– dijo para empezar a caminar, pero no sin antes ver disimuladamente sobre su hombro en la dirección que Zooey había tomado, sonriendo ligeramente.

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Lo sentía llenarla por completo, mientras él se mecía en un suave y rítmico vals intentando no dejarse llevar demasiado rápido, posiblemente porque aquel resfriado no terminaba de salir de su sistema. Amy enroscó sus piernas en la cintura de él y se movió suavemente con un poco más de velocidad queriendo más de él.

Un gemido se escapó se sus labios arqueándose ante el compás de las embestidas de él; su mente se nubló ante la oleada de placer que la recorría y luego escuchar al erizo azul ahogar un gemido para luego desplomarse sobre su pecho.

Ambos mantenían aquella respiración acelerada y una expresión de placer y satisfacción plasmada en su rostro. Los ojos de él se toparon con los de ella, para que Sonic le regalara una sonrisa divertida y así buscar sus labios e imprimir un rápido beso.

–Habitación estrenada ¡Listo! – dijo Sonic en un tono juguetón dejándose caer a su lado.

Amy río divertida para apoyar su cabeza sobre el pecho de él y verlo con cierta ensoñación. Sentía que cada día lo quería un poco más si es que eso era posible.

–Extrañaba esto – murmuró Amy haciendo pequeños círculos sobre el pecho desnudo del erizo azul.

–¿El maravilloso sexo después de clases? – le sonrió con picardía.

–El poder estar juntos en la misma cama – aclaró Amy rodando sus ojos divertida –...Aunque el maravilloso sexo también – consintió con un dejo de vergüenza en su voz.

–Sí, yo también – Sonic rodeando sus brazos en el pequeño cuerpo de ella, para luego soltar un pesado suspiro, borrando la sonrisa de su rostro. –Hasta que Blaze regrese al menos – se quejó malhumorado.

–Lo sé...– asintió desanimada –Pero aún tenemos un par de horas antes de que Blaze termine las últimas compras para la fiesta de Tails – intentó animar.

–Hablando de la fiesta– mencionó Sonic sin borrar aquel mohín de molestia –¿De quién fue la fabulosa idea de vestimenta de gala? – preguntó con obvia molestia.

–Oh vamos, no será tan malo – rio Amy con nerviosismo viéndole culpable, a lo cual Sonic alzó una ceja, impertérrito – Fue Blaze – aclaró velozmente.

–Eso tiene sentido – recostó su cabeza sobre la almohada, resoplando frustrado –Si conoces algo de las fiestas universitarias sabes que un traje formal es una buena forma de matar el ambiente.

–O vamos, será divertido – animó Amy para sentarse sobre sus rodillas y verlo animada –Además, Tails nunca ha tenido una fiesta sofisticada y ahora que ira Zooey será una buena manera de impresionarla.

–Supongo... – murmuró Sonic desganado.

–Y...– una sonrisa seductora se pintó en sus labios para que una mirada llena de picardía llamara la atención del erizo –Podrás ver el nuevo y sensual vestido que compre para la ocasión.

–Eso sí me llama la atención – sonrió cómplice para tomarla entre sus brazos y posicionarse sobre ella –¿De qué tanta sensualidad estamos hablando? – preguntó en un tono seductor.

–Rouge lo eligió – aclaró Amy con una mirada que invitaba a lo prohibido.

La sonrisa en los labios del erizo se expandió lentamente haciendo que un cosquilleó recorriera su espalda ante la mirada de deseo y lujuria que ahora Sonic le regalaba. Amy relamió sus labios ante ello sintiendo como la temperatura empezaba a subir nuevamente.

–Bien, pero me rehuso a llevar saco – aclaró el erizo divertido mientras su mano recorría lentamente el muslo desnudo de ella –Y debo ser yo quien te quite ese vestido al final de la velada.

–Trato – cerró Amy con un beso para dejarse envolver en él.

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Conducían en camino a la fiesta en automóvil deportivo rojo de Sonic. Tails yacía con su mirada sobre la ventana mientras miraba como iban dejando las calles atrás. Podía escuchar una ridícula discusión entre Sonic y Knuckles sobre por qué Knuckles tenía vetado usar su vehículo hasta que le devolvieran su licencia; él por su lado se había mantenido al margen de la discusión sintiendo como un vacío se acrecentaba en su estómago según se acercaban a la ubicación de su fiesta.

El sol estaba cayendo por el horizonte mientras la luna ya podía apreciarse a la en lo más alto del firmamento. Luna llena. En pocas horas llegaría Zooey y su cabeza estaba siendo presa de la ansiedad y la inseguridad. Ella le indicó que por motivos de trabajo llegaría un poco más tarde y que lo vería ahí; después de todo él era el invitado de honor y no podía llegar tarde.

Soltó un imperceptible suspiro para ver su reflejo en el retrovisor del copiloto, sintiéndose extraño, casi como si fuera alguien más y en parte se lo atribuía a la ropa que se había visto obligado a usar. Vestía un sacó café oscuro, una playera blanca y unos pantalones que hacían juego, todo de acuerdo con la etiqueta solicitada en la invitación, todo a excepción de sus cómodos tenis rojos con blanco. Tails se vio sus pies por unos instantes, pensando si a lo mejor los incómodos mocasines negros hubieran sido una mejor opción, sin embargo, los tres habían acordado en no llevar zapatos formales para lo que se supondría sería una de las más grandes fiestas universitarias del año. Eso lo hizo sentir aún más incómodo. No le gustaba ser el centro de atención.

–¡¿No es verdad Tails?! – la voz de Knuckles lo desvió de sus pensamientos para voltearlo a ver sobre su hombro –¡Dile a Sonic que estás de mi lado! – se quejó el equidna viendo de forma sulfurosa al erizo azul.

–Este... – murmuró Tails totalmente ausente de la conversación que se había llevado a cabo.

–Ya quisieras – bufó Sonic rodando los ojos –Al final del día, el veloz de los dos soy yo – apuntó Sonic –Por consiguiente, eso me hace mejor conductor. Es cosa de reflejos – alzó los hombros en señal de desinterés – ¿Tú lo sabes, no es cierto Tails?

–No me meten en sus tontas peleas – dijo Tails regresando su mirada a la ventana.

–Alguien está nervioso al parecer – la voz divertida de Sonic retomó su atención, ocasionando que un indeseable sonroje se pintara sobre sus mejillas –Todo saldrá bien – le sonrió de manera reconfortante ante el nerviosismo que exudaba a plena vista aparentemente –¡Knuckles y yo nos encargaremos que tú y Zooey estén toda la fiesta juntos!

–No es necesario – se apresuró a decir, no necesita que nadie más se inmiscuyera en su inexistente relación.

–¡Claro que sí! – golpeó Knuckles el asiento trasero haciendo que Tails casi chocara con el tablero del vehículo, evitado únicamente por el cinturón de seguridad. –Conociéndote terminarás arreglando alguna fuga de agua o algún otro cachivache en lugar de ponerle atención a tu cita – insistió Knuckles.

Tails restregó sus sienes con la yema de sus dedos, abrumado. Ahora entendía por qué tanto Sonic como Silver se habían resistido a compartir información sobre la seriedad de su relación hasta que ésta se formalizara. Sus amigos eran un dolor de cabeza.

Tails vio con atención a Sonic, quien hablaba de forma animada con Knuckles sobre un plan para "ayudarlo" con su cita. Él no era el único que tenía una cita en esa fiesta. La pregunta de cuándo el erizo estaría listo para confesarse aún rondaba su cabeza, y si sería prudente o confrontarlo ante la situación.

–Por cierto, feliz cumpleaños Tails – escuchó el zorro decir de pronto para ver como Knuckles le mostraba una caja del tamaño de su mano envuelta en un papel brillante rojizo. –Será mejor dártelo de una vez.

–Wow.... Knuckles – murmuró Tails con clara sorpresa tomando el regalo en sus manos –Gracias – le sonrió el zorrito.

–¿Le compraste un regalo a Tails? – dijo Sonic con asombro –No es otra roca de tus excavaciones ¿O sí?

–Hmph, no – dijo ofendido el equidna por el desdén en el comentario de Sonic –Es algo que le será muy útil hoy.

Tails lo abrió con cierta emoción hasta que vio de qué se trataba, quedándose helado ante el inapropiado regalo de su amigo.

–¡¿Eh?! – exclamó Sonic al ver el regalo parcialmente cubierto por la envoltura y luego ver a Knuckles desconcertado –¡¿Le regalaste una caja de condones?!

–Aparentemente él y su nueva noviecita se acabaron la que yo tenía en el baño – explicó Knuckles con un dejo de reclamo en su voz ocasionando que los ojos de Sonic se abrieran como platos, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda ante la queja de su amigo. –Para que dejes de robarme los míos y disfrutes de un buen cumpleaños – sonrió Knuckles ampliamente –¡De nada!

Tails volteó a ver a Sonic inmediatamente, ocasionando que el erizo azul se tensara ante la obvia mirada molesta de su amigo. Aparentemente Tails se había echado la culpa de la caja de condones desaparecida, y sabía perfectamente que él era el responsable de ello, la pregunta era... ¿Sabía con quién los había usado?

–No debiste – masculló Tails forzosamente.

–Es bueno divertirse, pero siempre con protección, ese es mi lema – asintió Knuckles seriamente.

–En serio, no debiste – insistió el zorro para ver de reojo al erizo quien ahora mantenía su vista sobre la carretera en completo silencio. –Pero, por favor, no dejes que sea el único que me divierta esta noche – una sonrisa maliciosa se dibujó sobre sus labios –Deberías de buscarle a Sonic alguien para emparejarlo esta velada.

Sonic lo volteó a ver al acto, percatándose de la malicia en su mirada y la sonrisa soberbia sobre sus labios.

–¡Déjame eso a mí! – aceptó Knuckles emocionado.

–¡Ah, no, no! – dijo Sonic velozmente –Hoy es día de dedicarme a tomar alcohol y...

–Tonterías, está es una oportunidad para conocer a alguien, en especial después de que lo tuyo con Sally no funcionó – interrumpió Tails las febriles palabras del erizo azul –A menos que haya alguna razón para que de pronto no quieras salir con una chica... ¿Eh, Sonic? – preguntó con filo en su mirada.

Sintió las miradas sobre él. Era obvio que Tails quería información sobre con quién había usado esos condones, pero no podía decírselo, no aún. Se lo había prometido a Amy, y además, quería escoger un momento adecuado para hacerlo. Si lo revelaba ahora estaba seguro que Tails no sería el único con sus amigos sobre él para intentar "ayudarlo" con su nueva relación.

–Es sólo que pensé que sería mejor una fiesta para convivir entre amigos y...

–¡Yo me encargaré que te repongas de tú último intento fallido de relación! – exclamó Knuckles con emoción tensando al erizo azul por la promesa en las palabras del equidna –¡Unas amigas de la facultad llegara y te prometo que esta noche no regresarás a dormir sólo al apartamento!

–¡Eso no...

–Suena a que será una noche interesante – interrumpió Tails recostándose cómodamente en el sillón.

Sonic le lanzó una mirada molesta sin poder objetar nada, sólo escuchando los diferentes prospectos que Knuckles ahora ideaba para él. Sería una noche larga.

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Un enrejado se abrió lentamente para que los tres vieran con asombro la "pequeña" propiedad que Sally les había conseguido para la fiesta de Tails. Era una mansión en las afueras de la ciudad. La entrada era del tamaño del campus universitario que tenía un camino empedrado que llevaba a la cima de una colina en donde una mansión de tres niveles tipo victoriana se podía apreciar desde la distancia.

–Esto es...

–Impresionante – completó Tails la frase de Knuckles.

–¡Está fiesta será la mejor de la historia! – festejó Sonic para conducir por el camino marcado.

Se estacionaron cerca de la entrada en donde ya un par de vehículos yacían. Se bajaron del auto para caminar a la entrada en donde el personal de cocina entraba y salía con mesas, manteles, adornos y otras cosas.

–¿No creen que esto es demasiado? – murmuró Tails un tanto incómodo por la elegancia que el lugar transmitía.

–Pensé que iríamos a una casa en los suburbios – concordó el equidna, quien admiraba la mansión gigantesca.

–Pues... estamos en los suburbios – defendió Sonic –Y definitivamente te sorprendimos ¿no es cierto? – dijo viendo al zorro.

–No discutiré eso.

–¡Tails, Sonic, Knuckles! – saludó Silver animado.

Los tres llegaron junto a su amigo quien yacía vestido con un traje gris, un chaleco del mismo color y una corbata de un azul turquesa que tendía a resplandecer suavemente ante el reflejo de las luces que empezaban a encenderse según como la noche tomaba lugar en el firmamento.

–Te ves bien Silver – felicitó Sonic ante la elegancia del erizo plateado.

–Gracias – sonrió con cierto nerviosismo. –Blaze lo eligió – dijo para ver sus finas ropas, algo que ni un millón de años hubiera podido pagar él –Por cierto, ¿no vienes demasiado informal? – inquirió el erizo para ver con desaprobación el atuendo del erizo azul.

Sonic se vio a sí mismo. Llevaba un chaleco azul oscuro sobre una camisa formal blanca, un corbatín negro, unos pantalones de corte recto negros y sus clásicos tenis rojos con blanco.

Sonic alzó sus hombros en señal de desinterés para que Silver lo viera con reproche.

–Es una fiesta de universidad, no una gala – le recordó el erizo azul.

–Sí, pero...

–Ya llegaron – la serena y firme voz de Blaze acalló la discusión.

Blaze yacía con su cabello suelto que rozaba ligeramente sus hombros. Vestía un ajustado corse blanco que hacía que las curvas de su cintura se afianzaran de forma exquisita. Lucía unos pantalones de pierna ancha color púrpura; unos tacones de un color fucsia de punta fina que estilizaban su figura con una elegancia que te robaba el aliento; y sobre aquello llevaba un abrigo púrpura de terciopelo con unos intrincados diseños que se podían percibir sólo a contraluz. El conjunto lo completaba con una hermosa gargantilla dorada con un rubí que se exhibía sobre su pecho arrastrando la atención al inusual escote que exhibía.

Todos se quedaron en silencio ante la imponente presencia de la felina, se le miraba refinada y sofisticada como sólo ella podría hacerlo.

–Feliz cumpleaños, Tails – felicitó dedicándole una pequeña sonrisa.

–¡A-Ah! Gracias – balbuceó con cierto nerviosismo, era la primera vez que la miraba sonreír. –Esto es increíble – felicitó admirando el lugar.

–Y es nuestro por el fin de semana – se involucró Silver entusiasmado.

–¿A qué te refieres? – inquirió Knuckles.

Blaze chascó los dedos al aire y una joven empleada llegó corriendo con una pequeña caja de manera a toda velocidad; acción que sorprendió a todos. La joven empleada se despidió con una reverencia y corrió de regreso a los adentro de la mansión en donde ahora la música empezaba a sonar.

–Todos tienen una habitación para quedarse a dormir por hoy – explicó Blaze abriendo la pequeña caja y acercándola a sus invitados enseñando lo que eran llaves dispersas que tenían un llavero que marcaba lo que asumían era el número de habitación. –Por favor, tomen una y no la pierdan.

–¿Hablas en serio? – inquirió Knuckles tomando la suya y verla con curiosidad.

–¿Por qué bromearía con eso? – inquirió Blaze alzando una ceja sin comprender el comentario del equidna.

–Genial – dijo Sonic tomando la suya con una sonrisa sugestiva.

–No pensé que pudiéramos quedarnos aquí – habló Tails tomando su llave.

–Amy insistió en traer cantidades grandes de alcohol y no creí correcto conducir de regreso en estado de embriaguez, así que solicité las llaves para quedarnos aquí; aunque sólo será para los más allegados a ti – explicó Blaze viendo al zorro –Amy me dio la lista de nombres.

–¡Amy es lo máximo! – celebró Knuckles –Recuérdame que le busquemos pareja para que llene esa habitación vacía – sonrió pícaramente.

Tails y Silver voltearon a ver a Sonic de forma instantánea, quien por su lado forzó una risa poco natural para luego golpear fuertemente al equidna por la espalda haciéndolo perder el equilibrio por el impacto.

–¡Hey! – exclamó Knuckles.

–Deja de decir tontería y entremos – habló Sonic con una mirada sombría –Después de todo ¡Es momento de empezar la fiesta! – celebró ignorando el comentario del equidna y caminar hacia los adentros del lugar.

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El salón empezó a llenarse poco a poco mientras la música estridente empezaba a rezumbar por todo el gigantesco salón. Caras familiares y otras no tanto empezaron a llenar el salón. Cientos de estudiantes universitarios vestidos elegantemente quienes bailaban y tomaban cerveza y otros licores un poco más fuertes.

Amy caminó con admiración según se adentraba al salón de la fiesta. Los adornos eran exquisitos y elegantes, cómo sólo Blaze pudo idear. Ella se había atrasado debido a un problema con el pastel que había encargado al cambiar la menta con chocolate por fresa. Amy observó por las gigantescas ventanas como vehículos seguían llegando y cada vez más gente se podía apreciar. Ella estaba segura de que la lista de invitados no había pasado de los 30 y ahora había más de 100 estudiantes ahí. Soltó un pesado suspiro, era de esperarse de una fiesta universitaria.

Caminó lentamente mientras evadía a las parejas que bailaban sin poder reconocer ningún rostro familiar. Ninguno de sus amigos se apreciaba a simple vista.

Amy se acercó a la mesa de aperitivos, un lugar lejos de los bailarines intrépidos, frunciendo el ceño al notar que había platos vacíos sobre ésta. Se suponía que eso no pasara.

Resopló molesta para así sacar su teléfono, molesta.

–Mandaré un mensaje para que rellenen esto antes de...

–¿Qué se supone que haces aquí? – la voz de Rouge se escuchó a sus espaldas.

Amy casi deja caer su teléfono en el ponche ante la sorpresa para voltear a ver a su amiga quien la miraba con un ceño fruncido.

–¡Rouge! – saludó Amy amistosa al verla llegar.

La murciélago caminó con aquel aire imponente hacia ella, y no era de menos, pues su atuendo realmente robaba una que otra mirada. Un ajustado vestido de un sólo hombro de lentejuelas negras vestía el cuerpo de Rouge. Unos guantes blancos hasta los codos gritaban elegancia y unos tacones del mismo color de punta de aguja gritaban peligro.

–¿No deberías de estar con Sonic? – codeó amistosa para tomar una de las copas de champan de la mesa a sus espaldas.

–Es sólo que estaba viendo que la comida...

–Es una fiesta universitaria por amor a Chaos, Amy, nadie viene por la comida y si hace falta pediremos pizza – alzó sus hombros sin interés.

–No creo que Blaze...

–Ve – empujó suavemente cortando sus palabras –Y diviértete un poco – le guiñó el ojo.

Amy le sonrió un tanto nerviosa para asentir suavemente. La verdad era que no deseaba nada más en este mundo que poder estar con Sonic.

Se abrió paso entre los estudiantes que se amontonaban contra ella al ritmo de la música. El descomunal número de estudiantes sin invitación le entorpecía su búsqueda. El sonido de la música estridente y el mar de caras desconocidas no hacían nada fácil su misión.

Caminó sin rumbo realmente intentando no ser pisoteada según como se abría paso hasta que en un vistazo rápido pudo distinguirlo, deteniendo su marcha. Sonic yacía hablando divertido con Knuckles del otro lado del salón mientras observaba a los alrededores de manera disimulada, o así fue hasta que la divisó entre la multitud. La mirada de él se enganchó en la de ella por un momento que se sintió eterno, uno en donde sólo ambos compartían. Amy sintió como la profunda mirada de él le robaba el aliento sin poder despegar su vista de él.

Amy le sonrió ligeramente para con un par de pasos lentos y febriles dejarse ver de entre la multitud. Sonic abrió lentamente los ojos según como lograba apreciar su presencia, admirándola un tanto embobado.

Ella jugó nerviosamente con un mechón de cabello, sonrojándose tenuemente, recordándose a sí misma su provocativo atuendo.

Un vestido rojo escarlata se deslizaba por sus pronunciadas curvas casi como una segunda piel. Tenía un escote profundo que dejaba ver su busto más de lo que le gustaría, sintiéndose increíblemente expuesta. La parte inferior del vestido tenía dos pijazos desde su cadera hasta el suelo, por consiguiente, sus piernas desnudas se podían apreciar a cada pequeño paso que ella daba. La espalda del vestido estaba vagamente cubierta por un par de pequeñas tiras rojo carmesí que lo sostenían para no caer por completo, dejando su espalda al total descubierto; lo único que tenía cubierto apropiadamente eran sus brazos gracias a los guantes blancos que llegaban hasta la parte más alta de los mismo para darle un toque de sofisticación según Rouge. Sus labios estaban pintados de un intenso color carmín mientras que su cabello yacía rizado en grandes ondas que le daban volumen y movimiento.

–¡Hey Sonic, mira! – la voz de Knuckles interrumpió el momento entre ambos, provocando que ella detuviera su andar y que Sonic regresara su atención al equidna –¡Ella es una de las compañeras que te dije! – Knuckles abrazó de manera juguetona a Sonic del cuello para arrastrar su mirada a un lémur que yacía hablando con alguien más –¡Ve! ¡Invítala a bailar!

–N-No creo que...

–¡Hey Tangle! – Knuckles exclamó captando la atención de la lémur –¡Te quiero presentar a alguien!

Amy observó como Sonic era arrastrado por Knuckles lejos de ella para el erizo regresara su mirada hacia ella, una mirada con una disculpa silenciosa. Ella por su parte soltó un pesado suspiro ante la escena, sin realmente poder intervenir. Apretó sus labios fuertemente hasta convertirlos en una fina línea mientras miraba a Knuckles haciendo las presentaciones apropiadas con suma emoción.

Amy observó con cierto desagrado a aquella lémur de cabello corto grisáceo, quien vestía un corto vestido amarillo... demasiado corto. Vio a Knuckles dejarlos a solas a pesar de las pobres protestas del erizo azul, quien terminó por sonreírle nerviosamente a la lémur, lo cual ella imitó ante el obvio intento de emparejarlos.

Amy se dio media vuelta caminando con molestia de regreso a la mesa de comida, sabiendo que no podía solo aparecerse y tomarlo del brazo alejándola de aquella chica; aunque era en lo único que podía pensar en ese momento. Apretó sus puños con fuerza sintiendo una oleada de celos recorrerla y sin nadie más que culpa que no fuera ella.

Paró en medio de la pista de baile sintiendo aquella llama que ahora eran brasas ardiendo en su interior, uno que no recordaba sentir desde que ambos asistían juntos en secundaria y nacía al ver a Sonic ser demasiado amigable con otra chica. Mordió suavemente su labio inferior, lista para dar media vuelta y olvidar las máscaras que habían mantenido hasta el momento cuando sintió como una mano tocaba con delicadeza su hombro.

–¿Amy? – escuchó una suave voz llamarla, despejando la nube negra que se había situado sobre ella.

Amy vio a sus espaldas para reconocer a su amiga yacer a su lado y sonreírle amistosa.

–Sally – sonrió al ver a su amiga disipando cualquier pensamiento previo y recordándose nuevamente el por qué no podía ceder ante sus impulsos irracionales.

Sally le sonrió de regreso con aquella sonrisa tranquilizadora o así fue cuando una pareja de baile las golpeó ante la rítmica danza que mantenían.

–Será mejor alejarnos de la pista – dijo sonriente para empezar a caminar a un lado, seguida de ella.

Amy observó caminar a Sally de una manera tan etérea, como si flotara por el salón. Su presencia captó la atención de los estudiantes a su alrededor quienes la dejaban pasar haciéndose a un lado, como si de una princesa se tratase, mientras ella le intentaba seguir el paso para no ser absorbida nuevamente en el mar de estudiantes.

Los estudiantes detenían su baile brevemente para admirar a Sally según como andaba; ella vestía un hermoso vestido en corte A en un color azul tornasol, el cual cambiaba de azul a un tenue purpura según la luz lo acariciaba. Usaba un escote muy recatado mientras su cabello yacía recogido en un pequeño moño dejando que unos mechones de cabello, muy cortos para ser aprisionados, enmarcaran su cara, dándole un aire de elegancia que sólo ella podía llegar a tener.

–¿No deberías de estar bailando? – preguntó Sally divertida al por fin llegar un lugar seguro, cerca de las puertas que se abrían a una de las salidas a los jardines.

–Amm... – murmuró Amy para buscar a Sonic con la mirada, quien yacía del otro extremo manteniendo lo que parecía una conversación cordial con aquella lémur.

Amy su mirada se ocultó en la penumbra apretando sus labios fuertemente, sintiendo de nuevo aquella llama abrasante que quemaba dentro de ella.

–No puede ser que no tengas pareja – regañó Sally con un mohín de falsa molestia –Supongo que tendré que encargarme de eso – soltó un suspiro de cansancio.

–¿Cómo dices? – inquirió Amy alzando una ceja confundida.

–Quédate aquí – ordenó para tomar camino por el salón nuevamente, sin permitirle protestar.

El mar de estudiantes se abría ante ella ante cada paso que daba, sin tocar un sólo cabello de la ardilla quien caminaba con la cabeza en alto. Siguió su camino sin obstáculos en ésta para divisar a Sonic, quien sonría de manera forzada mientras una lémur parecía querer compartir algo con mucho entusiasmo a lo que él asentía sin realmente mayor interés.

–Sonic, hola – saludó Sally amena, interrumpiendo la conversación unidireccional.

–¿Sally? – dijo un tanto sorprendido por verla ahí –Hola –saludó.

–Lo lamento, ¿estás ocupado?

–Ah... este, no, digo, bueno...– pausó para voltear a ver a su compañera autoimpuesta –Te presentó a Tangle – dijo educadamente –Tangle ella es Sally.

–Es un placer – asintió la lémur con la cabeza para que Sally le devolviera el saludo silencioso.

–¿Podrías acompañarme? – pidió Sally con un dejo de dulzura en su voz –Quiero decir, si no es mucha molestia – su mirada se fijó en la lémur en busca de permiso.

–Por favor – dijo Tangle con un ademan y una sonrisa. –De cualquier manera, tengo que regresar con mi amiga – amplió su sonrisa

–¡Genial! ¿Vamos? – pidió Sally para dar los primeros pasos de regreso a la pista y ver atentamente al erizo azul, quien la vio un tanto escéptico.

–Ammm.... Seguro – asintió Sonic –Ha sido un gusto – se despidió de la lémur cordialmente.

Sonic soltó un suspiro de alivio para acompañar a la ardilla por el salón de cerca observándola un tanto confundido por la repentina invitación de ella.

–Este... ¿A dónde vamos? – preguntó Sonic en un intento de acallar el incómodo silencio.

–A cambiar tu vida – le sonrió de forma juguetona.

Sonic la vio con cierta sorpresa para verla en silencio por unos segundos. A diferencia de las interacciones previas que había tenido con ella, esta vez no pudo percibir ningún estivo de coquetería o intenciones ocultas; realmente parecía que sólo tenía algún plan escondido, algo divertido debía admitir.

–Si ese es el caso...– accedió Sonic para extender su brazo cual abierta invitación, gesto que ella vio con cierta sorpresa –Guía el camino– le sonrió con diversión.

Sally le sonrió de regreso para tomar su brazo con prudencia y así guiarlo a ciegas por el salón sin un rumbo aparente, o así fue hasta que vio a Amy de pie en medio del salón con una mirada un tanto impaciente o así fue hasta que los vio llegar. Ambos se vieron fijamente con cierta sorpresa por el fortuito encuentro.

Sally vio como una sonrisa se dibujó en los labios de ambos para así acelerar el paso acercándose a la eriza rosa.

–Mi amiga Amy no tiene pareja de baile – dijo Sally soltándose lentamente de él, captando la atención del erizo azul –Y según sé, eres un gran bailarín ¿te importaría? – pidió con una mirada cómplice y una sonrisa ladeada.

Sonic abrió sus ojos con cierta sorpresa por la inesperada acción de la ardilla. Una sonrisa de agradecimiento se pintó sobre sus labios para dirigir su atención a Amy, quien se miraba tan sorprendida como él.

–Será todo un placer – habló Sonic con una sonrisa galante estirando su mano hacia la eriza quien le sonrió con cierta timidez.

Amy sintió como su mano era envuelta con calidez por el firme tacto de él siendo atraída delicadamente hacia él y así quedar frente a frente, dejándose envolver en el cálido ambiente que se formaba entre ellos, o así fue hasta que notó la mirada fija y sonrisa apacible de Sally.

–Espera– dijo Amy retornando su atención a su amiga –¿Y tú...

–Yo debo de ver de dónde salió toda esta gente – refunfuñó Sally anticipando su pregunta con una expresión de falsa molestia –Ustedes diviértanse, yo los veré después ¿de acuerdo? – aseguró Sally con una amplia sonrisa.

–Este... – murmuró Amy un tanto intranquila.

–No aceptaré un no por respuesta – le guiñó el ojo transmitiéndole tranquilidad; Amy esbozó una ligera sonrisa asintiendo suavemente con la cabeza y afianzar su agarre.

–Gracias – le murmuró Sonic con calidez.

Sally asintió con la cabeza para empezar a caminar lejos de ellos, no sin verlos una vez al momento que un baile lento empezaba a sonar en donde la suave melodía era acariciada con cada suave paso que ellos daban al son de la música.

Una triste sonrisa se pintó sobre sus labios obligando a su mirada dirigirse a la mano que había sostenido el brazo del Sonic con cierta nostalgia. Soltó un suave suspiro alejándose de la pista de baile y tomar dirección a una de las puertas que dirigían al extenso jardín.

Salió a la fría noche dejando atrás el bullicio de la fiesta y las luces estridentes. El cantar de los grillos arrullaba la gélida noche y la luna solitaria sobre ella brillaba en lo más alto. Sally exhaló suavemente sobre sus manos para ver el vaho frente a ella. Presionó sus labios con fuerza convirtiéndolos en una suave línea mientras aquel indeseable dolor en el pecho regresaba nuevamente. Ella sabía que era lo correcto, pero aún así, el dolor del rechazo no podía ser apagado tan fácilmente.

–Parece que no soy el único que busca un poco de paz – la voz de alguien desconocido la tomó por sorpresa.

Sally se volteó al acto para ver a un mono de ojos azul zafiro caminar sin interés hacia donde ella yacía, apoyándose sobre la baranda de concreto donde ella yacía a unos metros de distancia de ella.

–Supongo que no – dijo Sally guardando las apariencias, sacudiendo cualquier emoción que perturbadora de ella.

–¿Mala noche? – inquirió el primate con interés; era obvio que era más expresiva de lo que le hubiera gustado.

–Más bien... una dura noche – murmuró para ver de reojo la pista de baile, en donde la amplia sonrisa de Amy le dio cierta calma al dolor que ahora ardía sobre su pecho con una llamarada –, pero necesaria – una media sonrisa se pintó en su rostro.

–Suena a una buena noche entonces – le sonrió.

–Supongo que tienes razón – le sonrió Sally de regreso –¿No deberías de estar bailando allá adentro?

–¿No deberías tú? – devolvió él de forma astuta.

–No tengo pareja – soltó Sally velozmente, palabras que tuvieron un sabor amargo en su boca.

Su sonrisa se borró sintiendo aquella pesadez y tristeza que se mantenía de forma persistente en ella.

–Si ese es el caso – el primate extendió su mano de forma galante –¿Me concederías está pieza?

–¿Eh? – exclamó Sally abriendo sus ojos un tanto confundida por la repentina petición.

–Algo me dice que una pieza de baile es justo lo que necesitas ahora – le sonrió confiado.

–Pero... – murmuró viendo la mano extendida frente a ella –No me conoces, ni siquiera sabes mi nombre.

–Cierto, cierto – concordó el primate –Mi nombre es Khan, Monkey Khan – hizo una reverencia formal –¿Y tú eres...

–Sally, Sally Acorn – le sonrió divertida por la curiosa formalidad de él.

–Ya nos conocemos – le sonrió de regresó –¿Qué dices? – extendió su mano nuevamente.

–Sería un placer, Khan – sujetó su mano.

Este capítulo estaba planeado hace más de un año!!! Por fin, ¡Por fin está aquí! Bien, como dato curioso de esta historia, la relación que Sally iba a tener con Amy y cómo se desarrolló todo hasta este momento nació de un vídeo ánimo llamado Satisfied/ Animatic de Anne Valentine. Desde que lo vi supe que ese sería el rol de Sally en esta historia y tendría ese desenlace. Tanto los atuendos de Amy como el de Sonic para este capítulo están inspirado en ese vídeo (si les interesa pueden verlo).

¡Muchos me pidieron o me preguntaron si saldría Khan! ¡Y vaya que iba a salir! Pero hasta este capítulo (sin embargo, no podía decir nada por spoilers) Pero aquí está y tendrá más mención/aparición en lo que queda de esta historia. De igual forma incluí a un personaje que no había mencionado nunca, que es Tangle. Aunque es una aparición breve estoy contemplando en incluirla un poco más en futuros proyectos.

¡Bien lectores! Lamento la tardanza, pero este mes estuve entretenida en otro proyecto y pausé este, pero ya retomamos con regularidad. Así que para quienes esperaban la fiesta de Tails por fin está aquí y no se preocupen, ¡Aún hay más fiesta por delante y más sobre nuestros protagonistas!

¡Gracias a todos por sus hermosos comentarios hacia esta fiction! Sin más que decir su autora se despide. Kat fuera.

Capítulo 70: Invitados Inesperados.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

https://youtu.be/LPtEFXzCrh8

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