Capítulo 68: Detalles Finales


Estornudó calladamente para sonar su nariz con un pañuelo blanco, frotándose las manos velozmente. Vestía un holgado suéter blanco sobre unos leggins negros con unas botas blancas para evitar enfermarse aún más. A pesar de ello, Amy no sentía que ese lugar tuviera la calefacción suficiente para su inexistente resistencia al frío.

–¡Mira este! – soltó Rouge con entusiasmo para enseñarle una blusa negra con un profundo escote y de tiras blancas, llamando su atención.

–Olvídalo – le dio la espalda para estornudar nuevamente mientras esa expresión de pocos amigos se mantenía grabada en su rostro.

–Bien, ¿qué hay de esta? – enseñó una blusa roja sin mangas de vientre descubierto.

Amy vio de reojo la duodécima prenda que Rouge llevaba en un desesperado intento en meterla en los probadores, sin éxito.

–No soy una prostituta – se negó cruzándose sus brazos sobre su pecho fijando su mirada al frente nuevamente.

–Pues yo tengo una igual en negro – espetó Rouge para que su buen ánimo cambiara radicalmente viéndola con su ira enjaulada y mirada desdeñosa.

–¡E-Es decir...! – intentó arreglar Amy viéndola arrepentida, para que Rouge la viera con obvia molestia –Lo lamento... no quise ofenderte – se disculpó a medias –Es sólo que, nada de esto parece algo que usaría o con lo que me sentiría cómoda – murmuró cohibida al ver las prendas que se acumulaban a su alrededor –Quiero decir, parece algo más que usaría en la habitación que...

–¡Haberlo dicho antes! – sonrió Rouge animada, borrando su molestia inicial –¡Busquemos lencería entonces!

–¡¿Cómo dices?! – exclamó Amy sonrojándose intensamente.

Si en algún momento decidía usar lencería preferiría que no hubiera sido escogida por Rouge, por nadie de ser el caso.

–Ajá, empecemos por ahí– habló Rouge con una sonrisa libidinosa –Podemos llamar a Sonic y preguntarle sobre...

–¡Bien! ¡Tú ganas! – detuvo Amy mientras la vergüenza la consumía en sus fauces. No pensaba involucrar a Sonic en eso –¡Me probaré un conjunto, pero olvida lo de lencería! – suplicó.

–Genial – sonrió Rouge con una mirada maliciosa y una sonrisa afilada –Espérame aquí, me encargaré de encontrar el outfit perfecto y deberás de probártelo sin protestar – amenazó seriamente.

–Bien...– accedió la eriza resignada.

Amy vio a Rouge adentrarse en la tienda con emoción. Soltó un pesado suspiro. ¿Cómo se le había ocurrido apostar con Rouge?

Habían salido poco después de que Sally se fuera del apartamento y la había arrastrado al centro comercial sin escuchar sus cientos de protestas y manera de convencerla de cambiar la apuesta por algo más. Esa era la tercera tienda en a la que Rouge la llevaba y desde que había llegado se había rehusado a probarse alguna de las prendas que Rouge le había mostrado. No se sentía cómoda con los atuendos y hasta ese momento había logrado haberse salido con la suya, pero al ser Rouge, encontraría la manera de triunfar en su artimaña. Estaba condenada.

–Yo y mi gran bocota – resopló Amy frustrada.

Se recostó sobre la pared a sus espaldas para así fijar su vista a la salida de la tienda a tan sólo unos cuantos metros de ella, llamándola de forma silenciosa, tentándola en huir de ahí y buscar otra forma de pagar su patética deuda.

Amy mantuvo su vista ahí, viendo a los transeúntes pasar, deseando poder colarse entre las filas de gente cuando algo particular llamó su atención. Sus ojos se abrieron lentamente para así recobrar la compostura lentamente observando atentamente, sin respirar, sin parpadear. Una melena blancuzca se ondeaba como bandera de guerra entre el gentío.

El chacal que yacía viendo su teléfono de manera desinteresada debió sentir la mirada fija e intensa de ella pues volteó a verla directamente. Sus ojos de diferentes colores se abrieron un poco más, con sorpresa al igual que los de ella.

–¿Amy? – la voz de él resonó cual rayo entre el bullicio haciéndola estremecer. Era él, era su exnovio parado en medio de aquel centro comercial.

–¡I-Infinite! – chilló Amy tensándose al acto –¡Digo, Zero! – corrigió con obvio nerviosismo uno que no podía controlar.

El chacal caminó hacia ella con aquella sonrisa confiada y mirada altanera que conocía tan bien. No pudo moverse de su lugar, sentía que estaba soñando ¿Cómo podía estar en Station Square? Se suponía que él estaría en Metropolis Zone una vez se graduaron de la preparatoria.

–Es Infinite ahora – indicó con aquella voz ronca y grave –¿Aún compras en lugares como estos? – inquirió viendo con cierto desdén sus alrededores.

–Amm... – murmuró inquieta –Vengo con una amiga – respondió dirigiendo su mirada a sus pies de forma automática.

Sintió la intensa mirada de él sobre ella. Su corazón latía en sus oídos de forma ensordecedora y todo aquello que la había acechado desde su ruptura reapareció. Una opresión en su pecho la hizo colocar una mano sobre el mismo, sintiendo como se quedaba sin respirar. Se sentía pequeña frente a él, él la había entrenado para hacerla sentir de esa manera.

–¿Y qué dice la gran ciudad? – preguntó Infinite de forma casual –¿Aún buscas a tu héroe caído por aquí? – inquirió burlesco

–¿Eh? – subió su mirada para ver aquella sonrisa socarrona

–Regresaste aquí para suplicar por otra oportunidad ¿no es verdad? – se mofó viéndola de manera condescendiente.

Amy frunció el ceño ante sus despectivas palabras. Para Infinite ella no era nada más alguien desesperada que rogaba por un poco de amor, pero ese ya no era el caso. No. Ella había cambiado, todo había cambiado, pues ella ya no era esa niña ingenua que se dejaba manejar e intimidar por él; la niña que cuando él hacía esos comentarios sólo esbozaba una sonrisa forzada y tragaba sus lágrimas ocultando su mirada apagada tras su flequillo, pensando que nadie podría amarla por quien era.

Colocó una mano sobre aquel pendiente que adornaba su cuello, recordando que eso no era así. Alguien la amaba por quien era, pero lo más importante... es que ella había aprendido a amarse por su cuenta. Había sido un camino tortuoso y difícil, pero aquellos que estuvieron a su alrededor le recordaron una y otra vez que ser diferente era algo bueno, algo que merecía ser valorado y apreciado.

–Podría decir lo mismo – espetó Amy impertérrita para así elevar su rostro y verlo directamente a los ojos –¿Vienes a ver si logras conseguir otra oportunidad para entrar a los G.U.N? – preguntó fría ocasionando que la mirada altiva del chacal se transformara en una iracunda –Después de todo escuche que te negaron la aplicación tres veces – confrontó fingiendo desinterés.

–Has cambiado – farfulló Infinite viéndola intensamente.

–Me gustaría decir lo mismo – le devolvió con una mirada afilada.

Infinite le sonrió complacido, borrando su mohín de molestia con suma facilidad; como si su actitud agresiva fuera algo que le agradara, tomándola por sorpresa.

–Me gusta esta nueva Amy – se acercó más a ella.

Amy reculo de forma instintiva. Sus palabras podrían entonar mucho valor, pero una parte de ella aún se sentía insignificante a su lado. No tenía idea de cómo enfrentarlo apropiadamente, sin embargo, no pensaba permitir que siguiera haciéndola sentir inferior.

–¿Qué tal si vamos a cenar? – invitó Infinite de pronto, tomándola desprevenida –Podría incluso vestir algo de aquí – murmuró viendo de reojo las blusas entallas y escotadas en los percheros cerca de ella, las que Rouge había dejado ahí.

Amy abrió sus ojos, incrédula. Le recordaba un poco como es que él la había invitado a salir la primera vez y como en aquella oportunidad ella vio esa actitud confiada y petulante como algo seductor y encantador. Ahora era todo lo contrario.

–Eso no pasará – negó suavemente con la cabeza. Infinite alzó una ceja un tanto confundido por su negativa –Mi novio te daría una paliza si sabe que estás en la ciudad, no se diga me invitas a salir – sonrió trayendo la imagen de Sonic a su mente.

–¡Ja! ¿Con que ahora se trata de una competencia? – rio irónico, alertándola –Eso sólo lo hace aún más interesante –sonrió confiado –Me gustaría ver de lo que es capaz de hacer ese noviecillo tuyo– retó.

–Creo que no me di a entender bien – dijo Amy con suavidad en sus palabras –Mi novio es lo mejor que podría pasarte, porque si yo saliera contigo... – pausó por un momento para que una mirada sombría inundara sus ojos color esmeralda – Yo misma te daría la paliza de tu vida – amenazó sin reparo –Un error no se comete dos veces, menos uno que sólo buscó destruirme por dos años.

Infinite abrió sus ojos con sorpresa ante las desafiantes palabras de la eriza. Definitivamente no era la callada y abnegada Amy que él recordaba.

–Hmph... igual, el premio no lo vale – se dio media vuelta.

Amy lo vio marchar en silencio mientras ella sentía que todo el coraje y valor que había reunido de pronto dejaba su cuerpo. Soltó un pesado suspiro sintiendo su cuerpo empezar a temblar ante lo que acababa de acontecer. Ella lo había confrontado... lo había podido encarar y salir victoriosa ante ello, y a pesar de ello sentía como su corazón aún latía a gran velocidad mientras la emoción de inseguridad y vulnerabilidad no lograba sacudirla del todo de su cuerpo.

–¡Eso fue increíble! – un abrazo por parte de Rouge la sofocó. –¡Por un momento pensé en involucrarme, pero has acabado con ese patán tu sola! – felicitó para soltarla al fin. –¿Cómo te sientes?

Los ojos de Amy se empezaron a nublar, ocasionando que la sonrisa que Rouge había mantenido se desvaneciera lentamente al notar la expresión angustia y ojos aguados de ella.

–Oh... cariño – murmuró para abrazarla con suavidad –Hiciste un gran trabajo para valerte por ti misma.

Amy abrazó a Rouge sin poder contener las lágrimas que brotaban de sus ojos. Una mezcla de diferentes emociones la abrumaban, el dolor de un pasado que había aparecido frente a su puerta, y a su vez, el orgullo de haber podido mantenerse firme. No entendía el porqué de ese llanto, pero sentía que era algo que llevaba mucho tiempo guardado, como aquella herida que por fin es tratada y a pesar de ello su recuperación es dolorosa.

–Sabes algo, creo que ya no necesitas un guardarropa nuevo –murmuró Rouge mientras acariciaba su cabello para darle un poco de calma.

Amy tomó distancia de ella secando sus lágrimas traicioneras con su manga y verla con sorpresa ante sus palabras.

–Ya has cambiado lo más importante – le sonrió Rouge dulcemente. Amy sintió como las comisuras de sus labios se elevaban para así mostrar una sonrisa, asintiendo suavemente –¡Pero el vestido de la fiesta de Tails lo escojo yo! –aclaró.

–Bien – se resignó recuperando su sonrisa –Prometo probarme lo que me traigas.

–Le daremos la bienvenida a esta nueva y mejorada Amy Rose.– Amy le sonrió amenamente. Le gustaba la idea. –Ahora andando ¡Conozco la tienda correcta!

Amy asintió para seguir a la murciélago de cerca. No pudo evitar ver de reojo el camino que había tomado Infinite por unos segundos, uno en sentido opuesto al de ella. Eso se sentía bien, eso se había sentido demasiado bien. Por primera vez sentía que había dejado una pesada carga... y estaba lista para algo nuevo.

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Tails salió de su habitación sintiendo el frío invierno envolverlo. De nuevo las clases se habían cancelado gracias a la nevada de la noche anterior lo que había ocasionado que se encontraran a un par de grados bajos cero. Incluso en el apartamento podía ver el vaho exhalado gracias a la casi nula calefacción a petición de Knuckles.

Se encaminó a la cocina para tomar su ansiado café en un intento de entrar en calor antes de tomar una arrebata decisión, como instalar un nuevo regulador de termostato que mantuviera el apartamento más cálido y se ajustara de manera automática, uno que Knuckles no pudiera destruir; como fue el caso del último en el invierno del año pasado.

–...Tal vez si esta vez le pongo una protección de acero blindado – murmuró el zorro mientras observaba la cafetera trabajar y frotaba sus manos en un intento de entrar en calor.

Escuchó una puerta abrirse a sus espaldas para así ver a Silver salir de su habitación con una extraña e iluminadora sonrisa en su rostro. Tails lo vio andar mientras tarareaba algo según como llegaba a la cocina. Se le miraba de buen humor.

–Buenos días – saludó Tails para tomar una taza de café y sentir el alivio de la caliente bebida.

–¡Buenos días! – devolvió Silver enérgico.

–Vaya, alguien amaneció de buen humor – mencionó Tails sin poder compartir su buen humor

–¿Eh? No, no, para nada – dijo Silver sin poder borrar esa boba sonrisa de su rostro y así dirigirse al refrigerador para sacar el galón de leche y buscar de la alacena el cereal.

Tails alzó una ceja ante la buena actitud y sonrisa tatuada sobre los labios del erizo plateado; él conocía esa sonrisa. Lo vio servirse la leche en un tazón mientras tarareaba algo incompresible.

–Y dime...– habló Tails en tono casual –¿Cómo te fue con Blaze ayer? – preguntó viéndolo suspicaz.

Silver derramó la leche ante la pregunta del zorro para buscar de manera nerviosa las toallas de papel.

–¡Ammm! ¡E-Este...! – calló el erizo plateado abruptamente sintiendo sus mejillas arder.

Limpió con cierto frenesí el desastre sobre el mostrador, sin poder responder apropiadamente.

–Oh – soltó Tails con una clara expresión de sorpresa ante la actitud de su amigo. –Veo que todo salió mejor de lo que pensabas – una sonrisa ladeada se dibujó en su rostro para regresar su vista a su café –Te felicito.

Silver sintió un intenso sonroje cubrir su rostro mientras una ola de calor lo obligaba a jalar el cuello de su sudadero color crema en un intento de refrescarse ¿Era tan obvio lo que había pasado entre ellos? Lanzó su mirada al suelo, apenado por su falta de temple.

Tails se sentó en una de las sillas para sorber un poco de su cabeza y en su teléfono, revisar las últimas noticias en tecnología como era su costumbre cada mañana, dado por concluido el tema.

–Tenías razón– escuchó a Silver decir de pronto. Despegó su mirada de su celular para voltear ver al erizo plateado, quien tenía su mirada en el tazón de leche a medio servir –Sobre que todo se daría natural... ya sabes... – murmuró con un dejo de vergüenza en su voz.

–Oh... – exclamó Tails. Eso lo había tomado por sorpresa. Aunque era bastante obvia la razón de su felicidad no esperó que la compartiera –Amm... ¿Y todo salió bien? – preguntó el zorro con genuina curiosidad.

–Sí, eso creo– respondió Silver mientras terminaba de limpiar sin poder dirigirle la mirada –Aparentemente levitó cosas cuando voy a...– pausó un segundo deteniendo su acción –Ya sabes... – desvió su mirada, avergonzado.

Tails soltó una risilla divertida ante el comentario, ocasionando que Silver lo volteara ver con molestia por la reacción ante su confesión, pero no había podido evitarlo. Eso era sin duda los más peculiar que había escuchado que podía pasarle a alguien en un medio de un orgasmo.

–Lo siento, lo siento – se disculpó Tails en una sonrisa ahogada –Es sólo que nunca había escuchado algo como eso antes.

–No me digas, soy el único de tus amigos telepatas que le pasa esto ¿cierto? – habló Silver con ironía tomando su cereal y sentándose en el otro extremo de la isla de la cocina con un mohín de molestia grabada.

Touché, ok, perdona – dijo Tails sincero para que el erizo plateado bufara con molestia ante su malograda disculpa –Pero fuera de eso ¿todo bien? Quiero decir... – silenció sin saber cómo abordar lo que realmente quería preguntar –... ¿No hubo más daños de tu lado o... el de ella? – completó carraspeando su garganta.

–Sólo mis habilidades se activaron si esa es tu pregunta – respondió Silver secamente para dar el primer bocado, sin dignarse a verlo.

Tails soltó un suspiro aliviado. Realmente tenía mucha duda de si los poderes de ella se podrían activar o peor aún lastimar a alguien durante algo tan delicado como lo sería el sexo.

–Pues, bienvenido al club – sonrió Tails en un intento de borrar el mal humor de su amigo. –Si piensas contárselo a Knuckles o Sonic prepárate para cientos de preguntas invasivas, más si fue tu primera vez – habló con una mueca de desagrado ante el recuerdo de las preguntas invasivas cuando él mencionó su historia. –Pero suena que fue bastante bueno para ambos – sonrió Tails amigable.

–Mmm... sí, bueno...– retomó Silver sintiendo nuevamente el indeseable sonroje pintar sus mejillas – También fue como dijiste – murmuró abochornado, captando la atención del zorro –Sobre lo de terminar muy rápido– aclaró dando otro bocado a su cereal sin atreverse a verlo.

–Eso lo entiendo demasiado bien – asintió Tails con un pesado suspiro –En mi primera vez, acabábamos de empezar cuando... – calló de golpe, dándose cuenta que estaba compartiendo demasiado. De nuevo.

Tails sintió la mirada atenta de Silver, una llena de alivio. Eso lo hizo sonreír, a él también le causaba alivio el saber que no había sido el único perdedor que a lo mejor se había emocionado mucho en su primera vez.

–Bastante seguro que sólo yo logre terminar esa vez – admitió Tails con una risilla nerviosa.

–Sí – asintió Silver con un pesado suspiro –Aunque la segunda vez creo que logre enmendarme.

–¿Segunda vez? – repitió Tails viéndolo con un mohín de asombro.

–Ajá, pero creo que en la tercera ya entendía un poco mejor qué era lo que ella... ¿Qué? – inquirió Silver al notar la mirada de asombro del zorro.

–¡N-Nada, nada! – rio nervioso para seguir tomando su café, sintiéndose como un niño otra vez. –Ves, te lo dije que no lo pensarás tanto – completó para que Silver le sonriera abiertamente.

Tails soltó un suspiro imperceptible. Sabía que no era una competencia, pero por alguna razón ahora se sentía dejado atrás. Él nunca lo había hecho más de una vez las veces que había estado con Cosmo, aunque para ser justos, encontrar de por si un lugar y tiempo suficiente para hacerlo cuando tenía 17 años había sido un reto mayor.

–Por cierto, ¿tendrás algún cinturón que me prestes? – inquirió Silver –Será solo por hoy.

–¿Uh? ¿Qué pasó con el tuyo? – preguntó Tails, extrañado.

–Ammm... digamos que tuvo un percance ayer – carraspeó su garganta sonrojándose ante el recuerdo. Los ojos de Tails se abrieron atentos, sobreentendiendo a lo que se refería –Saldré con Blaze a comprar un par de cosas más tarde. Te lo devolveré en la noche.

–Bien – asintió Tails con la cabeza –Espero regrese en una pieza – amenazó –O sabes qué, si piensas hacer algo no debes de devolvérmelo – se estremeció con desagrado ante la idea.

–¡P-Prometo que no pasará! – respondió Silver velozmente –Después de todo ella necesita recuperarse antes de...– silenció con un dejo de vergüenza en su voz.

Tails sintió su rostro ruborizarse ante el mensaje implícito en sus palabras.

–¿Quién necesita recuperarse? – escucharon decir de pronto para ver a Sonic salir de su habitación y encaminarse hacia ellos –¡Genial, cereal! – celebró para llegar hacia el erizo plateado.

–¡Consigue el tuyo! – levitó Silver su tazón en el aire para que el erizo azul no lo alcanzara.

–¡Vamos, llevo prisa! – suplicó batallando con el erizo plateado.

–¡Siempre llevas prisa! – reclamó Silver forcejeando con el erizo azul –¡Levántate temprano o consigue tu propio desayuno!

–Haz lo que te dice – regañó Tails para verlo de manera desaprobatoria.

–Bien, comeré una manzana o algo – se resignó para tomar camino al refrigerador –Y bien, ¿quién tiene que recuperarse? – preguntó inspeccionando la nevera con la mirada.

Silver y Tails se vieron velozmente a los ojos, en silencio. Silver le dio una mirada de súplica a Tails, quien la entiendo perfectamente, era obvio que no estaba listo para hablar de eso con Sonic.

–Este... Ammm... ¡A-Amy! – mintió Silver bajar su tazón y la caja de cereal con sus poderes y sonreír nerviosamente –Ayer salió con Rouge y creo que ahora que se cancelaron las clases debería de aprovechar para recuperarse por completo– rio forzado para dar otro bocado intentando concluir el tema.

–Sí, la verdad es que... –Sonic tosió suavemente para restregar su nariz al sentir una indeseable picazón. –Maldición, Knuckles mantiene esto como un maldito congelador – se quejó tosiendo nuevamente.

–¿Te encuentras bien? – inquirió Tails para ver al erizo azul con suspicacia.

–¿Eh? Sí, sí – asintió tomando una manzana del refrigerador cerrando el mismo –Creo que me quiere dar gripe – alzó los hombros en señal de desinterés. –Nada importante.

–Sabes, es extraño – murmuró Silver fingiendo desinterés –Que te enfermes al mismo tiempo que Amy quiero decir – sonrió con cierta complicidad.

La expresión de Sonic cambió radicalmente ante la insinuación de Silver, volteándolo a ver con horror.

–Tienes razón – concordó Tails con una falsa inocencia –Más porque no se han visto desde la mudanza ¿O sí?

–¡C-Claro que no! – negó Sonic con un intenso sonroje para que ambos lo vieran con incredulidad –¡Esto es por el frío! – se defendió –¡Hace casi tanto frío aquí adentro como afuera! – se quejó molesto, para notar las miradas incrédulas de sus amigos –¡No pueden asumir que todos los que tienen gripe es porque pasaron la noche con Amy!

–¿La noche? – repitió Silver un tanto desconcertado.

–Nunca dijimos que pasaste la noche con ella– indicó Tails negando suavemente con la cabeza –¿O sí, Silver?

–Jamás dijimos eso – concordó viendo al erizo azul de forma suspicaz.

–Eso me recuerda ¿Sonic, dónde estuviste este lunes? – inquirió el zorro para sorber un poco más de café –Te fuiste muy rápido luego de hablar con Silver.

–¿El l-lunes? – repitió Sonic sonrojándose –Salí... sólo necesitaba salir por un poco de aire, ya sabes, a seguir entrenando – rio Sonic nervioso – ¡Wow! Miren la hora – soltó Sonic de pronto –Tengo una cita... ¡asunto! – corrigió velozmente –Asunto, y voy a llegar tarde así que... – corrió hasta la puerta –¡Nos vemos! – se despidió con un ademán.

Silver se sonrió para así continuar con su comida, al igual que Tails, quien sorbió un poco más de café. Ambos permanecieron en silencio por unos segundos, para que luego sus miradas se cruzaran, viéndose con sospecha el uno al otro.

–No me había percatado de lo cercano que se volvieron Sonic y Amy, ¿sabes? – mencionó Silver lo más casual que pudo.

–Lo sé, ¿cierto? – concordó Tails para verlo de reojo –Más cercanos de lo que hubiera esperado – sorbió un poco de café de forma desinteresada.

–Mucho más cercanos aparentemente – asintió Silver para verlo de reojo por igual.

Ambos se vieron de forma suspicaz, en silencio, interpretando la mirada del otro.

–Dime... ¿Acaso tú sabes algo? – preguntó Tails fingiendo desinterés.

–No lo sé... ¿tú sabes algo? – imitó Silver.

–Sé muchas cosas – alzó el zorro sus hombros sin importancia –O hablas de algo en particular... ¿o de alguien? – corrigió viéndolo con filo en su mirada.

–Algo sobre... no lo sé – respondió Silver moviendo desinteresadamente su cuchara en su tazón vacío –¿Sonic y... Amy? – se atrevió a decir para fijar su mirada en él.

Ambos se vieron en completo silencio por unos instantes.

–¡¿Lo sabes?! — exclamaron al unisono con emoción –¡¿Saber qué?! – dijeron al mismo tiempo. –¡Que están saliendo juntos! – respondieron en perfecta sincronía.

–¡No puedo creerlo! ¡Pensé que era el único que lo sabía! – dijo Tails con una sonrisa de alivio.

–¡Yo pensé que era el único que lo sabía! – devolvió Silver animado –No lo puedo creer, es realmente algo increíble, quiero decir, sabía que se llevaban bien, pero nunca pensé que realmente Sonic se atreviera a ver a Amy como algo más, más con lo firmeza que siempre negó que podría verla como algo más.

–Bueno, siempre ha sido una historia complicada desde... un momento– pausó de pronto, borrando toda emoción previa –¿Cómo te enteraste? – inquirió Tails alzando una ceja –¡¿No me digas que Sonic te lo dijo?! – preguntó Tails con cierta indignación. –Hmph, a mí no me ha querido decir nada – dijo cruzando sus brazos sobre su pecho en señal de molestia.

–¿Eh? No, no, no me ha dicho nada – negó Silver con la cabeza –A mí tampoco me ha querido decir nada – resopló molesto –Pensé que él te había dicho algo a ti –. Tails negó con la cabeza. –¿Cómo lo sabes entonces?

–Me enteré por casualidad el día del festival en la Escuela.

–Espera – interrumpió Silver con una expresión pensativa –Ese fue el día que Amy bailó con Esp... ¡¿Acaso por eso Sonic estaba tan molesto?! – soltó cual epifanía –¡Y por eso se fue cuando empezó el Acto de cierre!

–Supongo – alzó Tails los hombros. No estaba enterado de los sucesos antes de que él se los topara en el aquel gimnasio –Yo los encontré en el gimnasio por casualidad, aparentemente habían tenido una discusión.

–Claro... por eso Amy fue quien dijo que iría por él cuando le dije que se había ido– Silver abrió sus ojos con clara sorpresa –¡Ahora todo tiene sentido! – dijo animado para que Tails asintiera con una sonrisa –Pero no lo entiendo, si estás juntos ¿por qué no nos dicen nada?

–No lo sé– respondió Tails soltando un pesado suspiro –Creo que sólo están saliendo, ya sabes, para saber si funciona.

–¿Quieres decir que no son novios?

–No lo creo– negó suavemente –Quiero decir, Sonic ha intentado muy fuerte hacernos creer que está con alguien más – habló pensativo –Conociendo a Amy, si fueran pareja oficial no lo toleraría y tampoco creo que sería algo con lo que Sonic estaría de acuerdo. No es ese tipo de erizo.

–Aún así– soltó Silver con un pesado suspiro –, pero... wow... quiero decir, Sonic y Amy juntos.

–¡Por fin! – escucharon decir sobresaltándose de golpe para voltear a ver a Jet salir de su habitación –No puedo creer que se tardaran tanto en descifrarlo – reclamó para tomar la caja de cereal del mostrador y así empezar comer las hojuelas de la misma de forma desinteresada –¿Y se dice que eres un genio? – espetó para ver con desdén a Tails, quien frunció el ceño ante su comentario hostil.

–¿Tú lo sabías? – inquirió Silver con asombro.

–No es necesario saltarte tres años de escuela y tener habilidades mágicas para darse cuenta que desde que esa eriza llegó a este apartamento algo ha sucedido entre ellos – ridiculizó para seguir comiendo mientras una mirada molesta por parte de Tails y de Silver se mantenía fija sobre él, a la cual le restó importancia –Quiero decir, luego del striptease que Amy le hizo en la sala, era más que obvio que algo pasaría entre ellos tarde o temprano – dijo para lanzar una bolita de cereal en el aire y atraparla con su pico ágilmente.

–¡¿QUÉ?! – exclamaron Silver y Tails al unísono para así acercarse a él con una expresión de claro interés.

–Sí, un día me quedé dormido por la tarde en mi habitación y escuché música extraña, música sensual – indicó para comer un poco más de cereal –Asumo que no sabían que estaba ahí – alzó los brazos en señal de desinterés.

–¡¿V-Viste a Amy haciendo...

–Claro que no – interrumpió la pregunta de Silver viéndola con molestia –Pero por su conversación a través de la puerta era más que obvio lo que pasaba.

–No lo entiendo... ¿Por qué Amy haría algo como eso? – murmuró Tails pasando su mano por su flequillo un tanto incrédulo.

–Pagó una apuesta.

–¿Apuesta? – repitieron al unisono Silver y Tails.

–No lo sé, algo de un tonto videojuego o algo así.

–Espera... – detuvo Tails abriendo sus ojos con sorpresa, recordando.


"Amy y yo estipulamos que quien llegará primero a las 10 victorias sería el ganador, y el perdedor deberá de pagar la apuesta."


Recordó las palabras de Sonic aquel día, una a las que no les dio importancia en su momento.

–¡POR ESO NECESITABAN SABER QUIÉN PERDIÓ! – exclamó Tails cual epifanía.

–Supongo – asintió Jet –Creo que también tuvieron problemas por sexo. Tu amigo es más lento de lo que espere – rememoró pensativo.

Los ojos de ambos se abrieron lentamente ante las palabras que el halcón ahora declaraba de manera tan natural. Debía de haber un error, Sonic no se conocía por ser paciente, menos si se hablaba de sexo.

–Debes de estar bromeando...– soltó Tails alzando una ceja.

–No, mi cama está pegada a la pared que da justo a la habitación de Sonic – explicó –Paredes delgadas – alzó sus hombros sin interés.

–Esto explica tantas cosas – murmuró Silver incrédulo. Los repentinos buenos consejos de Sonic y su mejorada empatía en relación con la intimidad de pareja. –Pero no lo entiendo – continuó Silver confundido –Son nuestros amigos, el que estén juntos es algo maravilloso ¿Por qué...

–Creo que esa es la razón – interrumpió Tails seriamente –Son nuestros amigos y conociendo a Sonic no creo que quiera cambiar las cosas a menos que realmente crean que van a algún lado.

–Entonces no son novios – preguntó Silver para que tanto él como Tails voltearan a ver a Jet.

–Pues tuvieron sexo hace unos cuantos días – dijo inadvertidamente para que ambos se sonrojaran intensamente por la naturalidad en que habla de sus amigos y ese tema –Por Chaos esa eriza si es ruidosa cuando...

–¡S-Suficiente información! – detuvo Silver sonrojándose con intensidad.

–Oh vamos, es sexo de lo que hablamos – bufó Jet –Por cierto, Silver, si piensas traer a tu nueva novia, es mejor que sepas que ya se acabaron los condones que había en el baño– Silver lo vio con obvia sorpresa sonrojándose intensamente ante sus descuidadas palabras –Aparentemente su amigo decidió recuperar el tiempo perdido.

–Debe de ser una broma – soltó Tails sin saber cómo reaccionar ante toda esa información.

–¿Broma? – alzó Jet una ceja confundido de por qué él bromearía con algo como eso –Knuckles no pudo hacer nada porque alguien tomó todos sus condones, y créeme, no se le miraba feliz.

–Jet, no entiendo– cambió el tema el erizo plateado –¿Por qué no habías dicho nada? – inquirió Silver para ver a su amigo con reproche.

–Bueno, antes eras un virgen sin experiencia que no tenía con quien hacer...

–¡Hablo de la relación de Sonic y Amy! – corrigió el erizo plateado sonrojándose velozmente.

Jet alzó una ceja, bufando con molestia.

–Aunque sé que técnicamente Sonic no puede echarme de aquí ya que perdió contra mí en aquella apuesta durante una carrera en Extreme Gear – comenzó –No pienso tentar mi buena suerte – aseveró –Ni darle motivos para echarme.

–Tiene muchos motivos – espetó Silver.

–Créeme – apoyó Tails.

–Bueno, no ningún otro – alzó sus hombros al aire –Además, no me interesa la relación de nadie que no sea la mía – Jet vio de reojo a Silver, quien lo observaba atento –Bueno, y tal vez la tuya – sonrió divertido –Esa gatita parece tener sus garras afiladas ¿no Silver? – una sonrisa ladeada se esbozó –Por cierto, ¿Desde cuándo usas cuello de tortuga?

Tails volteó a ver a Silver con una clara expresión de sorpresa por las palabras del halcón.

–¡N-No es de mi relación de la que hablamos! – se ahogó Silver en su vergüenza –Podemos enfocarnos en la relación de ellos – pidió frunciendo el ceño, desviando su mirada a su plato de cereal.

–¿Relación de quién? – la voz del equidna se hizo escuchar.

Los tres voltearon a ver a Knuckles, quien salía de su habitación, acallando su conversación.

–Que te digan ellos – dijo Jet para seguir comiendo cereal de la caja.

–¿De quién hablábamos? – preguntó Knuckles tomando una taza y servirse café.

Tails y Silver se vieron a los ojos en silencio. Knuckles los volteó a ver un tanto intrigado por el prolongado silencio.

–D-De la tuya –sonrió Tails –De lo bien que han estado.

–Claro, exactamente – asintió Silver con una sonrisa forzada –¡Todo un modelo a seguir! – halagó Silver.

–¡Lo sé verdad! – sonrió Knuckles triunfante para dirigirse al refrigerador.

Silver se acercó disimuladamente al zorro para verlo con cierta confusión.

–... ¿De la de él? – murmuró Silver a Tails inaudible.

–No podemos decir nada, ellos quieren mantener esto en secreto y debemos de respetarlo – explicó Tails.

–Por cierto – habló Knuckles nuevamente para que Tails y Silver se tensaran, tomando distancia –¡Me debes una maldita caja de condones! – bramó iracundo con su mirada sobre el halcón.

–¿Yo? – dijo Jet dejando el cereal que había estado comiendo hasta ese momento.

–¡¿Quién más?! – vociferó molesto –¡Estos dos mojigatos no han tenido otro contacto que no sea con un calcetín!

Jet volteó a ver a Tails y Silver quien observaban a Knuckles con molestia por su comentario para luego dirigir su mirada hacia el enfurecido equidna.

–No, me rehuso – dijo Jet colocando ambas manos sobre el mostrador y colocándose de pie –Ustedes dos amigos fieles arreglen esto, yo tomaré una ducha – ordenó para caminar hacia el baño.

–¿Eh? – exclamó Knuckles viendo como el halcón se alejaba de ellos.

–Te los repondré – indicó Tails con un pesado suspiro.

–¿Tú los usaste? – alzó Knuckles una ceja.

–Ammm.... – su rostro enrojeció de golpe ante la mirada inquisitiva del equidna. Esas palabras no habían salido bien.

–¡Wow! – saltó Knuckles emocionado –¡Increíble que ya estén con Zooey en ese lugar! – felicitó

–¡¿C-Cómo dices?! – exclamó Tails sintiendo su rostro arder mientras su vieja amiga la vergüenza le sonreía divertida.

–Bien, lo dejaré pasar por ahora – concedió Knuckles –, pero vuelves a tocarlos y eres hombre muerto ¿Entendiste? – amenazó sombrío.

–¡N-No, yo no---

–¡Claro que entiende! – interrumpió Silver velozmente. –¿No es cierto Tails? – lo vio intensamente, como un silencioso recordatorio de lo que acaban de pactar.

–Sí... – murmuró el zorro abochornado, sin poder ver al equidna a los ojos.

–Genial – Knuckles retomó su atención a la nevera para buscar algo de desayunar.

Tails vio con reproche a Silver quien le sonrió apenado. Bufó molesto para regresar su mirada a su café, ahora frío. Sonic le debía una ¡Y una grande! Se encargaría de cobrárselas sólo tuviera la oportunidad.


Muchos me pidieron dos cosas particulares durante el transcurso de esta historia. Una, la escena de Rouge y Amy comprando ropa (una que originalmente no estaba planeada, pero decir incluir ante tanta emoción) y dos, querían ver a Infinite con rol activo en la historia (que tampoco estaba contemplado, pero me encantó la idea). El resultado fue mejor de lo que pensé!!! Nuestra Amy por fin ha madurado y su encuentro con Infinite la obligó a enfrentar sus más profundas inseguridades (no voy a mentir, que adore a Rouge en este capítulo). Por otro lado, la relación de Sonic y Amy cada vez es menos un secreto, pues cada vez se vuelve más un secreto a voces.

Basta decir mis lectores que los últimos capítulos de esta historia se están cocinando, así es mis queridos lectores... El Reencuentro está por llegar a su final. Luego de dos años y llegando ya a los 70 capítulos (casi el equivalente a 3 historias mías en promedio) está maravillosa aventura entra en su último arco. He amado con cada fibra de mi ser cada capítulo de esta historia (por eso la he alargado tanto) pero no les voy a mentir, no puedo esperar para empezar a escribir mi nuevo proyecto.

En fin mis queridos lectores, me he percatado que últimamente he tenido más comentarios en las historias que pertenecen al ficverse de Underworld (Que me ha hecho volver a revivir cada historia con ustedes!!) lo que me dice que tengo un par de lectores que se están preparando para lo que viene... y vaya que viene a lo grande!!! Gracias por el apoyo en este nuevo proyecto y más que nada en estas historias. Su autora lo aprecia miles.

Antes de despedirme quiero dar una pequeña recomendación de una de mis Youtubers favoritas: Anne Valentine. ¿Por qué? Porque ella me ha inspirado con sus bellas animacions Sonamy de manera muy directa con esta historia, y su último vídeo para mí es un reflejo PERFECTO de cómo sería El Reencuentro si estuviera animada. Los invito a verlo (antes de que la borre, porque estaba pensando en borrarla gracias al ambiente un poco subido de tono) El nombre es "No hay amor entre nosotros/ Animación Sonamy" y de igual manera que vean sus demás proyectos que creo que son excelentes.

Sin más que agregar su autora se despide. Kat fuera.

Alisten sus mejores galas, porque el día ha llegado. La celebración del cumpleaños de nuestro zorro favorito está aquí. Capítulo 69: La Fiesta de Tails

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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