Capítulo 56: Mensaje Inesperado
–Estaba pensando en algo un tanto... oral – dijo la eriza rosa acariciando su labio inferior con su pulgar mientras una sonrisa pícara se mantenía sobre su rostro angelical.
Sonic sintió todo su cuerpo calentarse ante su expresión libidinosa, ante la proposición directa, ante la eriza rosa que le sonreía pícaramente. Sintió la excitación crecer en él ante la simple proposición. Ya no sentía frío.
–¡Mira mami una nueva exposición! – escucharon decir cual eco en el lugar.
Pasos de visitantes se escucharon adentrarse, así como el barullo de sus voces que llegaban a explotar su burbuja de deseo e intimidad.
–Por amor a Chaos – masculló Sonic resoplando frustrado por la inoportuna interrupción.
–Será mejor seguir – dijo Amy con una expresión serena y mirada pícara, tomando la chaqueta del erizo del suelo y así entregársela en sus manos.
–Cada vez... – masculló Sonic malhumorado ocasionando que ella riera divertida ante su obvia frustración –Casi como una conspiración en mi contra – se quejó tomando su chaqueta de las manos de ella y colocándosela nuevamente.
–Bueno, si tienes suerte tu cita terminara con la chica en tu apartamento – bromeó la eriza divertida.
Amy sintió como Sonic la tomaba del mentón para así arrebatarle un breve pero intenso beso de pronto, sonrojándose por la inesperada acción del erizo azul, sintiendo su cuerpo calentarse ante ésta.
–Eso planeo – espetó el erizo azul con una sonrisa afilada y una mirada intensa.
Amy se quedó sin palabras, inmóvil. ¿Acaso eso significaba que ellos...? Su sonroje se intensificó ante la promesa del erizo azul, la emoción la invadió al igual que los nervios. ¿Pasaría por fin?
–Es hora de irnos – la voz típica y serena de Sonic se escuchó otra vez mientras miraban a niños y sus padres llegar a donde ellos se encontraban. El momento había terminado. –Será mejor de ubicar a Silver y Blaze.
–¡Ah! S-Sí – asintió Amy con la cabeza soltando un pesado suspiro. Ella también necesitaba tranquilizarse.
–Vamos – indicó el erizo azul para así tomar su mano con afecto, sonriéndole con calidez.
–Andando – le devolvió Amy la sonrisa.
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Era obvio que Silver y Blaze había empezado el recorrido en la dirección contraria a la de ellos pues no los observaron por los alrededores según marchaban, así que ellos decidieron seguir su camino en esperanza de encontrarse con ellos en algún momento, y mientras eso ocurría, su cita se llevaría a cabo.
Amy sujetaba su mano con total libertad mientras admiraban a las criaturas marinas. Observaba a Sonic asombrarse con tan poco, o tal vez bastante para alguien que aborrecía el océano y que se mantenía tan lejos de éste como le era posible.
Hablaron sobre diversos temas y bromearon divertidos. Esta vez era diferente a la primera cita que habían tenido hace tanto tiempo atrás, esta vez ambos estaban tranquilos y cómodos con la presencia del otro; no más pensamientos sobre qué hacer o no hacer. Se sentían como una pareja, una de verdad.
–¿Tienes hambre? – preguntó Sonic para ver un puesto de comida no muy lejos de ahí.
–Sí, muero del... ¡Son ellos! – dijo Amy de pronto para detener su marcha y verlos a la distancia.
Sonic distinguió a Silver a la distancia y así notar aquella expresión de pesar en su rostro y ese fallido intento de sonrisa forzada que él conocía tan bien.
–Ven – dijo Sonic para caminar sigilosos hasta una de las columnas del lugar y acercarse un poco más.
Algo le decía que esa cita no estaba yendo en nada parecido a la suya.
Sonic asomó su cabeza para ver a la felina partir en una dirección diferente a la de Silver, observándolo permanecer de pie con aquella mirada endurecida y llena de pesar sobreanalizando lo que pasaba.
–Oh-Oh – dijo Sonic al notar como los objetos alrededor del erizo plateado empezaban a brillar en una tenue aura de color aqua. –No, no, esto está mal – soltó, entrando en un muy justificado pánico.
–¡Llámalo antes de que sea muy tarde! – pidió Amy al notar lo mismo que el erizo azul.
–Silver – llamó Sonic apresurado captando la atención del erizo plateado, ocasionando que su aura telequinética desapareciera. Silver lo distinguió a la distancia, soltando un suspiro de alivio al verlo. –Ven, ven – le susurró el erizo azul, llamándolo con un ademán de mano.
Silver caminó hacia ellos, no sin antes ver de reojo a la felina que yacía con su atención en otro lado.
–Hey amigo ¿estás bien? – preguntó Sonic con una expresión de genuina preocupación al verlo llegar.
–Sí...– respondió con un claro dejo de mentira –Creo que, la cita terminara antes de lo que pensé – sonrió amargamente.
–¿Eh? ¿Por qué? – preguntó Amy –¿Pasó algo? ¿Discutieron?
–Para eso sería necesario poder cruzar más de dos palabras, así que diré que no – soltó Silver en un pesado suspiro. –Creo que Blaze no se siente cómoda, es probable que tenga segundos pensamientos sobre el estar aquí... conmigo.
–¡¿Qué?! – exclamó Amy con cierta indignación ante lo que él sugería.
–¡Shhh! – silenciaron tanto Sonic como Silver al unísono, alarmados.
–Es que eso no puede ser así – habló Amy en baja voz dirigiendo su vista en la felina que se mantenía distraída en espera de ser atendida –Hmph, sé que no es así – dijo para dar media vuelta y tomar distancia de ellos.
Estaba segura que Sonic había dicho en un intento de hacerla disuadir de lo que haría, pero ella sabía que lo que Silver decía no era cierto. Blaze realmente quería salir con él, era el primer hombre que dejaba entrar a su vida y no permitiría que su amiga se saboteara, no si podía evitarlo.
Amy corrió al área de comida para así colocarse a una distancia prudente de uno de los locales de comida y así sacar su teléfono para llamar a Blaze. La haría entrar en razón de una manera o de otra.
–Amy – saludó toscamente como era su costumbre.
–¡Dime que todo está bien y que no estás teniendo segundos pensamientos al respecto de tu cita con Silver! – soltó Amy apresurada, sin filtro alguna.
–¡¿De qué estás hablando?! – bramó Blaze del otro lado del teléfono.
–Tú misma me dijiste ayer que realmente querías salir con él ¿Pasó algo? ¡¿Te hizo algo?! – preguntó la eriza rosa preocupada.
–¡Por supuesto que no! – respondió irascible –Es sólo que...
Un extenso silencio se mantuvo a través del auricular. Amy dirigió su mirada hacia la felina que ahora cambiaba aquella expresión serena y estoica por una entristecida y conflictuada.
–¿Es sólo que qué? – insistió Amy en suave voz –¿Qué está mal?
–Yo estoy mal– espetó la felina endureciendo sus facciones nuevamente –Yo nunca debía de...– Blaze calló de golpe, ocasionando que Amy alzara una ceja, expectante. –¡¿ESTÁS AQUÍ?! – bramó Blaze iracunda de repente.
Amy se tensó por completo ante la acusación de la felina ¡Maldita sea había sido muy obvia!
–¡¿E-Eh?! N-No... claro que no– se excusó para verla caminar hacia su dirección mientras la buscaba con la mirada. Amy entró en pánico para así buscar un lugar donde poder ocultar de ella –Jamás hubiera ido luego de que me lo advertiste... siete veces– murmuró ella sin lograr encontrar un lugar en donde Blaze no la distinguiera a simple vista, más ahora que sospechaba que se encontraba ahí.
–¡JURO QUE SI ESTÁS AQUÍ...
–¡D-Debo irme, llego la comida china que ordene... adi––
Amy interrumpió su llamada al sentir como era jalada por la espalda para ser encerrada en una bodega de limpieza del lugar, desconcertándola por lo que acaba de pasar.
–¡¿Has perdido la razón?! – la voz de Sonic se escuchó entre la abrumadora oscuridad.
Amy entrecerró sus ojos en un intento de poder divisar algo más que la luz que se colaba por la rendija debajo de la puerta. No podía ver nada.
–Si Blaze te encuentra aquí echaras todo a perder – regañó el erizo azul –Peor si me encuentra junto contigo, podría pensar que Silver nos trajo para asegurarse que ella no perdiera el control – indicó severamente.
–¡No es como que yo que quisiera que... – sintió el dedo índice de Sonic sobre sus labios, haciéndola callar.
El erizo abrió parcialmente la puerta dejando que la luz se colara dentro de la pequeña bodega y así ver a la distancia a la felina que se miraba realmente molesta y en busca de Amy. Sonic cerró la puerta de manera silenciosa, soltando un pesado suspiro, deberían de quedarse ahí por un tiempo, al menos lo suficiente para que Silver pudiera hablar con Blaze y arreglar las cosas.
Amy frunció el ceño por el método poco convencional que él había optado para silenciarla, sintiendo su dedo aún sobre sus labios. Infló sus mejillas molesta, para que de pronto una idea traviesa atravesara su mente y una sombra de sonrisa se posicionara sobre sus labios.
–Sigue afuera– murmuró Sonic, cerrando la puerta con cautela –Deberemos de...– calló de golpe mientras una onda eléctrica recorría su cuerpo estremeciéndolo ante la acción de la eriza.
Amy lamió el dedo índice del erizo azul, que persistía mantenerse frente a su boca de manera lenta y sensual para luego adentrarlo a su boca de manera pausada. Sintió la mano de él tensarse ante su provocación para luego escuchar un sutil gemido ser expulsado de los labios de él. Una sonrisa silenciosa se dibujó en su rostro. Él había tomado la iniciativa la última vez, esta vez sería diferente.
–Parece que deberemos de quedarnos aquí por un buen tiempo – murmuró Amy alejando su boca de él mientras aquella pícara expresión se mantenía en su rostro oculto gracias a la oscuridad que los rodeaba –Deberemos de encontrar la forma de matar el tiempo – sonrió sugerente.
Sonic abrió sus ojos con cierta sorpresa ante la osadía de la eriza para luego sonreír ante ésta. Buscó a tientas el seguro de la puerta a sus espaldas para así echar llave. Esta vez no pensaba ser interrumpido por nadie.
La buscó en la oscuridad, y así, tomar su rostro con sus manos y con deseo imprimir un beso lleno de lujuria y pasión. Sonic sintió a la eriza estremecerse ante su acción, ahogando un suspiro en su boca.
Amy sintió como la lengua de él encontraba la entrada a su boca sintiendo su temperatura subir abruptamente. Se abrazó de su cuello, buscando su boca con deseo, uno que hacía su cuerpo estremecer ante la electricidad que el contacto provocaba. Empujó al erizo contra uno de los muros de aquella bodega oscura, sintiendo como caía sentado sobre lo que serían cajas seguramente, no es como que le importara para ese punto; era un punto firme y era todo lo que necesitaba.
Sonic cayó sentado sobre algo, obligándolo a romper el beso en donde se había visto envuelto. El sonido de los jadeos de ambos inundó el ambiente, obligando a ambos a detenerse por un breve momento. Su vista empezó a adaptarse a la oscuridad para así distinguir a la eriza quien ahora le sonreía con picardía. ¡Maldita sea, amaba eso! Él imitó su sonrisa para que una mirada sugerente se posara sobre sus pupilas.
Amy le sonrió ampliamente, y agradeciendo a la oscuridad que la llenaba valor, removió de la manera más provocativa que pudo aquella bufanda roja que abrigaba su cuello, para dejarla caer al suelo, ocasionando que Sonic la viera atentamente.
El recuerdo de aquel striptease en la sala vino a ella, haciéndola ruborizar. Esta vez era diferente, esta vez no se sentía como aquella vez, esta vez ansiaba que él la viera de la manera en que la miraba ahora. Con deseo.
La eriza desabotonó lentamente el abrigo que tenía puesto para dejarlo resbalar de su cuerpo, cayendo al suelo pesadamente; debajo de éste un vestido blanco con un profunde escote podía apreciarse. Amy se quedó inmóvil frente a él, sintiendo su mirada penetrante en la oscuridad de aquel cuarto, y el rápido latir de su corazón gracias a la adrenalina, resonar en sus oídos.
–Eres tan hermosa...– soltó Sonic embelesado por ella, ocasionando que un suave sonroje se pintara de forma incandescente sobre las blancas mejillas de la eriza.
Sonic esbozó una media sonrisa ante el sonroje que teñía su rostro. Estiró su mano para con dulzura acariciar su mejilla y dedicarle una suelta sonrisa; ella le sonrió de regreso, apoyando su rostro contra su mano ante la dulce caricia. Amy se acercó a él, dejando que el silencio fuera su confidente, y sin pronunciar una palabra, sentarse sobre su regazo para verlo con aquellos color esmeralda que ahora brillaban de forma maliciosa; él conocía esa mirada y los deseos detrás de estos, y esta vez no pensaba negárselos. Sonic buscó sus labios en la oscuridad, sintiendo una corriente eléctrica al sentir el cálido y húmedo beso de ella.
Amy recorrió con sus manos las largas púas del erizo azul mientras las manos de él recorrían lentamente sus muslos semi descubiertos para así subir por la cintura, contorneando su cuerpo, y tocando, esta vez sin ningún rastro de timidez, su busto con un agarre firme. Su boca se separó de la de él para soltar un gemido ahogado al sentir sus manos sobre ella nuevamente. Una sensación que empezaba a ser embriagante.
La respiración de ambos yacía acelerada, y por un breve instante, ambos se vieron a los ojos en completo silencio; eso estaba pasando, realmente estaba pasando. Amy le sonrió con dulzura para que él le devolviera la sonrisa y sin decirse nada, continuar.
Las manos de ella recorrieron su amplio pecho haciendo que éstas se deslizaran bajo su chaqueta, buscando de esa manera que ésta cayera al suelo, a lo cual Sonic no se opuso. Se deshizo de su chaqueta con un rápido movimiento mientras escuchaba como caía al suelo junto a todo lo que había dentro de la misma.
Amy recorrió con sus manos el tórax de él para así bajar lentamente por su abdomen tonificado, relamiendo sus labios ante la sensación de los músculos ocultos tras esa camiseta blanca, llegando así al bordillo de su pantalón, deteniéndose al acto. No necesitaba tener iluminación para poder percibir con su pobre visión el bulto bajo los mismos. En serio haría eso... En serio cumpliría con su osada promesa.
Se detuvo durante tan sólo un par de segundos, los cuales estaban disfrazados de eternos minutos. Amy tragó pesado para disimular su nerviosismo y pánico interno, y así, con el valor que la oscuridad le brindaba, desabrochar el pantalón del erizo, quien se había mantenido en silencio, expectante de las acciones silenciosas de ella.
Sonic escuchó el sonido del cierre de su pantalón inundar la silenciosa habitación, sintiendo un intenso sonroje pintarse en su rostro, pero sin poder decir o hacer nada. Sonic observó a Amy ponerse de pronto de rodillas frente a él regalándole una mirada sugerente, acrecentando su ya marcada erección.
–E-Espera...– logró decir el erizo al notar las obvias intenciones de ella –¿Estás segu...
–¿Qué sucede? – interrumpió ella en un sensual ronroneó mientras sus manos traviesas acariciaban sus muslos en arriba abajo en un embriagante vals; nublando su juicio y la poca resistencia que había intentado poner –¿Deseas que me detenga? – preguntó Amy, desafiante.
Sonic soltó un suspiro ahogado en excitación ante la mujer decidida frente a él. Su boca yacía seca debido a los jadeos continuos mientras una onda de calor recorría su cuerpo y el deseo de tener más de ella viajaba por cada fibra de su ser. Sonic sintió como las yemas de los dedos de la eriza se adentraban debajo de su camiseta para rozar con ligereza su abdomen y descender lentamente a su cadera siguiendo el patrón de la misma bajando cada vez más hasta detenerse tan cerca de donde su excitación crecía a cada momento.
–¿Eso deseas? – insistió ella para relamer sus labios, provocativa –¿Qué me detenga?
Amy estaba decidida a tener el control de toda esa situación y en ese momento él no estaba dispuesto a quitárselo.
–No – soltó en un suspiro ahogado, tragando pesado –Continua – pidió cual suplica urgente.
La eriza le sonrió complacida por sus palabras, para acto seguido sentir la mano de ella sobre su miembro. Sonic lanzó su cabeza para atrás soltando un gemido de placer ahogado.
Sus sentidos se nublaron al sentirla tocarlo por primera vez, se sentía demasiado bien;
Tragó pesado ante el contacto de su piel contra la suya, pero no fue hasta sentir su lengua cálida y húmeda rozar lentamente su piel lo que lo hizo tener que tapar su boca para evitar que un gemido sonoro escapara de la misma. Sonic mordió ligeramente su mano para no ser escuchado, mientras entre suspiros pesados le hacía saber a ella el placer que sus acciones provocaban. ¡Maldita sea! Eso era mucho mejor de lo que alguna vez fantaseó.
Amy abrió su boca para darle entrada a la virilidad de él y verlo estremecerse ante esa sencilla acción. Sus ojos se dirigieron al erizo azul, quien intentaba mantener a raya la expresión de placer que sentía en ese momento; un Sonic sometido a ella. Era maravilloso. Aumentó la velocidad y mientras jugaba con su lengua sintiendo su rostro sonrojado por lo que hacía ahora y los sonidos que dicha acción generaban; realmente la perpetua oscuridad que caía sobre ambos le ayudaba muchísimo, o posiblemente se hubiera acobardado a medio camino. Todo era tan bizarro, como un sueño extraño, uno del cual no quería despertar.
–A-Ames...– apenas pudo decir con su voz ahogada en placer, intentando no soltar ningún gemido que pudiera delatarlos. –Estoy... voy a...– calló al sentir como ella incrementaba la velocidad adrede.
Tuvo que tapar su boca para no ser escuchado al sentir la dulce liberación llegar a él. Una sensación de calma y relajación lo invadió mientras pequeños jadeos eran emanados de sus labios; el placer navegó por cada rincón de su cuerpo como la más exquisita sensación jamás experimentada.
Sus sentidos regresaron poco a poco a él, trayendo en cuenta de qué era lo que había pasado. Sonic buscó con una mirada un tanto avergonzada a la eriza, quien ahora tomaba distancia para sonreírle dulcemente y tragar pesado; eso lo hizo desviar su mirada en completa vergüenza.
–L-Lo lamento... – murmuró avergonzando, sintiendo su rostro sonrojarse intensamente –No quería...
–Te dije que te devolvería el favor – le sonrió ella interrumpiendo su innecesaria disculpa –¿No es cierto? – le dijo dulcemente.
Sonic abrió sus ojos ante la actitud que cambiaba de lasciva a dulce, o tal vez no cambiaba, tal vez esa era Amy, una mujer que podía hacerte tocar el cielo con los dedos para luego sonreírte dulcemente y hacerte sentir todo el amor que sólo ella podía transmitir.
–Además– murmuró la eriza con un dejo de timidez en su voz, tocando con sutileza los tirantes de aquel vestido que llevaba puesto y así descubrir uno de sus hombros –Realmente deseo...
–Espera, no– la detuvo Sonic para tomar su mano, evitándola de proseguir; ocasionando que ella lo viera con sorpresa –No pienso que la primera vez que este contigo sea en una bodega rodeada de comida para peces – explicó sus acciones para así acomodar aquel tirante en su lugar –Mereces más que eso – le dijo con una tierna sonrisa.
Amy abrió sus ojos con sorpresa, sintiéndose un tanto conmovida por las palabras de él. Hace tan poco tiempo atrás hubiera tomado aquello como un rechazo hacia ella y sus intenciones, lastimándose ante las conjeturas provenientes de traumas de su pasado; ahora no era así. Todo era diferente. Le sonrió dulcemente asintiendo suavemente con la cabeza. Sonic acarició su rostro, devolviéndole la misma sonrisa y por un instante, quedarse perdido en sus ojos.
Un grito en las afueras de aquella bodega terminó con aquel momento de forma abrupta, recordándoles dónde estaban y qué debían de hacer. Se escuchó la voz de Silver gritar el nombre de Blaze en la distancia, dándoles a entender que algo estaba pasando. Ambos se compusieron las ropas tan rápido como les fue posible mientras la oscuridad entorpecía un poco el recoger las pertenecías que habían caído al suelo.
Sonic se cercioró que todo estuviera en su lugar antes de abrir la puerta y ver así a Silver envolver a Blaze en un cálido abrazo mientras la felina apagaba lo que parecían ser llamas alrededor de su cuerpo. Amy asomó su cabeza por igual para con la mirada buscar incendios aislados o a alguien herido, pero no era el caso; fuere lo que fuere que hubiera sucedido, había terminado tan rápido como había empezado.
–L-Lo lamento, p-pero necesitamos que usted y su novia se retiren – escucharon a un guardia decir con obvio temor –...Por seguridad.
–Comprendo, no hay problema – respondió Silver tomando la mano de Blaze –Mi novia y yo nos retiraremos – accedió con una sonrisa.
Tanto Amy como Sonic sonrieron aliviados ante la conclusión de aquella cita; viéndolos marchar seguidos del guardia que los seguía a una distancia prudente.
Sonic salió sigiloso notando que el lugar estaba vacío. Al menos nadie haría preguntas incómodas sobre qué hacían ahí dentro, lo cual era un alivio.
–Parece que al final todo salió bien – dijo Amy saliendo por igual. –Realmente me alegra– habló manteniendo su vista en el camino que habían tomado.
–Parece que nuestro trabajo de chaperones terminó – asintió el erizo azul.
–Eso parece – concordó Amy sonriéndole dulcemente.
–De ser el caso... – pausó mientras un tenue rubor se pintaba sobre sus mejillas –¿Qué tal si regresamos al apartamento? – sugirió carraspeando su garganta con un claro mohín de vergüenza.
Amy lo vio con sorpresa ¿acaso era una proposición? La emoción la invadió ante lo que parecía querer transmitirle. Asintió felizmente ocasionando que él le sonriera de regreso, y sin pensarlo, buscar su mano entrelazando los dedos en la misma. Amy vio con asombro su mano sobre la suya, era la primera vez que hacía algo así sin titubear.
Ambos iniciaron su camino de regreso ante lo que a su criterio había sido una de las mejores citas de su vida.
–Ahora que lo pienso ¿no querías comer algo? – habló Sonic según andaban.
–Podríamos pasar comprando comida – respondió ella caminando junto a él –Hay un lugar en...
–Espera, mi billetera – se detuvo el erizo de pronto –¡Y mi teléfono! – exclamó bolseando su chaqueta –Seguramente se quedaron allá, espérame aquí, no tardo – pidió Sonic para regresar sobre sus pasos apresurado.
Amy por su lado también revisó el tener todas sus pertenecías consigo, pues sólo había tomado lo que había logrado palpar en el suelo para meterlo a sus bolsillos y luego salir. De sus bolsillos sacó su teléfono y el de él; lo había tomado por error junto al de ella.
–¡Sonic tu teléf....– silenció al escuchar la notificación de un mensaje entrante, y sin poderlo evitar, ver la pantalla que se iluminaba con el mensaje sobre ésta.
–Por favor Sonic, necesito hablar contigo. Es urgente... te necesito–.
Fiona.
Los ojos de Amy se abrieron con sorpresa ante el mensaje redactado en el móvil. Era Fiona... Ella estaba de regreso; lo estaba buscando personalmente.
Cientos de preguntas vinieron una tras otra ante dicho suceso: ¿Desde hace cuánto se hablaban? ¿Acaso era la primera vez? ¿Qué pensaría él al ver eso?
–¡Encontré mi billetera! – escuchó decir al erizo azul quien llegaba hacia ella, obligándola a levantar su vista de móvil –¿Dijiste algo de mi teléfono? No logré encontrarlo allá.
–¡Ah, sí, sí! – rio Amy nerviosamente –Lo tome por error, aquí tienes – dijo entregándole su celular.
–Genial, gracias – respondió el erizo de manera atenta, recibiéndolo.
Sonic vio la pantalla de inicio del mismo cual su costumbre y de pronto aquella expresión amigable y dulce se desvaneció; una expresión indescifrable se dibujó en su rostro mientras una mirada endurecida se situó sobre sus pupilas. Bloqueó de nuevo la pantalla y guardó el mismo en su bolsillo.
–Amm... – murmuró Amy con timidez ante el cambio abrupto de él –¿Sucede algo? – preguntó fingiendo ignorancia.
–No, nada – negó cortante –Andando – ordenó empezando a caminar.
Amy lo vio empezar andar, esta vez sin ella de la mano. Su corazón se estrujó en ese momento. ¿Qué significa ese mensaje para él?
¡Wuju! Sin retrasos. Bien, para empezar, como verán ahora esta historia tiene una imagen diferente (sí, hablo del banner de advertencia del inicio) Sé que hay muchos lectores que no son particularmente fans de leer lemon o lime y por lo general se saltan esas partes, así que decidí hacer una advertencia al inicio de cada capítulo que tuviera contenido erótico como este (igual para aquellos que es lo único que quieren leer, de nada XD) Todo la historia ya tiene estos avisos en cada uno de los capítulos donde existe material erótico relativamente explicito; así que ya saben.
¡Bien! La verdad es que es la primera vez que escribo algo como esto y la verdad, no les voy a mentir, fue un tanto desafiante pues no es lo normal de leer (o lo que encuentro yo al menos cuando he leído lemon), pero me gustó mucho de hacer (si mis queridos lectores, el lemon no está demasiado lejos) Por fin nuestra Amy se siente cómoda con su sexualidad y segura de Sonic, o así era hasta este mensaje...
Así es, muchos tuvieron curiosidad de quién pudo haber mensajeado a Amy, pero no fue ella quien recibió el mensaje... ¡Así es mis lectores! ¡Fiona está de regreso! El drama aún no termina para nuestros protagonistas y los pondrá en situaciones un tanto incómodas. Pronto sabrán qué es lo que pasa y cómo se desenlazara este incidente.
Así que sin más que agregar su autora se despide, Kat fuera.
Todo cambio de un momento a otro; es obvio que ella aún ronda por su cabeza ¿Eso que significa para la relación que ambos intentan mantener? ¿Su cuento de hadas terminó antes de siquiera empezar? Amy no permitirá que vuelvan a lastimarla, no se quedará para ello. Capítulo 57: La Decisión.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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