Capítulo 48: Mi Héroe
Sonic abrió la puerta soltando un pesado suspiro mientras cargaba con las pizzas y las bebidas.
–Nunca se habían tardado tanto en darme... ¿uh? – calló al notar el apartamento vacío. Ni Silver, ni Amy a la vista. Se adentró al lugar para cerrar la puerta con su pie y caminar en un apartamento desolado –¿Dónde están... – el sonido de la puerta de su habitación cerrarse captó su atención para ver a Tails salir de ahí con una expresión taciturna. –¿Tails? – llamó un tanto asombrado por verlo ahí.
–Sonic – dijo igual de sorprendido que él –Oh, lo lamento, sólo verificaba que Amy estuviera durmiendo cómodamente – explicó con una media sonrisa.
–¿Cómo dices? – soltó el erizo azul sin entender, dirigiendo su mirada a las ventanas del apartamento y ver el sol empezar a ocultarse –A penas va a atardecer.
–Me parece que pescó un resfriado – explicó soltando un suave suspiro y viendo de reojo la habitación una vez más –Pero estará bien, ya le escribí a Knuckles para que pase por medicamentos.
–Me los hubieras pedido a...
–Quise hacerle una sopa caliente para hacerla sentir mejor, pero gracias a Knuckles la estufa no funciona; así que pensé que era sólo justo que fuera él quien pagué por eso – explicó dando por concluido el tema.
–Aún así...
–Trajiste almuerzo, genial – cortó Tails para llegar hacia él y tomar la caja de pizza de las manos del erizo –Muero del hambre.
Sonic alzó una ceja ante la actitud del zorro ¿Por qué sentía un aura de pesar en su amigo? Algo le gritaba en sus adentros que algo no estaba bien.
–Eh... sí – asintió Sonic para seguirlo a la isla de la cocina. –Pensé que irías con Zooey – mencionó sentándose a su lado y verlo con suspicacia.
–Hubo cambio de planes – respondió el zorrito sin interés.
Tails abrió la caja de pizza para ver la comida con una pequeña sonrisa. Acercó su mano a la caja de cartón listo para robar un pedazo de pizza, cuando sintió la mano de Sonic apretar sus mejillas fuertemente para forzar su rostro y obligar a verlo.
–¡¿Q-Qué haces?! – cuestionó Tails sintiendo la fuerza del agarre de su amigo obligándolo a tener su boca como la de un pez, haciéndolo ver ridículo.
–Estuviste llorando – espetó el erizo azul suavizando su mirada sobre él.
Tails se soltó de su agarre para verlo con el ceño fruncido. Odiaba que su cuerpo lo delatara tan fácilmente, por eso prefería encerrarse en su habitación cuando sus emociones estaban a flor de piel y esperar que todo pasara.
–Hmph, no es nada– habló restregando sus ojos con fuerza en un intento de borrar la indeseable hinchazón y sonroje – Estoy bie...
–Tengo una idea– cortó Sonic de pronto para ponerse de pie en un salto y verlo animado –¿Qué tal si comemos la pizza allá arriba? – sugirió divertido señalando su dedo índice hacía el cielo.
–¿Eh? – exclamó Tails siguiendo con la mirada la dirección que apuntaba y ver el techo –Bromeas ¿cierto?
–Oh, vamos – alentó para tomar la caja de pizza y un par de refrescos –De los dos, tú eres el que puede volar ¿cuál es el miedo?
Tails lo vio con suspicacia, sabiendo que no había mucho que pudiera debatírsele a Sonic una vez una tonta idea entraba en su cabeza. Lo vio con duda por unos segundos, recordando las palabras de Amy que ahora no querían dejar su cabeza:
"–Déjanos entrar – pidió Amy afianzando su abrazo –Déjanos cuidar de ti de regreso"
Dio un vistazo rápido hacia la habitación donde la eriza yacía dormida; sentía como si la mirada alentadora de Amy estuviera sobre él. Soltó un suave suspiro y sin realmente estar seguro de sus palabras respondió:
–Bien, vamos – accedió Tails a regañadientes.
–¡Súper! – exclamó Sonic con alegría, tal vez demasiada alegría para su gusto.
Lo siguió al balcón un tanto resistente y como acto seguido lo vio dar dos saltos para subir al techo del edificio. Tails tragó pesado, él jamás había hecho algo como eso pues rompía las reglas del lugar y la verdad es que le gustaba seguirlas aunque no lo pareciera.
–¿Vienes o no? – escuchó a Sonic decirle asomando la cabeza desde arriba.
–Sí, sí, sí – intentó sonar desinteresado, como si el hecho de romper las reglas no lo estuviera carcomiendo.
Voló al techo para ver a Sonic sentado sobre el mismo con su vista en el cielo. Puso sus pies sobre la azotea siguiendo con los ojos aquello que su amigo miraba con admiración. Sus ojos se fijaron en el atardecer que pintaba el cielo de hermosos colores rojizos mientras el sol, que empezaba a ocultarse en el horizonte, les pintaba un paisaje que le podía robar el aliento a cualquier espectador.
–Genial ¿cierto? – habló Sonic de pronto para abrir la caja de pizza al notar su expresión.
–Sí, bastante – concordó el zorro para caminar hacia él y sentarse a una distancia considerable.
Vio de reojo al erizo quien empezó a comer, sin decir nada más. Tails dirigió su vista a sus manos para jugar de manera nerviosa con éstas, ansioso. Sabía que lo había llevado hasta ahí para hablar ¿no es cierto? ¿por qué no hablaba? Una inusual tensión empezó a formarse entre ambos, una que empezaba a asfixiarlo mientras el prolongado silencio se mantenía. Tails escuchaba el latir de corazón en sus oídos, Sonic había buscado una manera de llevarlo a un lugar donde no pudiera huir de él, no lo culpaba, él hubiera hecho lo mismo.
Tails soltó un suspiro imperceptible; a lo mejor subir al techo con el erizo había sido una mala idea ¿Podría fingir que había olvidado estudiar para un examen? O tal vez...
–Cream me escribió – balbuceó el erizo azul mientras comía un pedazo de pizza. Sonic sacó el teléfono de su pantalón y así enseñarle el mensaje, era el mismo mensaje que él había recibido. –El festival de invierno es la otra semana – completó para tragar pesado.
–Sí – murmuró Tails fijando su mirada al atardecer frente a ambos
–Tú también recibiste el mensaje ¿no es cierto? – indagó Sonic, ocasionado que Tails asintiera pesadamente con la cabeza, incapaz de encararlo. –¿Esa es la razón por la cual has estado así desde esta mañana?
–¿Y qué si así es? – devolvió Tails toscamente.
Tails encogió sus piernas para abrazarlas hundiendo su mentón entre sus rodillas. No sabía cómo hacer que otros se acercaran a él, ya no; para este punto en su vida sólo sabía alejar a otros; ese pensamiento hizo que abrazara sus piernas con más fuerzas.
–Acerca de ese día– retomó Sonic, ocasionando que el zorro lo viera de reojo, expectante –Yo siempre quise disculparme por...
–No lo hagas– cortó el zorro frunciendo el ceño –Si te disculpas entonces todo lo que he pensado para sobrellevar la culpa sería cierto y sé que no es así.
El erizo azul lo vio con asombro por sus palabras y un silencio prolongado siguió aquellas palabras, como era la costumbre cuando se hablaba de ello. Sonic le desvió la mirada con aquel mohín lleno de culpa. Lo hacía de nuevo, lastimaba a su mejor amigo.
Tails cerró sus ojos con pesar ante eso, abrazándose un poco más fuerte mientras un nudo en su garganta empezaba a formarse; Amy estaba equivocada, hablar sobre ello no estaba ayudando en nada, era una estúpida idea, como la primera vez que lo intentó.
Inicio del Flash Back
Escuchó la noticia del doctor mientras lágrimas caían una tras otra. Los sonidos se difuminaron hasta que no escuchó nada más que el latir de su corazón en sus oídos. Tenía que ser una mentira... un sueño tal vez; sí, eso era, estaba soñando, pronto sonaría la alarma y sería momento de encontrarla camino al instituto y todo estaría bien.
–Lo lamentamos jovencito – la voz del doctor lo hizo reaccionar para así levantar su mirada ahogada en lágrimas.
No estuvo muy seguro de lo que pasó después, sólo supo que se puso en pie para caminar cual muerto en vida sin estar en contacto con la realidad hasta que se topó con Sonic y los otros en la sala de espera del hospital; deteniendo su marcha sin sentido. Estaba seguro que Sonic estaba rodeado de otros, pero en ese momento fue a él lo único que su mente pudo procesar en un mar de rostros ausentes.
Tails subió su mirada para toparse con el rostro estoico e inexpresivo del erizo azul, rompiéndose al instante. El llanto vino a él cual huracán que arrasaba todo a su paso dejando sólo un paraje de destrucción y desolación; sus lágrimas empaparon sus mejillas y sollozos se escaparon de entre sus labios en la melodía desgarradora que la perdida del ser que amaba. El dolor era real, insufrible, agobiante... insoportable.
–¡No lo logró Sonic! – se rompió en un llanto desconsolado –...Cosmo murió– salió de su boca haciéndolo real. Estaba pasando, en serio estaba pasando. Cosmo había muerto y no había nada que él hubiera podido hacer para evitarlo.
Los sollozos incrementaron mientras sentía su mundo venirse abajo, sus planes, sus proyectos, sus sueños... todo. Recostó su cabeza en el pecho de su amigo en la espera de algo que lograra alivianar su culpa, algo que le hiciera saber que todo estaría bien... pero no pasó. No hubo palabras de aliento, no hubo un abrazo de consolación, no hubo confort... sólo silencio.
Estaba solo con su dolor y sus amigos se lo dejaron muy claro esa noche.
Fin del Flash Back
–Aquel día en el hospital – la voz de Sonic lo sacó de su recuerdo para voltearlo a ver con una mirada gélida y distante.
–No importa – espetó Tails irritado –Ya te lo dije, éramos unos niños que...
–No puede decirte nada – interrumpió Sonic ocasionando que el zorro le desviara la mirada con una molestia descubierta –Y no porque no quisiera... fue porque... – tragó pesado ante la confesión que saldría de su boca –Porque sabía que te había fallado... todos lo sabíamos.
–¿Eh? – exclamó Tails para fijar sus ojos en él con asombro –¿De qué...
–No estuvimos contigo esa noche, todos pusimos otras cosas primero y...
–No era su responsabilidad estar conmigo todo el tiempo Sonic – interrumpió irritado, sintiendo de nuevo aquel tan familiar nudo en la garganta formarse, apretando sus puños con fuerza –¿Y qué si no tengo tu velocidad o la fuerza de Knuckles o los maravillosos poderes de Silver? ¿Y qué si los espere impaciente para que llegarán a salvarla? ¡¿Y qué si me maldije por ser tan débil y dependiente?! ¡¿Y...– calló abruptamente al sentir las lágrimas brotar descontroladamente de sus ojos ante aquellos pensamientos que salían a la luz por primera vez. Era patético.
Restregó sus ojos con fuerza ¡Maldita sea! Deja de llorar, deja de llorar, ¡Deja de llorar! Te prometiste no volver a mostrarte débil frente a él, te prometiste a no volver a verte vulnerable a su alrededor, te prometiste a no volver a necesitar a tu héroe de la infancia, ¡Te prometiste ser fuerte por tu cuenta!
Un cálido abrazo lo tomó por sorpresa para abrir los ojos de golpe al sentir a Sonic rodearlo con fuerza con sus brazos, eran tan cálido y reconfortante... y lo odiaba por eso, ¿Por qué no podía ser fuerte? ¿por qué necesitaba...
–¡Lo lamento! – escuchó a Sonic decir con una voz quebrantada para así verlo de pronto y ver como un par de lágrimas traicioneras recorrían las mejillas del erizo ¿Estaba llorando? ¿Por qué lo dejaba verlo llorar? Sonic odiaba verse vulnerable ante cualquiera, en especial con ellos –¡Nunca dijimos nada porque sabíamos que contabas con nosotros y te fallamos! – intensificó el erizo azul su abrazo, uno al cual no pudo reaccionar o corresponder –Esa noche... no pude hacer esto... – murmuró Sonic con la culpa que llevaba cargando demasiado tiempo.
–Ya te dije que no esperaba que...
–No – cortó el erizo azul para soltarlo y verlo al fin con una mirada sumida en la culpa –No lo hice porque, una parte mí, muy adentro...– pausó por unos segundos para desviarle la mirada, incapaz de encararlo por lo le diría a continuación –Se alegraba que no hubieras sido tú.
Los ojos de Tails se abrieron con sorpresa, sin saber cómo reaccionar a aquello que ahora le decía.
–Jamás podré agradecerle a Cosmo lo suficiente por haber salvado tu vida Tails, porque la verdad es...– soltó un pesado suspiro para verlo nuevamente –Que jamás hubiera podido vivir conmigo mismo si algo te hubiera pasado esa noche, ninguno de nosotros... – admitió sintiendo la dura mirada del zorro sobre él –Y es por ese pensamiento egoísta que ninguno pudo decir o hacer nada sin vernos como unos completos hipócritas...– explicó amargamente.
–¡Ustedes están mal! – vociferó para empujarlo lejos de él sintiendo su voz quebrarse y una mezcla entre ira y desolación lo consumió –¡Hubiera preferido mil veces ser yo! – una opresión en el pecho lo hizo sujetar su playera fuertemente –Yo era un don nadie...– murmuró sintiendo sus lágrimas caer en el suelo, cubriéndolo de su tristeza –Yo tuve que...
Se ahogó en sus propias palabras, de nuevo el dolor lo abrazó en su seno, asfixiándolo, consumiéndolo en sus fauces sin poder pelear contra él, sintiéndose de nuevo en la oscuridad de su trágica perdida, una que no le permitía ver nada más que el vacío que ella había dejado tras su partida.
–¡Desearía que hubiera sido yo en...– Tails calló sentir un fuerte golpe en su mandíbula, haciéndolo despertar del frenesí de tristeza que lo abatía.
Tails volteó a ver a Sonic, quien tenía una dura mirada sobre él mientras una lágrima silenciosa resbalaba por su mejilla, que de no ser por ésta podría jurar que estaba iracundo. A lo mejor lo estaba. El viento frío del invierno sopló con fuerza provocando que el erizo azul se viera aún más imponente y amenazador; ahora que lo pensaba, era la primera vez que Sonic lo miraba a él de esa manera.
–No pienso escucharte tirar a la basura el sacrificio de Cosmo – amenazó el erizo agudizando su mirar. –Si tú no valoras lo que ella hizo ¡Entonces su muerte habrá sido por nada!
Sus palabras resonaron en sus oídos; siendo muy honesto consigo mismo, jamás lo había pensado así ni por un minuto, pues jamás pensó que su vida tuviera el mismo valor que la de ella.
Los ojos de Tails se llenaron de lágrimas ante sus crudas palabras. Sonic se acercó a él nuevamente para ver como aquella máscara de molestia y resentimiento se hiciera pedazos y en su lugar una mueca quebrada y unos ojos cristalinos se dejaron ver. Sonic suavizó su expresión al ver al mismo Tails de sus años en el instituto, uno que desde la muerte de Cosmo rara vez se dejaba ver con aquella expresión temerosa y frágil, por fin había podido llegar a su amigo.
Sonic lo escuchó soltar un fuerte sollozo, rompiéndose en llanto frente a él, era la primera vez que lo miraba así desde aquella noche en el hospital, y esta vez sabía exactamente qué hacer. Sonic soltó un suave suspiro para así abrazarlo y sentir como Tails recargaba su frente sobre su pecho dejando salir aquel dolor que había mantenido guardado por tantos años ya.
No se dijeron nada, sólo dejaron que el llanto tomara su curso natural, y lo que pareció un huracán que arrasaba todo a su paso empezó a apaciguarse, hasta que no hubo más lágrimas, sólo una extraña sensación de liberación y confort.
Era la primera vez que Tails se dejaba vivir el duelo de Cosmo, y por primera vez en años, sentía que se había quitado un peso de encima, uno que sentía que lo aplastaba constantemente. Amy había tenido razón al final.
–... Lo lamento – murmuró Tails con su voz quebrantada para por fin subir su mirada aún aguada y ver a Sonic sonreírle ampliamente, como siempre lo había hecho. La mirada del zorro se iluminó ante eso, era volver a ver a su héroe, a uno que pensó que nunca más necesitaría. –Ya me siento mejor – carraspeó su garganta para tomar una distancia considerable, un tanto irritado por el pensamiento infantil que su mente insistía en mantener.
–Alguien me dijo hace tiempo – empezó Sonic a hablar para volver sobre sus pasos y sentarse nuevamente sobre el techo y así ofrecerle una de las sodas que llevaba consigo –Seré lo que necesites ser– le recordó –Y hoy me toca a mí actuar como el maduro y confiable hermano mayor – le sonrió ampliamente con una mueca de diversión con su pulgar hacia arriba.
Los ojos de Tails se abrieron de golpe para recordar aquella noche en donde Sonic había llegado mal herido luego de aquella pelea en un bar por la ruptura de Fiona y como lo había visto romperse frente a él, quebrándose en un llanto amargo ¿En serio sus palabras lo habían alcanzado esa noche? Una sombra de sonrisa se pintó sobre sus labios para así tomar la soda con la mano y sentarse al lado del erizo.
–Generalmente siempre actúas como el insufrible hermano menor al que hay que cuidar – devolvió Tails con una media sonrisa abriendo la soda sintiendo la mirada de reproche por parte del erizo debido a sus palabras, riendo divertido y aligerando el ambiente –Pero... – murmuró borrando lentamente aquella sonrisa que había mantenido hasta entonces –Cuando te necesito has estado para mí y me has cuidado como nadie – admitió dirigiendo su mirada al atardecer que empezaba a morir en la distancia, trayendo a la noche en su lugar. –Gracias por nunca rendirte conmigo...– dijo genuino para verlo al fin.
–Claro que no, eres mi mejor amigo – habló Sonic para sacudir su flequillo con una amplia sonrisa, ocasionando que Tails le sonriera de regreso; era la primera vez que lo dejaba hacer eso sin reprocharle después.
Se dedicaron a ver como la noche entraba sin decirse nada más y así seguir disfrutando de la comida en la compañía silenciosa del otro. Nunca había sido necesario muchas palabras entre ellos, una broma divertida o una mueca de alegría era suficiente para ambos, siempre lo había sido.
–Sabes, extrañaba esto – habló Tails rompiendo el silencio entre ellos dejándose caer de espaldas y ver a las estrellas. Estaba lleno. –Llevábamos tiempo sin convivir solo los dos.
–Lo sé – asintió Sonic para imitarlo y fijar su vista al cielo, sintiendo la pesadez de la pizza completa que ambos habían comido –Siempre había algo.
–O alguien – soltó Tails para ver de reojo al erizo quien pareció palidecer ante sus palabras, pues su expresión relajada cambio drásticamente; y él sabía el por qué –Imaginó en quién estás pensando en este momento – murmuró Tails con una expresión más seria.
–¿Eh? – exclamó Sonic para reincorporarse de golpe y verlo con asombro –¿En serio?
–Lo sospeche desde hace algún tiempo... – asintió Tails manteniendo su mirada en el firmamento estrellado.
–¡¿Acaso era tan obvio?! – exclamó Sonic alarmado; sonrojándose intensamente.
–Claro – respondió Tails para reincorporarse por igual y al fin verlo –De repente actuabas más nervioso y sospechoso de lo normal, tus mentiras son demasiado obvias y cuando estás junto a Amy...
–¡¿Todos lo saben?! – interrumpió Sonic sintiendo su corazón latir a mil por hora poniéndose en pie en un salto.
Eso era malo, malísimo; ellos aún intentaban hacer que su relación funcionara y no quería a sus amigos involucrados en ésta todavía. Ya era bastante malo que Tails lo supiera, no quería imaginar el infierno al que lo condenaría Knuckles y Silver. El color se fue de su rostro y el pánico lo invadió.
–No lo creo, Knuckles es muy despistado y Silver por el momento está pensando en cómo no destruir nada en su cita – explicó trayendo un poco de alivio al erizo –Además, eres pésimo para ocultar lo que sientes – dijo alzando los hombros cual hecho obvio haciéndolo sonrojarse intensamente por sus palabras –Son novios ¿no es cierto?
–¡N-No, aún no! – negó Sonic para caminar de un lado a otro, sintiéndose acorralado. Llevarlo al techo le había jugado en contra, pues el objetivo había sido no darle oportunidad de irse. –¡Sólo estamos saliendo para ver si funciona! – explicó alarmado.
–No lo hará – espetó Tails malhumorado, tomando al erizo azul por sorpresa y deteniendo su marcha por sus crudas palabras –Sonic, Fiona jamás cambiara, ella...
–¿Fiona? – repitió el erizo azul borrando el sonroje alzando una ceja viéndolo con confusión por sus palabras.
–Sí, si estar con ella es realmente lo que quie... – Tails silenció al notar la expresión de desconcierto de Sonic, era obvio que ambos estaban hablando de mujeres diferentes –Espera – dijo para verlo suspicaz –Tú no hablabas de ella ¿cierto?
–¡Ammm! – exclamó sonrojándose intensamente otra vez ¡Rayos, rayos, rayos!
–Si no se trata de ella ¿con quién estás saliendo Sonic?
¡Wuju! Pude completar este capítulo a tiempo. Este capítulo esta dedicado a la memoria de Cosmo (llora internamente) Recuerdo que en el capítulo donde Tails se acerca a Sonic y llorar por la muerte de ella, Sonic no reacciona y siempre tuve duda del por qué el trato frío, así que quise recrear esa escena y poner una explicación a Sonic (sí yo sé, esto fue terapéutico para mí T___T) En fin, espero realmente les haya gustado.
Aunque le he dedicado estos dos capítulos a nuestro zorro favorito, no crean que he olvidado nuestra línea principal en esta historia y para aquellos que me han pedido a Crean (desde hace como 30 capítulos) por fin vendrá más grande y madura, pues el Festival de Invierno ha llegado, y con éste más Sonamy. Capítulo 49: Festival de Invierno.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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