Capítulo 46: Regresando a Casa
Caminó de regreso a los apartamentos, era la primera vez que llegaba temprano desde que empezaron las clases. Tails escuchó una notificación entrante a su teléfono para así buscar el mismo de su pantalón y ver el nombre de alguien familiar en éste junto a un mensaje, uno que recibía cada año y cada año prefería obviar.
–Ya es esa época del año... – murmuró el zorro para dirigir su mirada al cielo, nostálgico.
–¿Tails? – una dulce voz lo llamó.
–¡Ah! ¡Zooey! – soltó Tails con cierto nerviosismo al reconocer a la zorrita quien lo alcanzaba al frente del edificio –¡Hola! – saludó en un tono agudo, sonrojando por ello, ocasionando que la zorrita le sonriera divertida –Emmm... ¿Cómo has estado? – murmuró intentando recobrar la compostura.
–Todo bien, regresando de hacer unas compras – habló para enseñar las bolsas de las compras en sus manos –Prepararé una nueva receta que leí hace poco – explicó con una cálida sonrisa.
–Eso suena bien – le sonrió Tails –Nosotros aún seguimos comiendo comida enlatada gracias al incidente de Knuckles y la estufa – soltó el zorro en un pesado suspiro –Estaremos así una semana más.
–¿Aún no han arreglado eso? – inquirió ella.
–Knuckles prometió que se haría cargo de ello– soltó un pesado suspiro –Es la última vez que le confío algo – dijo restregando sus ojos en señal de frustración.
–Oh, entiendo– habló con un mohín pensativo –De ser el caso ¿te gustaría acompañarme a comer? – invitó Zooey con una pequeña sonrisa.
–¡A-Ah! ¡No lo dije por eso! – se apresuró el zorro a decir avergonzado.
–Está bien – tranquilizó Zooey con aquella amabilidad característica –Me gustaría que me acompañaras.
Un sutil sonrose se pintó en las blancas mejillas del zorro para que una sombra de sonrisa se dibujara sobre sus labios ante la proposición de ella, viéndola con calidez; en silencio.
–Ammm... sería una manera de pagarte por todas las veces que me has ayudado con mi computadora – se apresuró Zooey a decir con un mohín de pena y una sonrisa nerviosa.
–Seguro – asintió Tails con la cabeza esbozando una amplia sonrisa y verla con dulzura.
–Genial, nos vemos en...– pausó Zooey para ver su reloj de pulsera rápidamente –¿A las 2?
–Claro, te veré ahí.
–Amm... nos veremos más tarde entonces –se despidió apresurada para sonreírle una vez más y entrar al complejo de apartamentos en un suave trote.
Tails la vio entrar por las puertas de cristal robándole un suspiro imperceptible y una sensación cálida en su pecho. Era la primera vez en muchos años que sentía algo como eso, se sentía agradable... muy agradable.
–Así que tienes una cita...– escuchó decir a sus espaldas borrando cualquier sentimiento previo.
Tails se dio la vuelta para ver a Sonic sonreírle con una sonrisa socarrona, tensándose ante el mohín juguetón y pícaro en su rostro.
–¡¿Sonic?! – exclamó con clara sorpresa –¡¿D-Desde cuándo estás ahí?! – preguntó sonrojándose intensamente.
–Lo suficiente– respondió alzando sus hombros en señal de desinterés –Así que tú y ella se han estado viendo en secreto todo este tiempo ¿eh? – codeó amistoso para que el zorro le diera una mirada fulminante –Siempre tuve duda por qué ella era tu fantasía en el juego de...
–¡Cállate! – ordenó Tails iracundo sonrojándose intensamente.
–Realmente has crecido mucho ¿no es cierto? – le sonrió Sonic divertido.
–¡Por Chaos Sonic, deja el tema! – bramó molesto para ingresar al edificio seguido por su amigo, quien mantenía aquella mirada divertida y gran sonrisa en su rostro –¿Y dónde estuviste anoche que no regresaste a dormir? – intentó cambiar el tema, presionando el botón del elevador con cierta insistencia.
–Mi madre tuvo la genial idea de secuestrarme dos días – respondió Sonic rodando sus ojos en señal de exasperación para así recostarse en la pared.
–¿Uh? ¿Por qué?
–Sabes como es mi madre– concluyó alzando sus brazos en señal de desinterés –Pero olvida eso, mejor hablemos de tu cita con Zooey – retomó animado.
–No es una cita, es una comida – espetó Tails para ver las puertas del elevador abrirse. –Es sólo una manera de agradecerme por las veces que la he ayudado con su computadora y otras cosas, no es nada del otro mundo – dijo adentrándose al elevador, seguido de cerca por Sonic.
–Te mirabas muy feliz para no ser nada del otro mundo – devolvió Sonic con una sonrisa socarrona, ocasionando que Tails le desviara la mirada y se sonrojara sutilmente.
–No es nada... – murmuró Tails sin poder encararlo –Ella necesitaba ayuda y yo resultaba tener tiempo de sobra, entonces...
–¿De qué hablas? – interrumpió –Tú con suerte tienes tiempo para dormir – apuntó Sonic alzando una ceja, viéndolo extrañado –A menos que te mantuvieras todas las tardes en su apartamento para luego...– Sonic calló al percatarse del mohín de bochorno y el obvio rubor en las pálidas mejillas de su amigo –¡¿Eso hacías?! – exclamó Sonic con gran sorpresa.
Tails se ruborizó violentamente lanzando su mirada a sus pies. La realidad era que muchas de las veces que había llegado tarde al apartamento había pasado a ver a Zooey; generalmente compartían un café y una amena conversación y para cuando se daba cuenta ya era casi media noche.
–Wow, nunca imagine que tú...
–¡Sí, sí ya! – cortó el zorro –¡Dilo de una vez! – vociferó Tails viéndolo iracundo.
–¿Decir qué? – inquirió Sonic sin comprender.
–¡Alguna de tus estúpidas bromas! – bramó el zorro con molestia –Sí, lo sé, por fin alguien me interesa ¡Así que vamos, búrlate de una vez y terminemos con esto!
Tails cruzó sus brazos a su pecho para así dejarse caer sobre la pared del elevador que iba en ascenso, mientras aquel ceño fruncido se mantenía grabado en su rostro en la espera de los comentarios burlescos e inmaduros de su amigo.
–No haré eso – espetó Sonic seriamente.
–¿Uh? – exclamó Tails con sorpresa para voltear al ver al erizo quien lo observaba con una expresión condescendiente –¿Y a ti qué demonios te pasa? – inquirió desconfiado.
–Nada – negó el erizo azul con su cabeza y esbozarle una pequeña sonrisa –Realmente estoy muy feliz por ti, Tails –. El zorro lo vio con desconfianza para alzar una ceja ante su actitud condescendiente –De hecho, estoy algo sorprendido– continuó –Es decir, una cosa es desear a alguien y otra muy diferente que esa persona te guste por quien es – murmuró con su mirada perdida, seguramente en algún recuerdo.
–¿Ah? – exclamó Tails para verlo con suspicacia.
–Además – recobró el erizo azul la compostura velozmente –Después de lo que pasó con... – silenció un momento, provocando que Tails desviara su mirada y de nuevo aquel mohín serio y distante se pintara sobre el rostro del zorro –Ya sabes, con Cosmo, pensé que...
–¡Sí, sí, entiendo! – le cortó Tails con fastidio –¡Pensaste que detendría mi vida sólo porque el amor de mi vida murió!
Un silenció incómodo inundó el elevador luego de aquellas palabras.
Tails le volteó el rostro al percatarse de las palabras que habían salido de sus labios sin control. Haber dicho eso había dolido más de lo que previó. Mordió sutilmente su labio inferior para que nubes de recuerdos empezaran a filtrarse en su mente, atravesando aquellas barreras que se había empeñado tanto en construir para protegerse del dolor de una perdida que seguía sin sanar.
Tails vio de reojo al erizo azul, quien tenía aquella mirada llena de lastima y expresión desoladora. Maldición, de nuevo lo miraban de esa forma... de esa maldita forma.
Las puertas del elevador se abrieron al llegar por fin al décimo nivel. Tails caminó fuera del elevador en silencio, seguido de la misma forma por Sonic. Llegó hacia el apartamento para así buscar sus llaves a prisa, esa conversación había terminado para él.
–Hey...– el suave sonido de la voz de Sonic lo llamó –Sabes que estoy aquí para ti ¿verdad? – habló colocando una mano sobre su hombro.
–No te necesite antes, no te necesito ahora – espetó Tails alejándose del tacto de su amigo.
Tails observó el mohín dolido de su amigo por sus crueles palabras. Maldición, lo hacía de nuevo. El zorro soltó un pesado suspiro ante la falta de tacto y filtro.
–Lo lamento – murmuró Tails, culpable –No quise decir eso...
–Sí quisiste – devolvió Sonic con una expresión más seria – Y a lo mejor me lo merecía – musitó con pesado suspiro.
–¡N-No, no es cierto! – intentó arreglar Tails velozmente –¡Éramos unos niños cuando eso pasó! – se apresuró a decir –Nadie sabía que decir... – soltó en un pesado suspiro –Ni siquiera yo sabía que decirme a mí mismo– se admitió amargamente.
–Aún no sé qué decirte, siendo honestos – habló Sonic rascando la parte trasera de su cabeza, apenado –Pero soy bueno escuchando y...
–Está bien – le sonrió el zorro cortando su intento de consuelo –No te preocupes, en serio, estoy bien – le aseguró cálidamente como la mejor mentira disfrazada detrás de una sonrisa –Gracias, Sonic.
El erizo azul asintió con la cabeza y aquella conversación silenciosa, tan típica entre ellos, cerró un tema que Tails no estaba listo para abordar, a lo mejor jamás lo estaría.
–Por cierto – dijo el zorro para abrir la puerta al fin –¿Sabes si Amy regresara a dormir hoy?
–¡¿Eh?! – exclamó Sonic sonrojándose sutilmente –¡¿P-Por qué sabría yo algo como eso?!
–Porque es tu compañera de cuarto – señaló Tails cual hecho obvio, adentrándose al apartamento seguido de él –Según entiendo, ha pasado los últimos días con Blaze.
–A pues...
–¡Te he dicho mil veces que no Knuckles! – Silver llegó seguido del equidna al apartamento. Justo a tiempo.
–¡PERO ELLA SEGURO AMARA ESO!
–¡Knuckles, Silver! – llamó Sonic animado.
La oportuna llegada de Knuckles y Silver lo había salvado de decir algo que Tails pudiera analizar de la manera incorrecta... o mejor dicho correcta.
–Miren quién apareció – soltó Knuckles en un tono burlesco.
–Sonic– llamó Silver con alivio. Era obvio que él también intentaba terminar una conversación incómoda por su lado. –¿Dónde te metiste anoche? – inquirió.
–Seguramente regresó con Fiona – soltó Knuckles mordaz para darse paso al apartamento.
–¡¿Qué?! ¡No! – soltó Sonic viendo sulfuroso al equidna. –¿Por qué demonios pensarías eso?
–Porque me preguntó por ti hace un par de días – respondió Knuckles alzando los hombros sin interés y sacar una soda del refrigerador.
Tails y Silver abrieron sus ojos con horror para lanzarle al equidna una mirada déspota ante sus palabras. Knuckles se tensó ante las miradas sulfurosas de sus compañeros, dándose cuenta pronto de su error.
–¡Q-Quiero decir...
–¿Ella preguntó por mí? – interrumpió el erizo azul sintiendo una extrañada punzada de dolor en su pecho. Una que le robó el aliento por un breve instante.
Sonic volteó a ver a Tails y Silver quienes miraban con obvia molestia a Knuckles.
–¿Ustedes sabían? – cuestionó el erizo azul a sus amigos.
–¡Ammm! – exclamó Silver estremeciéndose ante la pregunta –Bueno, sí... pero...
–Asumimos que sería mejor si no lo sabías – intervino Tails, estoico –Después de todo no somos sus mensajeros personales – se quejó para caminar hacia su habitación, ya cansado de esa conversación.
–¡Espera! ¿Te habló a ti también?
–Fui el primero – respondió Tails cortante, deteniéndose frente al marco de la puerta de su recámara –Asumí que si deseaba hablarte te buscaría a ti directamente, pues yo no propiciaré un encuentro con ella, no después de cómo te trato y de la depresión por la que pasaste – explicó sin ningún rastro de culpa o arrepentimiento por haberle ocultado aquella información –Ninguno de nosotros.
–¿También habló contigo? – preguntó Sonic dirigiéndose a Silver.
–¡N-No, no! – negó velozmente –Sabes que no te ocultaría nada como eso – tranquilizó para que el erizo azul alzara una ceja, pues era justo lo que había hecho –Pero no era mi lugar decirte que habló con Tails o Knuckles... lo lamento, Sonic – se disculpó bajando sus orejas, culpable.
–En fin – retomó Tails seriamente –Ahora lo sabes, si quieres hablarle estás en tu derecho, aunque te pido que lo pienses seriamente – advirtió Tails endureciendo su mirada –Y si piensas regresar con ella ¡No se te ocurra llevarla a mi cumpleaños! – completó cerrando la puerta detrás de él.
Knuckles y Silver voltearon a ver al acto al erizo azul quien se tensó al instante ante las miradas acusadoras de sus amigos ¡Maldita sea Tails! ¡Era lo único que no se suponía que debías de decir!
–¡SONIC! – exclamaron ambos al unísono en son de reproche.
–¡Fue un accidente, lo juro! – se defendió el erizo azul velozmente.
–¡Maldita sea Sonic! ¡Tenías un único trabajo! – reclamó Knuckles –¡Sólo debías de mantener la boca cerrada!
–¡Ja! ¡¿Cómo ustedes?! – devolvió el erizo azul para verlos con molestia –¡Al menos yo no le oculto información valiosa a mi mejor amigo!
–¡Hay cosas que es mejor que uno no sepa! – bramó Knuckles iracundo –¡Como la fiesta sorpresa de Tails!
–¡Claro, porque venir y...
–¡Chicos, basta! – intentó calmar Silver al ver la pelea inminente entre sus amigos –No deberíamos...
–¿Qué está pasando aquí?
La voz de Amy silenció el apartamento. Knuckles y Sonic voltearon a ver a la eriza que ahora cerraba la puerta detrás de ella y los miraba con el ceño fruncido por la obvia pelea que ahora interrumpía. Silver soltó un suspiro lleno de alivio, al menos había logrado pausar la pelea. Él mejor que nadie sabía que una discusión con dos cabezas de nudillo como Sonic y Knuckles podía ser un verdadero problema, pues ambos eran tercos y arrogantes.
–Hmph, ¿por qué no le preguntas a Sonic? –se defendió Knuckles cruzando sus brazos sobre su pecho.
–¿Qué sucede? – preguntó Amy para fijar su mirada en el erizo azul.
Sonic la vio con una extraña expresión, guardando silencio por unos instantes. El peso de aquello que no se decía empezó a recaer sobre todos en el apartamento.
–Tails sabe lo de su fiesta – soltó Sonic al fin –Lo lamento.
–¿Sabe que haremos...
–Sabe que tiene una fiesta sorpresa– interrumpió el erizo azul velozmente las palabras de ella. Tails aún podía seguir escuchando –No sabe ningún detalle.
–Ya no es una fiesta sorpresa – recalcó Knuckles, irritado.
Sonic vio al equidna iracundo, sin embargo, permaneció en silencio. Silver observó con intriga al erizo azul ante su mutismo ¿por qué no continuaba acusándolo por haberle ocultado la información de Fiona? Silver dirigió su mirada a la eriza, quien ahora intentaba decir algo para hacer sentir mejor al erizo azul, quien no pareció reaccionar ante sus palabras. Era obvio que seguía molesto. Era su imaginación o Sonic había decidido proactivamente obviar el tema de Fiona ¿Acaso lo hacía por algo en especial? o mejor dicho ¿Por alguien?
–Tengo que verme con Rouge – dijo Knuckles para buscar su chaqueta mientras el ambiente de tensión empezaba a incrementarse por la presencia de ambos en el mismo espacio –Luego – se despidió para caminar a la puerta y dejar el apartamento.
Silver permaneció en silencio para mantener su mirada en la eriza quien ahora le decía algo que no lograba escuchar al erizo azul. Sonic relajó sus facciones asintiendo suavemente con la cabeza, parecía que había funcionado.
–Saldré a buscarnos algo de almorzar – habló Sonic para imitar al equidna –¿Pizza? – preguntó para ver a Silver.
–Ah... sí, claro.
–Mitad con piña y carne, y soda dietética ¿verdad? – inquirió para ahora dirigirse a Amy, quien asintió suavemente con la cabeza –Genial, regreso pronto.
Silver caminó hacia la eriza quien tenía una pequeña sonrisa en su rostro según miraba al erizo azul salir.
–¿Qué le dijiste? – preguntó Silver, curioso.
–Nada – negó suavemente –Nada importante – desestimó –Ahora, perdona Silver, iré a descansar un poco ¿De acuerdo? – dijo con un dejo de fatiga en su voz.
–Seguro – asintió Silver.
La vio ir a su habitación hasta cerrar la puerta tras ella. Podía jurarlo, algo estaba pasando entre ellos.
¡Lamento la tardanza! En serio lo lamento, como les dije he estado muy ocupada y siendo sincera no me había tomado el tiempo de sentarme a continuar la historia, pero por fin ¡Capítulo 46 listo!
Para aquellos que me pidieron el por qué Tails es como es, aquí está la respuesta (o parte de la respuesta) pronto sabremos más de Tails y Cosmo; y para quienes se preguntaban si Fiona se había ido para bien, como vemos no es el caso; Fiona no se irá tan fácil de la vida ¿Esto cambiará algo? Hay más sorpresas en esta historia.
Está acostumbrada a cuidar a otros, siempre ha sido su papel y recibir ayuda no parece ser una tarea fácil en ningún sentido. Capítulo 47: Cuidados.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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