Capítulo 36: No Puedo Ocultarlo Más


El despertador sonó de forma incesante, y sabía que era momento de despertarse. Había dormido tan plácidamente como un bebé, posiblemente porque por fin dormía en su cama y no en el suelo como un perro de la calle. Sonic abrió sus ojos lentamente para ver a Amy dormir plácidamente sobre su pecho, abrazado de él. Despertó al acto, había olvidado por completo que habían dormido juntos la noche anterior.

–...Ya voy – murmuró Amy somnolienta ante el incesante sonido del despertado para abrir sus ojos y toparse con la mirada asustada de Sonic. Recordándole lo que había pasado anoche. Amy se vio a sí misma abrazándolo para así soltarlo al acto y tomar distancia tan rápido como le fue posible –¡Lo siento! – chilló sentándose de golpe en la cama, avergonzada.

–E-Es el frío – excusó Sonic intentando restarle importancia al asunto y apagando la alarma. –Cada vez parece empeorar – habló fijando su mirada en la ventana y en el día nublado que le mostraba a través de su cristal.

–S-Sí... – asintió ella, intentando convencerse a sí misma que ese era el caso.

–Será mejor alistarnos o llegaremos tarde – habló Sonic como si nada, poniéndose de pie. –Iré al baño de afuera, tú usa este.

–¿Cómo dices? – inquirió Amy confundida por la repentina cortesía.

–Estoy seguro que los chicos aún no se han despertado, si me doy prisa no tendré problemas – explicó para esbozarle una pequeña sonrisa.

–Pero... – musitó Amy viéndolo con cierto asombro.

–¿Qué? – inquirió el erizo confundido por su resistencia. Amy le sonrió suavemente negando con la cabeza.

Sonic le desvió la mirada furtivamente ante la sonrisa que ella ahora exhibía, últimamente le era cada vez más difícil verla sonreír y no tender a desviar la mirada por los sentimientos encontrados ante el despliegue de su sonrisa.

–Sólo es muy lindo de tu parte... es todo – respondió Amy con unos ojos que ahora lo miraban con gran dulzura, ruborizándolo.

–¡N-No sé de qué hablas! – exclamó Sonic con falsa molestia para verla con el ceño fruncido –Lo digo porque te urge más a ti que a mí tomarte un tiempo para verte presentable – rompió la tensión con una mala broma.

–¡¿Cómo dices?! – exclamó la eriza rosa con molestia.

Sonic se sonrió ante la expresión de molestia de la eriza, realmente adoraba hacerla enojar; era la mejor parte de su día y posiblemente la razón por la cual siempre le peleaba el derecho al baño a pesar de que sabía que no tenía necesidad de hacerlo.

–Deberías de ver tu cabello – señaló Sonic divertido riendo por lo bajo.

La eriza se puso de pie en un salto para correr al baño y verse en el espejo. Amy vio su pelo enmarañado y caótico, sonrojándose, avergonzada ante la mala presentación; con los dedos intentó domar a la bestia enmarañada, sólo haciéndola enojar pues parecía crecer aún más.

Sonic llegó hacia ella viéndola batallar con su mal peinado mientras una expresión de molestia y vergüenza se distinguía con claridad en su rostro. Una sonrisa le fue arrebatada ante lo que le parecía una escena de lo más adorable. Sonic se paró a su lado, frente al espejo del lavamanos, escuchándola maldecir por lo bajo aquel mal día de cabello y sin poder evitarlo palmó suavemente su cabeza con su mano para que una mirada gentil se posara sobre la eriza; haciéndola detener su accionar.

–Era broma – confesó Sonic con gentileza y un esbozo de sonrisa –Te ves bien – soltó con suavidad, palabras que navegaron en el aire como una dulce caricia.

Amy lo volteó a ver con incredulidad, ruborizándose por el comentario que ocasionaba que su corazón se acelerara de manera involuntaria.

–¿D-De qué hablas? – soltó Amy nerviosa alejándose de su tacto, desviándole la mirada –Tengo un sudadero gigante sobre los pantalones más grandes y fofos que pude encontrar, estoy segura que soy un desastre – rio nerviosa para ver sus prendas desaliñadas.

–Me gustas más así – soltó el erizo sin pensar.

Los ojos de Sonic se abrieron de par en par ante las palabras que ahora alcanzaban sus oídos, sintiendo un sudor frío recorrerlo. Sintió la mirada de Amy sobre él, unos ojos color esmeralda que se abrían lentamente ante la sorpresa de su maldita sinceridad, enganchándose de su mirada. Sintió una honda de calor recorrerlo, así como sus mejillas arder bajo su piel, pues de nuevo su honestidad sin filtro lo traicionaba.

Sonic se estremeció listo para abrir su boca e intentar corregir el error cuando Amy se le adelantó.

–Deja de bromear – murmuró la eriza rosa por lo bajo chocando su hombro afectivamente contra de él. Una sonrisa pequeña y dulce se mantenía en sus labios mientras sus ojos persistían en ver a sus manos. –A nadie puede gustarle una chica poco aliñada – rio apenada.

–S-Sí – soltó Sonic forzando para buscar su toalla velozmente –Será mejor ir a ducharme.

Sonic caminó lejos de ella sintiendo una extraña sensación invadirlo, una que no podía sacudirse por más que intentaba ¡¿Por qué no podía sacudirse aquel sentimiento?!

–¡Espera! – la voz de Amy lo hizo parar, para verla salir del baño con aquel aspecto desaliñado –Ammm... estaba pensando, sobre lo de ayer, y como dormimos en la misma cama – mencionó con un dejo de vergüenza en su voz.

–Oh, eso – dijo Sonic cual sorpresa –No te preocupes, ya me siento mucho mejor así que hoy dormiré de nuevo en...

–Pensé – interrumpió la eriza las palabras de él –Pensé que podríamos compartir la cama de ahora en adelante... ya sabes... como ayer – sugirió mientras sus mejillas se pintaban de carmín por su proposición.

–¿Estás segura? – inquirió Sonic con asombro.

–E-Es invierno y si alguno de los dos insiste dormir en el suelo terminaremos enfermándonos así que... pues... ¡Es sólo si no te molesta! ¡Pero podemos...

–Me parece bien– murmuró Sonic en suave voz para asentir con la cabeza.

–Amm... genial, genial – rio Amy nerviosa –Será mejor que vaya a bañarme – dijo intentando cambiar el tema para así atar su cabello en una coleta alta, resignada a la bestia que había despertado con ella.

Sonic mantuvo su mirada sobre ella para escucharla balbucear cosas sin importancia relacionadas a qué usaría en ese día nublado. La vio correr al armario vistiendo aquel atuendo holgado para con emoción buscar de entre los sudaderos que yacían en el armario.

Suavizó su mirada y sin realmente pensarlo se recostó en el marco de la puerta, admirándola en silencio, con una sonrisa en su rostro sin poder apartar su mirada de aquella cabellera atada en una coleta alta y aquel atuendo que la hacía ver más pequeña de lo que realmente era; pensando en que posiblemente sería el único hombre que tenía el privilegio de verla así, eso hizo que ese atuendo desaliñado y fofo se viera realmente bien, de hecho podría decirse que se le miraba con un extraño sexapil que no le había visto antes.


"–De pronto llegas a un punto que es más que deseo... que lo que te roba el aliento no es verla en un traje de baño diminuto, sino en un sudadero holgado y un pantalón que no combinan (...) Y cuando te das cuenta de eso es porque estás en problemas... Porque es cuando te das cuenta que te has enamorado – musitó –De alguien que no debías."


Las palabras de Knuckles llegaron a él con fuerza haciéndolo borrar la sonrisa que había mantenido hasta ese entonces. El pánico lo invadió. ¡No, no era cierto! ¡Él no pensaba que se miraba bien, él...

–¿No te ibas a ir a bañar? – interrumpió Amy sus pensamientos, tensándolo al ser descubierto. –Si sigues viéndome así en serio pensaré que crees que me veo bien así – bromeó Amy riendo.

–¡P-Por supuesto que... – silenció abruptamente. Sabía que lo diría era una mentira, no podía seguir negándoselo a él mismo. –¡MALDITA SEA! – exclamó para salir de la habitación cual rayo.

Amy escuchó la puerta azotarse, sin entender el cambio repentino del erizo. Caminó hacia la puerta para escuchar lo que pareció una discusión con Knuckles para abrir la puerta consternada y ver al equidna mantener una mirada iracunda sobre la puerta del baño, ahora cerrada.

–¡¿Cómo que yo estoy equivocado?! – vociferó Knuckles golpeando la puerta de madera enérgicamente.

–¿Qué pasó? – preguntó Amy consternada.

–¡Yo qué sé! – se quejó el equidna con molestia –¡Sonic salió y me dijo que estaba equivocado y luego se me adelantó al baño! – explicó sulfuroso –¡Esta sí me la pagas ¿oíste?!

–Simplemente va tarde – intentó tranquilizar Amy, aunque realmente estaban a tiempo –Puedes bañarte en nuestro cuarto – ofreció la eriza en un intento de conciliar la paz.

–Bien – accedió Knuckles malhumorado –¡Pero aún así...

–Sí, sí – le restó importancia Amy al asunto –Solo apresúrate que tengo clases también.

Amy siguió al equidna quien seguía peleando camino a la habitación. Se detuvo en el marco de la puerta para ver una vez el baño, ahora cerrado, y sin poder evitarlo alzar una ceja ante la actitud aberrante del erizo azul. Amy alzó los hombros en señal de desinterés, pues conociendo a Sonic sería algo sin importancia o con el único objetivo de molestar a Knuckles.

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No había prestado atención a sus clases de ese día, con suerte había podido entablar una conversación sin divagar en algún momento de la misma. Sonic regresó su vista a la taza de café frente a él quedándose prendido en el líquido marrón, su mente intentaba fuertemente concentrarse en algo que no fuera aquello que lo preocupaba, en algo que no fuera ella. Suspiró pesadamente. De repente los pensamientos indecorosos hacia Amy parecían el cielo en comparación de aquello que lo atormentaba ahora.

La amplia sonrisa de Amy regresó a él para que exhalara un pesado suspiro y cubriera su rostro con sus manos. ¡Tenía que haber algo mal con él! ¡Tenía que estar sacando las cosas de contexto otra vez! ¡Algo!

Faker – una voz familiar lo hizo quitar sus manos de su rostro para distinguir a Shadow de pronto. Estaba tan distraído que no se había percatado de la presencia de su propio hermano. Shadow tomó asiento en el lugar vacío frente a él para así preguntarle: –¿Qué haces aquí?

–Hey...– murmuró Sonic con desánimo a forma de saludo –Sólo quería cambiar un poco el ambiente – respondió para con un vistazo rápido ver la cafetería que los rodeaba, una cerca del campus y lejos de su apartamento donde sabía que ella podría estar –Tiempo si vernos ¿no es cierto? – habló con una media sonrisa, en un intento de cambiar el tema.

–No lo suficiente – respondió Shadow para sorber un poco del café que tenía en sus manos.

Sonic le frunció el ceño ante su respuesta.

–Pues no tienes porque sentarte aquí ¿sabes? – devolvió Sonic irritado.

–No hay lugar – explicó cortante para darle un vistazo rápido a la cafetería llena de estudiantes que se protegían de la lluvia del exterior.

–Genial, ahora estoy atrapado contigo también, maravilloso – refunfuño claramente molesto.

Shadow alzó una ceja a la mala actitud de su hermano, una que se le hacía vagamente familiar de años atrás. Sorbió café nuevamente, en silencio y prestar atención a los dedos del erizo azul que subían y bajaban de manera rítmica sobre la mesa al igual que su pie debajo de ésta, el cual golpeteaba el suelo de forma impaciente. Estaba claramente perturbado e irritado.

–¿No deberías de estar con Tails o Silver? – inquirió Shadow sin inmutarse por el lenguaje corporal del erizo azul que le gritaba que quería estar a solas. Sonic alzó una ceja ante su pregunta, extrañado –Quiero decir, porque tu otro amigo perdedor ahora se mantiene con Rouge, así que asumí que te habías quedado sólo con ellos dos – espetó ocasionando que Sonic le lanzara una mirada asesina –Aunque me han dicho que ahora pareces sentirte más cómodo alrededor de Rose.

Sonic escupió su café para toser sin control, ahogándose. Shadow soltó un pesado suspiro, para restregar sus ojos con una mano al confirmar sus sospechas iniciales.

–¡¿Q-Quién... Cómo...

–Rouge – respondió el erizo negro endureciendo la mirada –Me contó sobre sus pequeñas vacaciones en la playa y este ridículo juego que los dos han llevado desde el primer día en la playa y en donde tu amigo el equidna y Rose se vieron involucrados en sus ridículas apuestas – dijo cual regaño.

–¡N-No fue mi culpa! – se defendió Sonic velozmente. –¡Ella empezó...

–Porque Rouge cree que Rose y tú tienen algún tipo de química o algo por el estilo que se niegan a admitir – interrumpió Shadow sereno, para sorber un poco más del café humeante.

–¡Eso no es cierto! – negó Sonic enérgicamente –¡Ella está loca! ¡Yo no veo a Amy de...

–Escúchame bien – cortó Shadow seriamente –No pienso verme arrastrado a esto otra vez, si sientes algo por ella o se lo dices o aprendes a superar esos malditos sentimientos de una vez por todas.

–¡Yo no sien...–. Sonic calló de golpe para verlo con una clara expresión de confusión, apagando su ira inicia –¿Cómo que otra vez?

–Aún sigues en negación ¿Eh, hermanito? – habló con desdén.

Sonic le frunció el ceño ante el comentario petulante del erizo negro, el cual para él no tenía sentido alguno. Shadow rodó sus ojos, molesto ante su mohín de obvia confusión.

–¿Acaso has olvidado como te pusiste cuando Rose se fue de la ciudad años atrás? Porque yo no – rememoró una expresión de cansancio y el ceño fruncido –No saliste de tu habitación por tres días y cuando lo hacías mantenías una actitud desafiante y malhumorada – le recordó para verlo con molestia –Recuerdo que mamá realmente estaba preocupada por esta ridícula fase tuya, al punto que yo termine pagando el precio– reclamó con un dejo de molestia en su voz.

–¡Eso no fue por... ¡Es decir! ¡No tuvo que ver con ella! – balbuceó para sonrojarse sutilmente –¿Y cómo demonios tú terminaste pagando...

–Mamá me obligó a prometer que te llevaría conmigo a donde saliera con el único fin de ayudarte a "superar" la depresión que atravesabas – recordó Shadow rodando sus ojos con molestia

–¡Espera! ¡¿Es por eso que no saliste durante dos meses de la casa?! – cuestionó Sonic estupefacto.

–Claro, no pensaba llevarte a ningún lado como si fuera un caso de asistencia social – respondió Shadow bufando, irritado.

–¡¿Y-Y es por eso que le rogaste a nuestro padre que me dejará hacer esa fiesta que le estuve pidiendo por meses?! – preguntó.

–Asumí que con eso desecharías esa actitud del demonio y si mamá pensaba que estabas mejor me dejaría salir sin tener que llevarte conmigo – alzó los hombros en señal de desinterés, ocasionando que el erizo azul le diera una intensa mirada –Y esta vez no pienso volver a vivir todo aquello sólo porque tú te rehúsas a aceptar lo que sientes.

–¡Yo no siento nada por...

–Escúchame bien Sonic, porque sólo diré esto una vez – espetó de forma amenazadora haciendo énfasis en el nombre que rara vez usaba a menos que fuera por algo serio –Aprende a lidiar con tus emociones como el maldito adulto que eres ahora y deja de involucrar a otros en tus malditos problemas, en especial a mí ¡¿Lo entiendes?!

–¡Yo no te estoy involucrando en nada! – bramó Sonic molesto –¡Tú eres quien decidió sentarse aquí maldita sea!

–Escucha – soltó Shadow en un pesado suspiro, intentando apaciguar la rabia interna –Y escúchame bien porque no pienso decir esto otra vez. Rose es una gran chica que ha sufrido mucho y cuando digo mucho es mucho – dijo mientras el recuerdo de escuchar a Amy llorar por teléfono gracias a su última relación vino a él –Y no necesita verse envuelta en tus conflictos mentales o sentimentales, ella ya lidió con tu basura antes... ¡Todos nosotros hemos lidiado con tu basura cuando estuviste en secundaria! – se sulfuró nuevamente –Si no sabes cómo te sientes o que quieres está bien, pero no se te ocurra hacer lo mismo que la última vez.

–¿Lo mismo? – repitió Sonic alzando una ceja, sin comprender –¿Qué cosa? ¿De qué hablas?

–¿Acaso lo olvidaste? Dejaste de ser su amigo porque no pudiste lidiar con tus malditos sentimiento– le recordó provocando que Sonic abriera sus ojos con clara sorpresa –Estaba destrozada, no sólo fue rechazada por su primer amor, sino también perdió a su mejor amigo.

Sonic le desvió la mirada, culpable. Jamás había reparado en qué había sentido o pasado con Amy luego de dejar de hablarle, ni mucho menos había cruzado por su cabeza que lo extrañaría como su amigo.

–¿Alguna vez contemplaste siquiera el daño que hiciste cuándo le dejaste de hablar? – continuó Shadow –Sólo porque no querías admitirte a ti mismo que tus sentimientos correspondían a los de ella – regañó ocasionando que Sonic le dirigiera una mirada culpable –¡Y ahora está pasando de nuevo! – vociferó el erizo negro molesto –La única diferencia es que Rose no ha hecho nada para darte una razón para sacarla de tu vida esta vez, pero estoy seguro que encontrarás alguna ridícula excusa para hacerlo.

–¡No! ¡Yo no...

–Escucha bien esto Sonic – dijo poniéndose en pie y verlo de forma autoritaria –Si me entero, y créeme que lo haré, que has hecho alguna estupidez que termine lastimando a Rose sólo porque no sabes qué hacer con tu maldita vida, esta vez te la verás conmigo ¿me he dado entender?

Sonic frunció el ceño ante sus palabras ¿por qué la defendía tanto? Sino supiera que tenía novia podría jurar que gustaba de Amy.

–Hmph, no sabía que tú y ella fueran tan cercanos – espetó sin poder ocultar el dejo de celos en su voz.

Shadow le alzó una ceja para verlo con prepotencia, bufando molesto por su insinuación.

–Rose es una de los pocos seres en mi vida que tengo y que me importan – respondió suavizando la mirada –...junto a otros – murmuró para darle un vistazo rápido al erizo azul, mirada que Sonic captó en el momento –Escucha – soltó en un suspiro para tomar asiento una vez más, suavizando su expresión –Sé como te sientes, si entras en una relación y lo arruinas, echaras a perder su amistad para siempre– dijo casual.

Los ojos de Sonic se abrieron de golpe, eso era algo que ni siquiera había pasado por su mente ¿Perder a Amy? ¿Nunca más poder compartir con ella?

–No existe un ganar, ganar cuando te involucras con una amiga– continuó el erizo negro sin percatarse del obvio pánico en la expresión de su hermano –Tu amigo el equidna lo sabe mejor que nadie.

Sonic rememoró como de un día para otro la amistad cercana que Knuckles tenía con Rouge se había ido al carajo. Aunque Knuckles jamás les había dicho la razón, todos asumieron que había sido porque se había confesado de una manera romántica. A pesar de que las cosas habían resultado al favor de él, si Rouge no hubiera cambiado de opinión, ellos ahora no se hablarían. Si Sonic se decidía por dar ese paso y desenmascarar sus sentimientos y Amy no sentía lo mismo que él la perdería para siempre, sería imposible que se vieran sólo como amigos si él abría la boca.

–En situaciones como estas apuestas todo, y así como puedes ganarlo todo puedes perderlo todo también– continuó Shadow apacible –Y tú tienes un grupo de amigos perdedores que son muy unidos, y que lo quieras o no, deberán de tomar el bando de uno de los dos– agregó haciéndolo sentir un vacío en su estómago ante lo que ahora Shadow mencionaba –Antes fue fácil porque ella no estaba en la ciudad, pero ahora no creo que lo sea – aseguró el erizo negro terminado su café –Así que piénsalo bien – dio por concluido el tema para ponerse en pie.

–...Si eso pasará – habló Sonic al fin en un suave susurro, captando la atención del erizo negro –¿Qué lado tomarías tú?

–Hmph, la familia siempre viene primero – admitió Shadow forzosamente, sin poder encararlo –Ay de ti si me haces elegir – amenazó –Así que piénsalo bien maldito Faker; nos veremos luego – se despidió.

Sonic lo vio partir sintiéndose peor de lo que se sentía al llegar. Tapó su rostro con sus manos sintiendo la ansiedad consumirlo; en ningún momento se había puesto a pensar en sus amigos o en nadie más, pues si se aventuraba a entrar en una relación con Amy o si quiera admitirle lo que sentía, esto involucraría involuntariamente a todos ellos, pues todos eran amigos cercanos de ambos.

Si ella lo rechazaba ni siquiera podrían vivir bajo el mismo techo, dejaría de verla todas las mañanas... de hacerla enojar o de verla sonreír.

Ese último pensamiento lo hizo levantar su cabeza, asombrado. En serio le gustaba... le gustaba mucho.

–... ¿Por qué ella? – se maldijo apretando sus puños con fuerza.

Sonic sacudió su cabeza con pesar. No quería que fuera ella, cualquiera hubiera sido mejor, ¡incluso Blaze! Pero tenía que ser su mejor amiga, con la que convivía, que era adorada por toda su familia y amigos... la peor opción posible.

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Amy llegó al apartamento de Sally y Blaze para pedir su ayuda con la celebración del cumpleaños de Tails, ahora que sus mejores amigas habían confirmado que llegarían estaba muy emocionada por empezar con los preparativos, los cuales no podía ver en su apartamento si quería que siguiera siendo una sorpresa.

–¿Qué tanto traes contigo? – preguntó Sally al verla sacar varias hojas de su mochila.

–¡Son ideas! – habló animada –¡Pienso hacer la fiesta de Tails algo especial!

–¿Y no deberías de consultarlo con los otros? – inquirió Sally para poner a hervir té.

–Pues, ellos me dijeron que hiciera lo que quisiera mientras hubiera alcohol y buena música – recordó Amy rodando sus ojos.

–¿Incluso Sonic? – preguntó Sally para verla de reojo velozmente.

–Bueno... – murmuró Amy pensativa. La verdad era que Sonic apenas le había dicho algo sobre la fiesta; una parte de ella sentía que la estaba evitando desde esa mañana –Me dijo que confiaba en mis buenos gustos – respondió al fin, sin darle muchas vueltas al asunto; después de todo no era la primera vez que él parecía evitarla sin motivo, lo cual tendía a pasársele luego de uno o dos días. –Creo que no son mucho de planear cosas así, pero no importa – retomó viendo con emoción todos los recortes y panfletos que había llevado –¡Lo haremos nosotras! – dijo con entusiasmo –Por cierto, ¿dónde está Blaze?

–Tuvo que salir a ver algo relacionado con la caridad de su familia, supongo que vendrá más tarde – respondió Sally sin interés –Por cierto, Amy – llamó carraspeando su garganta y así soltar un suave suspiro, armándose de valor. –Tengo que darte algo – habló con timidez para así buscar un pantalón grisáceo doblado y limpio para llevárselo a la eriza.

–Es mi pantalón – habló con sorpresa, recibiendo la prenda –¿Acaso lo deje aquí o...

–No, no – negó Sally tomando asiento a su lado –Lo tomé prestado... el día que fui a tu apartamento – confesó desviando sutilmente la mirada.

–¡¿Eh?! ¡¿Cuándo?! – preguntó Amy con sorpresa.

–El día que me tope con Sonic – explicó sin poder evitar sonreír ante el recuerdo.

–¡¿Por fin conociste a Sonic y a los otros?! – inquirió Amy con emoción o así fue hasta que fijó su vista de nuevo a su ropa, esa era su ropa, la que estaba en su habitación... la que compartía con Sonic. Un pensamiento cruzó su mente velozmente –No me digas que Sonic y tú... ¡¿Acaso él...

–¡No! – detuvo Sally al acto, entendiendo a donde se dirigía –¡Mi paraguas se arruinó y Sonic me llevó hasta su apartamento y me permitió bañarme ahí, por eso use un pantalón tuyo para tener algo seco que ponerme! – explicó velozmente, ante el obvio horror de la eriza.

Amy soltó un suspiro de alivio. No quería pensar qué pasaría si Sonic se aprovechara de cualquiera de sus amigas.

–Genial, lo mataría si te hiciera algo que no debe – aseveró, para devolver su atención a la fiesta –Ahora bien, había pensando que podrías tal vez hacer una fiesta sobre...

–Dime algo – interrumpió Sally nuevamente –Tú y él... – intentó decir, sin saber qué palabras usar realmente –Quiero decir, sé que te gustaba mucho en la secundaria – mencionó para Amy asintiera suavemente con la cabeza –Existe alguna parte de ti que aún sienta algo por...

–¡Claro que no! – negó velozmente, sonrojándose fuertemente por lo que insinuaba –Él y yo sólo somos amigos, nunca seremos nada más. Punto – dijo endureciendo su mirada.

–¿Y ya no lo ves como nada más?

–Hmph, por supuesto que no – respondió con una falsa molestia –Quiero decir, siempre anda haciendo bromas tontas o enloqueciéndome usando el baño antes que yo o...

–¿Te molestaría si lo invito a salir?

La pregunta de Sally la hizo callar. Amy volteó a ver a la ardilla quien tenía sus mejillas bañadas en un hermoso color carmín. Sus ojos color zafiro brillaban sutilmente ante la esperanza y el nerviosismo que ahora exponía mientras jugaba con un dejo de timidez y gracia con uno de aquellos hermosos mechones rojizos, sin ser capaz de encararla. Tenía que ser una broma.

–... ¿Te gusta Sonic? – soltó Amy a penas audible, sintiendo un vacío en su estómago.

–Sí, lo sé, lo sé – habló Sally jugando nerviosamente con sus manos –Siempre pensé que era un gran patán, en especial en como siempre me lo has descrito, pero ese día que fui a tu apartamento no fue nada más que un caballero – rememoró risueña –Fue atento y cordial. Me ayudó a secar mis libros y me preparó el té más delicioso del mundo sólo para asegurarse que yo no me enfermera. Tuvimos la más profunda e interesante conversación ¡Y tenemos tanto en común! – habló Sally entusiasmada, sin poder ocultar un minuto más todas aquellas emociones que ahora sentía–Jamás pensé en volver a sentir algo así por nadie– confesó con un suave sonroje, colocando ambas manos sobre su pecho.

Amy desvió su mirada a sus manos, sintiendo el mundo venirse abajo. Claro que tendrían tanto en común, Sally provenía de una de las familias más adineradas de la ciudad al igual que la familia de Sonic. Si existía una criatura elegante y con porte en este mundo era ella, y era el tipo de chica que le gustaba a Sonic; ella era segura de sí misma, atlética y carismática, era el tipo de chica que podría llevar a cualquier lugar y que siempre sabría qué decir o como actuar, pero por sobre todo, sabía que lo haría feliz, pues Sally cuando amaba, lo hacía con todo el corazón.

Mordió suavemente su labio inferior para apretar sus puños con fuerza. Sus mejores amigos juntos... no podía haber nada mejor ¿verdad? Un dolor profundo en su pecho le quitó el aire y un nudo en su garganta le impidió pronunciar palabra alguna.

–Pero– retomó Sally nuevamente, haciéndola reaccionar –Sólo saldré con él si tú estás de acuerdo – habló la ardilla para verla fijamente. –Sí tú realmente aún tienes...

–Mis dos mejores amigos juntos – interrumpió Amy con su vista en penumbra –No puede existir nada mejor – dijo para sonreírle forzadamente –Yo sólo deseo que realmente seas feliz – habló sinceramente –Y Sonic, después de todo lo que pasó con Fiona merece ser feliz también... –murmuró con un dejo de tristeza y desánimo.

–¡Gracias, gracias, gracias! – la abrazó efusivamente ante el permiso otorgado.

Amy sintió sus brazos rodearla afectuosamente a su cuerpo tan tieso como el de un muerto en vida. Escuchó la alegría de su amiga, sintiendo la calidez que sólo Sally podía transmitirla. Amy le devolvió el abrazo con cierta resistencia sin poder contagiarse de esa energía.

Eso era lo mejor, después de todo ambos merecían ser felices... ambos merecían una oportunidad de conseguirlo.

–¿Podrías preguntarle? – soltó Sally de pronto para verla con emoción, rompiendo el abrazo –Si está interesado, quiero decir.

–...Claro – respondió apagada y una sonrisa forzada.

–¡Eres la mejor! – abrazó nuevamente.

Amy sintió sus brazos rodearla sin esta vez poder devolverle el gesto. Sentía su corazón estrujarse bajo su pecho, mientras que una parte de ella lo único que quería era soltarse a llorar.

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Cambiaba los canales de forma desinteresada, en un intento de darle cierta paz a su mente, fallando estrepitosamente en el intento. Sonic soltó un suspiro para ver el apartamento vacío, aún nadie había regresado. Tails le había dicho que se quedaría en los laboratorios de la universidad y Silver que tenía un asunto importante que atender respecto a su familia y que no llegaría hasta más tarde.

–Knuckles seguramente estará con Rouge... – se dijo a sí mismo, pensando involuntariamente en la relación de ellos –Seguro que se ve feliz – musitó el erizo azul, sin poder envidiar la nueva felicidad de su amigo.

La realidad era que no recordaba cuándo había sido la última vez que se había sentido feliz en una relación, después de todo, eso se había perdido con Fiona en algún momento. Aún pensar en ella le causaba un sabor amargo en la boca.

Un trueno fuera de las ventanas que daban a la ciudad captó su atención. El cielo se miraba igual de conflictuado que él, mientras aquella tormenta azotaba Station Square, él lidiaba con su propia tormenta interna.

Sonic sacudió suavemente su cabeza apagando la televisión, era inútil seguir pensando en sobre lo que sentía o dejaba de sentir. Viviría el hoy, rodeado de sus amigos sin tontos conflictos que arruinaran la amistad que llevaba con todos ellos, en especial su amistad con Amy.

–Tal como debe de ser – soltó en un suspiro para así esbozar una sonrisa.

La puerta del apartamento se abrió para ver a Amy entrar al mismo. No pudo evitar sentir aquella ya familiar sensación en la boca del estómago, una que mezclaba emoción, felicidad, deseo y entusiasmo; la eriza se quitó aquel abrigo rojizo salpicado de las gotas de lluvia con cierta gracia. Con un suave movimiento la vio cerrar su sombrilla para posarla a un lado de la puerta, sin percatarse de su presencia. La admiró en la distancia, en completo silencio. Su mirada recorrió su cuerpo en especial su rostro, una expresión seria y apacible. La vio sacudir suavemente sus púas para que las gotas que habían alcanzado mojar su cabello se soltaran del mismo de una manera bella y elegante.

Sonic soltó un suspiro imperceptible sintiendo sus mejillas pintarse de un intenso carmín abrasadas por el calor que ahora borbotaba desde su interior. Le gustaba, le gustaba demasiado, tan sólo quería... Cerró sus ojos con fuerza para sacudir su cabeza. ¡No! Ya había tomado una decisión, la decisión de que todo permaneciera como estaba. Sonic carraspeó suavemente en un intento de recobrar la compostura perdida y obviar esos pensamientos que no hacían nada más que atormentarlo.

Era Amy, sólo Amy, su amiga y a quién tenía que entender que no debía de ver de ninguna forma especial.

–¡Hey! – saludó tan animado como pudo fingir –Has venido justo a tiempo – habló sonriente manteniendo su actitud alegre y desinteresada de siempre –No hay nadie, podremos hablar sobre la fiesta de Tails sin problemas.

Amy dirigió su mirada a Sonic, quien le sonreía desde el sillón, sintiendo de nuevo esa pesadez sobre sus hombros pues la sonrisa llena de emoción de Sally se mantenía de forma persistente en su mente.

–Sí – le sonrió forzadamente –¿Has pensado en algo? – preguntó para caminar hacia él.

–Pues, la comida favorita de Tails es la pizza de triple queso – habló Sonic –Pensé en que eso podría ser el menú, no queremos nada extravagante después de todo.

–Suena bien – asintió Amy para sentarse en otro sillón, lejos de él.

–Knuckles y Silver ya tiene la lista de invitados, aunque la mayoría son más amigos de ellos que de Tails – explicó animado ante la actitud distante de la eriza, quien no pareció reaccionar a sus palabras, pues se quedó viendo un punto fijo con una mirada taciturna –¿Ames?

–¡Ah!, perdona, perdona – soltó Amy sonriéndole abiertamente.

–¿Te sientes bien?

–Sí, sí – asintió Amy –Sólo fue un día muy largo, eso es todo – murmuró con un dejo de desánimo en su voz.

–Si ese es el caso, prepararé un poco de chocolate caliente – dijo el erizo azul para ponerse en pie con una sonrisa que le robó el aliento –Ayudará con el frio y mejorara tu día.

Amy lo vio caminar a la cocina para admirar al erizo azul en silencio. Sonic tenía su forma peculiar de preocuparse por ella y cuidarla; sin importar la situación él siempre buscaba como aliviar su dolor y robarle una sonrisa, ese era Sonic; un erizo que cuidaba a sus amigos más que a sí mismo, quien jamás te dejaría a la deriva incluso si eso lo mataba por dentro. Era su mejor amigo y no podría pedirle nada más a la vida... sabía que no podía hacerlo.

–Sabes, tengo buenas noticias – habló Amy intentando sonar animada, desviando su atención de él. Sus pensamientos estaban tomando de nuevo aquella ruta peligrosa –¿Recuerdas a Zooey?

–¿Nuestra vecina? Claro – asintió el erizo azul mientras sacaba las tazas y los ingredientes que usaría –He intentando encontrar la forma de invitarla, pero es imposible...

–Me confirmaron que asistirá a la fiesta – se adelantó Amy, sonriente.

–¡¿En serio?!– soltó Sonic volteándola a ver con sorpresa –¡Estupendo! No sé como lo conseguiste, pero...

–No fui yo – interrumpió la eriza rosa borrando su sonrisa –Fue Sally...– reveló con un sabor amargo en su boca. Le dolía, le dolía hablar de ella.

–¿Ellas se conocen? – inquirió Sonic con asombro –¡Que golpe de suerte!

–Sí...– asintió suavemente con la cabeza.

Amy mordió suavemente su labio inferior, empuñando sus manos ante la ola de emociones conflictuadas que ahora la recorrían con más fuerza que antes.

–Por cierto– retomó Amy sin poder evitarlo –¿Cuándo pensabas contarme que tú y ella se habían conocido? – preguntó sin poder evitar un dejo de celos se asomara en sus palabras.

–¿Uh? – exclamó Sonic para verla de reojo –Lo había olvidado por completo– dijo sinceramente –Fue hace un par de días, ella parecía tener un mal día y yo sólo la ayude, era amiga tuya después de todo– explicó alzando los hombros en señal de desinterés –¿Hay algún problema? – inquirió Sonic para voltearla a ver confundido por lo que sonaba como alguna especie de reclamo.

–N-No claro que no – negó Amy velozmente, avergonzada – Es sólo que le dejaste una buena impresión – murmuró Amy cabizbaja.

–Eso es bueno, supongo – dijo Sonic para dirigir su atención a las bebidas frente a él, terminando con el tema. –Por cierto, Silver tuvo la idea de poder hacer la fiesta de Tails de...

–Tal vez demasiado buena– interrumpió Amy, silenciando al erizo azul.

–¿Qué sucede? – preguntó Sonic para verla al fin, era obvio que había algo que la molestaba.

–Es sólo que... – pausó Amy un momento sintiendo su voz temblar –Es que Sally me preguntó si había algo entre nosotros – dijo febril para que Sonic la viera con obvia sorpresa –...pues quiere invitarte a salir– completó al fin, sintiendo un nudo en su garganta formarse.

Sonic dirigió su mirada a las bebidas calientes frente a él, sin poder evitar endurecer su expresión.

–... ¿Y qué le dijiste? – preguntó Sonic seriamente.

–La verdad– respondió Amy a baja voz –Que jamás ha existido o existirá algo como "nosotros" – murmuró sintiendo un terrible dolor en su pecho ante esas palabras. Una cosa era decírselo a otros y otra muy diferente hablarlo con él y admitirlo, era casi sellar su destino. –...Y qué te preguntaría si quieres salir con ella– completó intentando que su voz no se quebrara.

Sonic sintió su intenso dolor en su pecho, uno que lo hizo cerrar sus ojos con pesadez. Si antes había tenido cualquier duda sobre qué camino tomar, esa duda se había disipado.

–Oh... – exclamó Sonic sin moverse de su lugar. Un incómodo silencio empezó a formarse entre ambos, uno que se tornaba agobiante, uno que anunciaba la tragedia venidera. –¿Quieres que salga con ella? – inquirió secamente, sin poder encararla.

Amy tragó pesado para lanzar su mirada al suelo. Ambos eran sus mejores amigos, ambos merecían una oportunidad de ser felices, Sonic merecía ser feliz... y ella sabía que tenía que dejarlo ir. Lo había hecho una vez, lo podría hacer otra vez.

–Estoy segura que ambos congeniaran bastante bien– le respondió Amy desganada.

–Si eso crees... – murmuró Sonic sin poder ocultar su pesadez en sus palabras. Soltó un suspiro imperceptible, para así terminar de servir la bebida caliente –Seguro, le escribiré – completó, dando por concluido el tema.

Amy no fue capaz de decir nada más. Entristeció su mirada, recordándose una y otra vez que ambos eran sus amigos, y que ambos merecían ser felices, así ese sentimiento que ahora la quemaba por dentro terminara por matarla.

La puerta se abrió de pronto para que ambos dirigieran su atención a la entrada del apartamento en donde un zorrito de dos colas se asomaba con una expresión de cansancio en su rostro, cargando varios papeles en sus manos y una pesada mochila sobre sus hombros.

–¡Sonic! – llamó Tails animado al distinguir al erizo azul en la cocina para dejar sus cosas en la mesa de centro de la sala –¡Me alegra verte por aquí! – dijo corriendo hacia él –¡Necesito de tu ayuda!

–Ammm, hola Tails – saludó el erizo azul extrañado por su petición y a su vez aliviado porque hubiera llegado en ese momento –Claro, ¿qué sucede? – preguntó –¿Y no deberías estar en la universidad?

–Las lluvias lo cambiaron todo, hay una gotera en el salón de robótica y tuve que traer todos los documentos importantes y mover gran parte del equipo, pero no pude guardarlo en otro salón porque pesa demasiado– explicó resoplando con cansancio –Sólo pude trasladarlo al otro extremo del salón para evitar que se moje más, así que regrese al apartamento pues realmente esperaba encontrar a...

–¿Knuckles? – anticipó Sonic alzando una ceja para cruzar sus brazos sobre su pecho.

–Je... tú eras mi segunda mejor opción – admitió Tails con una sonrisa apenada –¡Por favor! Si no muevo las cosas todo se arruinará con las lluvias – dijo cual suplica.

Sonic le dio un vistazo rápido a la eriza quien se había mantenido en silencio, observándolos desde el sillón de la sala. Amy notó su mirada, pues se tensó ante la misma, desviándole la propia sin poder encararlo. Sonic soltó un suspiro imperceptible, la realidad era que Tails no había podido pedirle en mejor momento salir del apartamento. Necesitaba hacerlo.

–Seguro– asintió Sonic.

–¡Genial! ¡Entonces vamos a... –Tails dio media vuelta y así distinguir a Amy sentada con una mirada taciturna fija en su regazo. Regresó su mirada al erizo, quien se tensó ante la misma, era obvio que había llegado en un momento inoportuno –A menos que esté interrumpiendo algo importante o...

–No, no, ya habíamos terminado aquí – interrumpió Sonic bruscamente para buscar su chaqueta negra velozmente, sin darle otra oportunidad de hablar. –Será mejor irnos – caminó hacia la salida, sin ver atrás –Nos vemos más tarde – se despidió el erizo azul.

Tails se quedó parado en medio de la sala un poco confundido, la tensión en el ambiente se podía sentir de pronto de forma abrumadora y fuera lo que fuera no parecía una de las peleas regulares entre ellos.

–¿Todo bien, Amy? – preguntó Tails para ver consternado a la eriza.

–¡Ah, sí, sí! – asintió Amy energética –Nos veremos después – dijo para ponerse en pie.

–¡Tails andando! – la voz de Sonic se escuchó desde las afueras.

­­­­­–¡Sí! – exclamó velozmente –Nos veremos, Amy – se despidió Tails con un ademán de manos.

Amy escuchó la puerta cerrarse para así quedar a solas en el apartamento. Sin poder evitarlo caminó hacia la cocina en donde las dos tazas de chocolate caliente yacían sobre el mostrador, humeando. Tomó la taza rosada que él había elegido para él para sentir sus ojos llenarse de lágrimas ¿por qué sentía un dolor insoportable en su pecho?

–Debo de ser feliz... tengo que ser feliz por ellos... por mis preciados amigos – murmuró para que gotas saladas se colaran de sus ojos mezclándose con el chocolate en sus manos.

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Regresó al apartamento luego de pasar el resto de la tarde moviendo los aparatos de Tails por toda la facultad de Ingeniería. Tails se miraba tan exhausto como él, después de todo les había entrado la noche y habían tenido que caminar desde el campus hasta el apartamento bajo la terrible tormenta que azotaba la ciudad.

–Es todo, a la próxima llamamos a Knuckles – se quejó Sonic siguiendo a Tails al apartamento, cerrando la puerta detrás de sí –No me importa si está en la mitad de su boda, no pienso volver a hacer esto solo.

–No imagine que Eggman nos haría cambiar los equipos en tres salones diferentes – soltó Tails con cansancio.

–O que fueran en el tercer y cuarto nivel los últimos dos – reclamó Sonic para verlo con molestia –Pareciera que tenía algo contra mí – bufó Sonic –En fin, me voy a descansar – se despidió para encaminarse a su habitación.

–Descansa Sonic – se despidió su amigo imitándolo.

Sonic entró a la habitación para soltar un pesado bostezo y al hacerlo pudo ver a Amy sentada entre las sabanas con aquella taza de chocolate que él le había hecho, ahora vacía. Por un momento había olvidado por completo el problema por el cual para empezar había salido corriendo del apartamento. De repente mover pesadas máquinas por el campus empezaba a verse tentador.

–Volviste – habló ella para salir de las chamarras que la acobijaban para que él asintiera suavemente con la cabeza, sin realmente ánimos de conversar –¿Cómo... amm... Cómo les fue? – preguntó Amy febril, para caminar hacia él, deteniéndose a varios pasos del erizo.

–Cansado, pero lo solucionamos – respondió Sonic vagamente caminando hacia el armario.

–Oh... me alegro – musitó Amy sintiendo como su viejo amigo el silencio llegaba como invitado indeseado para sentarse entre ambos y observar el espectáculo de dolor frente a él –Por cierto, gracias por el chocolate – prosiguió, quería sacudir esa atmósfera que se empezaba a formar más rápido de lo que ella deseaba.

–Oh... no fue nada – murmuró Sonic para quitarse su chaqueta y guardarla.

De nuevo, silencio. Sonic sintió como un ambiente de tensión empezaba a formarse nuevamente ¿Era él? ¿Acaso lo que sentía en ese momento por ella estaba haciendo eso? Chasqueó molesto, esa era exactamente la razón por la cual era mejor no hacer o decir nada, y a pesar de eso parecía habérselas ingeniado para arruinar todo con ella. Tal vez la idea de Amy de salir con alguien más no era mala del todo, necesitaba dejar esas emociones atrás para así poder estar de nuevo con ella a gusto, como siempre.

–Por cierto – habló Sonic intentando demostrar un entusiasmo que sabía que no tenía –No olvides pasarme el contacto de Sally – intentó sonar lo más natural y menos resistente posible.

Amy endureció su mirada ante las palabras que ahora salían de la boca de él, sintiendo un nudo en su garganta formarse, realmente pensaba salir con ella, bueno, claro que pensaba salir con ella, ella se lo había pedido.

–Realmente no hablamos mucho sobre ella el día que la conocí– continuó Sonic fijando su mirada en el armario frente a él, en busca de alguna prenda seca que ponerse –, pero si tú me dices que le gusta hacer bien podría...

–No– salió de sus labios tan rápido que no pudo detenerse.

Sonic detuvo su acción para así voltearla a ver con una clara expresión de confusión grabada en su rostro. Amy apretó sus puños con fuerza mordiendo suavemente su labio inferior.


"¡No, no, no! ¡Esto no está bien!"


Los pensamientos se abarrotaron en su mente sin poder contenerlos más, tal vez no quería hacerlo. El miedo la hizo su presa y el egoísmo fue más fuerte que cualquier otra cosa. Amy sintió algo en ella quebrarse, aquella vasija en donde había guardado todo lo que sentía por tanto tiempo, una que empezó a desquebrajarse poco a poco, con cada sonrisa de él, con cada mirada, con el mínimo de los roces y por fin, ésta se había quebrado liberando todo en su interior.

–No quiero...– prosiguió la eriza, sintiendo un labio tembloroso que se quebraría en llanto en cualquier momento –No quiero que salgas con ella – confesó al fin con su voz pendiendo en un hilo.

Sonic alzó una ceja para ver a la eriza quien yacía inmóvil del otro lado de la habitación, sin ser capaz de encararlo. Nada de eso tenía sentido.

–Pero tú dijiste...

–Mentí – interrumpió Amy apretando sus puños con más fuerza. No podía más... no podía fingir más.

–¿Por qué? – inquirió Sonic para caminar hacia la eriza que persistía en mantener su mirada a sus pies.

–Porque...– su voz tembló, al igual que ella ante lo que diría, ante lo que sabía arruinaría todo por lo que había trabajado tan duramente, pero si no lo hacía sentía que se ahogaría con sus propias emociones –¡Porque me gustas! – reveló Amy viéndolo al fin.

Lágrimas nublaron su vista y sus palabras lo hicieron detenerse. Eso era todo, oficialmente había arruinado la amistad que tanto le había costado reparar, y se había arruinado por la misma estúpida razón que la primera vez. Por amor.

–¡Sí, sé que es egoísta! ¡Sé que esto no es lo que quieres, pero no puedo evitar sentirme así! – vociferó sin poder excusarse de su comportamiento, pero la realidad era que tampoco pensaba hacerlo. Amy sintió lágrimas deslizarse por sus mejillas, mordiendo su labio efusivamente al punto de lastimarse en un intento de no soltar el sollozo que buscaba salida de sus labios. –Yo...– apenas logró decir sintiendo su cuerpo temblar –Yo encontraré la forma de borrar este que siento ¡Lo prometo! – juró para levantar su mirada y ver a Sonic con aquella expresión anonadada ante su verborrea incesante –Y sé que no debo de pedirlo, pero mientras logro borrar este sentimiento... por favor, no salgas con Sally – pidió sintiéndose como el ser más despreciable sobre el planeta.

–¡Hey Sonic! – la puerta de su habitación se abrió pronto para que Tails se diera entrada a la recámara, interrumpiéndola. –Antes de que lo olvide, quería agrade... ¿interrumpo algo? – inquirió Tails deteniendo su entrada al ver la expresión anonadada de Sonic y observar la postura tensa de la eriza, quien le daba la espalda.

Amy dio media vuelta para salir corriendo de la habitación intentando ocultar sus lágrimas, su dolor, sus emociones, su desgracia, su malicia... todo. Buscó con desesperé la salida de aquel apartamento que sólo parecía querer asfixiarla y sin escuchar una sílaba que le pidiera quedarse, como estaba tan acostumbrada por parte de él; salió del lugar sin ver atrás.

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La fría lluvia cayó sobre su cuerpo para enjaguar las lágrimas que no dejaban de correr en su rostro. Lo había hecho, lo único que no podía hacer lo había hecho. Acaba de arruinar su amistad con Sonic y a su vez, pedirle que no saliera con su mejor amiga arruinándole a ella la oportunidad de conocer bien a lo que podría ser el erizo de su vida. Era un ser egoísta, una eriza tonta que no había podido pretender por el bien de sus amigos, por el bien de todos, incluyendo el de ella.

–¡Que estúpida, que estúpida, que estúpida! – se recriminó mientras corría fuera del edificio de apartamentos para sentir la lluvia mojarla, lavando sus lágrimas –¡Arruine nuestra amistad! ¡ARRUINE TODO! – vociferó sin ver dirección y sólo correr sin rumbo por las calles desolados de Station Square.

Amy sentía sus pulmones arder y en lo único que podía pensar era en poner un pie frente al otro, rogando que en algún momento pudiera dejar todas aquellas emociones que cargaba consigo, como si esa carrera fuera a arreglar algo del error imperdonable que acaba de cometer.

El sonido de una bocina la hizo reaccionar para detener su carrera de golpe abriendo sus ojos y volteando a sí, a ver unas luces que se acercaban a ella, cegándola por completo. El sonido de la bocina se incrementaba según la difusa forma de un camión se distinguía. Se había cruzado la calle sin ver a los automóviles que transitaban en ésta.

Amy se paralizó sin poder apartar la vista de las luces que se acercaban a toda velocidad, sin poder reaccionar hasta que sintió a alguien tomarla del brazo sacándola bruscamente de la calle. Sintió su cuerpo flotar para así ver el camión rozar a penas sus cortos cabellos por una fracción de segundo según pasaba a toda velocidad a su lado; un abrazo la resguardó de nuevo en la seguridad de la acera.

–¡¿Eres estúpida o qué te pasa?! –. Amy subió su mirada para ver a Sonic verla de manera iracundo, pero por sobre todo, con una clara mueca de miedo con mezcla de alivio –¡Pudiste haber muerto! – regañó sulfuroso para tomarla de los hombros alejándola lo suficiente para verificar con una mirada veloz que no se hubiera lastimado –¡¿Cómo sales corriendo sin fijarte por dónde vas?!

El sonido de la lluvia ensordeció todo a su alrededor, pues apenas podía procesar lo que acaba de pasar. Amy clavó su vista en el erizo azul que yacía mojado de pies a cabeza bajo la lluvia inclemente. No tenía su chaqueta puesta, sólo una playera blanca que ahora yacía pegada a su cuerpo.

–Me seguiste...– musitó Amy incrédula, ni en sus berrinches más justificados en el pasado Sonic la había seguido antes.

–¡Claro que lo hice! – regañó nuevamente, frunciendo el ceño con molestia –¡No puedes decirme algo como eso y luego sólo salir huyendo!

–Pero...– musitó la eriza con su voz pendiendo en un hilo –Sé que no debo... sé que no debo de sentirme como me siento, pero...– lágrimas indeseables se acumularon en la cuenca de sus ojos para así cerrarlos con fuerza en un intento de contener aquello que hacía su pecho dolor y su estómago dar vueltas –, pero no puedo seguir ocultándolo más – sollozó para tapar su rostro en un intento de ocultar su fragilidad –¡Lo siento, en serio lo siento!

–¡Deja de decir que lo sientes! – bramó Sonic para tomar sus manos y separarlas de su rostro, obligándola a verlo –¡No tienes nada por qué disculparte, porque si lo haces yo también tendría qué!

Los sollozos que la ahogaban se detuvieron de pronto. Subió su mirada aprisa para que sus ojos se engancharan en Sonic, quien ahora borraba aquel mohín de molestia inicial mientras un indeseable e intenso sonroje se posaba sobre sus mejillas, soltándola al acto y sin poder evitarlo retroceder un par de pasos de ella.

–... ¿De qué hablas? – preguntó la eriza, confundida.

–Y-Yo...– se atragantó Sonic para que sus ojos encontraran los suyos, los cuales, a diferencias de los de él, no se miraban aterrados por lo que parecía estar pasando entre ellos –Yo...– intentó decir sin poder sacar aquellas palabras, palabras que jamás se había admitido a sí mismo en voz alta –Es... tal vez...– intentó decir.

Una ola de calor lo envolvió y sus mejillas ardieron bajo la lluvia que ahora los cubría. Un sonroje imposible de ocultar pintó su piel de forma incandescente sintiendo como el nerviosismo se apoderaba de él bajo la mirada expectante de ella. Las palabras no salían... y eran porque no sabía cómo decir aquello que su corazón sentía desde hace más tiempo del que estaba dispuesto a admitirse.

–¡Maldita sea, soy un asco para esto! – vociferó Sonic mientras aquel indeseable rubor quemaba sus mejillas de forma involuntaria –¡Yo creo que... quiero decir... – se atragantó entre sus propias emociones.

Balbuceó incompresible para que lo que fue antes una mirada expectante por parte de la eriza, cambiara a una molesta, acrecentando su nerviosismo. Amy le frunció el ceño, desviándole la mirada y soltando un pesado suspiro. ¡Estaba arruinando todo!

Sonic abrió la boca en un intento de poder hacer que algo saliera de su boca que pudiera cambiar la atmósfera que él mismo había creado ¡Por eso mismo él no iba a decir nada!

–Sabes algo... – bufó Amy para darle una mirada impasible, cansada de esperar por una respuesta de su parte –Ya no importa...– soltó tensándolo.

–Es... yo...– se atragantó para que ella lo viera fijamente con una expresión seria.

Soltó un suspiro ante la reacción de Sonic y con una mirada decidida tomó la decisión más atrevida que hubiera hecho jamás.

Amy se acercó a él decidida, y sin decir nada, lo tomó fuertemente de la camiseta obligándolo a inclinarse hacia delante en un acto sin precedentes; Amy se colocó de puntillas para elevar su cuerpo lo suficiente y de forma impulsiva buscar sus labios, fundiéndose en un beso, en uno que parecía haber estado en pausa demasiado tiempo ya.

Sonic abrió sus ojos de golpe al sentir los tersos labios de ella contra los de él, sintiendo como aquella acción le devolvía la paz y la vida una vez más. Entrecerró sus ojos dejándose llevar por la inesperada acción de la eriza. Sonic rodeó sus brazos en la cintura de ella para atraerla con efusividad hacia él correspondiendo así al beso.

Amy fue tomada por sorpresa ante la acción del erizo, rompiendo el beso entre ellos, una parte de ella jamás pensó que él reaccionaria de ninguna forma ante su apuesta de todo o nada. Los ojos esmeraldas se engancharon de los de él, observándolo en silencio con detenimiento. Sonic se enganchó en aquellos ojos que brillaban cual esmeraldas bajo la noche, unos ojos enrojecidos por el llanto previo que se aposentaban sobre aquellas mejillas pintadas de un exquisito color carmín. La tomó del mentón con suavidad para así atraer su rostro cerca del suyo y de manera impetuosa sus labios buscar los suyos en lo que sería el mejor beso de su vida, en aquel beso que sentía que había esperado por siempre.



¡¡¡¡ES OFICIAL!!!! ¡SONIC Y AMY ESTÁN JUNTOS! Nos tomó 36 capítulos, dos rupturas de corazón, un tercero involucrado y mucho sudor y lágrimas, ¡¡¡pero por fin!!! Para quienes se preguntaban si aquí termina todo, ¡pues no! Esto está solo empezando, la historia aún tiene mucho que ofrecer y estoy muy contenta de empezar este nuevo arco de la misma. Así que agárrense mis lectores, pues esto no será todo color de rosas.

Como ven, la aparición de Sally y sus sentimientos hacia Sonic era lo que hacía falta para que Amy tomara la iniciativa que Sonic jamás tomaría por su cuenta (ya, bajen las antorchas >__<)

¡Sé que actualice antes! Pero me pidieron tanto este capítulo (o mejor dicho doble actulización) y la verdad la historia para este punto está tan adelantada que dije: "¿Por qué no?" Realmente espero les haya gustado. Sé que este capítulo es bastante largo y la verdad es que pensé en partirlo en dos, pero no pude. Aún así, gracias por seguir leyendo a pesar del largo habitual.

Bien mis lectores, sin más que agregar, su autora se despide. Kat fuera.

Ninguno de los dos estaba preparado para los sucesos y pensamientos luego de aquel beso. Esto sin lugar a duda a cambiado su relación ¿pero de qué forma? Ninguno de los dos está seguro de qué hacer ahora o cómo comportarse ante lo que debería ser algo sencillo. La amistad entre ambos de pronto se ha puesto de por medio. Capítulo 37: ¿Qué somos?


Datos curiosos:

–Hasta el momento El Reencuentro lleva 64 hojas de fragmentos que no fueron incluidos y que tuve que repetir para hacer esta historia.

–La historia tiene su propia canción por la cual me inspiré a escribir El Recuentro "History Maker de Caleb Hyles" la cual puse una y otra vez para escribir este fragmento (recomiendo releer este último fragmento escuchando esa canción).

–El Anime Horimiya, es una de las mayores inspiraciones de esta historia.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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