Capítulo 31: Bajo la Luna
No podía dormir. Luego de las crudas palabras del erizo azul apenas si había podido actuar desinteresada como siempre lo hacía. Rouge salió de su recámara a hurtadillas para así buscar la salida de aquel lugar que sentía que la volvería loca, y así sentir como la brisa fresca de aquella última noche de verano la revitalizaba.
Expandió sus hermosas alas para alzar vuelo y fijar su vista en una solitaria luna, tanto como lo era ella. Voló al techo en un intento de buscar la paz y serenidad que su mente y corazón atribulado no poseían, cuando un inesperado intruso cambio sus planes... como siempre.
–¿Qué haces aquí? – preguntó Rouge aterrizando sobre el tejado, alzando una ceja ante la inesperada compañía.
–No podía dormir – respondió Knuckles, quien a diferencia de ella no se miraba sorprendido por su presencia –Dude por un momento que vendrías – espetó con una media sonrisa.
–¿Esperabas por mí? – inquirió Rouge sin entender.
–Cuando estás molesta siempre subes al techo para pensar – respondió cual hecho obvio –Y hoy parecías particularmente molesta.
–Hmph, tu amigo es un maldita rata vengativa – se quejó Rouge para tomar asiento a su lado de mal humor.
–Debes admitir que tenía buenos motivos – habló Knuckles sin mover su mirada violeta del océano frente a ellos, admirando el oleaje a la distancia.
–Si no aguantas el fuego, sal de la cocina– dijo la murciélago alzando los hombros en señal de desinterés.
–Un consejo que puede ir en dos direcciones ¿no te parece? – devolvió para verla al fin.
–Hmph, es diferente – murmuró Rouge para abrazar sus piernas y recostar su mentón sobre sus rodillas.
–A como yo lo veo es igual– insistió el equidna –Con la única diferencia que tú no tenías razones justas para enojarte.
–¡Claro que sí! – debatió.
–¿Así? ¿Cuál es el problema si salgo con alguien más? – preguntó Knuckles fijando su mirada violeta en ella de forma intensa –Aquella mañana que salí de tu apartamento me dijiste, y cito: "No somos nada y nada pasará jamás"– le recordó soltando un suave suspiro, recostándose sobre el tejado, fijando su mirada a la luna sobre ellos –¿O acaso lo olvidas?
–Sabes por qué es eso...– devolvió Rouge entristecida, bajando sus orejas.
–Pero acaso no quieres intentar...
–No– espetó ella fríamente, endureciendo su mirada –No tienes una idea de lo que es que aquel ser que se supone debería de cuidar y proteger de ti, te abandone, te deje a...
–Sí lo sé– interrumpió Knuckles seriamente.
Rouge lo volteó a ver con clara sorpresa, sin saber cómo reaccionar a lo que acaba de decirle ¿acaso era una broma de su parte? ¿o estaba comparado su trauma infantil con algún hecho ridículo y en absoluto relacionado?
–Después de todo, mi madre me abandonó al poco tiempo de morir mi padre así que...– musitó a suave voz soltando un suspiro imperceptible –Sí sé lo que es ser abandonado por quien debería de cuidarte – completó para endurecer su mirada a la luna, cual reclamo silencioso.
Los ojos de Rouge se abrieron de golpe para así fijar su completa atención en él. Su pecho se estrujó al escuchar aquella revelación, colocando de forma inconsciente su mano sobre el mismo. Su mirada se suavizó y sus ojos azules y brillantes, se engancharon en el equidna, quien mantenía una expresión dura y distante, una que ella misma conocía bien. La necesidad de protegerlo de aquel dolor insufrible y agónico que ella misma vivió en carne propia se apoderó de ella, aunque ella mejor que nadie sabía que no había nada que calmara aquel sufrir.
–... Pero– murmuró Rouge en un intento de obviar el mar de emociones sobre ella –¿Con quien viviste...
–Mis abuelos– respondió cortante –Por qué crees que sé todos los rituales e historias sagradas de The Angel Island. Es una tradición muy antigua de mi clan que sólo los ancianos pasan– reveló cual hecho obvio, soltando un suave suspiro.
–No lo sabía– musitó Rouge con un dejo de culpabilidad en su voz.
–Nadie lo hace...– confesó Knuckles en suave susurro sin poder apartar su mirada de la luna sobre su cabeza –Bueno, a excepción de Sonic y Tails – admitió para luego fruncir el ceño –¡Y eso fue porque el imbécil de Sonic y el estúpido de Tails no pueden mantener sus narices donde no los llaman! – vociferó iracundo para reincorporarse –¡No podían sólo dejarme a solas! ¡No! ¡Tenían que llegar a la casa de mis abuelos y presentarse como "mis mejores amigos"! – recordó sulfuroso –¡JURE QUE LOS MATARÍA POR ELLO!
–No lo entiendo, pensé que eran tus mejores amigos – dijo Rouge alzando una ceja, confundida del por qué del enojo del equidna.
–Hmph, eso fue antes de que si quiera cruzaremos palabras – reveló bufando con molestia –Cuando entre al instituto no podía ni siquiera ver a Sonic, lo detestaba con todo mi ser. Un enérgico e insoportable erizo con exceso de confianza y el ego del tamaño Metropolis Zone ¿en serio crees que me agradaría? – masculló obviamente irritado –Sin embargo... – suavizó su mirada ante un recuerdo –...Uno que jamás te dejará ni en tus peores momentos – admitió con cierta vergüenza –Nunca he sido muy sociable y Sonic fue el primero en intentar hablarme o querer hacer una amistad conmigo, aunque como tú sabrás realmente eso de conectar con otros no se me da bien.
–¿Cómo se hicieron amigos entonces? – curioseo Rouge, absorta en la historia.
–Fue el día que apareció en mi casa, o al menos ahí fue como empezó todo – explicó Knuckles para que un esbozo de sonrisa se pintara en su cara – Quería matarlo por su osadía, sin embargo... – silencio para suavizar sus expresiones adentrándose en una de sus más preciadas memorias–Recuerdo que empezó a hacer bromas tontas y hablarme como si en serio fuéramos los mejores amigos. Me hizo sentir parte de algo... fue agradable – murmuró con calidez.
Aun recordaba su expresión desconcertada cuando vio a Sonic y Tails en la puerta de su hogar mientras Sonic le sonría abiertamente y Tails se escondía tímidamente detrás de él, mostrándole una sonrisa febril; lo más seguro es que Sonic lo hubiera arrastrado ahí. Su abuela apareció detrás de él preguntando quién podría ser, y antes de que él pudiera decir nada, Sonic se le adelantó para responder; –"¡Somos Tails y Sonic, los mejores amigos de Knuckles!"–. Al principio no supo si se trataba de algún mal chiste o una pesada broma, pero sí recordaba que su abuela estaba muy feliz de que él por fin se animara a tener amigos, en especial luego de que su madre lo dejará ahí y se encerrara en sí mismo durante los años por venir. Ese día su abuela reveló, en contra de su voluntad, sobre la realidad familiar de él, y al hacerlo sintió que el mundo le caía encima. Su mayor secreto revelado en una tarde de té en su casa. Juró que ahora sería el blanco de bromas en todo el instituto, pero a diferencia de lo que sus pensamientos fatalistas le gritaban, no pasó. Al escuchar la historia la reacción de Sonic es algo que aún no olvidaba, pues el erizo lo volteó a ver con cierto asombro por una fracción de segundos para luego abrazarlo del cuello enérgicamente atrayéndolo a él de forma juguetona para decir en voz alta:
"¡Ahora nos tiene a nosotros, así que todo estará bien!"
Sonrió ante esa memoria. La mirada atenta de Rouge lo hizo regresar a la realidad, haciéndolo borrar su sonrisa y carraspear su garganta en un intento de recobrar la compostura.
–Ya sabes, luego los tenía encima de mí en la escuela, a la hora de almuerzo, en los recesos, ¡Incluso en deportes! – se quejó con una falsa expresión de molestia –Es una verdadera peste cuando quiere serlo ¿sabes?
–No tenía idea – soltó Rouge con un esbozo de sonrisa.
–Hmph, todos tenemos una historia detrás, algo que nos ha marcado para siempre – habló Knuckles regresando su mirada a la luna –Incluso Tails, quien era el más inocente de nosotros, tiene su propia herida expuesta, una que lo hizo ser como es hoy... – murmuró Knuckles pensativo captando de inmediato la atención de la murciélago, haciéndolo saber que había hablado demás –Mi punto es que todos hemos perdido algo importante, algo que nos quebró de alguna forma u otra.
–¿Por eso es que Sonic los cuida tanto? – inquirió Rouge suavizando su mirada, teniendo un mejor concepto del erizo azul que antes... Sólo un poco. Knuckles soltó un bufido para así desviarle la mirada, dándole a entender la respuesta –¿Esa es la razón por la que toleraron todo aquello que los hizo sufrir mientras estuvo con Fiona?
–... Podrías decirlo– musitó con un dejo de vergüenza en su voz.
Rouge abrazó sus piernas nuevamente para recostar su mentón sobre sus rodillas, pensativa. Frunció el ceño de pronto pues que algo no encajaba en aquello que él le contaba. La historia que él relataba era una muy parecida a la suya, pero algo no encajaba, algo que la hacía molestar.
–No comprendo – soltó Rouge al fin para voltearlo a ver con aquel ceño fruncido y expresión de molestia –Sí tú también has perdido a alguien, si conoces la decepción, la falta de amor ¡Si sabes que en cualquier momento pueden marcharse! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué deseas mantener una relación íntima conmi...
–Por Sonic– respondió Knuckles impasible ante sus emociones alborotadas.
–¿Eh? – expresó sin entender –¿De qué hablas?
–La amistad con Sonic no fue de un día para el otro– empezó a relatar –Cuando llegué a la escuela al día siguiente de aquel incidente en mi casa quise tirarle cada diente de esa sonrisa confiada que tenía – recordó iracundo –, pero era demasiado rápido...– espetó frustrado. –A pesar de ello, él y Tails siempre estuvieron ahí, insistiendo, haciéndome parte de su pequeño grupo de perdedores – dijo con una sonrisa burlesca – Así conocí a Amy, a Silver ... a ti – murmuró para verla de reojo, ocasionando que ella se ruborizara tenuemente a aquel comentario que se había escuchado más dulce de lo que él había pretendido –Y supe que eso era lo que quería, los quería conmigo el resto de mi vida – confesó en voz alta por primera vez –Se volvieron mi familia y sabía que iría hasta el otro extremo del mundo si era necesario por ellos... así como ellos lo harían por mí – admitió con una pequeña sonrisa.
–¿No tienes miedo? – preguntó Rouge abrazando sus piernas nuevamente en un intento de refugiarse, y entristecer su mirada. –¿De perderlo todo?
–...Tengo más miedo de perderlos a ustedes – admitió en un susurro al viento.
Aquellas palabras la hicieron verlo al acto, sonrojándose ante las mismas. Admiró al equidna en silencio, observando sus largas púas que bailaban ante el soplo de la suave brisa del océano, mientras aquella intensa mirada violeta se mantenía fija en la luna y una expresión de serenidad y paz pintaba cada facción de su rostro, robándole el aliento.
Le desvió la mirada al acto, hundiéndose en sí misma. Knuckles era un equidna sencillo, jamás había pretendido aparentar nada que no era y sus emociones tendían ser bastante claras sin importar lo inapropiadas que éstas fueran. A diferencia de ella. Le parecía inconcebible que un acto de generosidad lo hiciera creer tan ciegamente en las conexiones con otros y estar bien con ello.
–Hmph, pues espero sepas a lo que te estás metiendo– bufó Rouge para ponerse de pie con molestia.
–¿Eh? – exclamó Knuckles confundido por su repentina reacción.
–Que te quede claro de una vez, no soy fácil de manejar – soltó Rouge de pronto, sintiendo su rostro enrojecer –Y no pienso conformarme con nada menos que lo mejor que esta vida tiene que ofrecer, eso incluye joyas y viajes a lugares exóticos.
–¿De qué estás rayos me estás hablando? – preguntó Knuckles poniéndose de pie por igual, sin comprender el por qué de esas palabras.
–¡Siempre has sido un cabeza de nudillo para esto! – vociferó Rouge volteándolo a ver con molestia, mientras que aquel indeseable rubor se mantenía de manera persistente en sus mejillas –Espero que sepas que en una relación conmigo jamás de los jamases podrás ganar una discusión, siempre tendré la razón, incluso cuando no– estableció segura –No soy fácil de tratar y no pienso hacerte las cosas más fáciles ahora que seamos... ya sabes– silenció, ahogándose en su vergüenza. Los ojos del equidna se abrieron de par en par al empezar a entender lo que ella le quería transmitir –¡Y-Y él hecho de que salgamos o lo que sea no significa que de pronto vaya a ser dulce o cariñosa! ¡¿Has comprendido?!
–¡E-Espera! – balbuceó Knuckles con obvio asombro –¡¿Estás diciendo que... ¡Quiero decir! ¡¿Estás aceptando ser... – silenció para ver como Rouge lanzaba su mirada a sus pies sonrojándose con intensidad, incapaz de encararlo –...mi novia? – completó.
–¡Claro! ¡¿P-Por qué crees que te diría todo eso?! – bramó para verlo iracunda –¡Esta es la razón por la cual no se puede tener una con...
Sintió como él la tomaba suavemente del rostro para así besarla, acallando sus palabras. Los labios de él se posaron suavemente sobre los suyos, robándole todas las palabras y calmando la ansiedad que la abrumaba. Rouge cerró sus ojos lentamente para así dejarse llevar en el acto más impulsivo que hubiera tenido alguna vez en su vida, y así, en un acto ciego de fe, arriesgarse a confiar en alguien.
Knuckles se separó de ella suavemente rodeando sus fornidos brazos por su cintura para atraerlo así él, en un abrazo que calmó cualquier duda mientras una sonrisa galante se pintaba sobre sus labios, haciéndola sonrojar.
–...No puedo creerlo– murmuró el equidna sin intenciones de ocultar la felicidad que lo recorría –Eres mi novia.
–¡C-Cállate! – habló con un notorio sonroje, desviándole la mirada con molestia –¡Y que te quede claro algo! – amenazó nuevamente –Shadow es mi mejor amigo y eso nunca va a cambiar– advirtió –¡No me interesa si eres mi novio, mi esposo o si tenemos hijos! ¡Él es parte de mi vida y no pienso alejarlo de ésta!
Knuckles afianzó su abrazo para que su cuerpo se fundiera en el de ella, sintiendo como se tensaba ante la muestra de afecto inesperada.
–No pienso quitártelo – le murmuró con suavidad.
Rouge asintió febrilmente con la cabeza, sin ya más argumentos para pelear en un intento de ocultar la vulnerabilidad que sentía en ese momento. Recostó con cierta resistencia su cabeza sobre su pecho, abochornada y a su vez... feliz, inmensamente feliz.
–...Y debes de cancelar la cita que Sonic te hizo – ordenó la murciélago ocultando su rostro tanto como le fue posible.
Knuckles se sonrió divertido ante sus palabras, ante lo que era obvio una petición a base de celos. Era la primera vez que le decía algo así, y le encantaba.
–No tengo intenciones de salir con nadie más que no seas tú – tranquilizó –Tú siempre has sido la única para mí.
La dulzura de sus palabras tocaron su corazón. Una sensación de calidez la recorrió y sus ojos se iluminaron ante éstas. Rouge se acomodó suavemente sobre su pecho para así escuchar el corazón de él latir de forma acelerada, al mismo ritmo que el de ella. Dos corazones que bailaban el mismo vals, uno lleno de incertidumbre con la esperanza de un mejor futuro y el anhelo de formar aquello que alguna vez les fue arrebatado.
–...Más te vale – murmuró la murciélago para así rodear tímidamente sus brazos sobre su amplía espalda y fundirse al fin en aquel abrazo, desbaratando todas sus barreras por primera vez. –... ¿Prometes no lastimarme? – le preguntó con timidez para aferrarse aún más a él.
Knuckles abrió sus ojos con sorpresa ante aquella pregunta vestida de miedo para así obligarla a romper aquel abrazo y a encararlo. Tomó su rostro en sus manos con delicadeza para así ver aquello ojos que ahora yacían ahogados en un mar de incertidumbre representado por aquellas lágrimas que eran albergas en sus pupilas color zafiro.
–Jamás te lastimaría intencionalmente, no lo he hecho antes, no empezaré ahora – respondió con gran seguridad. –Lo prometo.
–Te quedarás a mi lado... – murmuró con su voz pendiendo en un hilo y una mirada apagada ante un doloroso recuerdo.
–Me quedaré a tu lado.
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Salió fuera de su habitación en forma sigilosa para caminar en la oscuridad y ver una luz distante en el ambiente de la cocina. A lo mejor era su compañera que no yacía en su cama. Blaze caminó hasta la cocina para encontrarse a Silver buscando algo en el refrigerador, quien al sentir su presencia se alarmó por la sorpresa, cerrando la puerta de la nevera al acto.
–¡Blaze! – habló con asombro –¿Qué haces por aquí? – preguntó un tanto sorprendido pues sabía que pasaba de media noche.
–No podía dormir – murmuró Blaze soltando un suspiro –¿Y tú?
–Lo mismo – respondió Silver sonriente –Y ya que no cenamos pensé en hacer algo de comer, a lo mejor eso me ayudaría a conciliar el sueño – explicó.
–Oh... de acuerdo – espetó impasible –Entonces te dejaré tranquilo – habló la felina para dirigir su mirada a la habitación a sus espaldas –Pasa feliz...
–¡E-Espera! – pidió Silver febrilmente, obligando a la gata verlo –Amm... ¿recuerdas que aún te debo una cena? – inquirió febril y sin poder evitarlo lanzar su mirada al techo, sintiéndose extrañamente nervioso.
–Amm...– murmuró Blaze sintiendo sus mejillas ruborizarse tenuemente, pues no pensó que aún lo recordara.
–¡S-Sí deseas puedo cocinarte algo! – se apresuró Silver a decir antes que ella rechazara la invitación –No soy tan bueno como Sonic, pero puedo hacer un par de omelet decentes – rio con nerviosismo –¿Qué me dices?
Blaze elevó las comisuras de sus labios en una sonrisa apenas perceptible, para que la boba sonrisa de su rostro se borrara, robándole el aliento ante la de ella. Una sensación de calidez se aposentó sobre las mejillas del erizo plateado, mientras su corazón se aceleraba sin ninguna buena explicación. Era tan raro verla sonreír; momentos que realmente se merecían admirarla en silencio.
–Seguro– respondió Blaze al fin con un suave movimiento de cabeza –Me encantaría.
–¡A-Ah! ¡Genial! – despertó nervioso, dándole la espalda sin entender el por qué de aquella extraña reacción de su parte –¿Q-Qué deseas para tu omelet? – preguntó abriendo la nevera nuevamente –Amm... ¿atún? – adivinó intentando ocultar el nerviosismo que lo invadía –Espera, ammm... eso es muy descortés de asumir de mi parte ¿no es cierto? – dijo para voltearla a ver apenado –¡Lo lamento! ¡Tal vez sólo prefieres queso o...
–Atún es perfecto – interrumpió Blaze su incesante balbuceo para que una sonrisa divertida se dibujara en sus labios.
–¡Genial, genial! – habló Silver para sacar las cosas de la refrigeradora –¿Leche para acompañar? – se atrevió a preguntar con un dejo de diversión y un mohín de timidez.
–Perfecto – asintió Blaze, para que él ampliara su sonrisa, ahora un poco más confiado.
–Genial, ahora que tengo todo sólo necesito encontrar los fósforos para encender esto – se dijo a sí mismo buscando con la mirada por los alrededores –¿Dónde podrán...
–Déjame a mí – cortó Blaze para encender con su dedo índice una pequeña llama y encender la estufa.
–Wow... – soltó con admiración –Realmente son algo increíble – dijo refiriéndose a sus habilidades.
–Supongo – musitó Blaze un tanto incómoda, pues a ella no le parecía nada digno de admiración sino más de temor –Aunque casi nunca los uso.
–Te entiendo – habló Silver para colocar el sartén en la llama y empezar a cocinar –Este fin de semana use más los míos de lo que debería... ¿sabes? – confesó con una triste sonrisa.
–Sí – respondió Blaze para sentarse en una de las bancas en el desayunador frente a la cocina –Por cierto, quería darte las gracias.
–¿Uh? ¿Por qué? – inquirió Silver para verla de reojo a sus espaldas, intentando no quemar la comida frente a él.
–Ya sabes... – musitó con cierta vergüenza –En ese tonto juego de antes... cuando hiciste flotar todo cuando Sonic tuvo que... ya sabes.
–¡A-Ah! – exclamó para que un intenso sonroje golpeara sus mejillas –¡N-No, no! – soltó abochornado –¡Nunca pretendí... quiero decir... – silenció de golpe, pues eso que había pasado antes nunca había sido algo intencional, ni siquiera él comprendía el por qué sus poderes se habían activado de pronto. – Me alegró que no te asustaras – logró decir al fin, avergonzado.
–Para nada– respondió Blaze impasible –Creo que fue algo práctico – explicó sin interés –Realmente me estaba incomodando mucho.
–¿En serio? – preguntó Silver sorprendido para reír forzadamente –Serías la primera chica en decir eso.
–¿Cómo dices?
–Pues... – murmuró borrando aquella sonrisa que había intentando mantener – Digamos que Sonic siempre ha tenido ese algo especial con las mujeres que siempre hacen que caigan a sus pies, así él ni siquiera lo intente – expresó pensativo –Es alguien con carisma y confianza, las hace sentir seguras y protegidas– dijo para continuar con su cocina intentando sonar desinteresado –No es como yo, supongo, es alguien que siempre consigue lo quiere – rio forzadamente, sin poder evitar completar su enunciado con ese último comentario.
–¿A qué te refieres que no es como tú? – preguntó Blaze intrigada.
–Ya sabes... – murmuró Silver con un dejo de vergüenza sin saber por qué estaba compartiendo todo eso –Podrías decir que mi vida amorosa es más que inexistente – intentó sonar divertido, sintiendo una pequeña punzada de dolor en su pecho –Cuando vives con compañeros de apartamento como los míos, tiendes a mantenerse en las sombras– explicó con aquella expresión divertida y desinteresada, una que sabía mantener muy bien –¡Listo! – exclamó dando por concluido el tema y así entregarle su plato y así tomar asiento frente a ella.
–¿Compañeros como los tuyos? – insistió Blaze. Era obvio que no dejaría el tema.
–Mmm...– murmuró con un mohín más serio –Pues... las chicas usualmente se ven atraídas por hombres como Sonic, ya sabes, ese tipo de hombres que son seguros de sí mismos, dispuesto a la aventura sin miedo a las consecuencias, atrevidos en la cama y cosas así... ya sabes– murmuró Silver jugando desinteresadamente con su comida pensativo –O como Knuckles, el prototipo de chico malo, serio, distante y dominante, aunque no muy listo – habló con un dejo de burla en su voz –Puedo jurar que incluso Tails tiene una mejor vida romántica que la mía – rio divertido provocando que ella alzara una ceja ante sus palabras –Ya sabes, aunque no tiene esa vibra de fiero conquistador, es inteligente y es el tipo de chico misterioso que atrae miradas en silencio ¿sabes? – habló con un suspiro frustrado. Silver sintió los ojos color ámbar que ahora lo miraban fijamente con cierta intriga –¡L-Lo lamento, creo que me desvié mucho del tema! – se disculpó velozmente.
–No, para nada – tranquilizó Blaze dando el primer bocado a su comida, sorprendida por el buen sabor de la misma. –Dime... – murmuró a penas audible por lo que diría a continuación –¿Y tú como eres? Quiero decir, con las chicas...
–Pues... – dijo intentando mantener aquella sonrisa en su rostro –Soy más como el tipo "mejor amigo"– respondió con un dejo de frustración en su voz –El chico que siempre está ahí para escucharte y que te apoyará incondicionalmente, el que te hace reír y con quien puedes pasar un buen momento, pero que jamás verás como algo más... ese tipo –admitió borrando su sonrisa y dejando que la frustración se dibujara en su rostro.
–¿Nunca has salido con alguien o tenido una relación antes?
–¡C-Claro que he salido con chicas! – se apresuró Silver a decir, no quería escucharse como un perdedor más grande de lo que ya se sentía –Es sólo que... bueno, cuando ya conocen a mis amigos... no lo sé... de alguna manera termino siendo quien arregla las citas para otro – rio forzadamente ante los recuerdos hasta cierto punto indeseables –No me mal entiendas, no los cambiaría por nada, pero...
–Muchas veces te sientes su sombra – completó Blaze, captando la atención del erizo plateado –Sé como te sientes – admitió con pesar.
–¿De qué hablas?
–Ya sabes... no soy el primer prospecto para ningún chico – confesó Blaze un tanto avergonzada –Amy es la chica dulce y divertida, aquella que con una sonrisa borra tus problemas y siempre parece tener las palabras adecuadas para ayudarte en los peores momentos. Es el tipo de chica que ilumina la habitación y con la que no puedes estar enojada por mucho tiempo...– admitió suavizando su mirada –Puedes ser vengativa, pero no estar molesta – aclaró con una media sonrisa –Y Sally... no sé por donde empezar– soltó en un suspiro lleno de admiración –Ella es esa mujer elegante y segura que nada la perturba; tiene una solución para todo y siempre procura lo mejor para los otros. No puedes hacerla enojar, ni siquiera con tus peores errores... – murmuró cerrando sus ojos con pesadez y trayendo de regreso aquel infierno que había destruido el apartamento de su amiga –Ella sabe que quiere para su vida y no tiene miedo en conseguirlo – soltó con un dejo de envidia en su voz –Incluso tu amiga, Rouge – dijo al recordar al a murciélago –Expele seguridad y una confianza soberbia, no tiene miedo a decir lo que siente o ser provocativa y es obvio que es el alma de la fiesta a donde va – analizó – Y luego estoy yo... – habló desganada –La rara que no habla mucho, que de hecho puede prenderte en llamas y que jamás tiene las palabras correctas, que generalmente causa miedo o respeto en el mejor de los casos...– suspiró frustrada –No importa de donde venga mi familia o cual sea mi apellido, si conoces a mis amigas yo desaparezco del mapa.
–¡¿De qué estás hablando?! – exclamó Silver con emoción, asustándola un poco por el incremento de energía y su mohín de admiración mezclado con entusiasmo –Eres segura de ti misma, inteligente y alguien con quien se puede platicar abiertamente sin sentirse juzgado o incómodo – señaló sonriente –Sí, eres un poco cerrada y no demuestras aquello que piensas o sientes con facilidad, pero si alguien realmente está dispuesto a escuchar que tienes por decir, deslumbras con cada palabra – habló suavizando su mirada y así soltar un suave suspiro. –Ah... lo lamento, creo que hable de más– se disculpó apenado, empezando a comer rápidamente apartando la vista de ella.
Blaze sintió su corazón latir a mil por hora y sus mejillas encenderse. ¿Cómo era posible que él pudiera verla de una forma tan transparente? ¿Cómo era posible que él la viera en absoluto? Dirigió su mirada a la comida que él había preparado, sintiendo aquel rubor que quemaba en ella y una extraña sensación en la boca de su estómago.
–Tú también eres increíble...– soltó ahogada en la vergüenza.
Silver se sonrío divertido ante el halago.
–No tienes que decir eso sólo porque yo dije...
–Lo digo en serio– interrumpió Blaze sin poder encararlo –Eres alguien con quien es muy cómo de estar. Jamás presionas a hablar, eres un gran escucha y tu sonrisa es... – calló abruptamente al ver que se estaba dejando llevar. Elevó su mirada de forma tímida, observando como Silver la miraba con cierto asombro por lo que su mente tonta había dicho sin filtro –M-Mi punto es que tú sobresales a tu propia forma – espetó irritada para tomar otro bocado de comida, obligándose a callar.
Silver la vio comer aprisa sintiendo algo extraño... algo nuevo. Escuchó el tamboritear de su corazón en sus oídos y una ola de emociones hacer estragos en la boca de su estómago. Su mirada se prendió de ella, admirando a la felina frente a él.
–...Cocinas bien– habló Blaze, sin poder atreverse a verlo.
–¿Lo dices en serio? – habló Silver al fin, riendo divertido –Creo que se me quemó un poco – confesó apenado.
–Sabe bien– murmuró ella –Me gusta quemado...
Silver le sonrió cálidamente para ver su omelet.
–A mí también...
No dijeron nada más y así continuaron su comida, sólo compartiendo la compañía del otro, en un cómodo silencio, en un ambiente que fomentaba la comunicación silenciosa.
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Sonic se despertó temprano ante el incesante escándalo en la cocina. Salió de su habitación para toparse a Amy, quien al igual que él tenía una obvia expresión de cansancio y su pelo alborotado, era obvio que también se había levantado en contra de su voluntad por el bullicio.
–¿Qué es todo ese ruido? – preguntó Tails para salir de su habitación malhumorado por la falta de sueño –Son las 6 de la mañana– se quejó soltando un pesado suspiro.
De nuevo risas a la distancia captaron su atención para que los tres caminaran hacia la cocina en donde Rouge yacía sentada sobre el mostrador riendo amena mientras Knuckles intentaba quitarle una paleta de madera con masa de lo que parecía ser waffles.
–Eres muy lindo cuando intentas cocinar – dijo Rouge para acariciar su mejilla con dulzura –, pero mataras a alguien si te dejo hacerlo – mantuvo su postura.
–Hmph, pensé que no te preocupabas por otros – le sonrió Knuckles desafiante.
–No lo hago, ¿pero te imaginas si alguien muere aquí? – soltó divertida –Jamás podría vender el lugar a un buen precio.
–Vamos, déjame intentarlo, prometí que te haría algo especial hoy – se quejó el equidna para que ella lo viera con ternura.
–¿Qué demonios está pasando aquí? – la voz de Sonic cortó el momento de ambos.
Tails, Amy y Sonic yacían de pie, estupefactos por la escena frente a sus ojos. Eso era algo nunca antes visto y que sin lugar a duda no esperaban encontrarse aquella mañana.
–Ammm...– murmuró el equidna, incómodo por las miradas sobre ellos –Nada inusual...
–Tú, ¿cocinando? – señaló Tails incrédulo –¿A propósito?
–...Es normal que quiera tener ese tipo de consideraciones con ella, después de todo – pausó un par de segundos para tragar pesado –Es mi novia– musitó con sonroje.
–¡¿QUÉ?! – exclamaron los tres al unísono.
–No exageren – pidió Knuckles para cruzar sus brazos sobre su pecho.
–Por Chaos, creo que tendré que cambiar de habitación – dijo Sonic con un dejo de picardía.
–¡¿Q-Qué?! – exclamó Knuckles sonrojándose intensamente –¡N-No tienes que...
–Me parece una buena idea – concordó Rouge sonriente para bajarse del mostrador –Necesitaremos la habitación para nosotros ¿no es cierto, cielo? – dijo con una sonrisa seductora.
–¡Basta! – le pidió Knuckles en baja voz para verla avergonzado, ocasionado que ella riera divertida.
–Es mejor que lo sepan ahora – habló Rouge para acariciar su rostro afectuosamente.
La puerta que llevaba a la piscina se abrió e pronto para que Silver y Blaze atravesaran la misma, y al hacerlo, encontrarse un ambiente de tensión extraño.
–Ammm... ¿buenos días? – saludó Silver para ver a todos de forma suspicaz –¿Qué pasa?
–¡No lo vas a creer! – habló Sonic enérgico –¡Knuckles y Rouge son pareja oficial!
–¡¿Qué?! – exclamó el erizo plateado con asombro.
–¿Dónde andaban? – preguntó Amy dirigiendo su mirada a la felina, quien se tensó por sus palabras.
–Nosotros...
–Fuimos a ver el amanecer a la playa – explicó Silver para señalar la playa detrás de ellos.
–¿Se levantaron tan temprano para ver el amanecer? – preguntó Tails confundido.
–De hecho, no dormimos – habló Silver con inocencia, ocasionando que Sonic lo viera con una mirada pícara –¡Por que nos quedamos hablando! – aclaró velozmente, sabiendo las malas intenciones del erizo azul –Nos topamos de casualidad en la noche y nos quedamos hablando, para cuando decidimos ir a dormir, no tardaba en amanecer así que fuimos a la playa – explicó con nerviosismo. –P-Pero, Knuckles ¡Tienes novia! – desvió el tema aprisa para caminar hacia los otros.
Knuckles bufó exasperado, sabiendo lo que se le venía encima.
–Chicas ¿Por qué no me ayudan a pasar las cosas a mi nueva habitación? – pidió Rouge provocando que el equidna se sonrojara intensamente. –¿Y ustedes por que no van por algo de desayunar?
–¿Por qué por algo de desayunar? – preguntó Blaze sin comprender.
–¿O quieren comer la comida de Knuckles?
–Iremos enseguida– concordaron al unísono Sonic, Tails y Silver.
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Esperaron la comida en el mostrador del restaurante, mientras las miradas curiosas lo acechaban sin tregua alguna. Knuckles se había rehusado a hablar desde que habían dejado la casa, pero era obvio que su silencio no podía ser eterno.
–Con que Rouge ¿ha? – habló Sonic al fin.
Knuckles resopló resignado. Sabía que no podía seguir evadiendo el tema.
–Bien... pregunten – dijo Knuckles rodando sus ojos con pesadez.
–¡¿Cuándo pasó?! – soltó Silver de primero –Quiero decir, hace poco no podías ni verla ¿Qué cambió?
–¿Y estás seguro de lo que haces?, es Rouge de quien estamos hablando – dijo Sonic con cierta preocupación.
–Eso es cierto– apoyó Tails. –No me mal entiendas, me agrada Rouge, pero no será alguien fácil de manejar.
Los tres lo vieron fijamente en la espera de una respuesta ante las preguntas, ocasionando que Knuckles resoplara irritado. Sabía que esa conversación sería inevitable, pero no la hacía más cómoda.
–Paso ayer– respondió el equidna sin ánimos –Sí, estoy seguro de lo que hago y no te preocupes, sé en que me estoy metiendo.
–¿Ayer? – repitió Silver con sorpresa –¿Por eso no estabas en la habitación a mediados de la noche?
–Vaya, vaya – soltó Sonic con picardía –Cerraron el trato de una vez ¿eh?
–¡Sólo hablamos! – se defendió Knuckles, sonrojándose por la vergüenza.
–¿Con ella? – insistió Tails –Lo dudo mucho... ¡Por favor no me digas que hicieron algo en la sala! – soltó el zorro asqueado.
–No, no– negó Silver –Yo estuve en la cocina ayer durante la noche, no fue posible ¿Acaso fueron a la playa?
–¿Pero la arena no es muy incómoda para eso? – soltó Tails pensativo.
–¡MALDITA SEA! ¡NO HICIMOS NADA! – vociferó Knuckles.
–Bien, bien, te creemos – rio Sonic divertido –, pero dejando las bromas a un lado – habló más sereno –¿Cómo pasó esto? Quiero decir, sabía que ustedes dos... ya sabes, lo hacían, pero nunca pensé que querías algo más serio con ella.
–No lo quería – respondió Knuckles –Ni ella tampoco...– murmuró –No lo sé, sólo... algo cambio – dijo para que una sonrisa apenas perceptible se pintara en sus labios –De repente un día sólo quería más de lo que ya teníamos.
–¿De qué hablas? – preguntó Tails, absorto en la conversación.
–Ya saben, antes era divertido y todo, pero... no lo sé– habló pensativo –Sólo quería que nos atreviéramos a más...
–¿A más como cadenas y cuero más? o...
–¡Por Chaos Sonic! ¡Voy a... – se atragantó con sus palabras para elevar su puño en el aire ocasionando que el erizo azul se escudara detrás de Silver, huyendo de su ira –¡Algo más como tú y Fiona! – aclaró intentando no matarlo en el acto.
–¿Algo tóxico? – se involucró Tails, ocasionando que Sonic lo viera intensamente por su broma de mal gustó.
–¡No! ¡Una relación! – explicó Knuckles claramente irritado.
–Pero la relación de ellos fue diferente ¿no es cierto, Sonic? – preguntó Silver volteándolo a ver a sus espaldas.
–Pues...– murmuró Sonic borrando su sonrisa previa –Ya sabes, la conocí al entrar a la universidad, ella me invitó a salir un día y una cosa llevo a la otra y pasamos una noche increíble juntos y luego... no lo sé, insistió en mantenerse en mi vida y pues... nos volvimos pareja– rememoró con una punzada de dolor en su corazón. –No lo sé, sólo se dieron las cosas.
–Sí, como en tres semanas – puntualizó Tails, de nuevo recibiendo una mirada intensa por parte del erizo para así mostrarle la lengua.
–Rouge y yo nos conocemos hace años, y aunque no lo crean, hablamos mucho sobre diferentes cosas. Nos entendemos muy bien.
–Sí, eso sí no lo creo– se mofó Sonic divertido.
–¡Voy a...
–Pero ustedes tenían una relación pasional– interrumpió Silver para salvar la integridad de su amigo –¿Cómo supiste que... ya sabes... que querías cambiar las cosas?
–¿Uh? – exclamó Knuckles, calmando su ira inicial –Sólo lo sabes – dijo cual hecho obvio para que todos alzaran una ceja ante su pobre respuesta –Quiero decir, claro, puedes desear a cualquier chica, es decir, puedes ver a cualquier chica como... no lo sé– intentó darse a entender –Es, por ejemplo, Amy o Blaze, las ves en aquellos bikinis diminutos y es casi inevitable que cosas poco decentes pasen velozmente por tu mente.
–¡Hey! – exclamaron Silver y Sonic con molestia, para verse velozmente uno al otro ante la sincronización, desviándose la mirada al acto.
–¿Qué? – soltó Knuckles sin entender el por qué de su reacción.
–Respeta a las chicas...– habló Silver ahogado en vergüenza.
–Sí– apoyó Sonic de la misma forma.
–Como sea, mi punto es que aunque son amigas, siguen siendo chicas, y es normal tener cierto nivel de deseo, en especial si las ves en ropa diminuta o saltando por todos lados con profundos escotes.
Sonic vio de reojo al equidna, captando su atención al instante.
–No puedes evitarlo– insistió el equidna –, pero de pronto llegas a un punto que es más que deseo... que lo que te roba el aliento no es verla en un traje de baño diminuto, sino en un sudadero holgado y un pantalón que no combina o el sonido de tu nombre mientras está medio dormida...– rememoró para que una sonrisa se pintara en su rostro –Es no querer verla triste nunca o ser quien está ahí cuando está de esa forma, es querer protegerla de todo o llevarle chocolate cuando está en sus días y sabes que no conseguirás nada más. – amplió su sonrisa –Y cuando te das cuenta de eso es porque estás en problemas... Porque es cuando te das cuenta que te has enamorado – musitó –De alguien que no debías.
–Así que lo que dices es que si deseo a alguien así sean mis amigas, ¿es normal? – dijo Sonic pensativo.
–¿En serio? – reprochó Tails –¿Eso fue lo único que escuchaste de todo lo que dijo? – reclamó el zorro ocasionando que Sonic alzara los hombros en señal de desinterés.
–Ammm... sí, eso creo yo al menos– respondió Knuckles. – Es decir, yo tuve aventuras con otras chicas, estando con Rouge y sé que ella también, no fuimos exclusivos hasta poco después de salir de la preparatoria – explicó –En ese entonces no nos mirábamos como nada más que alguien que complacía al otro.
–Sí... – murmuró Sonic pensativo dibujando una sonrisa de verdadero alivio –¡Sí! ¡Tienes toda la razón! Es algo normal que no puede evitarse, en especial si estás soltero – rio aliviado –¡Te felicito amigo! – dijo palmeando su espalda efusivamente.
–Vuelve a tocarme y esta vez te lanzaré al océano.
–Entonces...– se involucró Silver nuevamente –¿No crees que puedes enamorarte primero antes de querer algo más? Quiero decir, algo físico.
–Vamos Silver, no seas anticuado – habló Knuckles recibiendo al fin la comida –Primero deseas a la chica y luego analizas si te conviene o no enamorarte de ella – señaló –Obviamente Sonic omitió ese último paso con Fiona.
–¡Hey! – se quejó Sonic para que Knuckles riera victorioso.
–Pero... puede que conozcas a alguien y lo que te atraiga no sea su cuerpo– insistió Silver para que la noche de ayer llegará a su mente y la dulce sonrisa de la felina se grabara en su mente –No realmente, sino como es ella y...
–Oh vamos, eso no pasa más que en los polvorosos libros que te gusta leer– dijo Knuckles –Incluso Tails puede apoyarme con esto, ¿no es cierto Tails? Así es con Zooey ¿verdad?
–¡SABÍA QUE NO PODRÍAN OLVIDAR ESO! – vociferó el zorro sonrojándose intensamente.
–Jamás amiguito – rio Sonic divertido revolviendo su flequillo para que Tails golpeara su mano y se alejara de su tacto.
–Maldita sea Sonic, voy a matarte – masculló el zorro para verlo iracundo.
–Odia al juego, no al jugador – bromeó alzando sus hombros en señal de desinterés. –Ahora, regresemos que tengo hambre – dijo Sonic sonriente y aliviado.
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Llegaron a la casa para encontrar a Rouge relatando lo que parecía ser alguna historia picante entre ella y ahora, su nuevo novio, una que tenía a Blaze obviamente incómoda y Amy atenta.
–¡R-Regresamos! – anunció Knuckles en voz alta, haciéndola callar.
–¿Tan pronto? – habló la murciélago –Se estaba poniendo interesante.
–Por fin– soltó Blaze aliviada para ir hacia ellos y ayudarlos con la comida, huyendo de las palabras de la murciélago.
–Ya te acostumbrarás a las historias de Rouge – habló Silver para acompañarla a la cocina.
–Lo dudo– se quejó Blaze ocasionado que él le sonriera con dulzura.
Todos se sentaron a la mesa, listos para comer.
Sonic tomó su lugar al lado de Amy, quien lo observó con cierta sorpresa, pues había pasado evitándola casi todo el día de ayer.
–¿Qué quieren hacer después? – preguntó Tails.
–¿Qué tal otro partido de Voleibol? – sugirió Silver –Tails y yo no pudimos jugar bien la última vez. Podríamos hacer parejas.
–¡Knuckles y yo juntos! – habló Rouge velozmente.
–...Siempre – murmuró el equidna a inaudible ocasionando que la murciélago lanzara su mirada a su pies, abochornada.
–Entonces, Amy ¿te apuntas al equipo del gran Sonic? – preguntó Sonic para verla con una sonrisa.
Amy abrió sus ojos con sorpresa. No sabía qué había pasado, pero era obvio que lo que fuera que lo estuviera incomodando ya no estaba más. La eriza asintió suavemente con la cabeza esbozando una gran sonrisa ante la petición del erizo.
–Seremos equipo – dijo Amy sonriente.
–Yo seré el arbitro esta vez – habló Tails desinteresadamente para servirse café.
–¿Estás seguro? – preguntó Silver –Podemos hacer equipos de tres para...
–No, no, así está bien – insistió el zorro –Se pareja de Blaze – pidió para que ambos se vieran furtivamente, obligándolo a sonreír –Así todos estaremos en el lugar donde debemos – se dijo para sí y sorber un poco de café.
Este capítulo estaba planeado en dos partes, pero siendo honesta, no quería que esperaran tanto para el Sonamy así que decidí unirlo en uno solo. ¡Por fin mis lectores el Knuxrouge es oficial en esta historia! Y en este capítulo conocimos un poco más de las inseguridades y miedos de Silver y Knuckles (que me parecieron adorables). Por otro lado, el Silvlaze está empezando a realmente tomar protagonismo, pero sin lugar a duda ambos necesitaran un poco de ayuda extra para que esta pareja se de cuenta, y será más pronto de lo que nuestros protagonistas deseen.
Bien, quisiera hacer una corrección/aclaración, en el capítulo anterior escribí el nombre de Zooey de forma incorrecta (juraba que era Zoe) de ahora en adelante se escribirá como es pues este personaje tendrá más presencia de lo que pretendí en un principio.
¡La navidad está a la vuelta de la esquina mis queridos lectores! Por consiguiente, las siguientes dos semanas actualizare antes, lo más seguro es que lo haga o el miércoles o el jueves (aún no sé la fecha, ¡Así que si quieren opinar si el miércoles o jueves se los agradeceré!) Como les mencione mis lectores no tenemos atrasos a la vista, pues ya esta historia va por el capítulo 36 (¡¡y lo que se viene me tiene muy emocionada!!) Bien, sin más que decir, su autora se despide. Kat fuera.
Por fin las vacaciones han terminado y es momento de regresar a la ciudad, pero a diferencia de lo que él quisiera, las cosas no regresaran a la normalidad. Rouge encontrará la forma de que él pague por su osadía y esto lo hará revelar sentimientos que no sabía que tenía. Capítulo 32: La Cita.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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