Capítulo 28: Posesión y Deseo


–A ver déjame entender esto – habló Tails para sorber un poco de la margarita que tenía en su mano. –Sonic y Knuckles apostaron contra Rouge en un juego de voleibol.

–Ajá – asintió Blaze con la cabeza con su vista prendida en la escena frente a ella.

–En donde el equipo perdedor sería el esclavo del otro por el resto del día – continuó Tails sin quitar su mirada fija del frente.

–Ajá – respondió la felina tan impactada como el zorro con lo que veía.

–Y dices que las chicas ganaron y que Rouge eligió a Sonic como su esclavo personal.

–Exactamente – confirmó para tomar otro trago de su agua embotellada.

Tails vio a Sonic ir y venir en ridículas peticiones que Rouge hacía sin poder objetar a ninguna de ellas. Su vista se dirigió a Knuckles y Amy, quienes yacían del otro lado de la piscina, tan impactados como él, observando a Sonic y venir con aquella expresión de pocos amigos, en silencio.

Había sido toda una sorpresa cuando Silver y Tails los vieron a la casa regresar con aquella expresión desganada y acto seguido Rouge empezara a ordenar a Sonic en hacer mil y un tareas, a lo cual erizo sólo asentía pesadamente con la cabeza, sin objetar nada. La más reciente había sido realizar Margaritas para todos mientras ella se relajaba plácidamente a las orillas de la piscina

–¡No lo olvides Sonic! – habló la murciélago mientras ponía bloqueador solar en sus brazos –¡La mía la quiero con extra de tequila!

–¡Sí, sí! – soltó el erizo malhumorado.

–¿No es divertido? – inquirió Rouge con una amplía sonrisa para voltear a ver al zorro que yacía recostado en la silla del lado.

–Espero que sepas que si Sonic tiene la oportunidad te hará pagar por eso – advirtió Tails con una dura mirada.

Sonic llegó con aquella expresión de pocos amigos con la última Margarita ordenada por Rouge, viéndola con molestia.

–¿Es eso cierto? – inquirió Rouge con un dejo de falsa inocencia en su voz.

–Hmph, tenlo por seguro – juró Sonic escondiendo su obvio enojo detrás de una sonrisa cordial.

–Deseas castigarme ¿eh, Sonic? – cuestionó con una sonrisa pícara –Me he portado muy mal esta semana...– ronroneó sensual.

Sonic retrocedió un paso al ver la expresión libidinosa de la murciélago. Estaba muy acostumbrado a ver esas expresiones llenas de lujuria dirigidas a Knuckles, no a él.

–¡D-Deberíamos de salir a la playa! – la voz de Amy se alzó de pronto –Blaze y yo no conocemos bien el lugar aún – pidió con un dejo de urgencia en su voz.

–¡Concuerdo! – apoyó Knuckles para ponerse de pie en un salto.

–Me parece bien – concordó Rouge dirigiendo su atención a la eriza rosa quien se miraba un tanto irritada –Además las palmeras de aquí no ayudan a mi bronceado – se quejó soltando un pesado suspiro –Sonic, trae mis cosas ¡Vamos a la playa!

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Amy colocó su sombrilla en la arena para así expandir su toalla sobre la misma y ver el sol brillante sobre su cabeza. Escuchó a Tails animar a los otros para ir al agua, invitación que Knuckles y Silver aceptaron sin pensar corriendo tras de él en un intento de alivianar el calor sofocante con el agua templada del mar; Blaze por su parte se recostó en la arena a una distancia bastante prudente del mar para perderse así en la lectura de un libro que llevaba consigo; era obvio que estaba más que decidida a no entrar al agua, pero se le miraba muy cómoda leyendo a varios metros lejos de todos ellos.

–¡Oh vamos! – escuchó la voz de Sonic quejarse para que su atención se dirigiera a su vecina de toalla, en donde yacía Rouge recibiendo los rayos del sol –¡Decídete!

–Si fuera tú me trataría con más consideraciones, Sonic – aconsejó Rouge sin inmutarse por las quejas del erizo azul –Aún no has visto mi peor lado – amenazó para bajar sutilmente sus lentes oscuros y lanzarle una mirada intensa.

–¡He movido la sombrilla tres veces! – ignoró Sonic su amenaza.

Amy permaneció en silencio, frunciendo el ceño ante la escena. Aún no entendía por qué Rouge había escogido a Sonic en lugar de Knuckles, es decir, en cada apuesta y jugarreta que ella ideaba era con el único propósito de estar al lado de Knuckles, no de Sonic.

Tomó su bloqueador solar para así aplicarlo en sus brazos bruscamente intentando apaciguar el enojo creciente que nacía desde la boca de su estómago y se esparcía en todo su cuerpo. Amy escuchaba a la distancia las respuestas de Rouge ante los alegatos de Sonic, las cuales podían tomarse en más de una forma, irritándola aún más.

–¡Ni se te ocurra pedirme que me meta al mar porque no pienso hacerlo! – juró Sonic en medio de la acalorada discusión.

–Prefieres que entremos a la casa entonces a divertirnos por nuestra cuenta ¿Eh, Sonic? – sugirió Rouge con picardía.

Amy apretó el bote con más fuerza intentando obviar la conversación que se daba a unos pasos de ella. Restregó la crema por sus piernas de forma efusiva mordiendo su labio inferior. No podía importarle menos lo que Rouge hiciera con su esclavo ¡No le importaba en absoluto!

–¡N-No me refiero a eso! – respondió Sonic abochornado por las palabras de la murciélago.

–Bien, pero si no piensas meterte al mar al menos sé de utilidad – dictaminó Rouge soltando un pesado suspiro.

–No me digas ¿quieres que traiga otra margarita? O mejor aún ¿Qué te mueva la sombrilla tres grados más al sur? – habló Sonic rodando sus ojos, irritado.

Rouge vio de reojo al erizo azul, quien se miraba seriamente molesto por todas las ridículas tareas que le había puesto a hacer, expandiendo su sonrisa ante su obvia irritación, de repente algo captó su atención; escuchó a Amy batallar a la distancia dirigiendo su mirada a la eriza rosa, quien parecía tener problemas con el bloqueador solar, el cual ahora se escurría de forma descontrolada de sus manos. Sonrió maliciosa ante la escena.

–No, no – respondió Rouge por fin acomodándose en su lugar para recibir el sol plácidamente –Tengo una mejor idea, ve y ayuda a Amy – ordenó con una sonrisa afilada.

–¿Cómo dices? – soltó Sonic de pronto para dirigir su mirada a la eriza, quien al escuchar su nombre los volteó a ver.

–¡Hey, Amy! ¡¿Necesitas ayuda con el bloqueador?! – preguntó Rouge energética, ignorando al erizo azul.

–¡Ah! ¡No, estoy...

–¡No seas tonta, claro que sí! – interrumpió –Sonic, ve y ayuda a Amy a ponerse bloqueador en la espalda – ordenó para cerrar sus ojos y disfrutar del sol.

–¡¿QUÉ COSA?!– exclamó Sonic ante lo que le proponía.

–Ya me escuchaste, ve – insistió la murciélago –Recuerda, no puedes negarte.

–¡N-No es necesario! – intervino Amy rápidamente para que un suave sonroje se pintara en sus mejillas –¡Yo puedo...

–¿Segura? – insistió Rouge bajando sus lentes de sol y verla directamente, pregunta que hizo que la eriza asintiera suavemente con la cabeza –Bueno, si es así – pausó para sacar su bloqueador solar de su bolsa –Sonic ¿podrías ponérmelo tú a mí? – pidió con aires de inocencia –Mis piernas aún...

–¡Sabes qué! – soltó Amy velozmente –¡Tomaré tu oferta!

–Genial – celebró Rouge entusiasta –Entonces, supongo que me lo aplicaré yo sola. Ve Sonic – ordenó.

Sonic chasqueó molesto, no tenía ni voz ni voto en esa absurda discusión. No estaba realmente ansioso por ayudar a Rouge en nada más, pero la opción restante no parecía mejor.

Caminó hacia donde estaba Amy, quien ahora mantenía su cabeza oculta sobre sus rodillas, las cuales abraza decidida. Se le miraba irritaba.

Sonic se detuvo a unos pasos de la eriza y como acto instintivo ver de reojo a Rouge, pues, aunque Amy había dicho que quería su ayuda, no se miraba realmente con ánimos de recibirla. Rouge lo vio de regreso para sonreírle divertida, casi como escuchando sus palabras silenciosas y acto seguido, enseñarle el bote de bloqueador; sino ayudaba a Amy debería de hacerlo con ella.

Soltó un suspiro imperceptible ante sus opciones, cuando de pronto sintió una intensa mirada sobre su nuca, estremeciéndolo. Sonic vio a sus espaldas para distinguir la mirada intensa de Knuckles clavándose sobre él, haciéndolo tragar pesado; era obvio que si se atrevía a tocar a Rouge, Knuckles lo mataría.

Sonic soltó un suspiro de cansancio, era obvio que sus opciones se redujeron a una. Se acercó a la eriza, quien seguía en silencio, y así arrodillarse a su lado.

Amy se mantenía abrazado sus piernas, mientras su cara yacía hundida en sus rodillas, sin encararlo en ningún momento.

–Amm... ¿necesitabas ayuda? – preguntó Sonic, un tanto incómodo.

Amy apretó sus labios fuertemente, hundiendo aún más su cabeza entre sus piernas. Su respiración se aceleró al igual que su corazón; no entendía por qué le había dicho a Rouge que necesitaba a Sonic cuando no era así, sin embargo, la sólo idea de imaginar que Sonic pondría sus manos sobre ella mientras ella hacía comentarios en doble sentido ante el tacto de sus manos sobre su cuerpo la hacían rabiar.

–Mi espalda – respondió Amy para subir tímidamente su cabeza y verlo al fin. –...No alcanzo– completó ahogada en sus propias palabras.

–Seguro – asintió el erizo azul sin mayor interés para tomar el bote de bloqueador a su lado –Quédate qui...

–¡Hey Amy! – interrumpió Rouge, haciéndolo estremecer; empezaba a entender a Knuckles –Ponte boca abajo, de lo contrario no podrá aplicar bien el bloqueador.

Ambos se tensaron ante la sugerencia de Rouge, para verse brevemente por unos segundos.

Amy le desvió la mirada, sonrojándose tenuemente ante la sugerencia. Sonic volteó a ver a Rouge con el ceño fruncido. No entendía por qué hacía tanto esfuerzo por hacer ese momento más incómodo de lo que ya era. Sonic resopló molesto para rodar sus ojos, era obvio que Amy no... la eriza se movió lentamente saliendo del caparazón en el que se había sumergido, tomándolo por sorpresa, para ahora acostarse boca abajo en la toalla y ocultar su rostro de él entre sus brazos. No pensó que realmente fuera a cambiar de posición.

–...Por favor – pidió Amy con una voz ahogada.

Sonic sintió su rostro sonrojarse con gran intensidad ante las palabras ahogadas de la eriza. Las puntas de sus orejas de pintaron de carmín al igual que sus mejillas, las cuales ardían como el mismísimo infierno. Sonic tragó pesado al ver la espalda semi desnuda de la eriza; esa sería la primera vez que la tocaría sin estar bajo los efectos del alcohol o el sueño.

Soltó un suspiro imperceptible para quitarse sus guantes blancos de forma febril, frunciendo el ceño ante su patético nerviosismo ¿Por qué demonios se sentía así de pronto?

Sonic aplicó un poco de bloqueador sobre sus manos para así aspirar profundamente, colocando sus manos suavemente sobre hombros de la eriza, quien se estremeció ante el contacto, obligándolo a retirar el contacto inmediatamente.

–¡L-Lo siento! – se apresuró Sonic a decir, sin realmente una buena razón.

A este punto era normal para él disculparse cada vez que a Amy se sobresaltaba por su toque, pues generalmente cuando lo hacía nunca era por nada bueno.

–S-Sigue– pidió la eriza rosa con su voz ahogada –...Estuvo bien– murmuró con su voz pendiendo en un hilo.

Sonic sintió su corazón acelerarse a mil por hora ¡Maldita sea eso se había escuchado demasiado sensual! Se congeló de pronto, sin poder apartar su vista de ella, sintiendo una ola de calor abrumarlo y sus mejillas arder sin razón aparente.

–¡Sonic! – la voz de Rouge lo despertó para voltearla a ver, irritado –Ponte encima de ella, ya sabes, para poder hacer bien el trabajo – ordenó poniéndose en pie.

Su rostro se tornó rojo cual tomate ante la orden de Rouge. ¡Tenía que ser una maldita broma! Ya era bastante malo que tuviera que ponerle una mano encima y ahora esperaba que se sentara en cuclillas sobre ella... ¡Sobre ella!

–En lo que tú terminas iré por otra margarita – habló Rouge con una amplía sonrisa para tomar camino de regreso a la casa –Y recuerda, no puedes negarte.

Sonic le lanzó una mirada intensa, iracundo. ¡Se vengaría! ¡Y cuando lo hiciera su venganza sería dulce!

Resopló impotente, regresando su atención a Amy, quien se había mantenido extrañamente al margen. Le sorprendía realmente que no se hubiera negado u objetado las ridículas ordenes de Rouge. Sonic vio con disimulo a sus alrededores; los muchachos ahora nadar en lo profundo del mar, mientras que Blaze yacía inmersa en su lectura. Nadie observaba, casi parecía que Rouge lo hubiera planeado así.

Sacudió su cabeza ante la ridícula idea que ahora cruzaba por ésta. Rouge no tendría motivos para hacer nada tan elaborado.

–Terminemos con esto – se dijo para sí, inaudible.

Amy se mantuvo con su rostro hundido entre sus brazos, sintiendo su corazón latir a mil por hora, sin la capacidad de reaccionar ante lo que estaba pasando a su alrededor. Su primero instinto al escuchar a Rouge fue negarse, quería decirle que esta demente, sin embargo, el pensamiento de que eso provocaría que Rouge le pidiera a Sonic hacerle lo mismo a ella la hizo guardar silencio ¡¿Por qué las malditas palabras no podían salir de su boca?!

Sonic tomó aire, tragando con dificultad. Se acuclilló sobre las caderas de la eriza, apenas rosándola, pero eso había bastado para el cuerpo de ella se erizara ante la posición de él. Sonic observó con deleite las pequeñas reacciones del cuerpo de ella, imperceptibles a la distancia. Tragó pesado; no estaban haciendo nada malo, no era nada fuera de lo común, y aún así, se sentía deliciosamente prohibido. Sacudió su cabeza fuertemente ante aquellos pensamientos indeseables, soltando un pesado suspiro. Terminaría lo más rápido posible y vería la forma de evitar a Rouge tanto como pudiera por el resto del día.

Tomó de nuevo el bloquear solar para untar un poco en ambas manos, y de forma febril colocar sus manos sobre la espalda de Amy, quien se arqueó levemente ante el contacto repentino, ocasionado que Sonic soltara el aire retenido. Su respiración se aceleró de pronto, su corazón empezó a latir a mil por hora y su cuerpo se vio envuelto en una onda de calor abrumante. Sonic relamió sus labios para así bajar sus manos por su espalda de forma lenta y pausada; sintió su piel tersa bajo el contacto de sus dedos, recorriendo cada curva con la palma de sus manos. Sonic admiró su cuerpo de manera indiscreta mientras sus manos subían y bajaban en un vals hipnótico, olvidando su vergüenza inicial.

Sonic se acomodó de mejor manera sobre ella, dejando que su pelvis tocara sus caderas al apoyarla suavemente sobre ella, acto que ocasionó que Amy exclamara un pequeño suspiro ahogado ante el contacto. La adrenalina recorrió su cuerpo, impulsado por las contracciones involuntarias de la eriza al tocar ciertas áreas sensibles de su espalda. Sonic incrementó la fuerza del mansaje con su respiración entrecortada, y el conocido impulso de mover sus caderas vino a él de pronto. ¡No! ¡Estaba perdiendo la razón nuevamente! ¡Debía de detenerse, debía de...

–Deberías de... – la voz de Amy lo hizo despertar, deteniendo su masaje –Amm... el nudo... – apenas logró decir sintiendo su corazón retumbar en sus oídos –Puedes... deshacer el nudo del mi bikini, ya sabes...– sugirió con una voz ahogada –P-Para que el bloqueador se esparza bien – aclaró.

Amy cerró sus ojos con fuerza escondiendo su rostro entre sus brazos. Escuchaba el latir de corazón acelerado en sus oídos, sintiendo como la faltaba el aire por la situación. Tragó pesado para morder suavemente su labio inferior. Oficialmente había perdido la razón, pero no pudo callar; las manos desnudas de él sobre su piel se sentían como el mismo cielo en la tierra y tan sólo quería poder sentirlas un poco más.

–...Sí – accedió Sonic con una voz ronca, ahogada en lujuria. Estremeciéndola.

Amy sintió como Sonic tomaba uno de los extremos de su bikini para así jalarlo con suavidad y ya no sentir el soporte en su busto. Su espalda estaba completamente al descubierto. Amy estrujó la toalla bajo sus manos de manera imperceptible; mordió su labio inferior mientras su corazón se aceleraba al ahora sentirse expuesta. De nuevo sintió las manos de él acariciarla. Una onda eléctrica recorrió todo su cuerpo sintiendo un palpitar en la zona baja del mismo, y como acto primitivo alzó sus caderas un poco más arriba, estremeciendo al erizo ante la sencilla acción, escuchándolo exhalar un suave quejido.

El cuerpo de Amy se estremeció de forma involuntaria al escucharlo y tapó su boca para acallar lo que hubiera sido un suave gemido, mordiendo su mano para evitar dejar salir su voz.

–C-Creo que ahí está bien – lo escuchó decir de pronto, deteniendo sus caricias.

Amy abrió sus ojos de golpe, sintiendo aún el abrumante calor que la envolvía. Sintió como Sonic amarraba velozmente la parte trasera de su bañador para así ponerse de pie velozmente.

Amy levantó su rostro de la toalla que había ocultado su verdadero sentir para fijar su vista en el erizo azul que caminaba a paso apresurado de regreso a donde se hospedaban. Se sentó sobre la toalla sintiendo su cuerpo hipersensible incluso ante el soplo del viento, estremeciéndose ante el mínimo estímulo. Colocó la punta de sus dedos sobre sus mejillas, sintiendo como si pequeñas brasas habitaran en las mismas. Ella mejor que nadie sabía que todas esas emociones estaban mal, más que mal... pero le había gustado... y mucho.

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Sonic corrió a la casa tan rápido como pudo sintiéndose abrumado. Estaba vez no podía echarle la culpa al alcohol o al sueño o a la oscuridad ¡Esta vez no había otro responsable que no fuera él!

Estaba seguro que Rouge lo había llamado al momento de cruzarse en su camino, ignorando su llamado, para así dirigirse a su habitación a toda velocidad, cerrando la puerta detrás suyo, y como acto seguido dirigirse a su baño, cerrando la puerta de un golpe.

Sonic caminó en círculos de forma errática. Su respiración estaba acelerada y sentía como su cuerpo se consumía por el deseo y la lujuria. El poder haberse detenido y no sucumbir a sus más bajos instintos había sido todo un milagro.

Se dejó caer de espaldas contra la puerta de madera para así deslizarse lentamente al suelo, abrumado con todo lo que sentía en ese momento.

Tragó pesado para con cierta resistencia dirigir su mirada a la erección que se había formado bajo se traje de baño, razón por la cual había tenido que esconderse de forma tan desesperada de la vista de todos, en especial de la de ella.

–¡Maldita sea, piensa en algo más, piensa en algo! – vociferó Sonic iracundo a forma de regaño –¡Lo que sea! – se rogó cerrando sus ojos con fuerza.

Intentó disipar su mente, pero le fue imposible.

–¡Vamos Sonic, piensa en algo! – se gritó entrando al borde de la histeria.

Llevó a su mente a la universidad, aburridas clases de la universidad; visualizó los escritorios, el parque, los estudiantes... de repente, su sonrisa se cruzó por su mente y el sonido de su voz llamándolo con dulzura. Sonic sacudió su cabeza, borrando aquella imagen indeseable. Cerró sus ojos más fuerte, transportándose a las montañas, The Angel Island, la paz, la tranquilidad, la... Amy apareció de nuevo. La visión de ella secando con su pañuelo café de forma delicada el sudor de su clavícula lo consumió por completo; las gotas de sudor sobre su cuerpo se deslizaron por su pecho para llegar al nacimiento de sus senos y...

–¡Maldita sea! – exclamó Sonic para golpear la pared a su lado con una mano, obligándose a despertar.

Sintió su respiración acelerada y una pulsación que sólo se acrecentaba en su entrepierna. Luchó contra su mente, su despiadada mente que no comprendía que los pensamientos que presentaba ante él eran peligrosos.

Sonic cerró sus ojos con más fuerza, intentando concentrarse en algo más, ¡Lo que fuera!

Esta vez, su mente lo condujo de regreso a su apartamento esta vez y de pronto, escuchó una melodía conocida sonar, aquella canción que había elegido de forma meticulosa en la noche que ahora lo atormentaba por las noches. El recuerdo de las luces tenues lo envolvieron en ambiente de seducción que invitaba al pecado, y así, frente a él apareció ella, quien lo miraba de manera fija.

–Sí... – soltó ahogado sintiendo una ola de placer recorrerlo.

Se mantuvo con sus ojos cerrados, cediendo a lo que su cuerpo le rogaba. La visualizó caminar en un sensual contoneo hacia a él para que esa media sonrisa llena de altanería lo enloqueciera una vez más. Sonic soltó un suspiro ahogado dejando que sus manos se encargaran de aquello que lo estaba haciendo perder la cordura ante la suplica de la anhelada liberación.

Pudo escucharla nuevamente decirle: "¿Aún recuerdas aquella noche?... ¿la que juramos no hablaríamos nunca?". Jadeó ante la memoria del ronroneo de su voz y sin poder detenerse se dejo llevar por sus más profundos deseos ¿Desde hace cuánto había encerrado esos deseos dentro de él?

Sonic sintió su piel desnuda bajo su mano, la cual ahora se movía de manera rítmica haciéndolo suspirar ante la avalancha de imágenes que caían una tras otra ya sin filtro; cosas que se prometió que nunca pensaría y que ante su mínima aparición distraía su atención en algo más, imágenes de lo más indecorosas posible; ya no le importaba detenerse o pensar en lo inapropiado que era todo aquello, pues se sentía demasiado bien poder sucumbir a sus deseos.

Aumentó el ritmo para ahora visualizarla de nuevo con aquel sensual conjunto de lencería que le había comprado, uno que dejaba apreciar cada curva de su cuerpo. La vio sobre su cama, esta vez boca abajo. Soltó un suspiro sintiendo su boca salivar ante el placer que lo recorría; se imaginó sobre ella, tal cual hace poco había podido vivir, sintiendo como Amy alzaba su cadera ante el simple roce de él contra sus glúteos y así imaginar lo que se sentiría poder hundirse lenta y profundamente en ella sólo para escucharla soltar otro gemido ahogado, gemido que había despertado esa bestia insaciable que ahora lo dominaba sin tregua alguna.

Sonic soltó un gemido para sentir el orgasmo llegar y descargarse de todo aquello que llevaba encima hace tanto tiempo ya; regresando a la realidad lenta y humillantemente.

Abrió sus ojos con horror para ver el desastre que había hecho.

–Oh no... – se dijo aterrado. –No... no...

Acaba de masturbarse pensado en ella... en Amy Rose.


¡La temperatura está subiendo mis lectores! Las cosas en la playa no planean bajar la temperatura para nuestros protagonistas.

Esta es la primera vez que escribo erótica de este tipo y realmente dudé si hacerlo o no, pero luego me dije, es necesario, demasiado necesario XD!!! Y siendo honesta estoy enamorada del resultado. Esta historia esta planeada para tener bastantes escenas subidas de tono así que agárrense mis lectores, pues esto sólo acaba de empezar.

Sé que actualice antes, pero no sé si mañana encontraré el tiempo para hacerlo y el fin de semana es poco probable, entonces preferí hacerlo hoy. La otra semana lo más seguro es que regresemos a los viernes de forma habitual.

Bien, estoy contenta de anunciar que por fin logre hacer tiempo y mi inspiración vino a mí ¿qué significa eso? ¡No más atrasos! Estaré publicando cada viernes como es debido, pues he adelantado varios capítulos (no pude evitarlo luego de escribir esto, me obsesione con esta historia) Así que lectores, estén pendientes que tenemos capítulo nuevo cada semana (al menos por todo lo que queda del año)!!!

En el mundo de los ricos, las risas, el alcohol y las joyas nunca falta. Una mascara de felicidad que oculta un triste pasado y da hincapié a las razones que la motivan. Si ella no puede tener su final feliz, alguien debería. Capítulo 29: Vulnerabilidad.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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