Capítulo 24: El Videojuego


Abrió los ojos con pesadez para que su rostro fuera acariciado por los rayos del sol. Era el primer día que no despertaba antes que el sol o que no dormía viendo el amanecer. Los exámenes por fin habían terminado y eso significaba que las vacaciones de verano por fin habían comenzado.

Knuckles se levantó de su cama para así soltar un pesado bostezo y así tomar rumbo al baño o era su intención cuando una charla subida de tono en la isla de la cocina, una que captó su atención.

–Te lo digo Amy, eso es ridículo – sostuvo Tails para servirse más café.

–Te digo que es cierto– mantuvo ella, enérgica –¡Lo leí en un libro! – enfatizó –El cual dice que existe una posibilidad de que existan diferentes dimensiones o mundos alternativos, los cuales son dominados por dos espíritus, el de la luz y el del inframundo– señaló tétrica –Los cuales nos usan para realizar sus planes egoístas o para su simple entretención.

–Diferentes dimensiones ¿ha? – murmuró Silver pensativo, mordiendo su manzana. –Dime algo, ¿eso incluiría viajar al pasado para detener sucesos apocalípticos?

–¡¿Tú también Silver?! – regañó Tails, provocando que el erizo plateado alzara los hombros, restándole importancia. –Amy lo que dices no tiene ningún sentido – retomó Tails escéptico –Las probabilidades que existan dimensiones donde haya otra versión de nosotros es casi nula.

–Pero existe – recalcó Silver, ocasionando que Tails le frunciera el ceño.

–¿No sería increíble? – habló Amy sonriente –Imagínate otro universo donde fueras un recluta y poder pertenecer a los G.U.N y que Sonic fuera tu superior ¡o, o, o! ¡Donde existieran vampiros! – soltó Amy con una emoción infantil.

–Claro y Silver sería un caza vampiros y yo ¿qué?, un alquimista que ayuda los vampiros a mantener su sobrepoblación a raya – se mofó el zorro para sorber otro poco de café.

–¿Qué están haciendo? – la voz de Knuckles interrumpió la conversación sin sentido.

–Nada – respondió Tails alzando los hombros en señal de desinterés –Escuchando ridículos cuentos de Halloween por adelantado.

–Hmph, eso no lo sabes – masculló Amy con un puchero molesto.

–Como sea – inquirió Knuckles para caminar hacia ellos y percatándose que hacía falta alguien – Por cierto ¿dónde está Sonic? – preguntó, terminando con la conversación previa.

–¿Acaso no escuchaste? – cuestionó el zorro tomando una naranja del frutero –Se unió al equipo de atletismo de la universidad – respondió Tails mientras pelaba aquella fruta –Según entiendo tenía prácticas muy temprano.

–¿En serio? – dijo Amy sorprendida –Recuerdo que en secundaria era muy bueno y le gustaba mucho, pero pensé que había perdido el interés ahora en la universidad.

–No, no, siempre le gustó, pero al poco tiempo de iniciar la universidad empezó a salir con Fiona y para ella los clubs universitarios eran para nerds sin vida social – recordó Tails rodando sus ojos con una obvia expresión de molestia. –Hmph, como si ese fuese el caso – murmuró irritado comiendo un gajo de naranja.

–Lo recuerdo – rememoró Knuckles para sacar una gaseosa de la refrigeradora. –Por cierto, ¿qué tal club de ingeniería mecánica? – preguntó el equidna con una sonrisa burlesca, ocasionando que Tails le frunciera el ceño.

–¿Pero los clubs no aceptan miembros únicamente a principios de semestre? – se involucró Silver, anticipando la posible pelea entre el zorro y equidna.

–La mayoría aún tienen actividades por una o dos semanas después de concluir el semestre, especial los de deporte.

–¿Y cómo demonios lo aceptaron el último día de clases? – preguntó Knuckles para sentarse con ellos a la mesa.

–Pues, no es lo típico, pero el equipo estuvo rogándole todo el año pasado que se uniera; asumo que cuando preguntó prefirieron no esperar, después de todo, las olimpiadas de invierno vendrán muy pronto – explicó Tails –, pero estoy seguro que estará libre para nuestro viaje a la playa.

–Ahora que lo mencionas, ¿Cuándo es que iremos exactamente? – preguntó Amy.

–Pues eso depende de Knuckles – respondió el zorro ocasionando que todos en la mesa lo voltearan a ver.

–¿Por qué de mí?

–Pues tú eres quien lo arregla junto a Rouge cada año ¿o lo olvidaste?

Knuckles le desvió la mirada al instante, endureciendo sus facciones ante la mención de ella. Había hecho un excelente trabajo en ignorarla y evitar prácticamente cualquier comunicación con ella desde el viaje a The Angel Island, y quería que se mantuviera así.

–¿Rouge irá también? – inquirió Silver con interés –¿Podemos invitar a otros?

–¿Quieres invitar a alguien más? – preguntó el zorrito con sorpresa.

–¡No, no, no! – negó Silver efusivamente –Es... es bueno... – murmuró para fijar su mirada en Amy, quien lo observaba igual de confusa que Tails por su incoherente balbuceo –Es sólo que a lo mejor Amy desea invitar a sus antiguas compañeras de apartamento, después de todo, imagino que pasaban las vacaciones juntas – completó sin poder encarar a sus amigos.

–¿Hablas de Sally y Blaze? – soltó Amy un tanto sorprendida por lo que Silver proponía. Silver asintió suavemente con la cabeza. –Bueno, Sally ira a ver a sus padres y pasará las siguientes semanas con ellos, ahora Blaze... – pausó pensativa. Ahora que lo pensaba Blaze no tenía a donde ir o con quien ir, sin Sally o ella seguramente regresaría a su ciudad natal a trabajar. –Supongo que podría preguntarle...

–¡Genial! – soltó Silver entusiasmado, tomando a Amy por sorpresa por su reacción.

Tails y Knuckles se vieron de reojo en silencio por unos segundos para luego fijar su vista en el erizo plateado, quien sintió las miradas persistentes de sus compañeros, tragando pesado ante las mismas.

–¿No estás demasiado contento porque la felina morada venga con nosotros? – preguntó Knuckles suspicaz –Desde cuándo te has vuelto tan sociable ¿eh, Silver? – soltó con picardía.

–¡N-No soy más sociable! – exclamó sintiendo sus mejillas sonrojarse intensamente, ocasionando que Tails y Knuckles se sonrieran ante su reacción –¡No es lo que piensan! ¡Borren esa estúpida sonrisa de su rostro! – exigió molesto. –... Sólo le debo un favor – soltó en susurro.

–¿Qué clase de favor? – cuestionó Tails alzando una ceja, intrigado.

–Puede que me haya ayudado en algo importante antes... – respondió evasivo.

Silver aún recordaba aquella conversación que había tenido con la gata en su inesperado encuentro en Soleanna, y sobre aquella confesión que lo había hecho verla de una manera un tanto diferente.


"Sally y Amy son mi familia... la única con la que cuento desde el accidente de mis padres"


Aún recordaba la calidez de sus palabras y la tristeza en su mirada. Para Blaze, tanto Sally como Amy eran su única familia y por lo que Amy había mencionado, sus únicas amigas. Si Sally no estaba y Amy se iba con ellos, ella se quedaría a solas. No quería que eso pasara.

–...Me gustaría ver de regresar el favor – completó al fin, intentando sonar desinteresado –Además, había quedado en verla antes, pero gracias a los exámenes tuve que cancelar y nunca pudimos ponernos de acuerdo.

–Entonces planeaste cambiar tu cita de un restaurante por un viaje, bastante atrevido, bien hecho – felicitó Knuckles con un dejo de picardía en su voz.

Silver frunció el ceño ante la mala broma de su amigo, la cual ahora motivo de risas ahogadas entre Amy y Tails. Sus mejillas se pintaron velozmente de un intenso color carmín, sintiéndose expuesto gracias a las palabras del equidna.

–Hey Tails – llamó Silver con aquel ceño fruncido e intenso sonroje que permanecía pintado en sus mejillas –Ahora que lo pienso, Knuckles aún debe un castigo ¿no es cierto? – le recordó al zorrito lanzándole una mirada maliciosa. El equidna se tensó ante sus palabras volteando a ver a Tails al acto ante las mismas.

–Umm... Es cierto– asintió Tails suavemente, borrando aquella expresión divertida y cambiarla por un semblante serio y una mirada tan gélida como el hielo.

–¿Puedo dar una sugerencia? – pidió Silver mientras las comisuras de sus labios se expandían de forma maliciosa, provocando que Tails asintiera con la cabeza –Deja que Knuckles se encargue de organizar estas vacaciones en la playa con Rouge.

–¡¿Cómo dices?! – exclamó el equidna con horror. –¡No, no...

–Me parece bien – aceptó Tails obviando la errática reacción del equidna. –Knuckles, dejo en tus manos – dijo impasible.

–¡Espera! ¡No puedes...

–Oh claro que puedo y pienso hacerlo – cortó Tails para voltearlo a ver al fin, estremeciéndolo bajo su mirada fría y calculadora –Fin de la discusión.

–P-Pero...

–¿O deseas que sea yo que piense en el castigo? – cuestionó Tails seriamente, tensándolo ante su propuesta.

–¡No, no! – respondió Knuckles velozmente –...Así está bien – accedió a regañadientes.

–Genial – habló Tails regresando a su rostro aquella suave sonrisa.

Amy observó la discusión en silencio, viendo al equidna resignarse ante la tarea ahora impuesta para así sacar su teléfono y marcar un número en la pantalla, alejándose de ellos seguramente para poder hablar cómodamente. De todos los presentes, ella era posiblemente la única en ese lugar que sabía que había problemas entre Rouge y Knuckles, y aunque Tails no lo supiera, ese sería realmente un verdadero castigo para él. Ese último pensamiento la hizo dirigir su mirada al zorro, quien de nuevo mantenía aquella expresión amena en su rostro.

Amy recordaba a Tails como el chico tímido y blanco de burlas de la secundaria, uno que generalmente se escudaba de sus amigos, por lo general de Sonic o Knuckles, ante los ultrajes y malos tratos de los demás; amigos qué lo habían visto llorar incontable número de veces, un zorro que sin lugar a duda parecía ser ahora sólo una leyenda urbana, pues Tails ya no era ni la sombra de quien ella había conocido. Realmente no entendía por qué Tails era tan temido por todos en aquel lugar, pues su palabra era la ley y nadie parecía atreverse a cuestionarlo.

–Hey Silver... – llamó Amy por lo bajo, captando la atención del erizo plateado –¿Por qué Tails...

La puerta del apartamento se abrió de golpe, acallando la pregunta de Amy, para que un muy animado erizo azul atravesara el umbral con emoción.

–¡Hey! – llamó Sonic animado para correr hacia ellos y colocar su maletín de gimnasia sobre la isla del comedor.

–Hey Sonic – saludó Tails ameno.

–Parece que alguien está de muy humor – indicó Silver sonriente mientras miraba al erizo azul registrar su mochila con gran entusiasmo.

–Ajá... ¡Miren lo que conseguí! – exclamó con emoción.

Silver lo vio sacar una caja de un videojuego con lo que parecía ser un hipopótamo morado en la portada.

–... ¿Un videojuego? – respondió Silver tomando el juego en su mano e inspeccionarlo con la mirada, sin comprender cuál podía ser el alboroto.

–¡No es cualquier videojuego, es Tomatopotamus! – intervino Amy para arrebatar el juego de las manos de Silver y verlo con gran entusiasmo –¡Es el más reciente remake de la franquicia, con nuevas gráficas, nuevas pantallas y nuevos personajes!

–¡Ajá, ajá! – asintió Sonic con emoción junto a ella –¡Y ahora tiene la opción de dos jugadores! – habló con brillo en su mirada.

–¡Debes de estar bromeando! – exclamó Amy emocionada ampliando su sonrisa –¡Sería el primer juego de la franquicia que lo tiene!

–¡Lo sé! ¡¿No es increíble?! – soltó Sonic con emoción.

–¡Ajá! ¡Mucho mejor que cuando sacaron el modo de creación de personajes en Tomatopotamus Forces!– concordó la eriza.

–Dímelo a mí, ese juego tenía potencial, pero se vio perdido por la poca jugabilidad e historia – se quejó Sonic con decepción –A veces siento que no logran sacarle todo el potencial a su franquicia.

–¡Lo sé! – apoyó Amy con un suspiro –No te lo negaré, me hubiera gustado más que rehiciera el juego de Tomatopotamus Adventure 2 Battle, realmente ese juego merecía otra oportunidad.

–Lo sé, pero ya sabes como es, nunca escuchan a los fans – concordó Sonic soltando un pesado suspiro –Así que, ¿qué me dicen? – retomó el erizo para dirigir su atención a Tails y a Silver – ¿Quieren jugar? – preguntó el erizo azul para moverse de forma inquieta, entusiasmado.

–Yo paso – rechazó Silver para ponerse en pie –No es lo mío.

–¡¿Qué me dices tú, Tails?! – preguntó Sonic con gran emoción –¡Será como cuando éramos niños!

Tails permaneció en silencio ante la propuesta de su amigo. Observó de reojo a Amy, quien mantenía aquella mirada de emoción sobre aquel videojuego que tenía en sus manos.

–Amm... creo que yo también pasaré – respondió Tails al fin con una sonrisa nerviosa.

–¿Eh? ¿Por qué? – preguntó Sonic sin comprender, borrando aquella gigantesca sonrisa que había mantenido hasta ese entonces.

–Amm... – murmuró para ver de reojo al erizo plateado que revisaba su teléfono de forma desinteresada –Porque Silver y yo quedamos de hacer unas cosas...– reveló evasivo ocasionado que Sonic alzará una ceja por su vaga respuesta –Por qué no juegas con Amy, estoy segura que estará a la altura – sugirió para levantarse de la mesa y caminar hacia el erizo plateado, que mantenía su atención en su móvil.

–Bueno, supongo que si nadie más...

–Bien, les alegrará saber que el viaje a la playa ya... ¡Eso es acaso ¿Tomatopotamus the Remake?! – interrumpió Knuckles para llegar hacia ellos –¡No puedo creer que lo consiguieras!

–¡Increíble ¿no es cierto?! – exclamó el erizo azul con emoción –¡Qué me dices! ¡¿Quieres jugar?!

–¡No puede! – intercedió Tails velozmente.

–¿Eh? ¿Por qué? – preguntó Knuckles en desacuerdo.

–Porque... – pausó por unos segundos, mientras todos a su alrededor lo miraban fijamente en espera de una respuesta –¡P-Porque tenemos que hacer esa cosa con Silver ¿recuerdas?!

–¿Qué cosa? – inquirió Knuckles alzando una ceja.

–Sí, ¿qué cosa? – apoyó Silver, quien regresó su atención a la conversación al escuchar ser nombrado.

–La cosa ¿recuerdas? – insistió Tails golpeando suavemente las costillas de Silver, quien lo vio confundido por la acción.

El zorro le lanzó una mirada silenciosa y seguido dirigir una mirada rápida hacia donde yacía el erizo azul y la eriza rosa. Silver dirigió su atención a Sonic y a Amy, quien aún tenía aquel videojuego en sus manos, entendiendo lo que Tails intentaba hacer.

–¡Oh! ¡Sí, sí, la cosa! – soltó Silver de pronto con una risa nerviosa.

–¡¿Qué cosa?! – insistió Knuckles, enfadado.

–La cosa, para la cual, por cierto, vamos tarde – habló Tails para tomar al equidna del brazo obligándolo a caminar casi a rastras –¡Es mejor tomar camino!

–¡P-Pero... – Knuckles silenció ante la mirada insistente y molesta del zorro, quien con un sutil movimiento de cabeza señaló donde se encontraban Sonic y Amy. Entonces entendió. –Oh... sí... la cosa – asintió Knuckles soltando un suspiro desganado –A la cual tengo que ir aparentemente en lugar de jugar el mejor y más emocionante videojuego jamás creado...– se quejó con una expresión de pesar en su rostro –Esa cosa.

–Amm... ok – murmuró Sonic extrañado por la conducta de sus amigos – ¡Entonces, ¿qué me dices Amy?! – preguntó de nuevo con gran entusiasmo. –¡Tú y yo!

–¡Sí, sí! – asintió Amy con emoción. –¡Será divertido!

–Genial, entonces nosotros tomaremos camino – dijo Tails a modo de despedida, llevándose a Knuckles y Silver casi a rastras.

–¡¿P-Pero no podemos si quiera quedarnos a ver el inicio del juego...

–¡No Knuckles! – insistió Tails –¡La cosa es más importante! – recalcó para llevarlos a salida –¡Regresaremos seguramente muy tarde por la noche, hasta pronto! – se despidió Tails para echar a Silver y Knuckles del apartamento y salir junto a ellos, cerrando la puerta detrás de él.

Amy observó aquella escena con confusión, era demasiado extraña la actitud de Tails y demasiado vaga su explicación para no poder estar con ellos esa tarde ¿Acaso estaban tramando algo?

–Hey Sonic – llamó Amy mientras su mirada se mantenía fija en la puerta, ahora cerrada –¿No crees que eso fue algo extraño?

–Amm... no, digo, tal vez, no lo sé – respondió el erizo azul sin interés mientras conectaba los cables de la consola en forma de cubo morada –¡Listo! – exclamó para encender el televisor de la sala de estar –¡¿Lista para perder, Ames?! – preguntó con una clara emoción infantil.

Amy rio divertida ante su mirada entusiasta y su actitud energética. Llevaba mucho tiempo sin ver a ese Sonic, en especial luego de su ruptura con Fiona. Alzó los hombros en señal de desinterés ante la conducta sospechosa de sus compañeros de piso y corrió hacia la sala para saltar sobre el sillón y tomar uno de los controles.

–¡¿Lista para perder Amy Rose?! – dijo el erizo azul para colocar el juego en la consola.

–¡Eso ya lo veremos!

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Tails soltó un suspiro imperceptible mientras presionaba el botón para llamar al elevador; desde la distancia pudo escuchar las risas albergadas en su apartamento y el sonido de un juego conocido, obligándolo a esbozar una pequeña sonrisa.

–¡¿Puedes explicarme por qué demonios no podía quedarme a jugar?! – se quejó Knuckles sulfuroso, captando la atención del zorro.

–Sí Tails, ¿cuál era el afán de dejar a Amy y Sonic a solas? – se unió Silver.

–¡Espero que no estés pensando en hacer alguna de tus locuras intentando que Sonic...

–Para empezar – cortó Tails el alegato del equidna –Silver, tú dijiste que no te interesaba jugar y Knuckles, si no me falla la memoria, tienes mucho que hacer para planear ese viaje a la playa ¿o me equivoco?

–Bueno... eso es cierto, pero de igual forma ¿por qué querías dejarlos a solas? – insistió Silver sin comprender las acciones del zorro.

–Las pocas ocasiones en que Sonic ha sonreído las últimas dos semanas es cuando Amy está presente y gracias a los exámenes no han podido convivir– explicó –Sólo pensé que sería bueno para él.

–¿Estás seguro que esa es la única razón? – cuestionó Knuckles, desconfiado de las aparente buenas intensiones del zorrito –Tú mejor que yo, sabe que intentar forzarlos a verse como algo más sólo terminara en desgracia – puntualizó seriamente –En especial para Amy.

–Yo no estoy haciendo nada – se excusó el zorro alzando los hombros en señal de desinterés –Sonic quería jugar y nosotros tenemos mucho que hacer, eso es todo.

–Sí tú lo dices... – murmuró Knuckles con dejo de incredulidad.

–¡Sí, yo lo digo! – vociferó el zorro molesto –¡Ahora andando! – ordenó al ver el elevador abrirse.

–¿A dónde exactamente? – preguntó Silver viendo las puertas de metal abrirse frente a ellos –¿Qué se supone que haremos, según tú dijiste, hasta muy tarde por la noche?

–Iremos con Rouge – respondió Tails dando el primer paso dentro del elevador.

–¡¿Qué?! – exclamó Knuckles, tensándose ante sus palabras.

–¡Andando! – ordenó Tails tomándolo del brazo adentrándolo al elevador.

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Escuchó el sonido de la partida finalizar y como ganador, el personaje de Amy tomó protagonismo en la pantalla de la televisión, provocando que ella saltara de su lugar con emoción y él resoplara molesto ante su derrota.

–¡Wuju! – exclamó Amy alzando sus brazos al aire –¡En tu cara erizo! – se mofó divertida ocasionando que Sonic le desviara la mirada con una expresión de molestia –Con esta sería ¿qué?... 9 victorias – le recordó Amy victoriosa, provocando que él se tensará ante el recordatorio de su fracaso –Pensé que no te gustaba perder, Sonic – habló Amy engreída.

–Ja, Ja – espetó el erizo azul rodando los ojos –Sólo voy atrás por tres victorias

–Aún así – insistió ella para dejarse caer sobre el sillón con una amplia sonrisa –Es la primera vez que te gano en una competencia– habló sonriente, rememorando todas las ridículas competencias que habían hecho de niños y en donde ella siempre terminaba perdiendo mientras el erizo azul le restregaba su victoria en el rostro –Déjame saborear le momento

–¡Ja!, Apuesto lo que sea a puedo ganarte y llegar a las 10 victorias antes que tú – habló Sonic cual mal perdedor.

–¿Realmente estás tan confiado que no perderás contra mí? – preguntó ella con un dejo incredulidad en su voz.

–¡Lo suficiente para apostarte lo que sea! – aseguró él poniéndose de pie y verla con decisión. –¡No he perdido antes contra ti y no pienso empezar hoy!

Amy se asombró por la reacción de él, sabía que no gustaba de perder, pero nunca imaginó que fuera uno tan malo. La eriza elevó las comisuras de sus labios, ideando una idea divertida para darle una pequeña lección y así verlo con una mirada desbordante de confianza y malicia.

–De acuerdo – aceptó su propuesta –Si yo gano, deberás de meterte a nadar junto a todos nosotros en el viaje a la playa.

–¡¿Eh?! – exclamó Sonic dando un pasó atrás ante su petición, aterrado. –¡S-Sabes que no puedo nadar! – le recordó con horror.

–Bueno, puedo conseguirte flotadores, eso no es problema – habló alzando los hombros –Además, no estabas confiado de que me ganarías ¿O qué? De repente ya no tienes tanta confianza – retó Amy divertida.

Sonic frunció el ceño ante sus palabras. En cada ridícula competencia que habían tenido desde pequeños el había sido el número uno, y si alguien conocía lo mala perdedora que podía ser Amy era él, pues por lo general siempre le pedía la revancha; eso era obviamente un patético intento de venganza. Él le enseñaría.

–Hmph, bien – accedió Sonic cruzando sus brazos sobre su pecho –, pero si es así, tú también deberás de apostar algo.

–¿Algo? – repitió ella con cierto asombro –¿Cómo qué? – inquirió Amy ladeando su cabeza.

–Mmm... – calló Sonic cerrando sus ojos, pensativo sobre qué podría ser una buena lección para que ella lo pensara dos veces antes de volver a retarlo –Debe de equivaler lo mismo a lo que tú me estás obligando a hacer – dijo con aquella expresión pensativa –¡Lo tengo! – soltó de pronto con una amplía sonrisa, alarmando a la eriza –¡Si yo ganó deberás de hacer un striptease para mí!

–¡¿Cómo dices?! – exclamó Amy sonrojándose intensamente para ponerse de pie en un salto ante lo que él proponía –¡¿Has perdido completamente la razón?! – se negó efusivamente.

–Tú reacción fue exactamente igual a la mía – señaló Sonic serenamente –Además, te dejaré conservar tu ropa interior– puntualizó como si tratara de algún tipo de consuelo, provocando que ella lo viera con el ceño fruncido –Mi punto es que hagas algo que sea tan incómodo y desagradable como lo que me estás pidiendo.

–¡E-Esto es completamente diferente! – se negó la eriza, y de forma instintiva, abrazarse, ocultando su pecho.

–Es exactamente lo mismo – debatió Sonic –¿O qué?, ¿De pronto no crees que tienes lo que se necesita para poder ganarme? – retó con malicia y una sonrisa irónica.

Amy chasqueó molesta ante su propuesta, y aunque deseaba que su razón actuara presente como siempre lo hacía, una extraña emoción la recorría por dentro, una que quería ir un poco más lejos. La adrenalina. Sus ojos se toparon con los de él, unos que exudaban confianza y seguridad... ¿sería tan malo querer borrar esa mirada por una de resignación? Una que debería de verla mientras se tragaba todas sus palabras.

–Sí acepto eso... – continuó Amy sintiendo sus orejas enrojecerse ante lo que estaba aceptando de manera implícita –¡D-Durante todo el viaje a la playa tú nadarás cuando yo te lo ordene!

–¡¿EH?! ¡¿No es suficiente con que lo haga una vez?!

–¡No, no lo es! – respondió ella con aquel sonroje se había tatuado en su rostro.

–¡Bien, pero si hago eso deberás de bailarme sensualmente la canción que yo elija por el tiempo que yo estipule! – añadió él.

–¡Bien! – soltó ella con fuego en su mirada.

–¡Bien! – respondió de la misma forma.

Ambos tomaron asiento en el sofá para así dar inicio a la siguiente partida. Ninguno de los estaría dispuesto a perder.


¡Esto está a punto de prenderse! Las cosas en el siguiente capítulo prometo será muy interesantes. El viaje a la playa está a la vuelta de la esquina y las cosas con nuestros protagonistas están a punto de subir el tono, les prometo que la espera valdrá la pena.

Bien mis lectores, sé que he estado inconsistente con las actualizaciones y vengo a explicar por qué. Como alguno de ustedes lo sabe estoy terminando mi último trimestre la universidad (área práctica y teórica), además de mi trabajo, entonces mientras completo la universidad es posible que las actualizaciones estén inconsistentes durante este y el siguiente mes. No se preocupen que no estoy en hiatus, pero sí me costará actualizar de forma más seguida, pero prometo hacerlo cada tanto pueda.

Referente al siguiente capítulo ya lo estoy escribiendo y haré lo posible por poder actualizar la otra semana sin falta (pero no puedo prometer nada) hasta entonces, su autora se despide. Kat fuera.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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