Capítulo 22: Cicatriz del Pasado
Amy colocó su mano sobre la de él, sonriéndole suavemente en un intento de transmitirle confort ocasionando que Sonic la removiera bruscamente.
–¡P-Pues no tienes qué! – habló Sonic nervioso, tomando distancia de ella.
–Pero quiero hacerlo – insistió ella borrando aquella sonrisa tras su actitud hacia ella.
–Escucha, aprecio tu esfuerzo ¿sí? – dijo él al notar la expresión de abatimiento de la eriza –Pero tú no entiendes qué es amar como yo lo hice...– soltó Sonic en un suspiro –Sé lo que todos pensaba de Fiona y sé que tal vez no siempre fue la mejor novia... o ser vivo, pero aún así, a pesar de todo lo que hacía, a pesar de sus comentarios o ciertas acciones, para mí ella era... – silenció paulatinamente cerrando sus ojos con pesar, sintiendo de nuevo aquel dolor que lo carcomía desde el pecho –...No tienes idea de lo que se siente – completó con un mohín de abatimiento.
–Sé exactamente lo que se siente – contradijo la eriza con una expresión seria y endurecida.
–Que te rompan el corazón porque tu amor platónico tiene a alguien más o no siente lo mismo por ti no es exactamente lo mismo – debatió Sonic para verla con molestia por su insistencia.
–No hablo de Shadow – aclaró Amy para que un semblante serio y duro se pintara en su rostro, provocando que el ceño fruncido de Sonic se borrara ante sus palabras –¿Recuerdas que... – empezó hablar carraspeando su garganta – Te dije que Shadow me ayudó con una ruptura amorosa antes?
Sonic mantuvo su mirada en aquel semblante poco característico en Amy, uno serio y distante. Ahora que lo pensaba en la fiesta que sus amigos habían hecho de bienvenida para ella al llegar a la ciudad, Amy había mencionado algo relacionado a una pareja.
"Yo una vez salí con alguien (...) Me sentía triste todo el tiempo y me aislé de todo y todos... fue un infierno""
Ese recuerdo, que en su momento no le dio mucha importancia, ahora le parecía todo lo contrario. Su mirada se fijó en ella sintiéndose... preocupado ¿estaría bien? Sonic sacudió su cabeza suavemente ante ese pensamiento, eso había pasado hace mucho tiempo por lo que él recordaba que Amy le había dicho, claro que estaba bien.
–Ammm...– murmuró Sonic al fin –Ahora que lo mencionas... – musitó.
–Sí bueno, sé exactamente a qué te refieres porque mi relación fue muy parecida a la tuya con Fiona o al menos se sintió igual...– admitió Amy con pesar, dirigiendo su mirada al cielo –Tuve un novio en preparatoria, su nombre era Zero, pero le gustaban que le dijeran Infinite, nunca entendí por qué – habló con una sombra de sonrisa –Era el líder de un grupo de chacales en la escuela y cuando lo conocí era un chacal bueno, atento y muy amable – recordó con cariño –Ayudaba a todos en la escuela, incluso a la torpe chica nueva – dijo soltando una risilla ante un recuerdo fugaz de su primer encuentro –Ya sabes, el prototipo típico de héroe – habló para verlo al fin. Sonic le sonrió ameno.
–Sí, tengo una idea sobre eso – dijo divertido.
–Sí... ¿y sabes que era lo mejor? Que esta vez este héroe me vio a mí – habló con un dejo de emoción en su voz y una cálida sonrisa.
Sonic observó atentos aquellos ojos soñadores y aquella sonrisa llena de entusiasmo, desviándole la mirada al acto. Sintió una extraña sensación en la boca del estómago, una mezcla entre enfado y posesión... una que conocía mejor de lo que quisiera, pero que no se atrevería a nombrar, pues hacerlo la convertiría en algo real... y esa emoción no tenía cabida en su relación con Amy; una emoción que no entendía por qué de repente aparecía por alguien que ya no estaba en la vida de ella; y a pesar de ello, la sentía muy vívidamente.
–O eso creía... – continuó la eriza, captando la atención de él nuevamente –Al principio la relación iba muy bien, aunque Sally y Blaze eran un tanto escépticas de las buenas intenciones de Infinite. Me dijeron constantemente que tuviera cuidado pues no todo lo que brillaba era oro... y tenían razón – admitió borrando aquella sonrisa –El tiempo pasó y con éste cada día era más difícil hacer las cosas "bien" para él ¿sabes? – recordó frustrada –Simplemente nunca era suficiente.
–Entiendo ese sentimiento – admitió Sonic tristemente, ocasionando que ambos soltaran un suspiro al mismo tiempo.
Amy frunció el ceño ante el recuerdo de las constantes críticas y exigencias de Infinite, las cuales no eran pocas y que sin lugar a duda terminaron por lacerar su ya débil autoestima de ese entonces.
–Jamás era lo suficientemente aventurera, o femenina o delgada o lo suficientemente buena en la cama o...
–¡Wow, wow, wow! – detuvo Sonic, borrando aquel mohín de tristeza previo, viéndola con claro asombro –¡Espera! ¡¿Tú no eres... Q-Quiero decir... ¡¿Tú y él?!– soltó con una sonrisa pícara –¡¿Es en serio?!
Amy sintió como una onda de calor la invadía velozmente para que un intenso rubor se pintara sobre sus mejillas y coloreaba sus orejas de un carmín intenso. Había hablado de más.
–Y-Yo... – balbuceó la eriza sintiendo que se ahogaría en su propia vergüenza.
Sonic soltó una carcajada, ocasionado que el bochorno de ella fuera aún mayor, hundiéndose en su lugar, incapaz de encararlo.
–Oh rayos – exclamó Sonic divertido –No sé por qué siempre tuve la idea de que eras... ya sabes –dijo carraspeando su garganta, sin poder quitar aquella sonrisa pícara de su rostro –Por como actuabas cuando habla de Fiona y sobre las cosas que hacíamos, pensaba que tú...
–P-Pues no lo soy...– respondió Amy febril con un dejo de enojo en su voz, desviando su mirada hacia su regazo, incapaz de encararlo –Infinite y yo... bueno... él fue mi primero ¿sabes? – admitió ahogadamente –El primero en muchas cosas, de hecho.
–Wow... la aventurera Amy Rose ¿ha? – dijo Sonic con picardía.
–¡C-Cállate! – soltó Amy provocando que él riera divertido. La eriza bufó con una falsa expresión de enojo mientras aquel rubor intenso ahora parecía tatuado sobre su rostro –Como sea, el punto era – retomó intentando recobrar la compostura –En algún punto esa relación se volvió realmente tóxica y cuando digo tóxica, es porque fue tóxica... cuando menos sentí deje de salir con mis amigos, mi familia o prácticamente cualquiera que no fuera él... – murmuró pesadamente –Era muy celoso, no podía vestirme de cierta forma, ni hablar demasiado tiempo con nadie o tardarme demasiado en responder sus llamadas o mensajes – recordó endureciendo la mirada –Fue un infierno. – aseveró trayendo de regreso todas aquellas emociones atribuladas que había vivido tantos años atrás –Un día simplemente sentí que ya no podía más...
Inicio del Flash Back
Fue al único lugar donde sabía que él no la buscaría o donde al menos le costaría encontrarla, The Mystic Ruins. Luego de una apasionante tarde en su casa, Infinite simplemente se había ido para verse con una de sus amigas especiales, algo que ella aborrecía y que él negaba, aunque sabía que eran mentiras.
La noche calló sobre ella, así como aquella tristeza que la inundaba. Lloraba sin consuelo, intentando encontrar una respuesta al problema que la carcomía por dentro: ¿cómo se había permitido llegar hasta ese punto?
Unas pisadas distantes acallaron sus sollozos, para buscar con la mirada el causante de dicho sonido y ver en la noche una silueta familiar, una que no había visto en años.
–¿Sonic? – soltó a suave voz con un dejo de emoción en la misma.
Se levantó de la tierra húmeda para así caminar hacia donde distinguía al erizo; sabía que ellos habían quedado en los peores términos posibles, que le había dicho que no quería volver a hablarle nunca más, pero en ese momento realmente necesitaba a un amigo, tan sólo quería...
El crujir de una rama ante sus descuidado pasos hicieron que el erizo se volteara al acto, para que unos ojos color carmín la vieran fijamente. No era Sonic.
–¿Shadow? – soltó ella con sorpresa por la inesperada aparición del erizo negro. –¿P-Pero qué haces aquí? – inquirió confundida viendo a los alrededores.
–¿Rose? – llamó Shadow asombrado por su presencia –Vaya, esto sí que es una sorpresa.
–Umm... lo es – asintió Amy con cierta timidez, guardando su distancia de él. –¿Tú estás... quiero decir... acaso Sonic...
–No – anticipó el erizo negro rápidamente –Estoy aquí por un programa de la universidad – dijo para señalar aquel uniforme militar que llevaba puesto.
–Oh... cierto– dijo Amy con una risilla nerviosa –Acabas de empezar la universidad ¿verdad? – preguntó para que él asintiera con la cabeza en un sí silencioso. –Así que estás solo – confirmó con aires de decepción.
–Sí te refieres sin mi familia, sí.
–Genial, genial– murmuró la eriza rosa un tanto desanimada –Bueno, yo debería... – susurró para ver de reojo a sus espaldas –Ya sabes, irme, tengo que...
–¿Te encuentras bien? – preguntó sin reparos.
–Amm, sí, claro, todo está bien – asintió Amy con la sonrisa más grande que pudo esbozar en su rostro.
De nuevo aquella mentira, una a la que ya estaba acostumbrada a decir, en especial cuando su estado precario de ánimo tenía que ver con Infinite.
–Maldita sea – dijo el erizo negro soltando un pesado suspiro –Eres igual que él.
–¿Cómo dices? – preguntó Amy sin comprender.
–Nada – evadió –Ven, acompáñame – ordenó para dar media vuelta y empezar a caminar.
–¿A dónde? – preguntó con timidez.
–¡Sólo ven! – ordenó autoritario.
–¡D-De acuerdo! – asintió Amy para seguirlo a paso apresurado, incapaz de negarse a su mandato.
Terminaron llegando a una pequeña cafetería, una que, aunque estaba alejada de donde sabía que Infinite generalmente transitaba, no la hacía sentir menos nerviosa. Si la miraba con Shadow eso significaría problemas seguros.
–Amm... no puedo quedarme mucho tiempo – habló Amy jugando con sus manos sobre su regazo.
–Necesito un café y una taza de té, gracias – pidió Shadow a la mesera, obviando las palabras de la eriza rosa.
–Yo estoy bien – murmuró Amy viendo como la mesera se alejaba.
–Una bebida caliente te ayudará – espetó –Y eres muy joven para café, así que...
–¿Por qué me trajiste aquí? – preguntó Amy sin reparo.
Aunque conocía a Shadow desde pequeña, nunca lo había considerado como un amigo cercano, con suerte como un conocido al cual le aterraba saludar si no estaba su familia cerca de él.
–Porque no estás bien – respondió Shadow indiferente mientras llevaban las bebidas de ambos.
–¿Eh? – exclamó Amy un tanto asombrada por su perspicacia –¿Cómo puedes saberlo?
–Tengo un poco de experiencia con erizos con problemas amorosos que no dicen lo que piensan – respondió el erizo negro sorbiendo un poco de la amarga bebida –Más de la que me gustaría – soltó con disgusto.
–Oh... ya veo – rio Amy nerviosamente.
–¿Está todo bien? – insistió Shadow.
–Es sólo que... – pausó por unos instantes, dudosa –Tengo este novio que... no lo sé... sólo...
Amy subió su mirada para que los ojos carmín de él la cautivaran y sin realmente entender porque le relató todo aquello que la había estado molestado y, sobre todo, aquellas actitudes de Infinite que empezaban a cansarla física y psicológicamente.
–Mis amigas no pueden ni verlo, y sé que a veces puede ser un poco posesivo y un tanto agresivo, pero yo sé que él hace todo eso porque se preocupa por mí y...
–Escucha Rose – detuvo Shadow su diálogo –No pienso decirte qué hacer, es tu relación y puedes hacer lo que quieras con ella, pero te diré esto: Siempre date tu lugar en una relación y no dejes que nadie lo decida por ti – aseveró duramente.
–Ammm... gracias – dijo Amy con una pequeña sonrisa.
Shadow asintió con la cabeza para sorber otro trago de café. Sus palabras resonaban en su mente y aunque no eran un concepto nuevo para ella, se sentía diferente, casi confortantes.
–¿Qué crees que debería... – El sonido de una llamada entrante la hicieron callar, para ver el nombre en la pantalla de su teléfono. Era Infinite –¡Rayos! ¡D-Debo irme! – dijo alarmada para ponerse de pie en un salto –¡Gracias por el té!
–Seguro.
–Fue bueno verte otra vez – dijo Amy a modo de despedida con aquella triste sonrisa en su rostro –Hasta pronto – se despidió con un ademán de manos.
–¡Hey! – exclamó Shadow haciéndola parar –Toma – dijo para entregarle una servilleta –Es mi número de teléfono, estaré por la ciudad un par de meses, llámame si necesitas algo.
–...Gracias – dijo asombrada para ver el número en el pedazo de papel –Lo haré.
Fin del Flash Back
Sonic la miraba atento mientras relataba aquella historia que, aunque los años habían pasado ya, se notaba que aún era un capítulo de su vida difícil de relatar.
–Poco tiempo después de eso las cosas con Infinite sólo empeoraron – continuó Amy soltando un pesado suspiro –Hasta que un día Infinite terminó conmigo de la manera más pública y embarazosa posible, porque, ya sabes, yo no era suficiente para estar a su altura – rememoró con pesar.
–Lamento escucharlo – murmuró el erizo azul con genuina consternación.
–Fue difícil al principio, pero el hecho que Shadow estuviera ahí ayudó muchísimo – se dijo recordando aquellas llamadas y salidas que resultaron como una bocanada de aire puro en ese momento de su vida.
–Así que esa fue la razón por la que te enamoraste de mi hermano...
–Sí... – asintió suavemente con sonroje –Recuerdo que Sally me dijo que alguien mejor vendría después de que Infinite terminó conmigo, y en ese entonces realmente pensé que ese alguien sería Shadow, pero... bueno... ya sabes como terminó todo – relató en un suspiro –El punto de esto es, Sonic, que yo no vengo aquí a decirte que algo o alguien mejor entrará de pronto a tu vida y compensará todo lo que has vivido con Fiona, porque la realidad es que no lo sé, quiero decir, realmente quiero creer que será así, sin embargo, no lo sé.
–Grandioso – soltó Sonic con una sonrisa irónica.
–El punto es – continuó la eriza –Que sé exactamente como te sientes, y que está bien estar triste, e independientemente de lo que ella hizo, está bien extrañarla, porque tu la amaste profundamente y si quieres llorar su ausencia, nadie puede juzgarte por ello.
Sonic la volteó a ver, en silencio, sintiendo una opresión en su pecho y un nudo en su garganta. Le volteó el rostro al sentir como su miraba empezaba empañarse y aquel incontenible deseo de llorar, uno que pensó que había logrado extinguir aquella noche con Tails, regresó a él con fuerza.
–Sacarnos de tu vida a nosotros tus amigos posiblemente no es la mejor manera de lidiar con esto, créeme, lo sé por experiencia – continuó la eriza –, pero si no quieres hablar de nada, pues yo estaré aquí... para no hablar – completó con una pequeña sonrisa.
Sonic observó la suave sonrisa sobre los labios de la eriza rosa, quien lo miraba con ternura; se puso de pie al acto, dándole la espalda y ocultándose de su mirada.
El sonido del viento llegó para brindarle un poco de compañía y alivio a dos corazones expuestos, dejando que su suave roce alivianara aquellas heridas que el tiempo aún no parecía curar por completo.
–Si no te conociera bien, pensaría que ya no eres una pesadilla sofocante – habló Sonic divertido, en un intento de alivianar la seriedad que de pronto se había colocado en el ambiente.
–Entonces tal vez es momento que me conozca mejor – devolvió ella con una media sonrisa.
Sonic la vio de reojo, sonrojándose tenuemente por sus palabras, sin entender muy bien el porqué.
Amy mantuvo su mirada sobre el erizo, quien aún permanecía de espaldas a ella, sin aparente ánimo de querer voltearla a ver. No sabía si sus palabras lo habían alcanzado o sólo había expuesto uno de los momentos más duros de su vida por gusto, pero aún así, esperaba que algo de todo lo que hubiera dicho haría casa en él.
–Amm... traje Chilidogs – habló Amy rompiendo el sofocante silencio entre ambos –Podríamos bajar y comer con los muchachos... ya sabes... si quieres – sugirió con timidez.
Amy lo vio expectante, sintiendo su corazón retumbar en sus oídos por el posible rechazo del erizo azul.
–Sabes algo – habló Sonic para voltearse a verla al fin –Suena bien – dijo con una sonrisa.
Una genuina sonrisa se pintó en los labios de la eriza. Sabía que el proceso para que Sonic estuviera bien sería un poco más largo que sólo una plática casual en el techo del edificio, pero esa sin duda era una buena señal.
–¡Genial! – dijo Amy con emoción para empezar a caminar de regreso por la cornisa por donde había subido –Ahora sólo debo de ver la manera de como bajar de... – Amy silenció abruptamente al sentir como Sonic la tomaba gentilmente para levantarla del suelo y así cargarla en brazos –¡¿Q-Qué estás haciendo?! – preguntó desconcertada por la acción del erizo azul.
–Evitando que caigas de un edificio ¿acaso no es obvio? – respondió Sonic divertido para así caminar hasta el bordillo del edificio.
–¡N-No es necesario! – dijo Amy con nerviosismo intentando soltarse de su agarre –¡T-Tus heridas! ¡No debes...
–Sí, sí debo – cortó él borrando aquella sonrisa previa y una expresión seria y distante se posara en su rostro.
Un silencio prologando se extendió entre ambos de manera abrupta.
Sonic sintió como los ojos de la eriza se posaban sobre él, detrás de aquella mirada dulce y expectante ante las palabras que acaba de pronunciar. Un sutil rubor se pintó en las mejillas del erizo azul, incómodo por la extraña atmósfera que se había formado ante el gesto que posiblemente había sido más dulce de lo que él pretendió.
–Ya sabes– continuó el erizo azul, intentando fingir desinterés –No quiero que Tails me eche en cara como por mi culpa te caíste de un edifico ¿Comprendes? – enfatizó Sonic con un dejo de enojo en su voz.
–Pero...
–No te preocupes – tranquilizó Sonic con una sonrisa confiada, una que la embelesó –Mientras estés a mi lado, no permitiré que nada malo te pase.
Amy sintió un suave sonroje pintarse en sus mejillas ante la dulzura de sus palabras; sacudió suavemente su cabeza ignorando aquel palpitar descontrolado de su corazón, tragando pesado. Asintió con su cabeza en silencio, intentando controlar aquel nerviosismo que se aparecía de repente como un mal invitado en una reunión donde no debería de tener cabida.
Sonic carraspeó su garganta viendo de reojo aquel mohín abochornado sobre el rostro la eriza rosa, sintiéndose inquieto de pronto.
–Sujétate fuerte – pidió Sonic, sin poder encararla.
Amy se abrazó de él, recostando su cabeza sobre el pecho del erizo en un intento de evitar ver el vacío a sus pies, y al hacerlo escuchó el latir veloz del corazón del erizo azul, quien parecía estar tan nervioso como ella, posiblemente porque ahora debería de ver la forma de bajarlos a ambos de forma segura. Se aferró con más fuerza escuchando como el palpitar del erizo se aceleraba ante el inocente abrazo; sus mejillas se sonrojaron ante el sonido que ahora inundaba sus oídos, acomodándose suavemente en él, cual dulce arrullo. Ella se fundió en él y en la cálida sensación de sus brazos, sin detenerse a pensar, solo sintiendo.
Un poco de la historia de Infinite y Amy en esta historia y de cómo inicio aquel amor platónico entre Amy y Shadow. Como vemos la relación entre Sonic y Amy se está afianzando cada vez un poco más.
Lamento no haber actualizado el viernes mis lectores, pero no estuve en mi casa hasta muy entrada la noche así que tuve que cambiarlo para sábado!!! Aún así, no se preocupen, que seguimos con las actualizaciones semanales, pues el siguiente capítulo ya está casi listo. Sin mucho que decir en esta oportunidad, su autora se despide. Kat fuera.
La distancia y el sonido de su ausencia es más estrepitoso de lo que imaginó ¿la habitación siempre se sintió tan grande? ¿El apartamento siempre fue tan silencioso? Capítulo 23: El Regreso.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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