Epílogo.
Pasaron lentamente los meses. En ese tiempo Hades fue encarcelado por violación, secuestro e intento de asesinato fallido, cadenas perpetua fue su sentencia, de Shaka no se sabia nada él había simplemente desaparecido.
Por parte de Kardia y Dégel, al primero trasplante lo tenia algo débil y cansado, pero por lo menos se encontraba en casa siendo cuidado y mimado por su tomatito lector, quién después de su secuestro no dejaba que nadie que no fuera Kardia se le acercara o lo tocara, un trauma que según los doctores de le pasaría con el tiempo, lo mejor para él era darle su espacio.
- Esto es raro.
- ¿Que cosa?
Milo rodeaba a Camus de la cintura, ambos se encontraban en la cama mirando por la ventana.
- El poder amarte sin barreras, siento que en cualquier momento alguien vendrá a arrabatarte de mi lado.
- Eso no pasara. Lo sabes.- unió sus labios en un beso dulce, pausado y con un pizca de malicia- Que te parece si... tu sabes.
- ¿Saber que?
Camus estaba asombrado, era la primera indirecta demasiado directa que ese híbrido pervertido no entendía. Estaba fingiendo muy bien o en verdad no había entendido. Era la primera sabia perfectamente a que se refería pero queria escucharlo de sus labios, saber que lo deseaba más haya que un simple beso inocente.
- Quiero, que volvamos a ser uno, Milo.
- No digas más.
Acerco su rostro al del antiguo Ángel, uniendo sus labios en un beso que llevaba toda la pasion y amor que semtian el uno por el otro. Milo comenzó a besar su cuello mientras sus manos traviesas subian por ese palido abdomen, delineando su figura hasta llegar a sus pezones, esos capullitos de carne que tantas sensaciónes le podían provocar. Camus no se quedaba atras, tironeaba la camisa de su griego que ya le estorbaba.
- Pasiencia, Ángel travieso.- chupo el lóbulo de su oreja, logrando que le diera cosquillas y un escalofrío.
Ambos se encontraban desnudos de la cintura para arriba, Camus se retorcía en la cama por culpa de los juegos en sus pezones junto con la lengua de su amante que dejaba un camino de saliva por su vientre.
- Tendré la oportunidad de quitarte la virginidad por segunda vez.
Dijo al mismo tiempo que quitaba los pantalones de su pareja, aprovechando de acariciar la piel de sus muslos, logrando que comenzara a jadear. Milo beso la parte interna de sus piernas, al hacerlo dejo descubierto parte de su cuello en donde Camus pudo ver un nuevo tatuaje, uno que él mismo había dibujado en su croquera no hace mucho, un Ángel y un Demonio con sus manos unidas las que nadie podría separar.
- ¿Y esto, cuando te lo hiciste?
- No tenias que verlo aún.
- El que hayas escogido uno de mis dibujo para hacerlo en tu piel, es un honor muy grande para mi.
- Dejame a mi marcar tu piel ahora.
No había ropa que los cubriera, esta había desaparecido hace mucho de sus cuerpo, lo que ahora eran uno en esa cama, la que golpeaba contra la pared por la fuerza de las embestidas. Camus enterraba su cabeza en la almohada por culpa del placer que cada embiste de Milo le provocaba, los gemidos no paraban de salir de su boca, la que era asaltada por la del otro. Al fin habia dado con su punto dulce, logrando que pusiera los ojos en blanco y lo gemidos más sonoros salieran a la luz. El cosquilleo en su bajo vientre aumento de intensidad.
- Cam, no aguanto más.
- Dentro... hazlo dentro.
Unas cuantas embestidas más lograron llegar al primer orgasmo de la noche.
Siete años después.
Siete años de pareja, solos ellos dos, ambos ejerciendo su carrera la que sin querer se complementaba, pero para Milo algo faltaba, no era el cariño no era el amor o el tiempo, faltaba una tercera personita entre ellos para dar amor, un hijo si, la felicidad de criar un niño que la mayoría de las parejas quería y ellos no serian la excepción.
- ¿Adoptar, de verdad? - Camus no estaba muy seguro, criar un niño era una gran responsabilidad y no se sentía muy preparado para ello, aparte que era muy dificil que parejas del mismo sexo adoptaran.
- Si, un niño o una niña. Solo imagina, corriendo por la casa, al que podrás enseñarle a dibujar, a leer a escribir, el o la que conocera el mundo con nosotros. ¿Que me dices Cam?
Iba a negarse alegando que no se sentía listo para criar, pero al ver los ojitos de Milo brillantes y llenos de alegría al imaginar a una pequeña criatura correr por su casa, hizo que todo su razonamiento se fuera por la borda y terminara aceptando. Comunicaron la noticia a sus hermanos quienes les dijeron que fueran lo más pronto posible a un horfanato que ya querían conocer a su sobrino o sobrina. Lo mismo se podría decir por el lado de Mystoria -con el tiempo pudo ganarse el perdon de sus hijos- se encontraba dichoso de ser abuelo.
A la semana siguiente fueron a un horfanato en Atenas, el cual recibia niños huérfanos de cada rincon del planeta. La encargada del lugar los recibió, una señora mayor llamada Amelia.
- Bien, esta todo en orden, pero debo decirles que con una pareja, digamos "normal" el proceso de adopción demora entre tres a siete meses, con parejas homosexules este tiempo es casi el doble, de seis a casi un año. ¿Están dispuestos a esperar tanto?
- Tanto o más.- Camus sostuvo con fuerza la mano del que dentro de unos pocos meses seria su esposo.
- Eso quería escuchar, acompañenme por favor.- la señora los guío por un amplio pasillo que llevaba a la habitacion donde jugaban y dormían los niños más pequeños.- nuestro niño más pequeño tiene tres años, pronto cumplirá los cuatro, llego a los dos a este lugar. Lo han querido muchas parejas pero él no ha querido irse con nadie.
- ¿Porque?- Milo miro extrañado a Camus, cualquier niño en su situacion querría irse con quien le ofrece un hogar permanente.
- Dice que espera que sus padres lo vengan a buscar, es el que esta ahí- señalo a un pequeño niño mirando por la ventana.- pueden acercarse si quieren.
- ¿Como se llama?
- Pueden preguntárselo ustedes, así comienzan a conocerse... ¡Saga, deja en paz a tu hermano!
Amelia fue a separar a los gemelos para que no pelearan de nuevo. A Camus se le helo la sangre de solo escuchar ese nombre.
La pareja se acerco al pequeño niño que miraba por la ventana como esperando que algo o alguien apareciera.
- Hola pequeño.- hablo Camus acariciando sus cabellos para llamar su atencion.
Cuando el niño se giro Milo quedo sorprendido, era imposible que fuera él, el mundo era más pequeño de lo que pensaba, el pequeño poseía cabellos hasta los hombros de un verde tan claro que casi parecían rubios, su piel pálida que se veía rosadita en sus mejillas, y unos ojos amatista que dependiendo de la luz se veían rojos.
- Hola.
- Él es Milo y yo Camus - le sonrio con ternura para que tomara confianza con él-¿Que miras por la ventana, espera a alguien?
- A mis papás, a un Ángel a un Demonio. ¿Tu eres un Ángel?- la pregunta lo tomo por sorpresa, era como si pudiera ver su antigua energía de Ángel rodearle.
- No.
"Lo fui"
- ¡Lo pareces!- sonrió mostrando todo sus dientes.
- ¿Como te llamas pequeño? - Milo por fin había hablado, si era quien creía no iba a dejarlo ni loco en ese lugar.
- ¡Shion!
Decidido, no iba a dejarlo ahí, ese pequeño era la reencarnacion del que fue su superior, el que los cuido por mucho tiempo, y estaba completamente seguro que Shijima estaría más que contento de volver a ver al que fue como su padre, ahora solo tenia una duda, ¿Donde estaria Dohko, habría renacido ya?
Pospusieron la fecha del matrimonio, quería que su pequeño hijo estuviera con ellos ese día. Despues de muchos meses de espera, Shion al fin pudo irse a su nueva casa con su nueva familia. Cabe decir que sus tíos y abuelas estaban más que felices con el pequeño niño consintiendo con todo lo que quisiera, enojando un poco a Camus que no queria que se mal acostumbrará a eso. Cuando conoció a sus abuelos, uno mucho más joven que el otro, Shijima casi lloraba después de casi ocho años volvió a reencontrarse con su padre. Más aún cuando el pequeño niño lo miraba como queriendo recordar en donde lo había visto antes.
- Me gustan tus alas, ¡son muy grandes y bonitas!
Ahora no pudo contenerse, la primera lagrima cayó, el pelirrojo abrazo con fuerza al pequeño niño que no sabia que pasaba, solo lo abrazo con la misma fuerza.
Finalmente el día que tanto habían esperado, el tan ansiado Matrimonio, fue una ceremonia sencilla en la que unieron sus alma ante los dioses, ahora eran un solo ser. Con el pasar de los años apareció el ser por que inconscientemente Shion había esperado tanto, un lindo joven que lo cautivo apenas lo vio.
- Pensar que todo esto comenzó por mi odio a Dégel.
- Por una pelea que casi me mata.
- y por el recuerdo de un Ángel, mi Ángel.
- Ay, eres muy cursi cuando quieres.- unió sus labios con los de su pareja, su Demonio, su todo.
Por el que daría su vida si fuera necesario, él que estaba seguro lo protegeria de lo que fuera, su amor traspasaba cualquier barrera, y con cada vida seria más fuerte.
Fin
🔹🔹🔹
Hemos llegado al final mis amados niños y niñas.
Aviso de inmediato que habrá un capitulo extra, el tigre y el borrego merecen su especial.
Me duele despedirme de esta historia, le tengo mucho cariño, llevo un año con ella, dos si contamos la primera temporada. Pero como saben todo llega a su fin... ¡No se confíen! Conociéndome hago alguna estupidez (como una tercera temporada, ¡No prometo nada!) Y saco alguna otra historia, ojala no tan triste como "Testigo"
Mis amores, les agradezco de corazón el apoyo que me han dado en cada una de mis historias. ¡Los amo!
ScorpioNoMilo. ❤❤❤
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