Capítulo 5

Toc, Toc, Toc...

-Ya voy- contesta Livana

Cerrando su cuaderno, dejándolo en su cama, su espalda estaba apoyada en el respaldo; su cabello alborotado, sin peinar... llevaba puesto solamente un vestido de seda blanco a tirantes llegando solo a sus muslos. Las uñas tanto de las manos como los de los pies se notaban pintadas de negro, y su brazalete en la muñeca.

La ventana de su habitación abierta se encontraba dejando entrar al sol, el viento lo que provocaba que las cortinas se movieran. El cuarto era ordenado, Las paredes de madera relucientes al igual que el piso, su cama en el centro pegada a la pared, todo impecable.

Acomoda su cabello pelirrojo a un lado, soltando un pequeño suspiro colocando los pies en el suelo. Con mucha pereza va en dirección a la puerta, rozando la perilla y jalando. Al abrir intenta sonreír a lo que solo consigue... mostrar una mueca.

-Hola Nico- saluda tranquila.

El hijo de Hades se lo encontraba apoyado sobre el marco de la puerta, sus cabellos oscuros alborotados, sus ojos miraban a la joven con brazos cruzados y expresión seria. Llevaba puesto su típica campera de aviador una camiseta negra con una calavera, unos pantalones de mezclilla oscura, el cinturón con su espada y converse negra.

-Livana- responde al saludo- tu hermano me mandó a llamarte.

Suspira- ¿Y ahora qué quiere?-susurra para sí misma- Bien, tendré que ir a ver que quiere. ¿Puedes esperar aquí?, tomaré una ducha rápida y voy.

-De acuerdo, aquí espero- contesta con el mismo tono serio.

Ella toma algo de ropa, entra al baño, dejando al hijo de Hades solo. Nico da un recorrido con la mirada al cuarto, dándose cuenta que es todo lo contrario al suyo, al fondo se escucha el agua caer de la ducha, deteniendo la mirada en el cuaderno sobre la cama.

La curiosidad lo mata, se acerca tomándolo. Un bolígrafo apunta en una parte de la hoja, todas están escritas, pero su vista se queda leyendo en la última escritura...

Esas palabras retumbaron en su mente, perdiéndose en ellas por unos instantes, que le parecieron eternos...Al dejar de escuchar el agua caer sale de sus pensamientos, mira en dirección a la puerta del baño, y luego al cuaderno. Lo deja donde estaba, volviendo es la posición en que estaba antes, para no sospechara que la tocó, o si lo hace será de carbonizar-lo con un rayo.

La puerta se abre, dejando a Nico hipnotizado con la imagen, Livana con el cabello mojado y recogido en una cola alta junto con una blusa negra con el símbolo de Guns N'Roses, una campera de cuero del mismo color junto con botas militares.

-Ya estoy- habla la joven, logrando que el joven vuelva a la tierra.

-Bien, vamos... deben seguir en el campo de entrenamiento- se rasca la nuca nervioso, alejando su vista.

Livana estaba a punto de salir de la habitación hasta que se acordó de su cuaderno, tomándolo, leyendo lo que hace un momento había escrito...

Se dice a sí misma con nostalgia en su voz...

Nico, quién se encontraba mirando con tristeza a la joven... pensando en que podía hacer, prefirió ir a la entrada de la cabaña para esperarla. Ambos caminaban en silencio, todos se les quedaban mirando con miedo, odio y otros con extrañeza.

Miedo: por la temible y poderosa Hija de Zeus; junto al terrorífico Hijo de Hades, odio: por pensar en lo que son y por último extrañeza porque ninguno de los dos acepta la compañía de nadie.

-¿No odias esto?- pregunta ella con la vista enfrente, logrando que Nico la mire extrañado- que todo el tiempo te miren...pareciera que nunca se cansan. Ya sé que eres el hijo de Hades, ¿Y qué? Yo soy la Hija del gran dios y no soy lo que pensaban, se dejan engañar, piensan que por tan solo el motivo de dónde venimos, somos iguales a ellos.. eso irrita,no sé como lo aguantas- dice apretando los puños.

-No lo sé- mira al frente- supongo que ya me acostumbré- dice metiendo sus manos en sus bolsillos- admito que a veces me gusta que me miren así y se alejen de mí.

- por qué?- ahora es ella quien lo mira

-Prefiero la soledad a que todos se alejen de mi, que me teman, que no sientan mi dolor- confiesa

-¿Acaso te metiste en mi mente?- pregunta haciéndose la indignada.

Él la mira divertido y sonríe.

-No me metí en la mente de nadie- le sigue el juego.

-Claro que si!, eres un chismoso Di Angelo- suelta divertida.

-Aquí la chismosa eres tú, Abaleo- dice riendo.

-Ja!..- sonríe- si claro!.

Ambos se detienen y estallan a carcajadas, logrando que la mayoría de los campistas los miren estupefactos. ¿Que les causa gracia? Nadie lo sabe, solo saben y sienten que es raro que estén riendo, cuando logran calmarse, mirándose a los ojos mutuamente, ambos con una sonrisa.

Al instante Nico entra en razón, tratando de creer lo que era testigo de ver, sacó su espada de la funda, colocando frente a Livana, al mirar ella su reflejo...tampoco podía creer lo que veía sus ojos empezaron a cristalizarse.

-¿Ahora recuerdas como es tu sonrisa?- le pregunta el guardando su espada.

Viendo entreabrir los labios de ella sorprendida, entiendo a lo que se refería. Pero no le dijo nada, solo volvió a sonreír, pero solamente una sonrisa para él.

-Gracias...-le dice de manera tierna.

Nico sintió su corazón derretirse, sintiendo su estómago conteniendo un zoológico alocado, tan feliz. Esa mirada, esa sonrisa... esa voz, lo cautivó por completo. Volviendo a sonreírle

-¡Oh..por..Zeus!- se escuchó decir de la voz Jason

-Acaso...-dijo Hazel.

-...Ustedes...-siguió Jason.

-¿¡Sonrieron?!- completaron sonriendo y emocionados ambos.

-¿Se puede saber para qué me mandaste a llamar rayito?- Pregunta Livana rodando los ojos, como cruzándose de brazos

-Solo te quería preguntar si me ayudabas a entrenar, así derroto otra vez a Percy- dice divertido.

-¡Oye!- dice indignado Percy

-Por molesto, la respuesta es no!- le contesta alejándose.

-¡Gruñona!- grita su hermano.

Livana sin voltearse le muestra el dedo corazón y sigue su camino. Nico esboza una media sonrisa, colocando a su lado.

-Yo creo que si tienes salvación Livana, creo que tu corazón no está tan herido, aún puede seguir...- le dice mirándola

sonríe- Tenía razón -lo mira- eres un chismoso-ríe

-Oh, vamos! no cambies de tema- ríe con ella.

-¿De verdad crees que mi corazón herido tiene cura?- le pregunta con cierta esperanza.

El asiente mirándolo y dice...

-Busquemos la cura juntos- ofreciéndole su mano.

Livana lo mira a los ojos, dudando un poco.

"¿en verdad puedo confiar en sus palabras?"piensa un segundo.

Dirige la mirada a la mano y la toma.

"debo tantear para ver si es cierto, asi que...lo intentaré..." se dijo en su pensamiento

AMBOS SANARÁN SUS CORAZONES JUNTOS...

*****

Buenas! gracias por leer otro nuevo capítulo, espero que os guste, he puesto todo mi esmero, he modificado he incluso sentí vivirlo.

Gracias por su lectura.

XOXOXO

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