Abriste paso hacia un pasado que creí superado, el cual ahora irrumpe sigiloso y asolador, negándose a morir.

Al procurar esquivar tanta oscuridad, esta, con gran determinación y agudeza, se adelanta a cada segundo, alcanzándome y ahondando mi penar.

Vivo presa del dolor, sentir que terminó transformándose en un vicio y, al anhelar libertad, camino rodeada de resentimientos y lamentos.

Sin embargo, cuando el llanto es insuficiente para adormecer el sufrimiento, mi cuerpo sangra, buscando castigar mi existir.

El peligro me seduce, caminando a mi lado y es sabido que, para muchos, al probar sus efectos acaba convirtiéndose en una adicción.

Inmersa en una encrucijada, temo que el deseo de venganza despierte o revele aspectos, comportamientos o actitudes que desconocía de mi personalidad.

Nía