Localízame el tipo ese
Se levantaron los dos, Toni y su confidente. Al tiempo que caminaban hacia la puerta el walkie que el joven llevaba prendido en la cintura bramó una transmisión. Este se detuvo con la cabeza inclinada hacia el aparato.
-¡Ostias, ha varado otra dichosa ballena!
-¿Otra? ¿Cerca? - preguntó Toni.
-Sí, en la misma playa. Cada vez encallan más. ¿Sabes que esos bichos primero nadaban, después salieron del agua, caminaron por la Tierra y otra vez volvieron a meterse? Lo he leído en Internet.
-Sí, lo que tú digas - Toni estaba de pie en el umbral, rascándose la coronilla con la mano derecha - Pero ojo con lo nuestro ¿eh? Ya sabes, lo del puto eco... Ah, y... Localízame al tipo ese lo antes posible.
-¿Al que te atizó?
-¿A quién va a ser?
-De acuerdo, pero ya sabes que me gusta hacer una cosa cada vez...
-¡Me importa una mierda lo que te guste! ¡Podría encontrar a un montón por el dineral que te pago!
-Esta bien... - el joven venció los ojos en señal de sumisión. - Sé donde vivían sus padres. Se lo llevaron de Sóller a Barcelona hace muchos años, cuando era un niño. Si ha vuelto y piensa instalarse aquí habrá ido a su antigua casa. Está cerca del ayuntamiento, en el carrer d'en Vives. Arreglaré un encuentro, confía en mí...
Se dio la vuelta para marcharse pero de repente giró sobre sí mismo.
-¡Hey socio! ¿Y mi consejo? ¡No puedo irme sin mi consejo!
Toni frunció el ceño.
-Está bien, escucha: No olvides que esto es como un jodido examen, el de al lado siempre sabe más...
El joven sonrió, después dijo algo que Toni no entendió y empezó a caminar.
Toni se dirigió de nuevo a la cocina y se sirvió otro vodka, después otro y otro más, suspirando profundamente entre cada uno de ellos.
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