Prólogo
Los integrantes de la familia Colleman miraron perplejos la pantalla del televisor, frente a ellos su pantalla plana de 262 pulgadas revelaba las diversas imágenes recuperadas de los múltiples satélites que permanecían suspendidos y flotantes en la órbita terrestre, al principio los televidentes de todo el mundo fijaron su vista en lo que parecía ser un pequeño objeto semi transparente con algo verde doblado en su interior, pero pronto notaron la masa roja que flotaba en círculos a pocos metros del objeto semi transparente, la masa roja era increíblemente más grande que aquél objeto extraño y fluidos desconocidos rojizos se desprendían desde el interior de aquella masa hasta el exterior.
Uno de los astronautas encargado de vigilar la existencia de tan extrañas figuras se subió a una de las naves y se acercó hasta dichos objetos. Desde que los primeros satélites registraron la existencia de dichas anomalías el mundo entero estaba conteniendo la respiración, todos a la expectativa de saber qué eran esas cosas y nadie quería perderse de presenciar tan importante acontecimiento, no solo por la intriga colectiva, también porque todos sabían que el gobierno posiblemente eliminaría los videos referentes al acontecimiento.
¿Por qué? En primer lugar, nadie debía saberlo, nadie que no estuviera directamente relacionado con los altos rangos del gobierno, fue un hacker quien filtró las borrosas e incomprensibles imágenes al mundo, iniciando las diversas teorías de su existencia, desde daños en las cámaras hasta eventos astronómicos conocidos y desconocidos, trataron de desmentirlo como imágenes editadas, pero pronto diversos hackers del mundo unieron fuerzas y revelaron más imágenes obtenidas desde otros satélites. Tras la filtración masiva de información el gobierno no tuvo más opción que callarse y revelar la verdad. Era una masa amorfa, con extraños apéndices rojizos saliendo por los lados, muchos comentaron las similitudes de aquellas cosas con extremidades humanas deformes, la masa estaba cubierta por singulares fluidos, algunos transparentes, naranjas o rojizos, cuyas gotas se desprendían de la extraña masa de carne y flotaban a su alrededor, dejando un camino de extraños líquidos, había una parte de la masa de carne que siempre estaba del lado contrario a las cámaras del satélite, muchos notaron algo negro flotando alrededor de esa parte y muchos otros más notaron esa parte abultada, como si algo colgara de ella.
Después de una serie de marchas y múltiples exigencias el gobierno se contactó con la estación espacial para que un astronauta se acercara a dicha masa de carne y revisará qué era, todo con una cámara en el equipo espacial, todos querían saber qué era esa cosa que flotaba en círculos sobre su propio eje. El letrero de la estación espacial internacional apareció en la gran pantalla y tras el sonido del sintetizador acelerado del himno nacional nuevamente las imágenes del espacio aparecieron, con esa cosa flotando en la mitad de la pantalla.
Enterraron las puntas de sus dedos en el asiento y con la boca seca presenciaron como poco a poco el astronauta designado (un vareliano que pasaría a la historia como el primer astronauta que estuvo cerca de "esa cosa") se acercaba a la amorfa figura, los minutos pasaron y con ello la claridad aumento, Nick Colleman apretó el control remoto callando al narrador de la estación espacial ganándose un reproche por parte de su esposa, Astrid.
— ¿Qué? ¡No necesitamos escuchar a esa horrible voz hecha por computadora! ¡Yo solo quiero saber qué es esa cosa!
Su hija, Virginia, suspiro dejando caer su cabeza en su hombro, una lagrima se deslizo por su mejilla, tenía el presentimiento de qué era esa cosa y si resultaba ser lo que ella creía que era...significaba que todas sus creencias no eran ciertas. De cierta forma era mucho mejor pensar que en realidad Dios no existe, porque de comprobarse mundialmente su existencia todos se darían cuenta que estaban perdidos, porque todos eran pecadores y fieles seguidores del narcisismo humano de no cambiar sin importar qué. Tricia, la hija menor de la familia, dejó de respirar cuando la masa roja se hizo más grande, instintivamente tomó la mano de su hermano mayor, Moisés, pero él le apartó la mano de una palmada, el chico respiró hondo despacio y se levantó, sentándose en el suelo más cerca del televisor, sin perder el tiempo le quitó el control de las manos a su padre y volvió a colocarle el sonido.
— Estás son las imágenes más cercanas que hemos obtenido hasta ahora — dijo el narrador con su voz neutral, pero aquél tono de calma desapareció cuando la cámara del astronauta enfocó mejor la singular cosa —. Es...eso es...¿es carne?
Instintivamente la familia Colleman bajo la cabeza en un gesto de sorpresa y terror puro. Astrid se cubrió la boca comenzando a llorar, intentó abrazar a su esposo pero él la empujó mirando con los ojos muy abiertos la gran pantalla en su sala, Moisés se cubrió los oídos y comenzó a sacudirse negando.
— No es posible, es mentira, es mentira, nada de eso es posible, no lo es, no lo es, no es real, no está pasando — murmuraba el chico negando.
— ¡CÁLLATE! — le gritó Nick a su hijo. El hombre se puso de pie y caminó hasta el frente de la pantalla, dejándose caer de rodillas frente a ella —. Por favor, que no sea carne, por favor, que no sea carne — rogó el hombre con la vista fija en el televisor.
Finalmente la cámara estuvo lo suficientemente cerca como para ver esa cosa en todo su esplendor. Astrid comenzó a gritar a todo pulmón sacudiendo su cabeza sin control, Nick cerró los ojos y dejó las lágrimas fluir, Virginia cayó al suelo vomitando, Tricia escapó de la sala asustada y Moisés salió corriendo de la casa gritando.
Era imposible, pero ahí estaba, no había explicación humana capaz de dar una respuesta verás a lo que sus ojos veían. El narrador comenzó a gritar al igual que el astronauta quien intentó alejarse de esa cosa, pero como si tuviera vida propia la cosa roja siguió girando a su dirección. Nick abrió los ojos y completamente desamparado observó la pantalla, era lo que muchos habían pensado y temido, la existencia de esa cosa fue verificada mundialmente y todos entraron en pánico cuando la verdad se hizo oficial. Nadie supo cómo llegó ahí, tampoco tenían alguna clase de explicación, simplemente estuvo ahí, estuvo ahí flotando por el espacio por quien sabe cuanto tiempo hasta que finalmente los satélites lo detectaron. Nadie sabía qué pasaba o cómo terminaron ahí, lo único que sabían era que esa cosa lo cambiaba todo. La última imagen que el resto del mundo observo de esa cosa fue su verdadera naturaleza: tres cuerpos fundidos en una sola amorfa masa de carne, con la cabeza de una mujer sobresaliendo entre los brazos y piernas deformes, con la sangre flotando a su alrededor y flotando a pocos metros de ellos había una bolsita, con 40mil lunas y soles en su interior.
Nadie supo cómo terminaron allí o quién los puso ahí, lo único que sabían era que sus cuerpos ahora estaban mezclados, en una deformidad imposible de conseguir. No había heridas, simplemente era como si todos sus cuerpos se hubieran unido creando uno solo más grande y poco funcional, la sangre que flotaba por el espacio era perteneciente a la boca de la mujer, cuyo rostro estaba congelado en una expresión de agonía pura.
Trascripción de la experiencia de la familia Colleman tras presenciar en vivo la trasmisión mundial espacial para averiguar qué era ese punto rojo flotando en el espacio. Se publicarán más trascripciones durante el transcurso de todo el año en nuestro periódico semanal "Historias, Risas, Lagrimas y Amor".
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