De vuelta con los otros chicos, los cuales se encontraban dentro del centro comercial...

Los cuatro chicos de cabellos diferentes se encontraban observando casas de muñecas embobados, ya que Akashi les dijo que tenían comprar seis, uno para cada uno de ellos, ya que allí es donde harían que habitara el tigre, eso sí, tendrían que modificar el tamaño de los objetos a la altura del tigre, para que tampoco se le hiciera pequeño, pero aquello no supondría ningún problema para Akashi, ya que dando una buena cantidad de dinero, podrían tenerlos sin problemas. Aunque claro, tendrían que enviarlos a sus casas, ya que a mano es imposible llevarlos.

Y como decía, antes de que modificaran el tamaño, tenían que elegir los diseños de las casas, según los gustos de los seis, Akashi decidiría por Tetsuya y Daiki, ya que ellos estaban cuidando del mini tigre.

Y ahora mismo veían cada uno de ellos muy interesados las distintas casitas..

-Kyaaaa, esta se ve adorable para Kagamicchii- Comenta con ojos brillantes mientras observaba una casa al estilo victoriano y de un color amarillo que daba un aspecto totalmente elegante- Akashicchi, quiero este- Le pide encaprichado, tal como si fuera un niño con un juguete nuevo. Akashi evaluó el que le señalo el modelo para tras unos segundos de observarlo darle el visto bueno.

-Está bien, ese será uno de los seis, veamos los demás- Acepto, tapándose los oídos, ante el grito de felicidad que dio el rubio. Midorima y Murasakibara lo miraron mal, ya que el rubio hacia demasiado escándalo para sus gustos.

-Kise-chin, cállate o te aplastare- Amenazo el titán con un aura oscura.

- Por una vez estoy de acuerdo con Murasakibara, nanodayo, haces demasiado escándalo KIse- Comunico el peli verde con expresión seria, frunciendo el ceño.

El rubio hizo un puchero ante la regañina que le cayó, pero decidió obedecer ante la clara y silenciosa amenaza por parte del emperador, que lo miraba de manera intimidante. No quería que le lanzara nada afilado...

Luego de que el rubio eligiera, Murasakibara, sigo observando todo tipo de diseños con cara de hastió, hasta que vio una, que le hicieron brillan los ojos y pedirle a Akashi que la comprase.

Los presentes fueron a ver qué diseño había escogido y cuando lo vieron a todos se les resbalo una gotita por la nuca. Por supuesto no podía fallar, Murasakibara eligió una casita que estaba hecho en forma de dulces, incluido topos los accesorios.

-No me sorprende nanodayo- Comenta Midorima, acomodándose de nuevo los lentes, a lo que el resto, excepto el peli morado, asintieron de acuerdo con el de lentes.

Finalmente Midorima y Akashi escogieron el resto de las casas.

El que escogió para sí mismo Midorima, se trataba de un diseño clásico pero con toques modernos en algunos de los accesorios, Akashi, por el contrario, se decidió por uno tipo oriental para Tetsuya, otro, moderno pero con toque deportivo, para Aomine. Y finalmente el pidió uno lujoso y que incluyera hasta el mínimo detalle mas lujoso que existiera.

Una vez terminaron de escoger y dar los detalles exactos al vendedor, salieron de la tienda para volverse a reunir con los dos chicos que se habían quedado cuidando al mini tigre.

Los cuatro que volvían de comprar se encontraron con que tanto la antigua ex sombra como su ex luz estaban con algodoncitos en la nariz.

Aquello les extraño y fue el más curioso de ellos, o sea, Kise, el que pregunto por ello.

-Ne, Kurokocchi, Aominecchi ¿Por qué lleváis algodones en la nariz?- Pregunto ladeando la cabeza curioso y confundido.

Los dos nombrados se miraron entre si llegando a una conclusión silenciosa. Ninguno de ellos comentarían la escena tierna que vivieron gracias a Taiga.

-Me golpe contra la puerta/Tetsu me golpeo- Respondieron a la vez con diferentes versiones.

...

Era obviamente una mentira, al menos eso pensaron Midorima y Akashi, ya que conocían muy bien a ellos dos y se les daba como el asco mentir.

Contrario a los otros dos que si les creyeron.

-¿Y Taiga?- Pregunto Akashi al buscarle con la mirada, pero sin resultado alguno.

-Aquí estoy Akashi- Hablo Kagami, que había escalado por la espalda de Tetsuya, subiéndose a su cabeza peli celeste y agarrándose de sus mechones para no caerse.

Viendo que estaba bien suspiro aliviado de que no le habían hecho nada esos dos pervertidos. Porque a pesar de su apariencia, Kuroko no era lo que aparentaba.

Aun así se tenía que asegurar.

-¿Te han hecho algo Tetsuya o Daiki Taiga?- Pregunto, mirando a los dos nombrados desconfiado, logrando que estos se indignasen.

-Umm Daiki me trajo una hamburguesa, estaba deliciosa- Comento sonriente, desde la cabeza de Tetsu, sin saber muy bien a qué se refería el peli granate con su pregunta.

-Ya veo...- Lo cogió con cuidado y lo llevo a su propio hombro, para luego irse a sentar dentro de la limusina, junto al resto.

-¿Ya habéis comprado todo lo que necesitabais?- Pregunto Taiga, con su voz aguda e infantil, cosa que odiaba al ser de ese tamaño, sentándose en el hombro del emperador y mirando a todos los presentes curioso.

-¡Así es Kagamicchi! ¡Y todo será para ti!- Exclamo entusiasmado el rubio, dando botes en el asiento, logrando hartar a cierto moreno, que le dio un codazo- ¡Aominecchi eso dolió!- Lloriqueo el rubio, mientras se sobaba el golpe recibido.

-Te lo merecías, estabas siendo muy molesto Kise- Comenta mosqueado, para luego desparramarse en su asiento y dando un gran bostezo.

-Mejor callaos los dos- Pidió Kuroko con su típica expresión sin emoción por lo ruidosos que ambos eran- ¿Que fueron a comprar Kise-kun?- Pregunto interesado, mirando interesado hacia el emperador.

-Oh eso...- Sonríe hacia Tetsuya- Es algo que pronto veréis en persona, ya que pedí que lo enviaran a vuestras casas- Comunico con tranquilidad, cruzándose de piernas.

Los que no fueron con ellos a la compra se quedaron intrigados, ya que los demás parecían felices de algún modo, sobre todo cierto rubio que no paraba de sonreír y mirar a Kagami.

-Bueno y ¿Ahora qué haremos?- Pregunto Aomine desparramado en el asiento a la vez que soltaba un gran bostezo.

-Yo que tengo que estar en otra ciudad por lo que tengo que irme- Comunico Akashi- Os llevare a vuestras casas, y como mañana es Lunes, Taiga se quedara con Shintaro desde que llegue a casa hasta la misma hora de la tarde, luego Shintaro, tendrás que llevar a Taiga junto a Tetsuya y así todos ¿Entendido?- Pregunto para asegurar que ninguno tuviera duda alguna.

Todos asintieron con la cabeza a la pregunta del peli granate.

-Me siento como un objeto que pasa de mano en mano- Se quejo Kagami con el ceño fruncido y los brazos cruzados, poniéndose de pie en el hombro del emperador.

-Es por tu bien nanodayo- Hablo el peli verde, acomodándose los anteojos, serio- Ya hemos hablado de esto antes- Le recuerda.

-Lo sé, pero...- El tigre no podía evitar sentirse así, por lo que no pudo evitar deprimirse un poco.

-Taiga, cuidaremos bien de ti, no eres un objeto, no queremos que te pase nada- Le intenta hacer entender el capitán de Rakuzan, cogiéndole con cuidado en sus manos y colocándole encima de sus piernas.

El pelirrojo miro a todos los presentes a los ojos y al fijarse detenidamente vio que eran sinceros con las palabras de Akashi.

Finalmente sonrió.

A partir de ese momento, las aventuras para el mini Kagami estaban por empezar.

Y los dolores de cabeza, para los de la generación de los milagros, que intentaran protegerlo o salvarlo de las diversas situaciones que pondrían al tigre en peligro, además de evitar que otros vieran al as de Seirin en ese tamaño.

¿Saldrán victoriosos de todas las situaciones en las que se verán involucrados?

Quien sabe... Solo el destino lo sabrá...

Continuará...

Amm.. Mejor no pongo excusa de por que tarde tanto, tenéis todo el derecho de matarme. XD

Agradecer a todos aquellos que me leen y aun siguen esperando por las actualizaciones. Sois hermosos, os loveo mucho en serio. ❤️

Nos vemos un beso muy grande para todos :)

No tardare tanto la próxima vez, ya que ahora me organice para poder escribir, pero mejor no prometo nada, lo único que si puedo prometer es que no abandonare las historias que tengo pendientes xD