Prólogo.
La noche en la que su hermano mayor se suicidó, Taehyung había salido con algunos amigos de su instituto. Habían ido al cine y luego a un karaoke, a simplemente pasar el rato antes de que la semana de exámenes de mitad de año iniciara. Esa noche, Taehyung era un adolescente más de segundo año de instituto que estaba pensando en que prefería cenar pizza a cualquier otra cosa y que al día siguiente tenía una práctica de baile a la que no podía faltar.
Había llevado de la mano a una chica y la había besado justo antes de entrar a la pizzería, escapando de las miradas burlonas de sus amigos. Ella le gustaba desde hace meses y al fin había tomado la iniciativa de confesarse, así que temeroso de ser rechazado, susurró su confesión mientras jugaba con sus dedos y miraba al suelo. Ella rió y le pidió que la mirara... cuando lo hizo, lo besó.
La noche en que su hermano se suicidó, Taehyung llegó a casa con una sonrisa. Eran apenas las 10 de la noche y sus padres estaban sentados en la sala viendo algún programa de televisión normal que pasaban a esa hora. Así que esa noche terminó como una cualquiera, con Taehyung yendo a la cama mientras intercambiaba mensajes con sus amigos y se reía de vídeos de estrepitosas caídas. El tipo de cosas que un chico de 16 años hacía en un martes por la noche.
Sólo hasta tres semanas más tarde, se daría cuenta que no había sido una noche cualquiera.
La tarde en que encontraron el cuerpo de Seokjin flotando río abajo, Taehyung se preguntó sí las cosas habrían sido diferentes si en vez de salir con sus amigo hubiese decidido quedarse en casa y jugar algún juego de mesa con su hermano mayor. Así, tal vez, su hermano no hubiese caminado hasta la mitad del Río Mapo y, mientras Taehyung besaba a una chica, saltado al vacío.
Taehyung se preguntó por días, semanas y meses, qué había llevado a su hermano a tomar tal decisión. ¿Seokjin no era feliz? ¿Cómo podía no serlo si le veía sonreír todos los días? Seokjin había sido su modelo a seguir desde que tenía memoria: un hijo y hermano entregado, amable, inteligente y dedicado. Seokjin era para Taehyung la luz en el mundo y la persona que guiaba sus pasos sin vacilar. Entonces, ¿por qué no imaginó nunca lo que su hermano iba a hacer? ¿Por qué nunca se lo dijo?
Las preguntas le acecharon por tanto tiempo que Taehyung pensó que terminarían por asfixiarlo en medio de una pesadilla, cortando el paso del aire mientras se acumulaban en su garganta y buscaba quién pudiese responderlas por él pero nadie tenía nada que decir sobre Seokjin, ni sus padres ni los amigos de su hermano. Nadie quiso escuchar lo que lo carcomía en las noches mientras se imaginaba a su hermano prendido de la barandilla del puente, con sus ojos fijos en el manto negro que era el río.
¿Qué pensó mientras estaba ahí? ¿Tenía frío o ya no sentía nada? Y cuando caía, ¿Seokjin se arrepintió? ¿Pensó en él? ¿Pensó en qué debió dejar una carta para que él no se tortura debido a la decisión que había tomado? Taehyung quería devolver el tiempo y gritarle a Seokjin que se detuviera, que no mirara hacia abajo y que, si realmente iba a hacerlo, le dijera el por qué.
La noche del primer aniversario de la muerte de su hermano, Taehyung decidió que no podía seguir cargando con las dudas y las miradas de lástima que las personas que un día conocieron a su hermano le daban. Ya nadie decía nada y la noticia se había evaporado con el tiempo pero Taehyung no podría olvidar nunca la imagen que su mente creaba de ese puente y su hermano en él.
Un año después de la noche en que su hermano mayor se suicidó, Taehyung caminó hasta el puente, decidido a dejar de hacerse preguntas. Utilizó como excusa el servicio de voluntariado que debía llevar acabo para graduarse del instituto: 200 horas de servicio en algo que ayudara a la comunidad. Aún no le había dicho a nadie de sus planes y del por qué esa noche camino hasta la mitad del puente y clavó sus ojos en el manto negro del río.
¿Eso había sido lo último que su hermano vio antes de morir?
Taehyung se giró para mirar el largo camino del puente que se extendía ante él, la imagen del río era insoportable. Se prometió que no habría otro Seokjin mientras él estuviese ahí. Así que alejándose de la barandilla, se sentó junto al teléfono de emergencias que no existía la noche en que su hermano tomó su decisión, y esperó.
Su primer suicida llegaría sólo unas semanas después.
Lo siento, fue imposible no publicar ya el prólogo.
Por favor, cuénteme qué les parece, qué creen que pasé, sí soy una desalmada por matar a Jin o lo qué sea. También les digo que Jungkook no aparecerá todavía pero ya llegará, no se preocupen.
Igual, espero que les guste y que se animen a leerla.
Nos leemos prontito.
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