Capítulo 9.-
Era la cafetería favorita de su hermano.
Lo había sido desde que, estando a mitad de la secundaria, la eligió como su sitio de estudio. A partir de ese momento, Seokjin pasó largas tardes entre sus mesas mientras se dedicaba a leer o estudiar con un batido de fresa siempre a su lado. Nunca pedía nada más. Y en incontables ocasiones, Taehyung lo había encontrado sentado al fondo del local, junto a la ventana y sin darse cuenta de cuánto tiempo había pasado ahí escondido.
"Lo siento, TaeTae" solía decirle apenas y sonriendo con algo de vergüenza cuando Tae tiraba su bolso frente a él, fastidiado de tener que ir a buscarlo. Los meses antes de su muerte los había pasado sentado en el mismo lugar de siempre, solo con la compañía de aquel batido. Y cuando ocurrió... Había sido el primer lugar al que Taehyung corrió cuando su hermano desapareció.
Ahora, cinco años después, pisaba por primera vez esa cafetería.
Contrario a lo que había pensado, el lugar había cambiado considerablemente en ese tiempo. El aspecto hogareño de épocas pasadas había sido reemplazado con una mucho más juvenil y descomplicado, el sonido de una canción entremezclándose con las voces que iban y venían en todas las direcciones mientras las meseras caminaban entre las mesas, sonriendo a los universitarios que leían o los que controlaban los gritos de sus amigos.
Jimin se adelantó unos metros, buscando una mesa vacía entre la multitud de cabezas. Taehyung, apenas y podía seguirlo de cerca, de alguna forma abrumado por el cambio hasta en los más sutiles detalles del lugar que tantas veces albergó a su hermano y que ahora, se desvanecía junto a su presencia.
La muerte, pensó entonces, era un asunto paradójico.
No se olvida nunca pero tampoco se puede recordar a la perfección.
.- Por aquí, Taehyung – le llamó Jimin, guiándolo hacia una pequeña mesa vacía junto a una de las columnas de la mitad de la cafetería que daba a la pared del frente, donde ya no había una ventana sino una pared repleta de marcos de fotografías – Es la única vacía a esta hora.
.- Parece un sitio popular – consiguió decir antes de sentarse, sin ganas de mencionar que había estado muchas veces ahí en el pasado.
.- Lo es – aseguró el más bajo de estatura, sentándose frente a él con una enorme sonrisa en sus labios – Mi hyung trabajo aquí hace algún tiempo, cuando iba al instituto.
Sin saber por qué, eso le provocó un escalofrió.
.- ¿Así?
.- Si, sólo que antes no era tan así – se alzó de hombros Jimin, estirando su cabeza para tratar de llamar la atención de alguna mesera – Era un sitio muy familiar pero desde que cambiaron de dueños, se reformó mucho.
Taehyung trató de calmar los latidos de su corazón mientras trataba de recordar la última vez que había ido a aquel local. ¿Con quién había hablado? ¿Quién lo había atendido? ¿Había estado allí el hyung de Jimin? Sí la memoria no le fallaba, Jimin y él tenían la misma edad, por lo que el hyung del más bajo seguramente rondaba la edad que Jin había tenido en aquel momento... ¿habría alguna vez, cruzado palabras con su hermano?
.- ¿Tu hyung... es el chico de piel más clara con el que te vi? – se atrevió entonces a preguntar.
Jimin le miró fijamente, sus mejillas coloreándose un poco: .- Sí, Yoongi hyung fue mi vecino desde que tengo memoria y ahora... vivimos juntos.
.- ¡Eso es genial! – le dijo con sinceridad, consiguiendo que el sonrojo en el rostro regordete del otro se acrecentara mientras la molesta sensación en su pecho disminuía considerablemente – Espero que te esté haciendo muy feliz.
Jimin sonrió aún más, sus ojos volviéndose dos finas líneas en su rostro iluminado: .- Si, él...
.- Buenas tardes, ¿qué desean ordenar?
Taehyung alzó su rostro de inmediato la voz interrumpió la oración de Jimin, la reconocería incluso en medio de miles de voces más. El menor llevaba puesto un pulcro uniforme con el logo de la cafetería y su apellido en letras plateadas. El "Jeon" lo hizo sonreír mientras los ojos de Jungkook se abrían considerablemente al reconocerlo, sus mejillas coloreándose de rojo aún más que las de Jimin minutos atrás.
.- Hyung...
Taehyung se pasó la lengua por los labios, tratando de ocultar su felicidad: .- No... no sabía que trabajabas aquí.
Jungkook se revolvió el cabello, incómodo mientras jugaba con la pequeña libreta entre sus manos y evitaba todo contacto visual con el mayor, que no podía ocultar su sonrisa: .- Empecé hace poco, debo... debo suplir la ayuda que hyung daba en casa...
.- Ya veo – fue todo lo que consiguió responder mientras trataba de desviar su mirada hacia Jimin, quien permanecía en silencio y con un gesto de genuina confusión en su rostro regordete - ¿Qué deseas pedir, Jiminnie? ¿O hay alguna recomendación especial para el día de hoy, Jungkook? – preguntó al fin, tratando de solventar lo evidente que había sido al mirar a Jungkook como si fuese la única persona en ese lugar.
Porque no estaban solos, porque el mundo no se había detenido sólo para que pudiese verlo con detenimiento hasta el punto de fijarse en los pequeños detalles que la noche anterior, no consiguió ver: La forma sutil de sus labios y el lunar coqueto que los adornaba o como su extremo parecido un adorable conejo al momento de fruncir la nariz.
No, no podía ser evidente cuando ni siquiera sabía qué despertaba ese chico en él.
.- Tenemos un café americano muy rico – susurró el menor mientras se mordía el labio inferior, concentrado en ver con más atención la libreta de pedidos que a los dos chicos frente a él – También hay una gran variedad de postres o copas de café con helado.
.- Yo quiero una malteada de fresa – pidió el más bajo de estatura con una sonrisa mientras observaba con cierta curiosidad la manera tan obvia en como ambos chicos evitaban mirarse y por poco, se suelta a reír – Ah... y un pastelillo de vainilla.
Jungkook asintió mientras tomaba la orden con especial cuidado para luego girarse y alzar por primera vez la cabeza, sus ojos haciendo contacto con Taehyung, quien de pronto volvió a sentir una fría distancia entre ambos. ¿Cómo podía el más pequeño pasar de un sonrojo tímido a una expresión vacía, como un muñeco sin vidas?
.- Y usted, hyung... ¿qué desea ordenar?
.- Quiero ese americano que me has recomendado, Jungkook – respondió de pronto forzando una sonrisa al ver que el menor simplemente asentía y se daba la vuelta, moviéndose con una gracia particular entre las mesas atiborradas, el ruido y el resto de empleados.
¿Qué era lo que ese chico causaba en él?, fue lo que se preguntó por largos segundos, todavía con la mirada clavada en el camino por el que había desaparecido hacia la cocina de la cafetería. Había dejado ya, sin darse cuenta, de buscarle el parecido con Hoseok y había comenzado a notar esos pequeños detalles que lo hacía único.
Tan... único.
.- Así que, ¿estás saliendo con él o algo así?
La voz de Jimin lo trajo de regreso, girándose a mirarlo con vergüenza mientras la sonrisa del mayor por algunos meses se extendía considerablemente, sus mejillas estirándose y sus ojos volviéndose, nuevamente, dos finas líneas.
.- No... no sé de qué hablas – respondió sin encontrar las palabras adecuadas – Es el hermano menor de un amigo.
Jimin se alzó de hombros: .- No veo porque eso sería un inconveniente para salir con él.
.- Su hermano murió hace poco – respondió casi en automático, casi mordiéndose la lengua para no decir la palabra "suicidó" y dejar entrever la vida privada de Jungkook – Sólo trato de cuidar de él.
.- Lo siento mucho por él – fue todo lo que dijo por algunos segundos el más bajo, casi como sopesando lo siguiente que pensaba decir – No tengo hermanos pero estoy seguro que una pérdida así no es algo fácil de superar.
Taehyung volvió a atragantarse con sus palabras. Nunca se supera, le hubiese gustado decir.
.- Ha sido difícil para él...
.- Es bueno entonces que cuente con alguien como tú para acompañarlo, no todos tienen la fortuna de ser amados y apoyados en el momento de más profunda oscuridad – la confianza con la que Jimin habló casi le hizo sentir culpable, las imágenes de Hoseok sobre ese puente, la promesa que le había hecho y el vertiginoso malestar en su estómago cuando veía a Jungkook parecían a punto de asfixiarlo – Sin embargo, creo que te gusta.
Y sí Taehyung hubiese estado tomando algo, seguramente lo hubiese escupido de la sorpresa por tal afirmación. El otro lucía completamente seguro de aquello, sin una sola vacilación al momento de hablar o de mirarlo con seriedad y por un momento, quiso sentirse tan seguro como él, pero no podía.
No porque, aunque había pensado en Jungkook durante semanas, sólo lo conocía realmente desde el día anterior y... porque era el hermano de Jung Hoseok, quien todavía le visitaba en sueños con el sonido aplastante de su cuerpo chocando con el agua mientras él se había quedado junto al borde del puente, con una muleta fría en la mano.
.- Claro que no – consiguió decir al fin, sintiendo un sabor arenoso en su boca – Es menor que yo y...
.- Oh por Dios, ¿en serio eres de esos que piensan que la edad es importante para gustar de alguien? – le cortó Jimin, ahora mirándole divertido - O... ¿es por qué es un chico?
Taehyung acarició sus resecos labios con la punta de su lengua, sintiendo que se estaba enredando en algo sin sentido y cada vez más avergonzando: .- No, no es porque es un chico, realmente eso nunca me ha importado.
Y no mentía porque, aunque nunca había tenido nada con otro hombre, la idea de verse abrazando, besando o incluso, entre los muslos de Jungkook, no le era en absoluto desagradable pero sí desconcertante porque... ¡rayos! ¿Por qué estaba pensando en Jungkook desnudo bajo su cuerpo, con sus labios delgados entre abiertos, el cabello desarreglado y los ojos cerrados? ¡¿Por qué en ese preciso momento mientras Jimin soltaba una risa divertido?!
Nunca le había pasado algo así, ni siquiera cuando en el último día del instituto, logró meterse dentro del cuerpo de la chica más linda que había visto en su vida mientras ella aruñaba su espalda y la música se entremezclaba con las voces fuera del auto donde habían ido a explorar sus cuerpos. No, nunca...
La risa de Jimin subió de tono al notar su rostro acalorado: .- ¿Estás pensando en...?
.- ¡Oh! Cállate – gruñó mientras hundía su rostro entre sus manos, tratando de controlar en lo más mínimo el calor que se había ido acumulando en la parte baja de su abdomen – Sólo... cállate.
La risa volvió a retumbar entre los dos mientras el más bajo casi se doblaba sobre la mesa producto de ella: .- Yo sólo iba a decir que estabas pensando en su sonrisa o algo así pero veo que tu mente iba mucho más rápido..
Pero antes de que Jimin terminara de hablar y él volviera a gruñir esperando que la tierra se lo tragase, una delicada mano femenina dejó una malteada de fresa sobre la mesa, el sonido del cristal rompiendo con todo el momento entre los dos al conseguir que ambos alzaran los ojos, buscando al pobre chico que ignoraba todo lo que había causado en la mesa, pero encontrándose en cambio, a alguien más.
La chica era tal vez la altura de Jimin y era, ciertamente, hermosa en un sentido inocente. Su cabello negro caía libre sobre sus hombros y un sutil maquillaje rosado cubría sus mejillas, dándole la apariencia de una muñeca muy frágil que se enfundaba en el grueso uniforme de la cafetería que en letras plateadas rezaba "Soon" sobre su pecho.
¿Dónde estaba Jungkook?
.- Buenas tardes – saludó ella mientras seguía dejando sobre la mesa el pedido que minutos atrás habían hecho – Soy Soon Eunji y seré su mesera por el resto de su tarde... ¿hay algo más que deseen ordenar?
.- Creo que ha habido un error porque... N-nosotros no pedimos otro pastelillo – respondió Jimin, señalando un pequeño plato con un trozo de pastel de un color mucho más oscuro que el pastelillo de vainilla que el más bajo tenía enfrente.
La chica sonrió con suavidad: .- Mi compañero Jungkook, su anterior mesero, tuvo una emergencia familiar y debió salir – respondió ella mientras señalaba el trozo sorpresivo de pastel – Así que pidió que, como modo de disculpa, trajera para usted un trozo de su pastel favorito.
Y Taehyung casi se atraganta con su propia saliva al notar la mirada directa de la chica sobre él al pronunciar la última frase. Sus ojos cayendo de inmediato sobre el trozo de pastel que, además, tenía una pequeña nota doblada justo debajo del plato, seguramente, con la complicidad de la mesera junto a su mesa.
.- ¿Su favorito? – se atrevió a preguntar Jimin al notar su silencio avergonzado - ¿De Jungkook?
.- Así es – fue lo que ella dijo – Antes de que trabajara aquí, venía seguido a comer un trozo de ese pastel y nada más – se alzó de hombros, como si el contar aquello fuese algo normal para ella – Creo que es el único postre que alguna vez le he visto comer aquí.
Taehyung tomó aire, sintiendo su pecho expandirse casi dolorosamente mientras ahora la miraba: .- ¿De qué sabor... es?
.- De chocolate y macadamia – respondió con una sonrisa brillante en su inocente rostro antes de retirarse con una reverencia de cabeza.
Perdiéndose tal y como Jungkook lo había hecho antes, entre las mesas atiborradas y las cabezas de todos los universitarios que reían y movían las manos en gestos exagerados, inconscientes de la vida de los demás, de cómo el corazón de Taehyung se había acelerado y Jimin sonreía, curioso.
.- ¿No vas a leerla? – volvió a despertarlo Jimin, sus manos puestas sobre la mesa a la espera de que se animara a tomar la diminuta y casi secreta nota – Vamos, vamos... léela.
Su mano tembló con suavidad mientras desdoblaba el diminuto trozo de papel que descubrió, no era más que la parte de atrás de una hoja de pedidos, donde seguramente Jungkook había escrito el suyo o el de alguna mesa cercana. La letra pulcra del menor casi que le hizo sentir vergüenza de sus garabatos de médico.
La nota era corta y precisa, algo que no le asombró viniendo de Jeon Jungkook pero que sí consiguió que su latido aumentase al entender el sentido tras lo escrito.
Hyung, compartamos un trozo de ese pastel otro día.
Y al final, un número de teléfono.
Esta es una nota que publicaré en todas las actualizaciones de mis historias. Por favor, leer hasta el final:
No voy a pedirles disculpas por la gran cantidad de tiempo que me he tardado en volver a actualizar no sólo esta sino todas mis historias. No lo haré porque no crea que las merezcan sino porque, más que quedarme en un simple "lo siento por la tardanza", quiero tratar de brindarles algo, así sea chiquito, por toda la espera y apoyo que me han brindado a lo largo de las últimas semanas.
No tengo palabras para decir lo mucho que este pequeño mundo, donde ustedes, las historias y yo estamos, significa para mí.
Sé que no he contestado aún los mensajes internos, los comentarios en la nota de Calle Abajo donde explico más o menos todo lo que ha sucedido ni las notas de mi perfil, pero lo haré poco a poco. A penas estoy regresando a mi vida "normal", así que todavía tardaré un poco en ponerme al día con todo.
Eso sí, he avanzado con las historias, así que les recompensaré por todo el amor y apoyo. No se preocupen.
Muchas gracias por esperar, de verdad.
Ahora sí, respecto al capítulo de hoy cuéntenme qué les pareció, qué creen que significa el pastel... cómo avanzarán Tae y Kook. Aunque bueno, nuestro Tae ya anda un poco... subido de tono, ¿no? ;)
Gracias, otra vez...
Nos leemos más tarde.
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