Capítulo 2.-

La pequeña mano resbaló mientras sentía su abdomen contraerse debido a la barandilla, su cuerpo doblado en dos mientras sostenía con toda la fuerza de la que podía hacer uso la capucha del chico que no dejaba de llorar y pedir perdón. Taehyung quiso gritarle que con llorar no solucionarían nada pero descubrió que él mismo se encontraba llorando mientras trataba de echar su cuerpo hacia atrás y llevarlo consigo hacia la seguridad del puente.

Sus propias lágrimas resbalaron frías por sus mejillas y el chico comenzó a susurrar que iba a soltarse. Taehyung negó con fuerza, apoyando sus pies en la barandilla, sintiendo como su cuerpo se iba con el más pequeño hacia el río. En cualquier momento, o lo soltaba o ambos serían tragados por las oscuras y heladas aguas del Han en cuestión de segundos.

.- Su-suéltame... - los dedos pequeños de Jimin resbalaron otro poco, agarrándose con esfuerza mientras su otro brazo colgaba muerto a un lado – M-me lo merezco... su-suéltame... e-estoy enfermo...

.- No... n-no voy a soltarte – habló con esfuerzo, se sentía sin aire debido a la fuerte presión de la barandilla contra su abdomen, Jimin lloró y Taehyung ahogó un gritó de frustración, empujando otro poco hacia atrás – D-deja de llorar... v-voy a... voy...

Jimin negó con fuerza, provocando que el movimiento le jaloneara hacia abajo y Taehyung se mordió el labio con fuerza, sentía que sus brazos no resistirían más y la punta de sus dedos comenzaba a adormecerse con el paso de los segundos, la capucha era cada vez más difícil de sostener y aunque Jimin permanecía casi quieto con su cuerpo colgando, el peso muerto sólo aumentaba.

.- S-suéltame... - volvió a murmurar el chico, ya no lloraba pero sus regordetas mejillas parecían congeladas en un gesto triste – Voy a soltarme, voy a soltarme... voy a soltarme...

.- No, no lo harás – gruñó para volver a morderse el labio - ¡AYUDA! ¡AYUDA! – volvió a gritar, su voz sonando ahogada contra el vacío y silencioso puente, las luces de las farolas daban un aspecto tenebroso a los extremos solitarios mientras él sentía que se debatía entre verlo morir o morir con él – Por favor... por favor... ayuda...

Se sentía atrapado, como si ambos permanecieran en una caja insonora y nadie pudiese escuchar sus pedidos de auxilio, sin que nadie pudiese ver su cuerpo doblado contra la barandilla, sus zapatillas derrapar por el suelo hasta sostenerse del metal mientras mantenía sus brazos hacia el vacío, sosteniendo por la ropa el cuerpo de un chico. Se sentía impotente, vacío y a punto de derrumbarse...

.- Alguien ayúdenos – sollozó, cada vez más cansado.

.- Suéltame – Jimin alzó su cabeza, sus ojos oscuros e hinchados clavándose en los suyos mientras lo sentía resbalar unos centímetros más, sus mejillas regordetas y congeladas en el gesto triste pero una sonrisa tímida afloró en sus labios – Gracias... gracias... pero suéltame... déjame morir... s-si... v-vine a aquí a morir... déjame...

.- No, no – Taehyung negó, sentía las lágrimas desbordarse, ¿cuánto tiempo había pasado ya? ¿Cuántos minutos u horas llevaban en esa posición? El hormigueo en sus dedos se acrecentó, su brazo falló y Jimin resbaló otro poco – No, no... no voy... no voy a soltarte...

.- ¡Suéltame!

Nunca iba a hacerlo, así las aguas se lo tragaran con él.

Entonces sintió a alguien jalarlo de su chaqueta hacia atrás, el cuerpo haciendo presión y contrapeso al peso muerto de Jimin, que había gritado producto de la sorpresa y casi termina por soltarse del todo. Taehyung jadeó al sentir su abdomen libre de la presión y tomó aire con fuerza, sus vías respiratorias hinchándose casi dolorosamente para darle paso al oxígeno.

.- Ayúdame de ese extremo – una voz masculina le trajo de regreso a la realidad y sin darse tiempo a nada más, se lanzó contra la barandilla, estirando su mano para que Jimin la tomase mientras el otro cuerpo le sostenía de la capucha, tomando el lugar que antes había ocupado.

.- Jimin, toma mi mano – gritó, la voz rota y gruesa mientras Jimin estiraba la otra mano, sin soltar la otra de la barandilla – Estírate... un poco... un poco más.

Jimin tragó con fuerza antes de balancearse contra él, su pequeña y regordeta mano encajando en la suya casi al tercer intento, Taehyung sintió su pecho expandirse de alivio cuando aquella mano estuvo en la seguridad de la suya, sus dedos entrelazándose mientras comenzaba a jalar hacia atrás, tratando de levantarlo.

.- ¡Con fuerza! – la voz desconocida jaló de la capucha, lo que forzó la tela hasta casi romperse pero entre ambos consiguieron que los pies dejaran de colgar y Jimin trató con esfuerza y casi a ciegas, de encajar sus pies entre los barandales – Eso, pequeño... vamos, pon el pie ahí – indicó la voz, Taehyung seguía con los ojos en los de Jimin, grabándose a fuego su mirada – Ahí... ahí... ¡Eso!

Jimin estaba de pie, una de sus manos se aferraba a la barandilla principal y la otra permanecía enlazada con la de Taehyung, respiraba agitadamente y sus ojos habían vuelto a llenarse de lágrimas. Taehyung le ayudó a alzar un pie, el otro chico sosteniéndolo por la cintura mientras un tembloroso Jimin alzaba con cuidado la pierna, resbalando al pasarla hacia el lado seguro.

Segundos después, Taehyung recibió en sus brazos a Jimin, ambos cayendo hacia atrás. Tae le rodeó con fuerza por la espalda, sintiendo las lágrimas calientes del chico empapar su pecho mientras comenzaba a pedir perdón una y otra vez, él sólo le sostuvo, incapaz de hablar sin soltarse a llorar o gritar, sintiendo la adrenalina y el miedo correr por sus venas con demasiada fuerza.

¿Qué había sido todo eso? ¿Cómo había...?

.- Hey – la voz masculina les sustrajo del abrazo, Jimin escondiendo su rostro en el pecho de Taehyung mientras él trataba de enfocar el rostro de su salvador pero la luz de la farola le cegó más – Creo que deberías de llamar a emergencia o...

.- No, no... p-por favor, no – Jimin negó con fuerza, sus pequeñas manos se aferraron cual tenazas a la camisa de Taehyung, una mancha rojiza se extendió por la tela ahí donde la mano que había permanecido sosteniendo la barandilla, se aferró – P-por favor... sólo... quiero... quiero a mi hyung...

.- Entonces llamémoslo – propuso la voz y Jimin recitó con suavidad una serie de números mientras el chico misterioso anotaba en su teléfono.

Taehyung clavó la vista en el cielo mientras tanto.

En Seúl nunca había estrellas debido a la gran contaminación lumínica de la ciudad pero no dejaba de preguntarse cómo se vería un cielo estrellado. Sentía todo su cuerpo ligero mientras Jimin seguía aferrado a él y lloraba, la voz del chico misterioso parecía un murmullo lejano mientras él sólo miraba al cielo oscuro pero brevemente iluminado por las luces de un Seúl que nunca descansaba.

¿Cuánta gente se había ido a dormir o había tenido sexo o había salido a trabajar mientras ellos habían estado a punto de morir? El mundo seguía moviéndose mientras él permanecía tirado sobre el suelo del puente, sintiendo como su corazón tomaba un ritmo normal y que su respiración se acompasaba pero sus pensamientos permanecían desordenados, moviéndose salvajemente de un lado al otro.

¿Qué habría pasado sí...?

.- Listo, ya viene para acá – la voz volvió a sustraerlo y entonces Taehyung pudo distinguirlo mejor mientras Jimin se alejaba, sentándose y abrazándose a sus piernas – Ya todo está bien.

Tenía el cabello negro, negro como la noche.

Jimin sollozó: .- G-gracias...

Y una sonrisa enorme y brillante, casi podía iluminar un estadio entero sólo con ella. Taehyung se sentó también, sus piernas estiradas mientras observaba con más atención al chico: tendría aproximadamente su edad o un poco mayor, llevaba puesta una chaqueta de la Universidad Nacional y una escayola en la pierna derecha que le llegaba hasta la rodilla.

.- Tu pierna... - señaló y el chico se miró con sorpresa para luego girarse y mostrarle la muleta, sonriendo todavía – ¿No te has lastimado al ayudarnos?

.- No, para nada – Se apoyó en la muleta pero trastabilló un poco, así que Tae se levantó, ayudando al chico con la muleta mientras él reía, Jimin sonrió tímido pero no se movió – Mi pierna ya está todo lo rota que puede estar, así que no hay problema.

.- ¿Cómo te llamas? – se animó a preguntarle mientras lo encaminaba a la banca junto al teléfono de la línea de ayuda, Taehyung incluso pensó en Rap Monster al ver el auricular tirado en el suelo.

.- Hoseok – el chico se extendió en la banca, su pierna escayolada estirándose cuan larga era mientras el chico le sonreía – Jung Hoseok.

.- Gracias, Hoseok – Taehyung hizo una reverencia de 90 grados para el chico.

.- Hey, no hay nada que agradecer – Hoseok rió mientras movía sus manos en negación y Taehyung se sonrojó con brevedad – Soy estudiante de danza contemporánea en la Universidad Nacional, ¿y tú?

.- Kim Taehyung – se animó a presentarse para el otro antes rascarse con algo de incomodidad el cuello – Estudiante de medicina de la Universidad de Seúl.

.- ¡Medicina! Que genial – alabó el chico antes de dirigir una mirada hacia donde Jimin permanecía sentado - ¿Y él?

.- Jimin – respondió Taehyung – No sé mucho más de él...

Hoseok asintió, casi como si pensara con cuidado en el chico que, aunque no lloraba, aún era atrapado por breves temblores. Taehyung también le miró, sentía los ojos asustado de Jimin todavía clavándose en los suyos y el llanto del chico quemaba en su pecho. ¿Qué más podía hacer por él? ¿Qué otra cosa había a su alcance para que no volviera a considerar la muerte como la salida?

Taehyung se sintió desvalido ante esas preguntas, podía arrebatarle a Jimin a la muerte esa noche pero ¿cómo asegurarse de que no volvería a correr tras ella? Podía imaginarse brevemente lo difícil que era para el chico vivir con lo que le había contado pero a pesar de eso, Taehyung no podía siguiera considerar el suicidio como una salida.

Hacerlo implicaría aceptar el suicidio de Jin.

.- Bien, debo irme ya – Hoseok se levantó, saltando en su pie sano mientras acomodaba la muleta – Pasaba por aquí y tus gritos eran realmente fuertes...

El sonrojo trepó por sus mejillas: .- Yo...

.- Hey, salvaste a ese chico – Hoseok le sonrió mientras pasaba a su lado, moviendo la muleta como un experto – Eso será lo único que quedé de esta noche...

Taehyung le vio marcharse por el largo sendero del puente, preguntándose solo hasta entonces en qué podría estar haciendo un guapo estudiante universitario a esas horas de la noche en aquel puente, más si estaba semi incapacitado debido a la fractura en su pierna. Por un momento, pensó en la posibilidad de que estuviera ahí por la misma razón que Jimin pero desechó el pensamiento tan rápido como llegó.

Nadie podía sonreír con tanta fuerza si pensaba en matarse, ¿verdad?

Se repitió en silencio que esa sonrisa podía iluminar un estadio entero y dejó de pensar en ello. Se giró entonces hacia Jimin, que le miraba con sus ojos brillando y Taehyung le sonrió con algo de vergüenza antes de dirigirse a su lado, sentándose junto a él en silencio. No había palabras entre ambos y Taehyung sabía que lo que menos necesitaba el chico era reclamos o regaños sobre lo que había pasado.

El silencio los envolvió largos minutos, hasta que el rechinar de unas llantas les sobresaltó y el motor de la motocicleta se acercaba a ellos. Taehyung se levantó de un salto y Jimin, a su lado, se levantó con premura pero retrocedió unos pasos, sus labios frunciéndose en un gesto triste mientras la moto derrapaba en su dirección, apagándose de repente al llegar a su lado.

El chico iba de negro por completo y al quitarse el casco, Taehyung observó un rostro blanco como la nieve que se fruncía en un gesto molesto mientras su cabello cubría con ligereza sus ojos. Jimin sollozó un "hyung" suave antes de que el chico lanzase el casco al suelo y corriera hacia ellos. Taehyung se hizo a un lado, observando como los brazos del motociclista se cerraban alrededor de Jimin.

Era un abrazo tan íntimo que Taehyung se sintió mal de mirarlos.

Jimin había correspondido el abrazo con fuerza mientras el chico le sostenía, sus manos pasando por todo el cuerpo de Jimin, como si quisieran comprobar que efectivamente estaba entero. Incluso pudo escucharlos llorar a ambos, sosteniéndose tan juntos como les era posible y sus corazones tomando el ritmo contrario, como si fuese uno.

Taehyung les envidió.

Les envidió porque no pudo evitar preguntarse qué hubiese pasado con Jin sí alguien le hubiese sostenido antes de lanzarse, sí alguien le hubiese sonreído esa noche en la que tomó la decisión de saltar. ¿Y sí su hermano se había arrepentido que no había nadie ahí para ayudarlo? Las posibilidades eran tan pocas que sentía que se le cerraba el pecho porque a pesar de pensar en ellas, la realidad era una sola: se hubiese arrepentido o no, Jin murió solo.

No hubo nadie al otro lado de la barandilla, sosteniéndolo.

Y no hubo nadie, que le abrazara con tanta fuerza como aquel chico abrazaba a Jimin.

.- No vuelvas... nunca vuelvas a hacer algo como esto – escuchó que la voz gruesa del otro chico susurraba, su rostro tan cerca del de Jimin, que Taehyung no dudo en que lo besaría, así que se dio la vuelta – Nunca, Jiminnie... nunca...

Taehyung tomó aire, ese momento les pertenecía a ellos y antes de que alguno de los dos reparara en él, antes de que alguien se atreviera a darle las gracias o preguntar algo más, Taehyung echó a correr lejos de ahí, sus pisadas perdiéndose en el vacío del lugar mientras dejaba a los dos cuerpos abrazados atrás, estaba seguro que ellos se sostendrían un buen tiempo más, comprobando que efectivamente, aún podían hacerlo.

Jin jamás tendría eso. 


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Uff, este capítulo me movió de todo al escribirlo, fue difícil así que espero me perdonen la tardanza, no creo que demorarme tanto la próxima vez. 

Quiero que sepan que esta historia está pensada para ser dura y para exorcizar muchos de mis demonios personales, sin embargo, espero que también les permita a ustedes pensar o sentir algunas cosas. ¿Cuántos no han pensado o han conocido a alguien que pensó en el suicidio? 

Por supuesto, esta historia no va a favor ni en contra de nada, es sobre los sentimientos y lo que ellos motivan en nosotros. Sí quieren contarme algo sobre sus experiencias personales, son libres de hacerlos, porque este espacio es de ustedes y mío, y sé que, así como yo les cuento mis cosas a través de mis historias, ustedes pueden querer hacerlo. Puedo contestarles o no, ustedes me lo harán saber también 

Gracias por leer, votar y si así lo quieren, comentar. 

Nos leemos pronto. 


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