Capítulo 16.-

AL FIN.

 Capítulo patrocinado por el increíble álbum de Face Yourself, el cual nos trae nuestra tercera canción para esta historia, ¿adivinan? 

:3

https://youtu.be/APEUXtj8MbQ

Jungkook lo esperaba en la entrada de la facultad.

Taehyung le había visto a mitad de pasillo mientras salía de su última clase del día, sus ojos recorriendo de lejos el perfil delgado del menor, que parecía mirar hacia el cielo mientras se balanceaba en sus pies, una pequeña canasta en sus manos. Todavía estaban demasiado lejos el uno del otro, pero Taehyung podía apreciarlo incluso desde más lejos.

Así como también podía sentir la ansiedad de llegar hasta él en la punta de sus dedos.

.- ¿Qué dicen sí vamos a comer un poco de Kimchi al restaurante de la tía que está en la esquina? – Bogum le pasa el brazo por el hombro mientras caminan por el pasillo de salida, todavía vistiendo la pulcra bata blanca que les exigían desde el primer año – Hoy es un día que merece ser celebrado.

Minjae ríe, sus pequeños dientes mostrándose: .- ¿Y por qué se supone que lo merece?

.- ¡Porque la señora Choi no recogió el trabajo!

Taehyung se muerde el labio por lo efusiva que resulta la respuesta de Bogum, quien normalmente no se comporta de esa manera, siempre cuidado de ser más recatado y serio que los demás en toda la facultad. ¿Por qué de pronto hacía tan escandalo? Estaba seguro que incluso Jungkook podía escuchar a Bogum y el menor todavía estaba bastante lejos.

Oh, no... no tenía que ver con que sus amigos quisieran conocer a Jungkook, ¿verdad?

.- Ah, Bogum – ssi... ¿cómo decirlo? – Minjae se detiene a mirar con algo de pena al pelinegro mientras Taehyung sólo niega con la cabeza, los ojos de Minjae le buscan de inmediato, como buscando su aprobación – El trabajo había que entregarlo ayer...

Es entonces que ambos contemplan como en cuestión de tres segundos, el rostro de Bogum pasa de la dicha a la angustia: .- ¿D-de qué hablas? Ayer no había clase y ella no dijo...

.- ¿Qué no escuchaste lo que dijo la semana pasada, Bogumie? – un suspiró se le escapa, Taehyung se siente un tanto apenado con su amigo, que ahora parece en algún tipo de trance o shock – Lo dijo la semana pasada mientras tú comías ese sándwich a escondidas...

.- ¡Estaba hablando con mi estómago! ¿Por qué son así? – se queja, señalándolos con evidente molestia y frustración - ¿Qué clase de amigos son que no me recuerdan de un trabajo que vale el 35% de la nota final?

.- ¡Pero sí hablamos de eso ayer! –Taehyung alza la voz como reflejo, tratando de no soltarse a reír por toda la situación, los tres detenidos a mitad de pasillo mientras Bogum les señala, con sus ojos llorosos y una expresión de angustia absoluta – Estabas hablando de ir a tomar soju... ¿por qué no nos pones cuidado?

Bogum se enderezó, respirando con dificultad mientras trataba de pensar en qué hacer. Podía ir y arrodillársele a la mujer, decirle que se convertía en su baby boy con tal de que le recibiera el estúpido trabajo que ni siquiera había comenzado a hacer. O podía tirar toda su carrera por la borda y volverse algún tipo de actor; siempre le decían que era apuesto.

Mientras el de cabello negro parecía meditar sobre su vida, Taehyung tan sólo dejo que el aire entrara en su cuerpo, hace mucho tiempo no se sentía tan libre para reír de aquella manera. A lo mejor, no había reído así desde los 16, desde que Seokjin decidió llevarse con él todas las posibilidades de que todos en su pequeña familia fuesen felices.

Pero ahí estaba, conteniendo la risa que le provocaba el ver cómo uno de sus pocos amigos parecía ponerse verde.

.- ¿Debería comprarme un traje especial? – fue el susurro que alcanzaron a escuchar de boca de Bogum, que miraba ahora al suelo con tristeza.

.- ¿Traje? – Minjae le mira mientras se muerde el labio inferior, él también tratando de contenerse - ¿De qué hablas, hyung?

Es cuando Bogum alza su rostro y les mira como si la vida se le hubiese acabado, que los dos rompen a reír sin ningún tipo de consideración, sus risas resuenan en el ya vacío pasillo y Taehyung por un momento teme que Jungkook deje de esperarlo sólo por verlo reír de esa forma tan descuidada.

¿Jungkook pensaría que su risa es demasiado escandalosa?

.- Vale, vale – la risa de Minjae sale ahogada mientras sostiene con sus manos su estómago, como si en cualquier momento fuese a doblarse – Es una broma, hyung...

Bogum no parece entender las palabras de Minjae, por lo que es él quien le palmea un hombro mientras se cubre la boca con la otra mano: .- Sólo era una pequeña mentirilla, Bogumie.

.- Ustedes... par de estúpidos...

Cuando el mayor de los tres pretende golpear al más cercano a él, Taehyung se esconde detrás del menor de los tres, sin dejar de reír: .- Es malo decir groserías, Bogumie.

Y entonces decide que es una buena oportunidad para escapar, dejando que Minjae lidie con los empujones de un molesto Bogum, que parece echar fuego con los ojos y estar dispuesto a acabar con ambos a como diese lugar como venganza al pequeño momento de angustia que ha vivido. Tae sabe que lo mejor es retirarse antes de salir herido, porque así podría disfrutar de un almuerzo más junto a Jungkook.

Ah, Jungkook...

El menor le esperaba junto al árbol de cerezo que comenzaba a marchitarse debido a la inminente llegada del otoño, sin embargo, para Taehyung la imagen de Jungkook bajo aquel imponente árbol y con la luz del sol tras él, sólo resultaba más y más encantadora a medida que se acercaba al más pequeño. Era como una imagen que a Taehyung le gustaría conservar por el resto de su vida.

Estaba seguro que ninguna cámara podría captar ni la mitad de la belleza de ese momento.

El momento exacto en que la vida grisácea que tenía se pintaba de un sinfín de colores: verde, de las estaciones que dejaban atrás, café del otoño que enmarcaba la belleza etérea de Jungkook, el azul de aquella tristeza que se hacía más pequeña cuando estaban juntos y rojo, rojo como toda la sangre que su corazón bombeaba de sólo pensar en el menor.

Jungkook parecía no haberlo notado, sus ojos todavía miraban hacia el cielo mientras se balanceaba en las puntas de sus pesadas botas timberland, iba totalmente de negro y un enorme suéter le cubría hasta la mitad de los muslos, Taehyung incluso pudo notar los adorables hoyos en las mangas de la prenda, seguramente por los años o la manía de Jungkook de retorcer sus dedos cuando estaba nervioso.

Y es que, después de esas semanas, Taehyung creía conocer cada pequeña manía del menor.

Habían almorzado juntos cada día desde aquella noche en la cafetería e incluso los fines de semana cuando la universidad no era responsabilidad para ninguno, Taehyung esperaba a Jungkook a las afueras de la cafetería media hora antes de que su turno empezara y sentados en algún parque, comían mientras hablaban del tiempo, de algún concierto que fuese pronto o de alguna película que estuviese en ese momento en el cine.

Nunca hablaban de sus familias porque en esos instantes no existían ni Seokjin ni Hoseok. Sólo Taehyung y Jungkook, y aquello parecía bastar para los dos.

Hablaban hasta que se quedaban sin qué decir, con el silencio instalándose entre los dos mientras el silencio que se instalaba sólo provocaba que Taehyung le mirara de reojo y sonriera. Porque Jungkook le provocaba una sensación tan cálida en el pecho que a Taehyung se le escapaban las sonrisas, le era imposible retenerlas y sus manos parecían querer volar con ellas para posarse en las mejillas de Jungkook, sólo para sostenerlo.

Sostenerlo para que nunca se fuese de su lado y así, pudiesen seguir hablando cada día a la hora del almuerzo, de todo y de nada. Para que ambos pudiesen caminar algunas noches hacia el puente, tan sólo deteniéndose en el borde antes de que Jungkook se despidiese con una sonrisa delicada y le dejase de pie ahí, pensando en qué decirle al día siguiente.

.- He tardado, lo siento – es como lo saluda cuando se detiene a su lado, Jungkook bajando su mirada seria hacia su rostro, la sonrisa en sus labios no llega a sus ojos, pero Taehyung prefiere ignorar aquello - ¿Has esperado mucho, Jungkookie?

No nota hasta que Jungkook le mira, que los labios del menor estaban levemente resecos, seguramente producto de lo mucho que se los muerde cuando está ansioso o necesita un momento para pensar en alguna respuesta; así que Taehyung se pasa la mano por el cabello, esperando la respuesta del menor.

.- Claro que no, hyung.

De alguna manera, sabe que miente, pero tampoco quiere insistir: .- ¿Has traído una canasta hoy?

Su pregunta provoca que las mejillas más pálidas de Jungkook se coloreen suavemente mientras ambos bajan la mirada a la pequeña canasta de recipientes que Jungkook lleva en las manos. Generalmente, el menor no comía más que un sándwich durante su almuerzo, siempre diciendo que no tenía mucha hambre a esas horas del día y que más tarde, durante su turno en la cafetería, comería algo.

.- Ha sido idea de...

Jungkook deja la frase a la mitad, como ya ha pasado en muchas ocasiones anteriores. Taehyung no puede hacer más que preguntarse a quién o qué puede estar refiriéndose el menor cuando corta abruptamente sus palabras o esconde su mirada lejos de la suya; no puede insistir para que le diga porque sabe que puede tirar por la borda toda la relación que han ido construyendo paso a paso.

Además, no sabe si está seguro de soportar la respuesta.

.- Huele muy bien, Kook – trató de desviar el tema mientras comienza a caminar en dirección al pequeño parque junto la facultad de arte, lugar que le resulta agradable y solitario a esas horas, así que sólo eran él, la naturaleza y Jungkook - ¿Vas a compartirme algo de lo que has traído o debo sentarme a verte comer?

La risita de Jungkook le congela por un momento porque es la primera vez que lo escucha reír y aquel sonido le aprisiona el pecho.

.- Supongo que compartiré con usted, hyung – es lo que responde el menor mientras se le adelanta unos pasos – No quiero que me mire comer, sería muy raro.

Las palabras de Jungkook llegan hasta él, pero parece no escucharlas. Lo único de lo que Taehyung es consciente durante esos momentos es de cómo Jungkook se alejaba cada vez un poco más, su mochila golpeando ligeramente mientras una pequeña cadena que cuelga de ella brilla producto de la luz del sol.

Es una pequeña cadena de plata con un dije que cuelga, lo que hace que su corazón lata más rápido producto de la ansiedad y la curiosidad.

.- ¿Tae hyung? – la voz de Jungkook le despierta de su leve trance tan sólo para ver cómo se ha girado a mirarlo con confusión, su cabeza ladeada levemente y dejando que resalte su perfil y las pequeñas argollas de sus orejas - ¿Se siente bien?

.- S-si... - lo alcanza en cuestión de segundos, resguardando sus manos en los bolsillos de su bata para disminuir así la ansiedad de tocar al menor y se repasa los labios con la lengua mientras trata de pensar en algo diferente a la cadena que apenas hasta ese día ha notado que cuelga de la mochila del menor - ¿Han ido bien las clases?

Jungkook responde con un simple sonido ahogado para decir que sí, sus pasos se detienen cuando han llegado al pequeño jardín donde suelen sentarse a almorzar. Taehyung se adelanta a que el menor se siente y quitándose la bata de un tirón, la extiende sobre el pasto y a la sombra de uno de los árboles más grandes, que comienza a teñirse ya de los colores del otoño.

.- ¿Entregaste la composición que te pidieron? – vuelve a preguntar mientras ve como el menor se sienta al estilo indio sobre el mantel blanco en el que se ha convertido su uniforme, sus manos repartiendo con calma los diferentes recipientes que cargaba en la canasta – Ayer me dijiste que no habías avanzado mucho con ello, ¿no?

.- El profesor me dio unos días más de plazo – es lo que le explica el menor sin mirarlo, todavía ocupado en organizar el almuerzo tan basto que tendrán – Así que eso me quito mucho estrés de encima, ya la empecé...

.- ¡¿En serio?!

A Taehyung le resulta imposible no emocionarse, mucho más cuando nota como el rostro del menor vuelve a colorearse debido a su efusividad. Ha descubierto lo importante que parece ser su carrera para Jungkook y en varias ocasiones se preguntaba qué se sentiría amar lo que se había elegido como profesión. No lo sabía, nunca había sentido amor por la medicina, ni la más mínima pizca de pasión.

A veces quisiera devolver el tiempo, volver a tener 18 años y elegir lo que había soñado.

.- Fue más fácil de lo que pensé – responde el menor mientras ahora abre los pequeños recipientes, dejando escapar una variedad de olores que los envuelven – Él pidió que escribiéramos sobre lo que nos motiva o nos inspira.

Taehyung asiente, maravillado por todos los platos que Jungkook va destapando: kimchi, arroz, sopa de algas, bibim guksu, bibimbap, tteokbokki, verduras al vapor, algunos trozos de carne cocida e incluso unos cuantos dulces hotteok; que a Taehyung le hicieron agua la boca de la idea de probarlos. No comía dulces hotteok desde antes de los 15 años, cuando su abuela dejó de cocinarlos para ellos cada vacación de invierno.

.- Oh, esto luce como todo un festín – admira como luce toda la combinación de colores entre los dos, así como los olores que se entremezclan para crear toda una sinfonía que le hace sentir más hambre de la normal - ¿Has cocinado todo esto?

Jungkook sonríe despacio mientras se lleva los palillos con arroz a la boca: .- No, no sé cocinar ni la mitad de éstos platos.

.- Entiendo, aunque seguro cocinas muy bien – asegura Taehyung mientras mira los platillos, ahora debatiéndose sobre cuál comer – Yo soy demasiado malo en la cocina, mamá solía decir que...

Es cuando la mención de su madre brota tan espontanea de su boca, que Taehyung siente un peso instalarse en su estómago, de pronto el hambre se ha evaporado y le deja un sabor amargo en la garganta. Y la mirada inquisitiva del menor no le ayuda en nada, lo único que hace es enviarlo de regreso a la imagen de su mamá en la cocina, riendo mientras servía algo de arroz y carne que Taehyung por poco y arruinaba minutos atrás.

Recuerdos como ese eran ya tan lejanos que Taehyung comenzaba a pensar que eran falsos.

No podía recordar cómo se sentía aquello: tener una madre que le saludase con un beso cada vez que llegara a casa o que se sentara a su lado mientras revisaban los cupones del supermercado para ahorrar dinero y pagar sus clases de canto, tampoco recordaba qué era tener un padre que cada noche contaba lo qué había pasado en la oficina.

Ni siquiera podía decir que recordaba a Jin, su hermano era solo una sombra borrosa que le martirizaba cuando le traía de regreso a su presente, sin embargo, no regresaba su rostro o su voz, tan sólo su nombre y la oleada de sentimientos negativos que dejó en él. El Jin que recordaba no era su hermano, Taehyung ya no sabía sí alguna vez había tenido uno.

¿Qué se sentía tener una familia?

Era algo que se había estado preguntando durante las últimas noches en el puente. Cuando decidió regresar a su rutina nocturna, Taehyung sintió que una parte suya se reactivaba, que aquello que lo mantenía cuerdo y atado al mundo volvía a estar donde debía. Sus ojos mirando el oscuro río, el frío de la noche y la voz cálida de su compañero en la línea de suicidio era lo más cercano a un hogar desde hace cinco años.

Las semanas siguientes a la partida de su madre habían sido una transición extraña.

No es cómo sí Taehyung no la extrañase porque lo cierto era que le hacía falta ver su sonrisa rota cada mañana, cuando debía prepararle el desayuno y asegurarse que comiese todo; le hacía falta escuchar su voz suave correr por el pasillo e imaginar que era la mujer que durante su adolescencia le había perseguido para que usara las pantuflas en la casa y no anduviese por ahí descalzo.

Taehyung la extrañaba, por supuesto, pero también se sentía aliviado.

Se sentía aliviado de no tener que levantarla a la fuerza cada mañana, su débil cuerpo escurriéndose entre sus brazos; le aliviaba no escuchar su voz suave correr por el pasillo, murmurando el nombre de su hermano mayor o llorando quedo mientras él se quedaba quieto, incapaz de ir hasta ella y consolarla con un abrazo.

Y ese alivio que le permitía sentir su cuerpo menos pesado y su vida más ligera, también le causaba un profundo malestar cada noche cuando, antes de salir camino al puente, se giraba para mirar a la sala y encontraba aquel salón a oscuras, sin ningún rastro de vida cuando en el pasado había sido el centro donde toda su familia se reunía.

Se sentía culpable de que, más que extrañarla, su vida fuese mucho más sencilla sin ella.

Porque ahora, su padre y él eran dos seres errantes en una casa que antes estuvo repleta de risas y gritos, pero aquello les permitía simplemente ignorarse como sí nunca hubiesen sido parte de la misma familia, como si no se conociesen. Sin comer juntos, sin saludarse y sin verse a la cara cada noche, le hacía más fácil vivir y fingir que no había dolor entre ellos.

Sin la presencia de su madre, el dolor que los atenazaba parecía evaporarse, como sí ella lo hubiese llevado consigo y entonces, los convertía en simplemente dos entes que compartían un mismo espacio. Y la vida así era mucho más fácil de ser vivida.

.- Supongo que realmente debe ser muy malo cocinando, hyung – le distrae Jungkook, quien baja la cabeza mientras sonríe cuando ve como sus ojos se abren con algo de pena por lo que acaba de decirle – Usted mismo lo ha dicho...

Taehyung ríe, tratando de recobrar la compostura: .- Lo he dicho, sí. Entonces, ¿todo esto lo ha hecho tu mamá?

Jungkook guarda silencio y para Taehyung es imposible no pensar en aquella mujer que vio durante el entierro de Hoseok, su cuerpo débil y su llanto que parecía eterno. Esperaba que la madre de Jungkook no fuese como la suya, que aquella mujer hubiese sido lo suficientemente fuerte como para alzar la vista y darse cuenta de que todavía tenía un hijo.

.- S-si... mi mamá lo ha hecho, claro.

Hay algo en la voz de Jungkook que le alarma, pero como ha hecho desde antes, lo deja pasar.

.- Un festín – susurra, cortando el silencio que se ha formado entre los dos desde la respuesta del menor – Casi parece una cena de cumpleaños.

Jungkook se alza de hombros mientras se lleva cerca de la boca el recipiente con la sopa de algas, sus labios abriéndose para que la cuchara entre mientras sus ojos, por entre los espacios de su flequillo, le miran con atención, esperando por ver cuál platillo va a escoger.

.- Eso me recuerda... ¿cuándo es tu cumpleaños, Jungkook? - habla de pronto Taehyung, sigue sin decidir qué comer y aquella pregunta repentina le pica en la lengua, necesita saber la respuesta – El mío es el 30 de diciembre, no te lo había dicho.

.- No creo que los cumpleaños sean algo importante – es la respuesta escueta de Jungkook, quien baja el recipiente para mirarlo seriamente – Son un día más, no cambian nada en nosotros o nuestras vidas.

Taehyung se echa hacia atrás, apoyándose en las palmas de sus manos: .- ¿Algo relacionado con la idea del ser humano siendo egoísta?

Su pregunta está libre de maldad, pero por un momento el rostro de Jungkook parece ser atravesado por una mueca incómoda: .- Si, con la necesidad de sentirnos especiales para personas que ni nos importan – es lo que le explica, él apoyándose también en sus palmas y tirando la cabeza hacia un lado – Esperamos felicitaciones de personas que nunca nos hablan y a quienes nunca les hablamos, queremos regalos que no utilizaremos y para cuando acabe el día, todo lo que ha pasado no es más que un simple recuerdo.

Taehyung suspira, porque es uno de esos instantes en los que no puede decir nada contra la manera en cómo Jungkook piensa el mundo, no puede tomarle la mano y esperar que los ojos de Jungkook brillen como él se imagina que lo harían sí el menor fuese realmente feliz. No una sonrisa rota cuyo brillo no llega a su mirada, la máscara triste de una vida vacía.

.- Mi cumpleaños es el 1 de septiembre, hyung.

La voz de Jungkook le atraviesa de lado a lado mientras le mira fijamente, el menor ha vuelto a inclinarse para comer, el sonido de su boca sorbiendo algunos fideos es lo único que se escucha entre los dos mientras Taehyung asimila lo que el de cabello negro acaba de decirle, lo que realmente significa.

.- Tu cumpleaños... es hoy.

Jungkook se alza de hombros sin mirarlo: .- Ya le he dicho que no es algo que realmente me preocupe mucho, creo que usted y Yugyeom son los únicos que se han preocupado por preguntarme sobre ello.

.- ¿Yugyeom? – no quería fruncir las cejas ni que su voz sonase molesta, pero lo cierto es que el deje de celos que sentía era imposible de ocultar, aunque Jungkook pareció no notarlo.

.- Mi amigo, lo conoció cuando nos encontramos por primera vez – es la respuesta del menor, que se endereza para mirarlo, su rostro con una expresión de calma – Esta mañana me ha regalado este colgante – le enseña el pequeño collar que Taehyung ya había notado antes.

Era una simple cadena de plata de la que colgaba un dije de buey bañado en color bronce, seguramente porque representaba el año de nacimiento de Jungkook. Era un regalo sencillo y bonito, que a Taehyung le provocó aún más malestar. Necesitaba superar de alguna forma ese regalo con algo que perdurara en la mente del menor.

.- ¿Tu... tu turno a qué hora acaba hoy? – es lo que consigue preguntar, consiguiendo que Jungkook le mire confundido.

.- Cerca de las 8, ¿por qué?

Nunca se ha considerado un cobarde, aunque en ese preciso momento siente que está por vomitar y desmayarse; la idea ha llegado casi como un relámpago a su cabeza, recordando una pasada plática con Jungkook en la que el menor le contaba que nunca había ido a un lugar así y Taehyung había visto la emoción contenida en su voz, la manera en cómo sus dedos retorcían la tela de su chamarra al hablar.

.- Quiero llevarte a un parque de diversiones. 

Hola, 

¿Cómo andan? ¿Ha llovido por sus casas o no? ¿Han estado saludables? (Más les vale estar saludables ._.)

Casi que no consigo publicar éste capítulo. Han sido días largos y complicados, y para empeorar el asunto: me quedo sin internet y wattpad no me funciona. Pero ahora parece que la vida me sonríe un poco más, así que aproveche y les traje el capítulo (me iré a por las otras historias). 

No tengo mucho qué decir... ¡TENEMOS NUEVA CANCIÓN EN NUESTRO OST! ¿Ya han apreciado la joya que es Lest Go? Se las dejé arriba, .-. Creo que esa canción define bastante bien la relación que se va tejiendo entre Kook y Tae, ¿no les parece? 

Aunque, suena algo trágico el asunto... pero no nos adelantemos. :3 

Cuénteme qué les pareció el capítulo, qué creen que va a pasar, qué está pasando, qué secretos hay entre ellos y cómo van a superarlo. Quiero saberlo todo... TODO. 

Sueno re loca obsesiva hoy, lo siento. Es sólo que realmente han sido días super difíciles y leerlos me hace mucho, muy feliz. 

Amor, love, sarang, liebe, shiteru para ustedes... <3


PD. Me siento tentada a publicar una nota de OST con las tres canciones y la aclaración de a qué pertenecen, tipo dorama. 

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