Octubre, 31, 1901

Capítulo I : Samhain

La bruja estaba en su día hoy.

Su humilde cabaña estaba tan bien decorada, porque ella se había tomado la molestia de agarrar calabazas de sus cultivos

Y decorarlas, había comprado velas, muchas velas.

La bruja blanca incluso tenía planeado ir al pueblo a celebrarlo, quiza en algún bar de por ahí.

No tenía que pensar en disfraz, podía usar sus ropas casuales junto a un sombrero negro de bruja.

La joven era de corazón puro, en el fondo era solitaria y buscaba a alguien que pudiera entenderla y acompañarla a vivir.

Pero la mayoría de jovenes de su edad no eran como ella, o tenían otras obligaciones con las que ella no quería cargar.

Pero quería tener su primer amor, si le gustaba que fuera el único de su vida.

Aún solitaría tenía sus estandares y habían chicos bastante inmaduros a los que ella descartaba en seguida.

La encantadora tenía un corazón salvaje.

En el pueblo habían niños en el cementerio ya.

Disfrazados desde temprano.

Las ojas de otoño amontonadas indicaban que era momento.

La bruja fue a la tienda de cristales y compró malaquita.

Creía que era necesario para esta noche.

Cuando volvió a su casa, adoro al sol.

Y luego se dispuso a ver el oráculo, y consultar que sucedía en el castillo.

En el castillo habían soltado a Lucillè que temía de que le hayan puesto algo en su comida y pedía vendas para su mano

Angèlie estaba lista con su disfraz de All Hallow's Eve

Era curiosamente el de una bruja también.

Lo que ella no sabía es que una verdadera bruja estaba detrás de sus pasos:

Angeliè: Boo! JAJAJA.

Sonrié pícaramente

Lucillè sudaba pero tenía que aparentar calma

Angèlie: Que te pasa, hermanita, creía que te gustaba el Halloween.

Lucillè: Sí, sí me gustaba cuando éramos niñas.

Angèlie: Ja. Pero este te gustará más, te lo prómeto.

Lucillè: Qué me vas a hacer?

Angèlie: Hacer? De qué?

Lucillè: Sé que planeas hacerme algo... hablo de algo malo.

Angèlie: No. No más mi hermanita.
No te haré nada más, no a mi propia hermana.

Diciendole eso se acercó a abrazarla.

Cuando eso pasó la misma sombra de ayer se le apareció a Lucillè

Lucillè gritó desesperadamente

Angèlie rápidamente dejo de abrazarla

Angèlie: Qué tienes hermanita?

Lucillè: Había una sombra ahí de pie, la vi... yo la vi

Angèlie: No digas tonterías

Lucillè: Te lo juro que la estaba ahí.

Angèlie: No. Que no había nada

Lucillè: ... tengo miedo

Angèlie: Miedo de qué? De que vas a tener miedo.

Miedo de qué?? Me estoy disculpando contigo y aún así quieres arruinar el momento.

Lucillè: Perdón, Angie, te juro que no quería...

Angèlie: Cállate

Después de decir eso, Angélie abofeteó fuertemente a Lucillè y se fue de su habitación.

La bruja blanca estaba haciendo uso de su bola de cristal

Y vio señales:

Vio una niña frustrada, una niña que quería importancia, alguien que incluso buscaba aprobación de sus padres.

Vio que los Loewe eran paternales con una niña.

Pero si eran así con ella, ¿por qué estaría tan frustrada?

Desde luego había algo que confundía a la hechizera.

Pero todavía era temprano y el día iba a ser largo.

La bruja lo sentía en su reloj de pie con péndulo. (Así es fantaseó con uno de estos xd)

Entonces se coloco su sombrero y salió al pueblo.

En el oscuro castillo la soberana, cansada de seguir haciendo sus deberes se levantó y fue a la cocina para calmar su ansiedad.

En el camino se encontró con el mayordomo que se encontraba ordenando el gran y negro pasillo.

Angèlie: Feliz Halloween 🎃

Ya pensó en que vestirse?

Mayordomo: Vestirme?

Angèlie: Claro, no recuerda?

El año pasado fue de payaso

El mayordomo recordó con crudeza como cuando salió del castillo junto con la monarca fue el hazmerreír todos los civiles.

Luego de esto la tristeza invadió su rostro, haciendo que no pronunciara ni una palabra.

Angèlie: Oh! Ya sé! Este año, puedes ser un nosferatu!

Mayordomo: Disculpe, madame?

Angèlie: Venga! Venga! Vamos a su habitación. Con mucho gusto lo vestiré

Retumbó el sonido de la gran puerta cerrandosé.

Lucillè al escuchar, se fue en búsqueda de socorro.

Una mujer demacrada, golpeada, asustada, sin comer por miedo de intoxicación y sobretodo sin un dedo de sus preciosas manos.

Bajo las gradas con el mayor cuidado, viendo siempre para atrás por si se topaba a su diabólica hermana en el piso superior del castillo.

Logró bajar todas las escaleras sin que nadie se diera cuenta.

Su hermana le prohibía que fuera abajo, decía que era su lugar de trabajo.

Ella trataba de comprender siempre a su hermana, había prometido a sus padres

Velar por que tuviera cuidado con el reino.

Y hasta el momento lo hacía bien, pero había llevado las cosas demasiado lejos el último mes.

La había torturado tanto psicológicamente
como físicamente

Y el día anterior había llegado todo a su límite

Cuando llegó abajo se asombró por todo cambiado de posición.

Y fue a la cocina por un vaso de agua.

El piso estaba totalmente oscuro y Lucillè ya estaba enferma de la oscuridad, quería ver color vivo.

Quería salir, hace tanto tiempo que su hermana no la dejaba salir.

No hablaba con alguien que no fuera ella o el mayordomo, que desde luego no estaba de su lado.

Lucillè se fue hasta la puerta del castillo y tocó para ver si estaba el guardia.

Su cabeza comenzó a transtornarse y sintió un terrible calor, su psicosis empezó a sentirse.

Por no haber respuesta del otro lado de la puerta, Lucillè empezó a tocar más fuerte y más constante.

Gimiendo de apuro.

De repente se percató de que su hermana estaba justo detrás de ella con las dos manos atrás.

La estaba observando no con muy buena cara.

Angèlie: Te había dicho que no tenías permitido bajar aquí.

Lucillè tartamudeaba

Lucillè: Yo no- yo quería abrir la puerta para que entrará tener algo de aire.

Sabes que en mi cuarto no hay ventanas y-

Lucillè fue interrumpida por un movimiento rápido

Su hermana la había apuñalado por debajo de la axila con una vieja daga.

El dolor recorrió el cuerpo de Lucillè, esta cayó al piso oscuro, llenandoló horriblemente de sangre.

Lucillè cayó inconsiente y Angèlie tomó su mano y la arrastró hasta su propio cuarto.

La bruja blanca estaba sentada en una barra de un bar perfectamente barnizada.

Habían 3 señoras junto a ella, algo victorianas y bebiendo cerveza en jarros vikingos.

Señora 1: Oye! Tú, sí, tú la brujita.

*las demás señoras ríen*

Bruja Blanca: Yo?

Señora: 1: Sí, tú, brujita

Señora 2: Feliz Halloween 🎃, ehh

Señora 3: ¿Oye, que vamos a hacer para Halloween?

Señora 1: Pero si hoy es Halloween, estúpida

Señora 3: Ah cierto, ya me acordé

*señora 2 se ríe*

Bruja Blanca: Bueno, nunca es tarde

Señora 1: Para qué? Si ya estamos tomando cerveza.

Las señoras del pueblo procedieron a hacer un brindis y tomar.

La bruja, intrigada por el carácter de las señoras; dejo de ver el show de piano.

Y puso atención a las señoras.

Señora 2: Chicas, tengo una idea, que tal si contamos historias de terror, te puedes unir, bruja.

Señora 1: Oh no, Dorothy, se más madura...

Señora 3: Ay! No seas aguafiestas, Beàtrice.

Señora 1: Bueno, bueno está bien...

¿Quién se sabe una?

¿Tú?

Preguntó refiriendosé a la encantadora.

Bruja Blanca: Pues. Me gustan las historias de terror, pero ahorita no recuerdo ninguna.

Señora 3: Te ves muy joven para estar sola en un bar.

Bruja Blanca: Me gusta salir sola.

Señora 3: Admiro eso.

Señora 2: Oh, Tammy. Deja de hostigar a nuestra compañera.

Dijo la señora y le tomo la mano a la bruja.

Señora 1: Señoras, escuchen.

Ustedes han escuchado de la hermana de la reina Angelia.

Señora 3: Angèlie.

Señora 1: Jódete!

*Señora 2 se ríe*

Señora 2: Tiene hermana?

Señora 3: No lo creo

Señora 1: Sí que tiene.

De hecho es menor que ella. Se cree que todavía vive en ese horripilante castillo.

Dijo mientras prendía con un fósforo un cigarrillo.

Bruja Blanca: En serio?

Señora 1: Sí, bonita. Yo misma sé de primera mano la historia. Veras, yo conocí a sus padres cuando vivían.

Pero Angèlie es un ser desalmado, su hermana no ha salido de ese castillo en al menos un año.

Y dicen que no la deja abandonar el castillo para vivir en otro lugar.

Los vecinos más cercanos del castillo dicen cuentan que han escuchado estruendos, gritos y muchos creen que el castillo mismo está embrujado.

Tengo una amiga de por ahí cerca que me lo ha contado y le creo.

Señora 3: Pues vaya historia de terror.

Señora 1: Terror es lo que esta viviendo esa pobre mujer, quien sabe que está viviendo esa mujer y nadie la puede socorrer.

Señora 2: Si es así algún día lo sabremos.

Señora 1: Es lo más seguro.

La bruja ya sabía lo que iba a hacer hoy cuando la luna se alzará y la niebla cayerá.

El guardián de la puerta que había escuchado aquel horroroso grito, se moría de curiosidad por saber, después de acordarse de aquella jóven curiosa quiso entrar al castillo.

El guardián no se contuvo y abrio la puerta, observo el charco de sangre y quedó horrorizado, pisó encima del charco y la puerta se cerró.

Asustado, buscó sus llaves para poder abrir la puerta y salir.

Pero cuando intento abrir la puerta, la reina apareció.

Angèlie: Qué hace dentro de mi castillo!?

Se supone que debe vigilar afuera!

Guardián: Escuché un terrible grito hace rato y pensé que talvez usted ocupaba ayuda, madame.

Angèlie: Pues no!

Guardián: Pues claramente alguien aquí necesita ayuda.

Dijo mientras señalaba la sangre

Angèlie: Eso a usted no le importa.

Guardián Se supone que deba de cuidar de este castillo.

Angèlie: La sangre es mi mayordomo, que se ha cortado hace tiempo.

Guardián: Yo he escuhado una voz de mujer.

Mayordomo: Claro, fue el grito de madame, al ver que me corté.

Dijo apareciendo detrás de está.

Guardián: Ya veo, me podría explicar, donde se cortó.

Angèlie: Basta de explicaciones.

*susurra*

Ve por él

El mayordomo se abalanzó contra el guardián para inmovilizarlo.

El guardían intentó defenderse, pero con el mayordomo encima y el miedo cuando vío a Angèlie corriendo hacia él con un cuchillo le fue imposible.

Angèlie lo apuñaló en la rodilla y el mayordomo le quitó el casco y lo golpeó en el rostro.

Angèlie al verlo noqueado dijo:

Llévatelo

Lucillè despertó por el ruido, estaba atada a una silla en el cuarto de su hermana.

Con una soga en su boca, para que sus gritos
se ahogaran.

Horas después, Angèlie y el mayordomo dieron una vuelta en el pueblo por la tarde de la víspera de todos los santos.

Angèlie: Ohh Me encanta este día.

A usted no, señor?

Mayordomo: Ciertamente es un día diferente.

Estaba empezando a hacer frió y a oscurecer, los niños empezaban a salir a pedir dulces, los buhós cantaban distinto, los cuervos se escondían, las sombras jugaban, nunca algo bonito.

Por fin era Halloween.

La bruja sentía todo el poder de la luna.

El viento estaba con ella.

Se coloco su sombrero de bruja y con una daga hizo derramar de su sangre en un bowl de madera.

"Arawn, gran dios de la oscuridad y de las sombras.

Te ofrezco mi sangre por una pizca de tu poder.

En la noche de brujas te busco, porque largo es el día, larga es la noche y larga es la espera de Arawn

Tú me has salvado, me has convertido y me has ayudado.

Levantaté y camina conmigo!

La luna te espera!

Como un fanstasma entre la niebla, como una hora encantada, como una canción embrujada."

Arawn acompaño a la bruja.

La bruja se rodeó de sombras pálidas.

Danzó a la luz de la luna.

Cantó a lo nocturno.

Angèlie entrá a su cuarto

Angèlie: Boo!

Ah cierto, no puedes hablar más.

La soberana le quitó la soga a la boca de su hermana

Lucillè: Angie... me muero.. dame algo de comer...

Angèlie: Te salvas que hoy cocine. Ja

Angèlie le sirvió comida a su hermana.

Una sopa que había cocinado cuando había vuelto de su paseo con el mayordomo.

Le pusó algo de arroz a la sopa y llevó a su herida hermana.

Angèlie: Feliz Halloween 🎃, hermanita.

Dijo la monarca, cuando en un banquillo puso el plato y le desató las manos a su hermana para que pudiera comer.

Está hambrienta enseguida probó la sopa.

Su boca se deleíto, no había comido algo tan rico desde que estaba sin aliento.

Angèlie: Disfruta hermanita

Dijo Angèlie, luego de acariciarle el cabello a su hermana.

Angèlie se fue a atender a los niños que venían a pedir dulces.

Lucillè siguió comiendo por minutos, hasta que sus dientes tropezaron con un hueso.

Algo que parecía la punta de un dedo.

Arrojó el plato al primer grito.

Había que deshacerse del cadáver del guardián...

Dulce o truco


Los gatos negros observan desde los tejados, el cielo se llena de estrellas.

La negra noche estela ázul

Los muertos se levantan y las brujas vuelan

Samhain vuelve.

Feliz víspera de todos los santos.

Niño: Entonces señora reina... ¿qué le pareció?

Angèlie se ríe

Angèlie: Mejor cogé los dulces y largáte, niño.

A la soberana le gustaba tanto Halloween que permitía que los niños pidieran dulces en su castillo.

Y solía llegar gente, bastante gente.

Pero en está ocasión llegó alguien inesperado...

Tocaron la puerta.

La reina abrió esperando que de nuevo fuera uno de esos niños traviesos.

Está vez era la policía.

Oficial: Señorita Loewe.

Angèlie estaba perpleja, no estaba en sus planes recibir una visita tan inesperada

Se le había ocurrido lo peor...

Angèlie: S-si?

Oficial: Quiero hacerle unas preguntas sobre el guardián de este castillo.

Angèlie: Quién?

Oficial: El caballero de la armadura. Enviado por la guardia del pueblo.

Angèlie: Entiendo.

Oficial: No tendrá inconveniente, ¿o si?

Angèlie: N-no

Oficial: Perfecto, ¿cuando fue la última vez que lo vio?

Angèlie: Hoy en la mañana, quiso entrar por un vaso de agua, se lo serví y salió del castillo, no volvi a verlo, ni siquiera cuando salí.

Oficial: Está segura de que fue la última vez que lo vio?

Angèlie: S-sí

Oficial: Muy bien, le ruego que si consiguiera más información de este caso, nos vaya a buscar a la comisaría del pueblo.

Su mujer ha dicho que no ha vuelto a casa está tarde.

Angèlie: Claro

Oficial: La dejó en paz.

Feliz Halloween 🎃, Srta. Loewe.

La reina cerró la puerta atónita.

Había caído en cuenta de que la descubrirían...

La bruja blanca perdida en la luna, lista para la noche, bailaba dando vueltas con su chal blanco.

Mandaba a todas el reino de las sombras a atormentar a Angèlie Loewe.

Las sombras pintaban el cielo espumoso y negro.

Volaban hasta la superficie del castillo y ahí mermaban.

El trabajo estaba hecho.

Faltaban los resultados.

La bruja fue por una calabaza, que había cortado en la superficie.

La llenó de dulces e insectos y la colocó afuera de su cabaña, a esperar a los niños.

Más tarde iría al cementerio...

Las sombras llenaron el oscuro castillo.

Y la luna las vigilaba.

Angèlie subía a la habitación del mayordomo.

El mayordomo se encontraba sentado leyendo

Angèlie abrió su puerta sin tocar y gritó

Angèlie: ¡Nos han descubierto!

Mayordomo: Qué dices?

Angèlie: Ha tocado la policía, preguntando por el caballero que asesinamos hoy.

Mayordomo: No lo encontrará.

Angèlie: Qué?

Mayordomo: Lo que escuchas, hiciste sopa el cádaver.

Te has desechó del desagradable cuerpo.

Angèlie: Seguro?

Mayordomo: Sí.

Cuando Angèlie salió de ese cuarto, bajo las escaleras y su rostro se puso pálido.

Tenía en frente a la misma sombra que le había aparecido por el piano.

Y luego había asustado a su hermana.

Está se quedó inmóvil, la sombra la observaba con risa.

Simplemente acercó lentamente su dedo a su boca y le mandó a callar.

Luego se esfumó.

A la soberana no le salieron los gritos.

Pensó que simplemente era parte de su psicopatía, o solo su mente jugándole una mala pasada. Bajó las escaleras mientras con su mano derecha sostenía su frente, con miedo después de lo que acababa de ver.

Se fue al mismo piso del piano de cola. Y agarró una copa y sirvió el licor más caro que había en el castillo.

Llorando se sentó al piano.

...

El silenció irrumpia el castillo. El día del mayordomo había terminado, y Lucillè se encontraba mal, había vomitado toda la sopa del asco. Tenía mareos y cada vez estaba más demacrada de no poder dormir en paz.

¿Lo bueno?

Su hermana había olvidado vólverla a atar a la silla.

¿Lo malo?

Lucillè no tenía las fuerzas para levantarse.

~

La bruja blanca se encontraba en el cementerio, lista para hacer su próximo movimiento.

Las lápidas envueltas de una niebla espeluznante.

Un gato negro que sentía la energía emanando de la encantadora.

Angèlie, lloraba y bebía.

Hasta que un muerto en velo tocó su hombro...

Y le susurró al oido "Huyé..."

Angèlie se levantó del asiento y gritó.

Pero entonces el dios Arawn se le apareció.

Con un simple toque de su mano ensangrentada la sumergió en los más profundo de sus pesadillas.

Donde Angèlie solo podía gritar en su interior.

De la boca de Arawn no salía una palabra...

Angèlie lo miraba aterrorizada, mientras jugaba cartas con él.

Cuando de repente llegaron campesinos a aquel bosque de la oscuridad en lo más profundo de su mente.

Dónde jugaban cartas y echaban el tarot.

(recomiendo la reproducción del contenido multimedia para la escena)

~

Los campesinos la alzaron y se la llevaron todos encima, ella no sabía a donde iba.

Arawn miraba fijamente a Angèlie mientras caminaban.

Los campesinos recitaban antiguas palabras galesas.

Todo se esclareció en un circúlo de antorchas que había en la nada.

Colocaron a Angèlie al centro y todos la rodearon, Arawn estaba detrás de ella.

Los campesinos gritaban "Samhain"

Una campesina se acercó a Angèlie y le colocó una corona de espinas.

Arawn dió un paso más cerca de ella.

El suelo del bosque fue invadido por serpientes negras.

Los campesinos no dejaban de gritar.

Angèlie se desvaneció por un repentino dolor en el pecho

Las serpientes empezarón a morderla

Y ella sentía cada vez más dólor de pecho.

Los campesinos le alcánzaron la lanza de la oscuridad y Arawn empaló a Angèlie con la lanza hasta que la punta le saliera por la boca.

La sangre empezó a pintar a las serpientes

Y los campesinos a gritar más seguido

Arawn sostuvo el cuerpo de Angèlie y de repente el bosque desapareció.

Y su horrible herida igual, pero no el dolor, este aumentaba.

Ahora se encontraban en la nada.

Solo había oscuridad a su alrededor

Arawn mordio los labios de Angèlie y comenzó a besarla con sangre.

Coloco sus manos en sus pómulos y fue subiendo hasta sus ojos en donde apretó fuerte y se los sacó

Con los ojos salidos aparecieron en otro lugar.

Había un gancho

Arawn alzó a Angèlie y la dejo caer en el gancho.

Su garganta se perforó y por fin le salió el grito.

Lo que hizo que se despertará de sus horribles pesadillas, tirada en el piso de las escaleras.

No sabía como había llegado hasta ahí.

Se había despertado gritando.

Pero poco después se dio cuenta que el castillo estaba todo solo y oscuro.

Y las sombras iban a ir por ella...

Rápidamente se levantó de la oscuridad.

Fue a la cocina rápidamente por un fósforo, lo encendió y también unas candelas que habían puestas en la mesa.

Agarró las velas y subió las escaleras con miedo.

Miedo de la oscuridad

Miedo de las sombras

Miedo de lo que la rodea

Al llegar a donde estaba el cuarto de su hermana, abrio la puerta y llamó a su nombre.

El silencio le respondió

Caminando por el cuarto, encontró tirado el cuerpo de su madre, que la veía con los mismos ojos salidos, de un grito salió del cuarto.

Y las sombras la recibieron con un susto al final de la puerta.

Por el que resbaló y se golpeó con la agarradera de la escalera, haciendo que se cayerá hasta las escaleras del primer piso.

Aturdida del golpe, sintió como las sombras la tocaban, moviendola de lugar.

Sus desesperantes gritos resonaban en el castillo abandonado y oscuro.

Despertándola del oscuro sueño.

Asustada de todo lo que le pareció real.

Se puso de pie...

Y comenzó a sonar su reloj de péndulo...

Las 12:00 A.M. - indicaba.

Feliz Samhain...

Continuará...

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