Noviembre, 1, 1901
12:00 A.M.
Feliz día de todos los santos
Comienzo de la parte oscura del año
La mitad oscura del año celta.
Angèlie, después de despertar de lo más profundo de su mente.
Subió las escaleras, había un rastro de sangre que pasaba todas las gradas.
Sabía quien había sido, inmediatamente corrió a buscar a su hermana.
Flashback
11: 39 P.M.
Octubre, 31, 1901
Lucillè había despertado por hambre, luego de caer dormida en el suelo, luego de vomitar.
El mayordomo se había quedado dormido en su mecedora.
A Angèlie la perseguirían las sombras el resto de la noche.
Le habían soltado las manos para que comiera y no regresaron a atárselas.
¿Podía buen momento para intentar escapar?
A pesar de estar moribunda, lo tenía que intentar o saber que no viviría mucho más con su hermana en ese estado mental.
Estaba muy cerca de morir por hambre o deshidratación.
Lucillè se asomó gateando a las barandas de las escaleras y vio a su hermana dormida profundamente en las últimas escaleras.
Si quería salir del castillo, tendría que bajar por ahí.
Pasaría por encima de su hermana con cuidado para no despertarla.
Lucillè empezó a bajar las escaleras gateando, no tenía fuerzas para ponerse de pie.
Empezó a bajar, eran bastantes escaleras.
Empezó a sudar... pero hasta poner la mano más abajo y resbalarse...
Se golpeó el abdómen y la herida que le había hecho su hermana más temprano, haciendo que empezará a volver a salir sangre.
La pobre Lucillè tuvó que parar, por mareos y poca fuerza.
Pero siguió, la sangre seguía derramando y el dolor invadiendo su cuerpo.
Pero no podía jugársela y que su hermana despertará...
Cuando llegó a las últimas gradas, pasó lentamente por encima de su hermana.
La miró por un segundo fijamente, sintió ganas de estrangularla y que se quedará encerrada en sus pesadillas para siempre.
Pero con costos tenía fuerzas para seguir gateando...
Cuando llegó a la cocina arrastrándose, se puso de pie apoyándose en la mesa
Caminó agarrando fuertemente las cosas a su alrededor para no caerse.
Pusó su abdomen encima del desayunador negro y escaló hasta quedar encima, la idea era pasar por la ventana que daba al jardín del castillo. Así que abrió la ventana y pudó pasar, no sin caerse en unas calabazas que Angèlie había dejado.
Cuando le llegó el olor seco y suave a calabaza, Lucillè empezó a comerla con ganas por el hambre.
Era lo único seguro que podía comer de ese castillo, lo que comía también su hermana.
Cuando Lucillè se puso de pie, caminaba despacio para no caerse, tenía frió, pero hace tanto no caminaba en tierra que le daba igual.
Ya casi salía de la propiedad del castillo, y pediría ayuda ¿no?
12:00 A.M.
Noviembre, 1, 1901
Feliz día de todos los santos!
Había podido escuchar desde el jardín, como el gran reloj indicaba la media noche.
Su hermana se iba a despertar por el ruido...
Pero ya iba en camino a escapar, ¿no?
Flashback
11: 52 P.M
Octubre, 31, 1901
Después de entrar en trance desde que llegó al cementerio, pasó unos segundos de pie.
Sin hacer nada más que existir, hasta que le llego la dosis de energía, para nada una ligera.
La tierra se empezó a separar de las lápidas...
Y la neblina empezó a salir de cada ataúd al abrirse.
Todos se abrieron, todos los del cementerio.
Salieron todos los esqueletos a la vez
Y la bruja les motró el camino al castillo.
Encantada la reina.
Encantada por la bruja.
Los esqueletos en francachela, salieron casi a las 12.
Se fueron en dirección al castillo.
12:00 A.M.
Feliz día de todos los santos!
Cuando Lucillè iba a salir del castillo, llegaron las calaveras.
La pobre horrorizada y asombrada, se fue corriendo del lugar.
Hacia adentro de lo que alguna vez fue la propiedad de los aclamados Loewe.
Lucillè empezó a correr hasta tirarse rápidamente en las de flores de su hermana, quebrando algunas ramas y tallos.
Cerca de la ventana por la que había escapado...
Las flores rodeaban el castillo negro.
Y en la parte de atrás del castillo había un extenso jardín que la monarca mantenía.
Pudo oír a su hermana asomandosé por la ventana.
Angèlie vio las calabazas que estaban aplastadas por la caída de Lucillè.
En seguida gritó:
Angèlie: Perra, cuando te encuentre, conocerás al verdadero Lucifer.
Y un escalofrío sacudió el débil cuerpo de Lucillè.
Angèlie corrió hacia la puerta y la abrió.
La fría brisa recorrió la puerta del castillo y se disipó pronto en el aire.
Angèlie salió furiosa del castillo, la puerta había quedado abierta.
La monarca caminó entre la oscuridad brumosa, entre la tierra húmeda de madrugada.
Cuando de repente entre la niebla pudó distinguir la armada de esqueletos.
Que se acercaban cada vez más cerca de ella.
Perpleja y gritando se devolvió al castillo. Cerró la puerta del castillo con llave, prosiguió a subir las escaleras rápidamente y a gritar desesperadamente por ayuda, ayuda de su mayordomo concretamente.
Pero cuando abrió la puerta se encontró a su mayordomo degollado y ardiendo en llamas en el piso.
Estaba tan quemado que ya casi no se reconocía su rostro.
Angèlie corrió gritando de histeria
La bruja blanca cerró la puerta, haciendo que Angèlie se diera la vuelta.
Y antes que se pronunciará una sola palabra en la sala.
La bruja pusó sus ojos en blanco y arrojó un polvo dorado a la monarca, haciendo que está empezará a levitar.
La encantadora la movió velozmente y la hizo pegar fuertemente contra la puerta.
Angèlie quedó aturdida.
La bruja blanca tomó su escoba y voló por la ventana.
Arawn! Tú encargaté del resto! - dijo la hechizera.
~
Los esqueletos acorralaron y tomaron a Lucillè de los brazos y empezaron a bailar haciendo que ella fuera el centro de todos.
Hasta que empezaron a hacer sonidos sincronizados con sus propios huesos, hasta llegar a cantar.
"The Skeleton Rag" 🎃
Todos cantaban, parecía una mala historia de terror, parecía una pésima idea para una pesadilla. Era como si lo que estuviera encantando el extraño castillo estuviera contra ella.
Ya había visto sombras, escuchado susurros y ahora se encontraba débil, torturada por su hermana que había amenazado con ser peor cuando se encontraran de nuevo.
Cuando todo esto se supiera sería el mayor drama familiar de la historia.
La pobre Lucillè estaba siendo perseguida, por las mismas sombras de ese maldito castillo.
Horriblemente perdida en el mareo de ver a todas esas calacas viejas bailando alrededor de ella.
Cuando la bruja aterrizó con la escoba.
Los ojos de Lucillè le imploraban compasión.
La bruja blanca ordenó a todos los esqueletos a entrar en ese castillo y dejar a Lucillé en paz.
Todos se fueron, solo quedaron ellas...
Pero ninguna sabía exactamente que decirle a la otra.
Lucillè se encontraba en la tierra tumbada y la encantadora le estrechó la mano y prosiguió a preguntarle:
Sabes a donde ir ahora?
Lucillè: No, no tengo a donde ir... he estado encerrada en este castillo años...
Mientras dijo eso apuntó al gran castillo negro.
Lucillè siguió
Lucillè: Hazmé un favor - dijo mientras temblaba de frío - dejame morir aquí.
La bruja se fue.
No sin antes lanzarle un pequeño hechizo.
Hechizo de bendición, hechizo de calor.
Para que si moría, no muriera de hipotermia.
~
Con un gran mareo la monarca se levantó al darse cuenta que todo el castillo se estaba quemando.
Las cortinas empezaron a incendiarse y por consecuencia todo el lugar.
Ya estaba, para la mañana sería impresa en todos los periódicos.
No le quedaba nadie.
Su hermana no estaba y su mayordomo había sido asesinado.
Había bajado las escaleras, ahora mismo estaba en la misma sala de piano en la que que había comenzado todo.
Para entonces el único piso que no estaba siendo incendiado era el de abajo.
Angèlie se servía otro whiskey, mientras que observaba su seco reflejo en el ópaco vidrio del vaso.
De repente algo con fuerza golpeaba las escaleras.
Angèlie giró su cabeza para ver que caía en la última grada...
Pasaron varios segundos y el ruido solo retumbaba con más fuerza hasta que cayó.
Una cabeza.
Angèlie se acercó y tomó la cabeza, la rotó para ver quien era.
Y cuando entendió quien era, solo grito.
Era la cabeza de su padre.
Volteó y la cabeza de su madre estaba encima del piano de cola.
Las dos cabezas empezaron a escupir sangre roja.
Hasta que pronunciaron palabras que le habían dicho cuando aún estaban vivos.
Sr. Loewe: Bromeas? Yo sé que serás la peor heredera a este trono de la historia, tu hermana merecía el puesto.
Sra. Loewe: Trata bien a tu hermana. A pesar de haber sido mimada toda su infancia, nunca fue especialmente presumida contigo.
De las cabezas salieron estás palabras en bucle, hasta que Angélie se tapó los oídos y gritaba histericamente.
Corrió hasta la puerta de su castillo y la abrió.
Y se encontró a sus padres en frente de ella.
Los dos la miraban fijamente, con los ojos muy abiertos y una mirada que espanta a cualquiera.
Angèlie gritó y agarró la daga de una caja de madera que estaba encima del tocador.
Los apuñaló a ambos en la garganta.
Los dos cayeron al suelo sin emitir sonido.
Y Angèlie cayó también llorando.
Tocaba las caras de sus padres con miedo, pero con dolor a la misma vez.
De lo que no se percataba es que el tiempo estaba pasando rápido.
Había pasado más de una hora llorando ahí.
El fuego ya invadía incluso la almena superior del castillo. Y ya estaba incendiando cerca de Angèlie, pero eso ella no lo sabía...ella estaba alucinando y era tan fuerte alucinación que no le permitía ni siquiera sentir el calor.
Los bomberos llegaron al castillo a las 2:30 de la madrugada.
Los vecinos estaban muy alarmados.
Lucillè se encontraba todavia tumbada moribunda en las grandes ramas de flores.
Pero se sentía cómoda, había caído profundamente dormida.
Angèlie estaba cubierta de sangre hasta en su cabello.
El fuego era extenso, y costaría apagar algo tan grande.
A estás horas, todo el castillo ardía.
Un castillo tan viejo pero tan elegante.
Tan negro pero tan lujoso.
Simplemente gótico.
Angèlie empezó a arder y reaccionó fuera de su delirio.
Vio dos cadáveres encima de sus piernas, pero no eran los de sus padres, si no de una pareja de vecinos que venían a preguntar por los gritos tan tarde.
Ardiendo salió del castillo y pidió ayuda rápida a los bomberos gritando.
Después de ayudarla notaron la sangre en sus ropas y llamaron a la policía.
La policía tardó en llegar, pero Angèlie estaba muy transtornada como para pensar en un escape.
Ahí estaba en la entrada de su castillo, llorando.
La policía llegó a las 4:11 A.M., pero para poder investigar adentro del castillo tenían que extingir el fuego lo que les llevó a otra hora más de espera.
Otra hora que había pasado pero para Angèlie habían sido simples 5 minutos.
Había perdido la noción del tiempo
Y la noción de todo lo demás.
Para cuando salió el sol, todo el pueblo rodeaba el castillo.
Todos veían a una reina desubicada.
La policía estaba intentando hablar con ella, pero daba respuestas incoherentes.
Respuestas que no habían pasado en está realidad
La desaparición del caballero, de pronto ya no era un misterio.
Para cuando encontraron a Lucillè, todo cobró sentido. Todo lo que los vecinos murmuraban. Las señoras del bar...
La persona que más había sufrido de lejos...
La policía la llevó rápidamente a una enfermería, tenía varias heridas profundas...
Encontraron los huesos rostizados del mayordomo.
Y el pueblo estaba asombrado...
¿Cómo era posible que la reina que era tan amable con todos fuera en realidad hómicida y torturadora con su hermana?
Entre tanta muchedumbre, habían entrevistadores... eran solo periodistas buscando titulares.
Sofocando hasta la policía.
Entre tanta gente, la poca cordura de Angèlie se desvaneció con ella...
Ella se cayó al suelo y de repente todo fue blanco.
Su alma había abandonado su cuerpo...
Arawn se la llevó...
Continuará...
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