~2~ "La vida es ahora o nunca"

Sus memorias pasaban en su mente como una película desordenada y en velocidad <<30x, todo lo recordaría, todo lo que vivió a lado de su amado mejor amigo y, todo lo que no hizo bien, lo que dejó perder, lo piensa cambiar. Esta vez, con el cuerpo que Sonic desea y una actitud más decidida no habrá nada ni nadie que lo detenga.

Su mente se desvanece por un instante, se torna blanca, sin nada, sin sentidos y su identidad va borrándose poco a poco.

Como moléculas de polvo flota, a la deriva del tiempo en retroceso, a la deriva de un proyecto que es su última apuesta. No pudo conseguir el amor ni siquiera, la lástima de Sonic y vivir sus días como su pareja, más por soledad y consideración que porque realmente le correspondiera. No... ni eso consiguió, Sonic con sus últimos suspiros siempre llamó al amor de su vida.

Amy...Amy...Amy...

De ella aprendería, porque una mujer débil sin nada más que ofrecer su belleza y dulzura, no era atractiva para Sonic. Pero una mujer fuerte, decidida, independiente y ruda con dulzura a la medida, era la debilidad del erizo. Eso sería, en ella se convertiría, ya no sería Tails el dulce zorrito que ni un plato rompía. ¡Ahora sería Nine! Sí, nueve, porque ha de apostar todo lo que tiene a su último intento que la vida le ha permitido hacer, y como el zorro kitsune más poderoso, el nueve colas, no le dará paso a la derrota.

La maquina se detiene, se apaga y todo vuelve de esa blancura a ser colores, sonidos, olores y pensamientos que echan andar, al nuevo ser en que se a convertido.

Renacido en un nuevo cuerpo, reencarnado de la miseria que fue, sale de la maquina que ha dado nacimiento al cuerpo perfecto, una atractiva y joven zorro.

-... ... ¿Lo... logré?

La hembra desnuda se cubrió con sus dos colas, miró su alrededor dándose cuenta que ha dado a parar al bosque donde en un futuro sería su laboratorio. Eleva su mirada hacia el cielo, respirando el olor a musgo y rocío de la mañana, se siente nuevamente "vivo" o mejor dicho, viva, siente la flexibilidad de ese cuerpo joven y la ligereza de su silueta.

-Lo... ¡Logré! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sonic The Hedgehog vas a ser mío! ¡Muahahahaha!

Dio un paso hacia delante, pero como becerrito recién nacido terminó en el suelo.

-Auch... ¿si eché ropa para cambiarme?

Su mente anciana del futuro no se podía acordar... arrastrándose hasta la maquina encontró su bitácora y por supuesto, los planes.

-Bien...veamos, que ya no me acuerdo bien que sigue...mmm

"Deberé morir y sufrir mi modificación genética hasta conseguir que mi cuerpo sea femenino, viajaré al pasado y tomaré una nueva identidad siendo Nine The fox, enamoraré al erizo con todo lo que sé y tengo de recuerdos y ventaja del conocimiento del futuro, y así derrotaré a Amy Rose..."

-Oh perfecto, está todo hecho al pie de la letra... haber que más sígue... mmm estás son las indicaciones, el funcionamiento, el cuidado... mmm...sí, sí, así se hizo ajá.... mmm.

Nine cambia de hoja, notando que hay hojas en blanco, detrás de ellas hay preguntas que pareció haberse hecho así mismo.

"Pero... si viajo siendo una hembra al pasado de mi juventud, no habré nacido sino solo viajado y eso significa que habrá... ¿otro Tails?"

-¡¿Qué?!

Su corazón se aceleró, un miedo latente inundó su felicidad, siguió dando vuelta a las hojas y entonces un gran sello de "Proyecto cancelado" fue el desencadenante de su estabilidad emocional rompiéndose en mil pedazos.

-No...no puede ser... hice una maquina y la terminé, pero al final cancelé el proyecto...

Siguió leyendo, donde el verdadero proyecto sería "Hacer que mi madre conciba una hembra en ves de un macho" la explicación estaba bien redactada, incluso, a lado en la mesita de trabajo, estaba la maquina terminada... pero ahora recordaba que, se le olvidó...

Se le olvidó

Se le olvidó

Se le olvidó

-Se me... olvidó...

Toda la felicidad que tenía se esfumó, su mente de genio brillante había sido burlada por sus lagunas mentales provocadas por el alzheimer, a veces se acordaba, a veces no, de nimiedades como... destruir una maquina que no va usar para justamente, evitar usarla. Antes de morir, se olvidó por completo de las consecuencias de éste proyecto.

-Jejejeje...je...je...jejeje en mi... cabeza sonaba bien... en mi... en mi cabeza estaba bien... era un plan perfecto... sin fisuras...

Se dejó caer por completo al suelo lodoso, gritó enfurecida soltándose a llorar como un bebé.

-¡¡¡¿POR QUÉÉÉÉÉ POR QUÉ TAILS?!!! ¡¿POR QUÉ SE TE OLVIDÓ QUE ESTE NO ERA...?!

Sus gritos los escucharon las aves que volaron despavoridas, el eco de sus gritos viajó por distintos lugares de ese entramado bosque.

-Aún así...-Se reincorporó, negando con la cabeza- No puedo rendirme, ya estoy aquí, no hay vuelta atrás y si la hay... ahora mismo no puedo hacer nada.

La zorro se levantó, se limpio el lodo e intentó caminar, logró hacerlo, dandose cuenta de lo fácil que era caminar en esa edad: agilidad, destreza y nada que doliese. Corrió, saltó, trepó, todo era como ya lo había olvidado, esas sensaciones tan únicas y frescas. Nuevamente su corazón se llenaba de gozo.

-¡Estoy vivo y sobre todo... soy una bella zorrito!

Buscó entre las cosas de la maquina, nada, no había dejado nada, pero esa fotografía de Sonic seguía allí. La tomó entre sus manos y la llevó a su pecho blanco y esponjoso, suspiró, imaginó su futuro, lo que haría para obtenerlo.

-Bien, si hay otro Tails, él también estará enamorado de Sonic y lo tendré que agregar a la ecuación, competiré contra él pero la verdad no supone ningún peligro, el zorro jamás se atreverá a decirle nada a Sonic e incluso dejará que Amy se acerque lo suficiente para terminar por opacar alguna posible posibilidad.

Comenzó a avanzar, buscando rings desperdigados por el lugar, los absorbía con la intención de juntar el suficiente dinero para ir a comprarse ropa y comida.

-Mmm así que, Amy sigue siendo el problema, es guapa, atlética y de un golpe me noquiearia, es mega popular y amable que temo volver a caer en su "amistad"

Encontró los suficientes rings y salió del bosque, buscando algún supermercado cerca.

- mmm no Tails, no Nine, debes ser mejor y superarte, ya sabes en qué terminará Amy...

Encontró el supermercado entrando y adquiriendo la primera ropa a la mano para vestirse ahí mismo. Todos le miraban impresionados, era raro ver a una hembra sin ropa o como mínimo algún accesorio.

-Podría hacerme amiga de mí mísmo, dos contra uno, pero, sinceramente no estoy aquí para ver como mi yo del pasado la termina cagando en cada uno de sus decisiones de vida. Sin embargo no puedo deshacerme de él ya que si no existe no existo yo. Mmm ni modo, tendré que mantenerlo con vida y a salvo de cualquier estupidez.

-...son...1050 rings señorita...

La dependienta de la tienda le miró con incomodidad, los clientes machos la miraron con deseo y las clientes hembras se la comían de envidia. Todo eso no lo notó, pues notó mejor lo que nadie ve, un anciano tratando de que su turno sea respetado, pero otros con disimulo se hacían los que "no lo veían"

-¡Eh señor! Pase para acá, le toca a usted después de mí, ya voy de salida.

-¿Qué?- el anciano apenas y escuchó, miro desorientado a la zorrito que le hablaba.

-¿Qué está haciendo señorita? Me va a mí, va por quién llegó primero.

-En ese caso él, ya es una persona mayor que merece consideración por su edad y respeto el cual es pisoteado por ustedes como algo "normal" desde robarle el turno hasta ser unos desesperados que se estresan por ver a un anciano cruzar la calle con dificultad, hasta si no se acuerda donde dejó el dinero, hasta si ya come lento y no se va pronto, que si ya desvaría, que si ya se le olvidan las cosas, que si ya mojó sus panta-

-Niña, Niña... ¡Niña!

Tails Nine, no se había dado cuenta que ya había tomado eso personal, sacando toda su frustración de su vida pasada.

-Ah... perdón señor cabecita de algodón, me proyecté.

-Son 1050 rings por favor.

-¡No es cierto dependienta, me está robando! ¡Perfectamente me acuerdo que era menos! O... ¿si eran 1050 rings?

Incluso el anciano se quedó perplejo.

-Como sea, aquí tienes, recién recolectado del bosque.

Nine soltó la descarga de rings hacia el mostrador golpeando e inundando a la dependienta con tremenda avalancha.

-Eso es porque en unos años, vas a robarme 50 rings por cada pago con tarjeta. Maldita.

La zorro se dio la media vuelta, formó al anciano hasta delante y fulminó con la mirada a todos.

-Quien se atreva a no respetar a la cabecita de algodón, ¡está muerto!

-¡loca!

-Me vale, cuando llegues a esta edad, te darás cuenta de que hablo.

La zorro se fue caminando orgullosa.

-¿Cuando llegue... a su edad?

Ya estaba vestida, ahora era cuestión de buscar dónde vivir.

-Ah... supongo que el bosque es perfecto, dentro de la máquina mientras tanto.

Cruzó la acera, fluida, sin prisas pero ágil y rápido. Se regresó volvió a cruzar, la vida era tan bella, tan única y especial, era un ahora o nunca, que su corazón se llenó de esa felicidad nuevamente, felicidad de vivir, de poder caminar, de poder flexionar, girar, saltar, rodar, y lo más importante, bailar. Felicidad que pocos conocen aún.

La felicidad de tener una vida por delante después de haberla desperdiciado.

La noche cayó, comía con suma hambre las frituras que compró con sándwiches de jamón, hacía cuentas de cuanto tardaban rings dorados en reaparecer y cuanto tenía que destinar a un ahorro.

-¡Cuanto gasto! Y eso que el dinero se da en maceta.

Siguió haciendo planes hasta que los ojos comenzaron a ceder al cansancio.

-Ah... ah...gmm hay ¡Me estoy quedando dormido!

Se enderezó para calmar su somnolencia pues no quería dormir esa noche para estudiar el ambiente del bosque y al ver que ni sentada, prefirió caminar, espantando el sueño.

-Lo único que extraño de mi viejo yo, es que nadie le molestaba ni cuestionaba por sólo quedarse dormido. Ahora no puedo... arg.

Pero el sueño se fue de una. Cuando escuchó un lamento de cerca, un lloriqueo que lo hizo levantarse de golpe buscando la manera de defenderse; sin embargo no había nada aproximándose, parece que en realidad, el viento había encaminado ese lamento a ella, un lamento que se le hacía conocido.

-¡Un momento! ¡Esa voz! ... ¿acaso hoy... es ese día?

Corrió hasta el rio, donde no se equivocó, estaba ahí llorando sin remedio alguno a su dolor, el Tails del pasado.

Nine no pudo hacer nada de inmediato, más que sólo mirarlo, era como ver una pelicula de ese mal momento en concreto de su vida, materializandose en una extraña pesadilla dual.

Observó el rostro del zorro solitario, su cuerpo y su pelaje eran idénticos, que una sensación de dèja vú le hizo soltar las mismas lágrimas que él:

Tan bello y atractivo era, que el sentimiento de añoranza le hizo pensar en cómo dejó pasar los mejores años de su vida por un "ahora o nunca" que dejó a la suerte.

El "nunca" llegó tan tarde, y ella lo sabía ahora, pero ese "ahora", aunque fuese en ese instante, sabía que tampoco podría ser...

No con ese cuerpo... se convenció así misma.

Continuará...

Y aquí el segundo capítulo de esta historia que apenas arranca. Gracias por leer.

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