Polonia: My Slowianie

POLONIA: My Slowianie - @TheGoatSucker


Polonia 25 de Junio del 2013,


Estábamos yo y mis dos amigas en la habitación del campamento, hacía mucho frío, los árboles parecían a punto de caer y los pobres pájaros llegaban a estrellarse contra nuestra ventana.


- ¿Alguien se sabe algún cuento de terror? -preguntó Angelina.


-Oh no... Ahora es el peor momento en el que puedes preguntar esto Angie. ¿No ves que es de noche?


-No seas así Carla. -Dije sonriendo- Las noches oscuras como estas son el mejor momento para divertirse con cuentos de terror. Y encima si no lo hacemos moriremos aburridas como ahora.


La chica asintió, apagué las velas que nos iluminaban y dejé la más pequeña para que me ilumine la cara. Agarré uno de los libros que más me gustaban y lo abrí contemplando aquella letra pequeña.


Si hay algo que aprendí con el tiempo, es que en mi país, Polonia, se cree en todo tipo de fantasmas y espíritus. Las madres les cuentan las típicas historias del Coco y del hombre del saco que cuentan en todos los países. Pero una vez se es grande, te toca a ti inventarte tus propias historias de terror si quieres comer algo de pan y sobrevivir, o por lo menos es esto lo que hacían hace siglos.


Los eslavos no podían trabajar de otra cosa si no era de escritores. La viuda madre de Anie también lo era. Siempre antes de salir a trabajar le decía: "No les abres la puerta a desconocidos". Puede que esta sea la frase que más le afecto en la vida real, y la convirtió en una sin amigos que solo amaba a su perro.


Anie, o como le dicen sus amigas Slowianie, el día 16 de Mayo del 1.715 se quedó sola en casa, aburrida. Esta vez quería probar algo nuevo. Se le ocurrió jugar al juego de su padre. Antes del accidente pasaban el tiempo con este juego, pero la chica ya llevaba cinco años sin volver a pensar en hacerlo. El juego consistía en abrir un libro por la mitad e inventarse algo con la primera palabra que vea. La chica agarró un libro del montón que tenía encima de su mesa. Abrió este por una página, y leyó: "Monstruo".


Cerró los ojos y cumplió lo que le decía siempre su padre: "Ponerle color a la pantalla negra":


Se vio a sí misma, encima de la cama. Alguien llamaba a la puerta, lo que hizo que la chica pegase un salto. No se atrevió a abrir la puerta, su madre no le dejaba, y estaba segurísima que no era ella, ya que había salido hace media hora y ella tardaba tres horas como mínimo.


"¡Abre la puerta o morirás!" Gritaba la ronca voz.


La chica temblando se puso bajo la cama, ya sabía que si no lo hacía el extraño podía fácilmente romper la puerta y hacer con ella lo que quisiese.


Y así fue, la chica, bajo la cama oyó como la puerta caía en el suelo. Vivían en un barrio poco poblado, así que si gritaba no iba a conseguir nada excepto problemas.


Anie asustada cerró sus ojos, entonces empezó a oír una respiración, esta, cada vez se hacía más y más fuerte. Pensó en abrir los ojos, pero solo la idea de pensar que se encontraría con alguien delante de su cara le atemorizaba mucho.


Pasaron tres minutos y la respiración seguía sin desaparecer. Entonces, fue cuando se lo ocurrió abrir los ojos, gran error. La criatura que estaba delante de ella era horrorosa, le paralizó con sus ojos completamente negros. Olía mal, aún no sabe cómo no pudo oler este olor cuando tenía los ojos cerrados. Esta le agarró el brazo con sus uñas afiladas haciendo un profundo corte.


Anie abrió sus ojos, se encontraba delante del libro, lo que pasó solo se lo estaba inventando volvió a susurrar "Monstruo".


Esta vez, en la vida real, alguien llamó a la puerta. Anie, asustada por los parecidos que sonaban los golpes a los de la imaginación, se amagó bajo la cama sin pensarlo dos veces.


"¡Abre la puerta o morirás!" Gritó la ronca voz, otra vez. Anie, asustada cerró sus ojos, no, no lo debió hacer, ahora la criatura seguro que estará delante suyo. Se oía su respiración. Anie sabía que había llegado su fin, así que, rendida, abrió sus ojos.


"Oh Anie, mi Slowianie" Susurró aquella bestia.


Sabía a lo que se refería, su padre tenía el gran "poder" de convertir todo lo que se inventaban al leer la palabra en algo real. Anie creía que era un poder de su padre, pero ahora sabe que se hacen realidad sin más, por algo su padre le dijo que no pensara en cuentos de terror. No, no debió imaginarse aquello.


La bestia con sus uñas volvió a cortar a Anie.


- ¿Y luego que pasó? -Preguntó Carla.


-Déjame terminar ¿No?


Un golpe en la puerta las alertó a todas.


- ¿Y ahora qué? ¿Nos tenemos que amagar bajo la cama? -Preguntó Angie- No debimos escuchar tu cuento, vamos a morir. -Dijo la chica aterrorizada.


-Tranquilas. -Dije sonriendo- El monstruo está bajo la cama. No detrás de la puerta.

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