Israel: Diva
ISRAEL: Diva - xsarahvegax
Esta es la historia de Chloe Lassarre, una mujer muy hermosa con un inmenso poder haciéndola una mujer muy irresistible. Ella ha tenido éxito desde niña, convirtiéndose en modelo de varias revistas
cautivando a toda persona con su belleza y personalidad, a decir verdad, una chica muy presumida.
Aprovecha cada oportunidad que se le aparezca y a las que nunca se les presenta, las hace aparecer.
Ahora tiene 26 años, es modelo y tiene su propia empresa de moda llamada "Lassarre Fashion", ganando demasiado dinero gastándolo para ella misma.
—Señorita Lassarre.—llama su asistente por el comunicador que tiene en el teléfono.
—Dime, Hugo.—responde dejando a un lado su borrador de un largo y voluptuoso vestido.
—El señor Briand acaba de llegar.
Chloe esboza una sonrisa al escuchar ese nombre y se levanta de su asiento.
—Déjalo pasar.—corta la llamada caminando hacia la parte delantera de su escritorio acomodándose su chaqueta color vino con botones plateados, hecha por ella.
Ve la puerta de su oficina abrirse dejándose ver a Hugo y al señor Briand, éste último agradeciéndole al asistente por su buen trabajo en la empresa. Cuando Hugo deja el lugar, inmediatamente Nicolas Briand camina directo hacia Chloe agarrándola de las caderas y acercándola, quedando ambos pechos en contacto.
—Pensé que no estarías.— le dice Nicolas esparciendo unos cuantos besos en el cuello de Chloe.
—¿Por qué no estaría?—pregunta la chica sacando el saco del cuerpo de Nicolas.
—Tu desfile en París, ¿lo olvidaste?—para sus acciones mirándola sorprendido.
—Obvio que no, Nicolas—le responde riéndose de la tontería que dijo.
Desde hace semanas había preparado ese evento, nunca lo olvidaría de un día para otro.
Lo vuelve a jalar hacia ella comenzando a besarlo con pasión y lujuria, simplemente como ella sabe.
Tiene la habilidad de que al besar a un hombre, éste jamás olvide los labios de Chloe durante toda su vida, sintiéndolo todavía postrados en los suyos.
(...)
Había llegado al hotel donde se hospedaría durante dos días, bajándose del carro que la recogió, viendo como llega el otro carro donde tiene todas sus cosas personales. Acomoda su bolso negra con dorado hecha por sí misma, combinando su playera rayada con azul y blanco y su falda corta con vuelo negra, junto con sus tacones negros altos haciendo que su cuerpo se viera escultural, digna de una Afrodita.
—Buenos días, señorita Lassarre.—le dice la gerente general del hotel llegando junto con unos cuantos botones que recogerán las cosas de Chloe—. Bienvenida al Hotel Imperial, acompáñeme.
Hugo llegó corriendo alado de Chloe quitándole la bolsa a ella y sosteniéndola junto con otras tres bolsas. Los dos siguieron a la gerente en el interior del lugar, llegando a un elevador que estaba aparte del otro elevador, aparte la puerta era más formal, con dorado en las orillas y un color rojizo oscuro decorándolo.
—Este es el elevador de una Suite Imperial, es aparte para que no les moleste esperar el elevador que tomarían junto con los otros clientes.—dice la gerente cuyo nombre "Sophia" está escrito en placa plateada con negro—. Y para ser sinceros, es mejor para que la clase mayor no se cruce con una menor.—sigue en medio susurro cuando las puertas se cierran, Hugo es el que asiente mientras que Chloe sigue con su mirada enfrente como si no le hiciera caso.
No toda persona es digna de dirigirle la palabra a Chloe, salvo las personas de su confianza. Eso lo sabe todo el mundo, por lo que intentan ganar su confianza y meterse en su vida.
Las paredes oscuras del elevador se volvieron transparentes, dejando ver la gran Suite Imperial con las decoraciones más modernas. Todo el lugar se veía cálido, vivo y con estilo; casi todo el lugar está rodeado con vidrio dejando ver la ciudad de París y una buena vista de la Torre Effiel.
—Los del edificio de enfrente la verán.—replica Hugo preocupado por la mirada que le da Chloe a él al momento de llegar.
Las puertas de elevador se abren dejando ver otra puerta de vidrio para poder entrar a la gran habitación.
—Oh, no se preocupen por eso.—responde sonriente Sophia—. Aquí tenemos un control donde se puede manejar las ventanas.—le extiende un control negro con varios botones donde tiene símbolos—. Se lo iba a entregar cuando entráramos pero se adelantaron. Con éste botón puedes poner las ventanas oscuras y con eso la luz se encendería.—señala uno azul con un recuadro negro—. Si quieren ver los demás.
Hugo le entrega el control a Chloe, quien se sienta en el sillón descansando del tardado viaje de 7 horas.
—Cualquier cosa, no olviden en marcar.—especifica Sophia.
—Gracias.—responde Hugo.
Sophia se mete en el elevador y desciende en él.
—Te mereces un buen aumento por éste lujoso y moderno hotel, Hugo.—le dice Chloe mirando a su alrededor—. Parece que estoy en el futuro.
—Fue tardado conseguirlo, pero valió la pena.—se pone nervioso por la mirada de su jefa—. ¿Dónde dejo sus cosas?
—En mi cama, de ahí ya te puedes retirar a tu habitación.—le manda.
(...)
Después de rato revisando la revista donde están los modelos que van a ser presentados el día siguiente, el sonido del elevador suena, dando entender que una persona ha llegado al lugar. Chloe no se espanta, piensa que es Hugo quien tal vez le dará unas notificaciones y noticias de algunos patrocinadores o de la decoradora del lugar donde se celebrará el evento, pero cuando eleva la mirada, se da cuenta que no es precisamente Hugo.
—¿Qué demonios haces aquí?—exclama furiosa al intruso vestido con un caro traje negro con una camisa beige desabotonada de los tres primeros botones—. Llamaré a seguridad para que te saquen de aquí.
Camina hacia el teléfono que esta en un mueble en la entrada cuando el hombre se pone enfrente de ella, haciendo que choque en su pecho.
—No, yo seré el que llame a seguridad.—tiene una voz grave y potente, casi intimidándola.
—¡Tú eres el que se metió!—grita apuntándolo con su dedo índice.
—Yo solicité esta habitación desde hace dos semanas, tú eres la intrusa.
—Fíjate que yo la solicité hace un mes.—cruza sus brazo apoyándose en una pierna.
La cejas del hombre se fruncen y camina decidido hacia dónde esta el teléfono, pero Chloe se avienta en él para pararlo subiéndose en su espalda.
—¡Suéltame!—exige el hombre tratando se que las manos de Chloe se suelten.
—¡No voy a llamar a seguridad!—grita en el oído a propósito.
—¡¿Quieres dejar de gritar? Tienes una voz chillona!
El elevador donde se meten los empleador se abre dejando ver a la mujer de limpieza, quien al ver la escena, se hace para atrás antes de entrar. —Puedo venir más al rato.—sugiere la mujer pulsando un botón.
—¡No, no, no!—Chloe se baja de la espalda el hombre para correr hacia el elevador y detenerlo en el momento en que se cierra—. Quiero que llames a seguridad y diles que tengo un intruso en mi habi...Una gran mano se pone en la cara de Chloe echándola hacia atrás para ponerse enfrente de la mujer.
—Diles que la habitación de Damien Beecher tiene a una mujer loca que no debe estar aquí.
—Oh, cállate, no estoy loca. ¿Acaso no sabes quién soy?
—La mujer de intendencia es mucho más famosa que tú.
Por suerte de la mujer, se cierra la puerta dejando a esos dos en su pelea de nuevo.
(...)
—Aun no puedo creer que no sepas quién soy.—dice Chloe que está cruzada de brazos esperando a que el sistema dé los resultados.
—Beecher es un apellido muy conocido, más conocido que tú.—ataca Damien.
Otro gerente frunce el ceño ya que aparece en el sistema que ambos reservaron el mismo día la misma habitación.
—Ya verás que tú eres el intruso.—extiende una sonrisa victoriosa.
—Señores, aquí aparece que ambos reservaron el mismo tiempo.—comentado gerente después de revisar varias veces
—Y dices que hace un mes.—se burla Damien.
Chloe saca su celular marcando a Hugo, quien contesta en la primera llamada.
—Ven ahora mismo.—le manda para después colgar.
Cuando llega Hugo, también llega la asistente personal de Damien, mostrando a los dos con un miedo en su mirada.
—¿Me puedes explicar por qué él esta aquí?—regaña en voz baja Chloe a Hugo.
—No había lugares en los otros hoteles.—responde nervioso—. Con la asistente del señor Beecher, decidimos en ponerlos en la misma habitación.
—Debiste comentarlo antes.
—Lo siento, yo pensé...
—No, no debiste pensarlo.—se talla la frente tratando de agarrar paciencia—. Hablaremos cuando estemos en la empresa.
Ambos caminan hacia donde esta Damien con su asistente y el gerente.
—Ya me explicaron el porqué nos pusieron juntos.—gruñe Chloe mirando mal a Damien, quien está sonriendo—. Ya puede retirarse.
(...)
En la noche, cada uno estaba haciendo sus cosas, Damien bañándose y Chloe comiendo su ensalada que come como cuarta comida al día. Desde el momento en que se fue el gerente, lo único que se han dicho son insultos. Ella debería prepararse desde temprano el día siguiente para que todo salga perfecto, tal como ella lo quiere. Damien sale del baño con una toalla en su cintura captando la atención de Chloe, quien se queda hipnotizada por el bien formado cuerpo del hombre maduro.
—Una foto dura más.—se burla Damien sacando sus cosas de la maleta.
—Estoy tratando de ver algo bueno en ti, pero no lo hallé.—le dice Chloe hojeando su revista de modas pero sabe que no es cierto. Del cuerpo, Damien es un dios griego pero su personalidad de imbécil lo palidece.
—Sabes que esto es perfecto.—se señala a sí mismo.
—Que modesto.—susurra Chloe.
—¡Hablando de modestia!—exclama sarcástico Damien soltando una carcajada—. Si tú eres la chica más egocéntrica que he conocido en toda mi vida.
Chloe frunce el ceño. —Si nunca hemos hablado.
—No, pero he escuchado de ti.—voltea para seguir su tarea—. "La chica que todos desean".
—No tengo la culpa de que a mí me deseen y a ti no.—encoge sus hombros.
—Porque yo no me he ganado esa reputación.—murmura Damien pero aún así ella lo escuchó.
—Nunca vuelvas a llamarme así, idiota.—gruñe levantándose para quedar enfrente de él.
—Sólo estoy diciendo las verdades, Lassarre.
(...)
—¿A dónde crees que vas, niña?—pregunta con ironía Damien cuando ve a Chloe dirigirse a la cama.
—¿Tú que crees, genio?—sigue aún molesta por la forma en que él se comportó con ella, así que le contestó de una manera fría.
—Tú dormirás en el sillón.—replica caminando hacia ella y agarrándola de la cintura para moverla a un lado.
—¿Disculpa?—se cruza los brazos.
—Disculpada, ahora ve al sillón.—agarra una manta y una almohada, aventándoselas a Chloe.
—Yo no me voy a acostar ahí.—señala el sillón con repulsión—. Por algo yo pagué este cuarto.
—Pues yo tampoco lo haré.—se recuesta en la cama adueñándose de toda.
Chloe se queda parada impactada por el trato que había recibido ese día por ese hombre, nunca antes fue despreciada y tratada como él. Para ganarse el respeto de Damien y enseñarle que con ella no se meta, va al baño por una pequeña cubeta llenándola de agua. Camina hacia la cama donde Damien ya está medio dormido y le avienta el agua mojándole la cabeza, despertándole por completo.
—¡¿Qué diablos haces?!—exclama él levantándose de la cama.
—Puedes dormir en la cama.—camina victoriosa hacia el sillón acostándose en él jurando que será la última vez que dormiría así.
(...)
El día siguiente de Chloe fue un día muy atareado. Desde las 6 de la mañana había estado levantada arreglando y supervisando de que todo vaya perfecto para el evento, junto con Hugo quienes están sentados en la mesa de la habitación de él.
—Cuando lleguemos, te voy a ahorcar por dejarme en ese lugar.—regaña Chloe comiendo un energético.
—Es que no entiende el porqué lo hice, señorita.—comenta con respeto Hugo tomándose un jugo de naranja.
—Explícame que no entiendo.
—El señor Beecher es uno de los nietos de la reina de Inglaterra.—le informa causando sorpresa por parte de su jefa—. Fue una coincidencia de que su asistente pidiera la misma habitación, la encontré en el sillón e hicimos una pequeña competencia hasta que llegamos a un acuerdo. Para ella es algo inocente, compartir una habitación entre usted y el señor Beecher, pero yo pensé mucho más sabiendo que a usted le gustaría llegar más lejos que una modelo pudo llegar.
Cada palabra que decía Hugo era como música en sus oídos, extendiendo su sonrisa hasta llegar a sus ojos. ¿Por qué nunca había escuchado acerca de Damien Beecher si era uno de los nietos de la realeza? El plan de su asistente era el mejor que le pasaba, si se unía con Damien ganaría más poder y riqueza.
—Si esto sale, tendrás un aumento.—le dice Chloe dándole unas palmadas en la espalda de él.
—Lo único que falta es que usted haga su trabajo de conquistarlo.
—Tranquilo, Hugo, eso es fácil para mí.
(...)
El evento se estaba celebrando a la perfección, con invitados de buena posición mostrando sus mejores galas. Chloe llevaba un vestido negro con blanco mostrando una pierna y cada vez que caminaba se levantaba con un buen vuelo. Su peinado era recibido con algunos toques de diamantes esparcidos en su cabellos dándole vida a su rubio cabello, su maquillaje era oscuro haciendo más grandes sus ojos marrones y unos altísimos tacones dorados acostumbrada a caminar por horas con ellos. Cautivaba las miradas de mujeres y hombres, algunos con deseo u otros con envidia del escultural cuerpo de ella.
—Buenas noches.—susurra alguien en su oído haciendo que su piel se erizara.
—¿Qué haces aquí?—pregunta cuando ve a Damien Beecher vestido con un pantalón negro, una camisa blanca con los típicos tres botones desabrochados y un saco azulado, su cuello decorado con una bufanda oscura.
—Me llegó una invitación de un desfile hace dos semanas.
Chloe mira de reojo a Hugo, quien voltea a verla y sonríe cuando ve a Damien con ella. Asiente dándole entender que fue él quien lo invitó para después voltear a hablar con una chica.
—Mi asistente te invitó.—empieza a caminar lejos de él comenzando su juego de seducción.
Sabe que cuando una mujer se aleja de un hombre, ellos les encanta perseguirlas para tenerlas a su lado y seguir con el coqueteo. Y más si es una mujer como ella.
—Bonito desfile.—camina alado de ella.
Listo, ya lo tiene en su mano.
—No fue nada, puedo llegar a hacer mejores.
—Lo hubieras demostrado hoy.
Eso fue un insisto para ella, pero lo deja pasar cuando recuerda su dinero y poder en Inglaterra.
—Señorita Lassarre, la espero en la habitación del hotel antes de media noche.—le susurra de nuevo en su oído.
Se aleja de ella con una sonrisa victoriosa para después irse del lugar. Lo malo para ella es que debe estar en el evento hasta que acabe, pero prefiere perder un evento a perder un grandioso poder.
Hugo excusó a Chloe por una inventada enfermedad de estómago y siguió con la fiesta.
(...)
Cuando llegó a la habitación, lo encontró todo oscuro a excepción por las luces que París regalaba, dando una grandiosa vista de la ciudad, pero una mancha oscura camina por la ventana quitando una parte de ella.
—Sabía que vendrías.—dice la voz gruesa de Damien.
—Me gustan las experiencias nuevas.—camina lenta pero decidida hacia él.
—Eres un peligro para mí, Chloe Lassarre.—sus caras se separan por unos centímetros, ambos viendo los labios del otro.
—¿Y te gustan los peligros?—pasa sus manos por el cuello de Damien acercándolo hacia sí misma rozando sus labios.
—Me encantan.—responde antes de besarla con lujuria y pasión.
Desde esa noche, la vida de Damien comenzó a cambiar al obsesionarse con el cuerpo y besos de Chloe queriéndola para él mismo, no sabiendo que ella sólo quería jugar para conseguir más altura social. Damien fue uno de los tantos hombres que Chloe jugó en toda su vida, solamente para no perder la pequeña gran obsesión del poder hacia las personas de bajos rangos.
La historia de Chloe Lassarre terminó con un suicidio cuando su línea de ropa comenzó a decaer y los hombres de grandes puestos comenzaron a darse cuenta de la mala jugada de ella. No soportó la mala vida, la mala reputación entre las personas, ya no tenía poder ni de su propio cuerpo.
Fue la misma Cleopatra, con cuerpo de la diosa Afrodita y, por un tiempo, el poder de la diosa romana Victoria.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top