De salida
Amy volvió.
Sonic despertó gracias a los gritos de su madre, pero no tuvo la fuerza para dejar la cama hasta que forcejearon su puerta.
Todas las semanas había estado con Tails, Nunca lo dejaba caer, llevaba comida y obsequios, en ocasiones Eggman permitió que salieran a caminar y regresaran puntualmente.
—¡Ni un minuto más o te buscaré hasta eliminarte! —gritaba antes de palpar la cabeza de Tails y dirigir una mirada mortal hacia Sonic. En cada práctica, tanto Eggman como el erizo estaban a su lado, y tuvo razón, la barra fija fue significativamente el mejor aparato en el que se podía desenvolver, solo era superado por Silver, a quien Rouge entrenó toda la vida para ser el mejor y, en sus palabras, tenían al primer puesto. Eggman se veía en la obligación de recordarle que estaban en el mismo equipo.
Las nuevas barras asimétricas fueron las anillas. Las barras paralelas fueron pasables, casi como las rutinas de suelo que practicaba arduamente. Eggman lloró a un lado de Sonic cuando Tails logró el único salto complicado que tenía, sin embargo, enfureció cuando lo planificado casi se convierte en algo más.
—¡Nunca! ¡Jamás! ¡En ningún momento intentes un aterrizaje a rodar! —apuntó, esto motivó en Eggman dar una charla general sobre lo importante que era no cometer ese error y otros, porque conducía a posibles lesiones de diversa magnitud. Sonic sabía el porqué, y espero que todos supieran entenderlo, ya que oyó de un par que lo tratarían de agregar a su rutina. Anheló que se tratara de una broma.
Tails memorizó esto como memorizaba cada información que le daban en la academia y en el colegio. Pasó de ser el Señor de las Caídas al Señor que siempre estaba en la boca de Rouge. En las rutinas de mujeres, Rouge admitía que Sally era quien mejor desempeño tenía, pero definitivamente Tails no superaría a Silver y haría lo que fuera necesario para impedir que le roben el primer lugar.
Silver y Tails nunca intercambiaron palabras antes de que sus entrenadores se enfrentaran con ideas, pero después se conocieron vía intervención de Sonic. Silver presentó a Shadow como su pareja, Tails no pudo creer como alguien tan resplandeciente como el albino podía estar al lado del azabache sin temer por su vida en ningún momento. Tails presentó a Sonic como su mejor amigo, todos a su alrededor tosieron como si no fuera cierto o como si pensaran otra cosa.
Sonic también dedicaba parte de su tiempo al calentamiento del menor, aunque nunca volvió a compartir lo que haría con su hermano porque cometió el error de hacerlo en una clase y Scourge abrió un debate exhaustivo con el sector estudiantil de los mejores hostales cerca del colegio. Lo más destacable fue que el tutor de turno se sumó a la discusión a contar sus experiencias para que cada uno sepa elegir sabiamente. Sonic
—¿Calentar? Hay un hotel en la esquina, la mejor cama es la del tercer piso, la trescientos seis, Miles y yo la hemos probado y soporta. No te recomiendo las otras porque los condones no son gratis. —Scourge tomó asiento al terminar su punto de vista y otro prosiguió, parecía una círculo de frustrados sexuales.
Contrario a la personalidad de su mellizo, el cobalto no pensaba en ello cuando apoyaba a Tails.
—¿El profesor de Física? —preguntó el vulpino mientras Sonic tenía su pierna en alto en un espacio despejado. Tres días atrás, Miles visitó el gimnasio porque su semejante olvidó el carbonato de magnesio que le correspondía para aportar con la seguridad en los aparatos, era el polvo blanco que su mamá confundió con droga y acusó a su hijo mayor de inmediato por consumir sustancias vetadas. Cuando Miles arribó, vio a Sonic sosteniendo el talón de su gemelo sobre su hombro, pero lo que era solo estiramiento, detrás de un baranda opaca parecía otro tipo de ejercicio, en especial si veía a Tails con la cabeza hacia atrás.
—El profesor de Matemática —corrigió, sobrepasando los 180º grados que las piernas de Tails requerían—. Me preguntaron "¿dirección?", pensé que hablaban de mi casa. Ahora creo que irán a tocar la puerta parejas, solo espero que mi mamá no esté cuando eso ocurra.
—¿Puedo ir a tu casa un día? —Tails frotó el carbonato contra sus manos antes de subir a la barra fija y permanecer en cabalgata. Eggman le había indicado que no lo hiciera, pero Eggman nunca estaba para vigilarlo durante el almuerzo y menos capturar a Sonic cuando él también jugaba con algún aparato.
—¿Después de la competencia? Lo más seguro es que gane la carrera y tú, en la barra. Sería una celebración doble —propuso con dos pasos hacia al costado dado que el menor intentó un Liukin y estuvo por patearlo al desviarse a la izquierda. Para compensar el fallo frente al erizo, realizó un mortal por encima de la barra y volvió a tomar asiento en cabalgata—. Sentí eso tan cerca que iba a descartar que gane en mi especialidad —se mofó. Tails lo observó con los ojos entrecerrados mientras se preparaba para una salida por intento de watanabe, el cual Sonic siempre interrumpía para lograr cargarlo y evitar la lesión que el zorro podía provocarse.
No llegaron a planificar un día próximo. Su primera salida se dio una semana después.
Era domingo, Sonic iba a ir al colegio un domingo, rezó una noche para que Aleena no le preguntara el porqué, ya que la última vez pensó que Sonic se iría de la casa y tuvo un monólogo sobre la importancia de usar preservativos. Según Scourge, un día antes llevó a Miles a su hogar y Aleena dio el mismo discurso. Miles no quería volver a la casa de su pareja.
En el presente, Sonic obedeció los llamados. Al bajar, vio dos sillas sobrantes, pero no se detuvo a pensar en ellas, así que cargó a Classic para que alcanzara su asiento.
Sonic no hablaba de Amy o de Jules. Nadie los mencionaba, aunque había oído a Aleena llorar por lo que perdió de vez en cuando.
Esa mañana, alguien tocó la puerta, tan fuerte que colmó la paciencia de Scourge y él fue a recibir. Al no oír nada más que el sonido que indicaba que fue abierta, Sonic corrió para recibirla.
Amy no vivía con ellos. Había cambiado demasiado, Sonic la recordaba entrenando para ser la mejor gimnasta del mundo, y un día después se fue lejos de la casa en la que creció y se dedicó a todo lo que implicara defensa, por lo que se sorprendió al verla usando las muñequeras que le regalaron hace tanto tiempo.
La eriza rosa ingresó y saludó a Scourge, porque era el único que no la había ignorado cuando ella necesitaba a alguien, pese a que en su momento lo consideraban el peor patán. Sonic había tratado de convencerse que Amy seguía con el rencor en su interior, pero para los cinco años que habían pasado, no sintió que haya habido una superación. Estaba bien, el erizo sabía que no la merecía. Aleena vio a Amy y se aproximó para saludarla, pero la menor pasó por su lado sin prestarle atención y preguntó por su habitación.
Sonic no avisó que saldría, temía que su madre se sintiera peor incluso si era por unas horas o que tuviera miedo de que no regresara. Scourge convenció a Miles de volver a su casa, lo cual el erizo azul sintió contraproducente; Scourge presentaría a Miles y Amy lo aceptaría, pero cuando sepa de la existencia de Tails y su relación con Sonic, lo odiaría. Tails no merecía que lo trataran como el mayor estaba acostumbrado.
El cobalto ojiverde anduvo hasta el gimnasio pensando en por qué no pudo tener el mismo valor que su hermano mayor, por qué creyó en su madre y no en los esmeraldas que lo miraban llorando mientras su portadora gritaba que lo odiaba, antes de aferrarse a su padre.
—¡Sonic! —Eggman puso una mano arriba para saludarlo, de inmediato le prestó atención al resto. La competencia era en una semana, Rouge había alabado al "diamante" Silver más de la cuenta y estaba por ponerle un altar, mientras que Eggman trataba de controlarla diciendo que estaban en el mismo equipo, otra vez. El cualquier caso, Sally era la estrella de Eggman y Rouge no había tenido un rubí, como solía decir, desde Amy.
—Silver es especial porque prácticamente aprendió una Yurchenko antes de gatear —decía la quiróptera para poner fin a su disputa.
—¡Se corre para un Yurchenko! —Eggman le dio la espalda a Tails, evaluando las posibilidades de pedir un cambio de entrenadora o pagar cierta suma a Silver para que fallara un ejercicio y dejara a Rouge convulsionando de la sorpresa—. ¡Tails puede hacer un giro Rybalko con los ojos cerrados!
Tails aterrizó de la barra fija con seguridad para no inquietarse mientras hablaban sobre él, hasta que Acorn jaló de su colchón y la distracción produjo su caída sin gracia.
—Esto no tiene que importarte —le dijo peinando su flequillo—. En la competencia habrá gente moviéndose alrededor de ti, ¿fallarás?
Eggman los separó para que el zorro pudiera levantarse, aunque lo hizo con mayor rapidez cuando visualizó a Sonic. Antes de que pudiera estar frente a él, Sally lo detuvo con una palma en su rostro.
—¿Amy ya está en tu casa? —preguntó la ardilla.
—¿Sabías que vendría? —El cobalto apartó su brazo para que Prower pudiera acercarse a él—. Está.
—¿Y a dónde van ustedes?
Tails aparentemente se había enojado por la pregunta, pero también se sintió mal por ella. Sonic pasó un brazo por su espalda para tranquilizarlo, no sabía qué había ocurrido y no quería que siguiera de ese modo. Sonic no estaba con el mejor humor que tenía, mas no podía darle sus problemas al ambarino.
—A cualquier parque, uno cerca de la casa de Tails —respondió el erizo—. Se hará tarde cuando terminemos y no quiero que le pase nada.
—¡Cuida a la estrella! —Eggman lo gritó a propósito para que Rouge oyera y diera una perorata acerca de Silver y su aprendizaje perfecto.
—¡Lo haré, Eggcalvo! ¿Cuándo he dejado que cayera?
Tails sonrió. Desde que Sonic inventó ese sobrenombre, todos lo conocían así, incluso la murciélaga que siempre buscaba un motivo para alguien se riera de Eggman. Sally asintió hacia los dos y permaneció un momento viendo a Tails antes de tomar la iniciativa de regresar a la preparación del cierre de año.
La caminata fue silenciosa, nunca lo era desde que se conocieron. Un acto más entretenido fue que andaban con un brazo notoriamente más separado de su torso para tener la oportunidad de tomarse las manos y decir que fue un accidente, pero Sonic se perdía en sus pensamientos o se quedaba en plena formulación de una palabra, punto que retiró el encanto del juego.
Llegaron al lugar escogido para pasar la tarde y Tails disfrutó de las áreas verdes, su comunidad había hecho una gran labor por que el parque se mantuviera impecable y no podía creer que al fin pudiera dormir en el pasto sin miedo de despertar en una playa de dudosa reputación o sin sus pertenencias.
—¿Quién es Amy? —preguntó al bajar los brazos de su saludo posterior a un flic flac adelante.
Sonic dejó de acomodar lo que llevaron para almorzar tarde y miró a Tails por un instante. Tenía el brillo al que sería difícil negar, mas no contestó mientras terminaba de sacar las botellas de jugo, incluso pensó obviar la respuesta hasta que el erizo vio a Tails enviando un mensaje.
—¿Te llaman? —consultó con temor de que su merienda quedara inconclusa. Hasta el momento, pese a todas las señales y al conocimiento del colegio absoluto de que Sonic y Tails se gustaban, ninguno de los dos se habían dicho nada y eran los únicos que no sabían lo que el otro sentía.
—Miles me dijo que debo conocer a Amy, que fue gimnasta... Dice que está en tu casa, ¿quién es?
Sonic respiró hondo, no quería asustar a Tails, pero tampoco quería que se enterara de lo que ocurrió tan rápido.
—Es mi hermana.
—¿Dónde estudia? Miles me está escribiendo cosas, pero no quiero estar con el celular en la mano todo el tiempo —sonrió, dejando el equipo a un lado para imaginar que se encontraba en la viga de equilibrio—. ¡También es gimnasta! ¿Es mayor?
—Amy no estudia con nosotros, no vive aquí. —Sonic le entregó una servilleta a Tails, el zorro detuvo un fouetté y caminó hasta llegar al erizo detrás de él.
—Sonic, cálmate.
Él no se había percatado de que estaba haciendo las cosas demasiado rápido, lo que ocasionó un pequeño desastre que intentó reparar también, pero el más bajo puso una mano sobre la suya como el cobalto hacía consigo y tomó su mentón para que mirara sus ojos.
—Cálmate —reiteró con sutileza—. Está bien.
—No, Tails. —Sonic acarició el guante de Tails y se apartó levemente—. No quiero que te llenes de esto. ¿Cómo te ha ido?
—La competencia es en una semana —recordó el menor, gateó unos centímetros bajo la mirada de su acompañante—. ¿Puedo?
Sonic sonrió y Tails se recostó en su pecho. Solían hacerlo en el gimnasio cuando el ojiazul estaba agotado y Eggman no estaba cerca para pedirle a su estudiante que se enfocara en hacer las rutinas bien y no en conquistar a Sonic bien. Uno nunca sabía, en las prácticas podía salir perfecto y, a la hora de la hora, un fracaso. Además, Tails no era el único que iba a reñir con otros concursantes.
—¿Cómo te va a ti? —preguntó el vulpino.
—Alguien se lesionó en las prácticas de ayer. —Sonic suspiró porque él estuvo presente en las gradas, lo vio venir y, cuando dijo algo, el accidente ocurrió. El erizo iba a comentar que vio a Tails haciendo un ejercicio complicado, sino fuera porque el menor se levantó un poco y se acurrucó más contra él, lo que provocó una ola de emociones apacibles que opacó la anterior que lo hacía sentirse mísero. Pasó un brazo por la espalda del zorro y acarició sus colas, procurando no intimar demasiado o incomodarlo. Tails le había explicado una vez qué zonas eran para qué y Sonic no dudó en hacer que se sintiera cómodo con él tanto como el ojiverde disfrutaba.
—Sonic —llamó el menor—. Gracias.
El erizo tomó asiento con el menor para tenerlo cerca de sí. Tails cerró los ojos de inmediato en un acto que el erizo consideró adorable, una invitación a tomar su mejilla y lo aproximó para darle su primer beso. No había pasado ni tres segundos, al poner Tails una mano en la de su salvador para darse fuerza, alguien levantó al cobalto y lo golpeó.
—¡Aléjate de mi hijo!
Sonic nunca vio a Amadeus, el zorro alto estaba bastante enojado. Más que por él, el ojiverde intentó levantarse para proteger a Tails.
—¿Qué estás haciendo? —El menor se encorvó un poco ante los gritos de su padre, con evidente miedo, pero sin poder retroceder—. ¡Para esto salías! ¿Verdad? Si nadie me decía nada, ¡¿a dónde ibas a parar, Tails?! ¡¿A dónde?!
—Siempre me voy a entrenar, papá.
—¡Te ibas a un hotel y dejabas que te traten como una ramera! ¡Nunca ibas al gimnasio! ¡Querías libertad para revolcarte con él!
—¡Es la primera vez que hago esto!
—¡De pie! ¡Vete al carro!
—Pero... —Tails miró a Sonic, quería quedarse, no solo lo estaban ridiculizando, Amadeus no había actuado nunca tan molesto. En media divagación, el adulto se giró para patearlo, hasta que se percató de que su hijo no podía reaccionar y seguía en el suelo.
—¡Dije de pie! —Lo iba a tomar del flequillo, pero el más bajo obedeció al instante para evitarlo—. ¡No volverás a entrenar! ¡Te olvidas de la gimnasia! ¡De esa estupidez por la que decidiste desobedecerme! Te espera algo en casa, Tails, ¡y a ver si por fin obedeces!
—¡No estoy haciendo nada!
—¡Tú nunca haces nada útil por ti ni por nosotros! ¡Eres un inútil!
Tails respiró para no volver a hablar. Sonic lo vio correr con las lágrimas brotando de sus ojos zafiro hacia el vehículo que su padre estacionó sin que nadie lo notara.
—¡Oiga!
Sonic supuso que no tenía ninguna posibilidad con el zorro después de eso, pero necesitaba devolverle el puñetazo, como mínimo. El cobalto corrió lejos de él por su mayor velocidad, no fue a ver a Tails porque Amadeus se dirigió a su auto. Cuando quiso enviar un mensaje, se dio cuenta de que dejó su teléfono y lo mayor lo destruyó cuando lo vio sobre la manta que estaban usando.
—¡Cállate!
Tails no estaba haciendo ruido, mordió su lengua para no emitir ningún ruido mientras lloraba. Rosemary había permanecido en la puerta desde que su esposo salió y fue a ella a quien Tails corrió cuando su padre ni siquiera detuvo el carro, pero saltó. Rosemary abrazó al ambarino tembloroso y lo colocó a sus espaldas para enfrentar al mayor.
—¿Qué te pasa?
—¡Cuéntale! —ordenó Amadeus—. ¡Tu hijo se estaba besuqueando con un desconocido! ¡Como esas perras...!
—¡Cállate! —Rosemary abofeteó a su pareja mientras su cola acariciaba el brazo de su menor hijo detrás de ella—. ¡No puedes decir eso! ¡Es nuestro hijo! ¡Y creció!
—Fantástico, qué haga lo que quiera, que se vaya, se muera, pero ¡al gimnasio no vuelve!
Amadeus cerró la puerta en la cara de Miles, quien acababa de llegar luego de que Sonic contactara a Scourge por un teléfono público y le avisara de lo que pasó. Miles ingresó a la casa, cuando su padre se esfumó de la vista, señaló el lugar en el que apareció por última vez.
—¿Quién se ha creído?
Tails abrazó a su hermano y Rosemary se inclinó para estar a la altura de ambos. No podía creer que haya reaccionado así, Miles casi imaginó que lo colgaría o desintegraría en mil pedazos cuando supiera cómo era Scourge.
—Sonic está bien, Tails. —El azabache mostró la pantalla de su celular—. Llegó a su casa, sangró, pero estará bien. No se ha muerto nadie.
—Miles. —Rosemary lo silenció con una mirada—. Tails, nadie te detiene. No le hagas caso, se ha portado como un niño este día, para mí siempre vas a estar tú primero, antes que él y antes que cualquier otra persona. Ustedes son mis hijos, yo hablaré con él y le haré entrar en razón, porque hoy demostró que no ha madurado en absoluto y que no puede manejar una situación tan sencilla.
—¿Cómo supo dónde estaban? —consultó Miles—. ¿Los vigiló?
—Alguien llamó. —Rosemary limpió las mejillas de Tails con sumo cuidado—. Respondió el teléfono y salió echando fuego. Ya pasó, ya pasó, lindo.
—¿Quieres hablar con él? Papá le debe un celular. —Miles le entregó el suyo para que marcara al cobalto. Tails respiró profundo cuando la línea sonó, y contestaron al cabo de unos segundos.
—¿Sonic? —preguntó tímidamente.
Sonic colgó, y por ello se sintió tan culpable cuando las cosas comenzaron a salir mal.
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Huelga de hambre.
—¡No he tenido sexo en toda la semana! Miles me evita y evita mi...
—Sí, no quiero escuchar eso.
Sonic no contestó, habló ni vio a Tails desde lo que ocurrió con Amadeus. Lo quería, pero no actuar solo lo hizo sentir peor, mucho más con el regreso de Amy.
Tenía diez años cuando murió la parte que todos conocían de ella. Era el tiempo en el que sus padres se separaron, Jules regresó a la casa de sus familiares y le dejó la que construyeron en pareja a Aleena. Sin embargo, ella empezó a salir con el profesor de Amy, lo que dio pase a que pudiera entrar a la casa y verla de vez en cuando. Amy cada vez se convertía en todo, menos ella. Sonic la acompañaba siempre al gimnasio, ella no era buena con las barras asimétricas, pero Rouge siempre la ayudaba y le daba ánimo, crearon un vínculo sólido. De esa manera, Rouge notó que algo andaba mal con su estudiante. Eggman lo reportó, pero nadie hizo nada, la acusación desapareció de la mesa del director.
Un día, Amy se fue, llorando, regresó con su padre, ya que encontraron señales de abuso físico, y de la peor manera. Aleena no pudo creer que estuvo trayendo un monstruo a su hogar, que pudo lastimar y lastimó a uno de sus hijos. Amy recordaba a Rouge como la madre que no pudo tener y a Scourge, porque él la defendía, pero nunca olvidó la nula reacción de Sonic, lo odió. Cuando ella se fue, solo le pidió al ojiazul que viva con Jules también, pero Scourge conoció a Miles antes de dar una respuesta. Le dijo que esperara un poco, pero entre los erizos sabían que se quedaría.
En su ahora, Sonic vio a Amadeus haciendo lo que quiso con Tails, tampoco reaccionó y, si lo hizo, fue tarde. Tails no había hecho nada para que sea tratado de ese modo, Sonic sabía que nadie debía ser tratado así, pero lo permitió y dejó que Amadeus gritara, que hiciera sentir mal a Tails, que destruyera la confianza que había formado y que posiblemente lo siguiera humillando en su hogar. Sonic permitió que Tails ingresara al carro de alguien que quería destruirlo con sus palabras y, posiblemente, con las manos. No lo sostuvo como siempre hacía cada vez que iban al gimnasio, no lo atrapó, no lo abrazó, no le dijo que estaría bien ni luchó para ponerle un alto a su padre. No hizo lo que Eggman le pidió que hiciera, no protegió a la estrella. A su estrella.
Una vez más, se demostró a sí mismo que seguía siendo un inútil que no merecía el cariño de personas que probablemente ya perdieron lo que antes sentían por él. Como Amy, Tails debía aborrecerlo.
Tails tenía un llamativo color morado en la mejilla. Eggman se percató de eso cuando lo encontró en el gimnasio solitario, porque en lo restante, Tails lo ocultaba de alguna forma. Sally había sido quien sopló su ubicación, no tuvo reparo en confesarlo y le pidió disculpas.
El menor no reaccionó ante eso, ya había oído muchas disculpas antes, pero esta era diferente. ¿Qué esperaba que hiciera? ¿Qué su "discúlpame" le borrara la herida que le hicieron? ¿Qué se retrocediera el tiempo y no hubiera perdido lo que se esforzó por crear?
Miles fue al gimnasio y la golpeó en la nariz. Ella gritó algo sobre plantar una denuncia y Miles la persiguió por toda la instalación, le fue mejor en las barras asimétricas de lo que su tocayo imaginaba. Tails tuvo que tranquilizarlo, no quería problemas cerca del evento importante y no pensaba que mereciera la preocupación.
El día antes de la competencia, les pidieron que evitaran a toda costa cualquier lesión. Estaban en el gimnasio calentando, aunque en determinado momento Silver tuvo una mala caída y estuvo por darle un paro a Rouge, quien prometió dulces si juraban tener mucho cuidado.
Sonic no había hablado con él. Tails trató de comunicarse, habló con Scourge, incluso, pero Sonic dejaba de existir cada vez que quería acercarse a él. Tails se sintió mal en los días que pasaron, nadie lo agarró en las caídas que tuvo, fue directo a la colchoneta, tal y como ocurría antes de conocerlo.
Sonic se enteró del accidente en plena recuperación de clases el mismo domingo. Alguien llegó del baño gritando que había un muerto en el gimnasio, el profesor le pidió de inmediato que guardara silencio y diera una explicación, porque no existía un portal del lavadero a las barras asimétricas. El cobalto pensó que se refería a que dejaron un difunto en él, y solo podía imaginar lo horrible que sería la vista, pero el alumno se encontraba histérico mientras juraba que había cuerpo durante la competencia.
El docente llamó a Eggman, según lo que escuchó el erizo, y le pidió que corroborara el rumor del salón clausurado, porque un estudiante en su clase estaba delirando. Todos rieron por la ocurrencia, incluyendo el superior, pero su sonrisa se borró tan rápido como llegó y apagó el celular. Recibió una confirmación.
Sonic lo vio entrar un poco en pánico, llevó al que comunicó la noticia a su asiento y les pidió a todos que guardaran la calma mientras el pobre hombre sudaba frío, dijo que identificarían al zorro. El cobalto se levantó de inmediato y le preguntó a su compañero qué vio, a lo que él respondió que vio a un zorro fuera de un cuadrado gigante, pero no se movía y, cuando lo empujó para despertarlo, tampoco lo hizo, no respiraba, pero probablemente lo torturaron, porque se veía que había sido golpeado. Scourge le preguntó si tenía el cabello negro, respondió que no.
Solo había dos zorros en el colegio, y entre Miles y Tails, solo Miles tenía un mechón negro. Sonic gritó que tenía que salir, por lo que el maestro no lo permitió, y nunca lo habría hecho si otra persona no hubiera comenzado a sentir que le dolía el pecho. El cobalto aprovechó el desbloqueo de la puerta para salir, rogó porque no fuera Tails, le daría la calma que necesitaba, pero no podía descartar la posibilidad porque el aula de Tails se encontraba vacía.
Sonic llegó, aunque pisó un botador y cayó al lado de Silver, quien estaba siendo tranquilizado por Rouge, que ordenaba a los demás que siguieran al tercer personal y salieran de ahí, que no lo rodearan ni entraran al salón.
—¿Qué pasó?
Rouge vio a Sonic y cerró los ojos al apoyar su cabeza en Silver. Al darse la vuelta, Sally lo alcanzó, todos estaban hechos un desastre, él nunca la había visto llorar. La abrazó sin saber qué estaba pasando, mientras buscaba con la mirada a Tails, pero no lo vio por ningún sitio.
Todo el alboroto pareció incrementar cuando Eggman gritó: "¡Sigue!". El gimnasio entero comenzó a desesperarse y exigir que lo salvaran, que hicieran algo, pero la policía llegó antes que la ambulancia y no quería mover a Tails por temor a hacer más daño.
Sonic hizo a un lado a Sally para asomarse por la única puerta que daba acceso al salón donde solo se podían hacer rutinas de suelo. Eggman lo vio por el rabillo del ojo y le ordenó que saliera de ahí. Sonic no detuvo su andar y vio las dos colas.
Una vez que las personas adecuadas llegaron, los apartaron. Eggman le pidió a Rouge que se quedara, que ya habían llamado a los Prower, pero Tails no podía viajar solo, así que iría con él. No dejaron que Sonic subiera. El carro partió.
Sonic no entendió. ¿Qué hizo mal? Lo había visto hacer su rutina muchas veces, y en ninguna caída estuvo cerca de lastimarse, no solo porque el erizo siempre lo atrapaba, sino porque la mayor lesión que tuvo en dos meses fue la del tobillo, y antes nunca tuvo una, ¿qué pudo hacer para llegar a ese estado?
Sonic salió e interceptó a Sally para preguntarle qué ocurrió, pero ella tartamudeó que no tenía idea, estaba en las barras cuando un alumno sin uniforme de deporte comenzó a gritar que encontró un muerto. Rouge fue a ver qué pasaba y lo mandó a su salón, pero no regresó. Un profesor llamó a Eggman, él fue a buscarla de paso y encontraron al menor.
Antes de que siguiera, una oficial les pidió silencio total y que la escucharan. Encontraron una muñequera que, para un sitio aparentemente en abandono, era nueva. Llamaran a los respectivos encargados de investigar lo que ocurrió, pero tenían que salir de inmediato. El gimnasio estaría cerrado.
¿Quién lo lastimó?
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—¡Vete de aquí!
Todo comenzaba con gritos. Sonic retrocedió un paso al oír a Amadeus tratando de espantar su presencia, sin embargo, Rosemary tomó a su cónyuge del hombro con la finalidad de tranquilizarlo. La competencia se paralizó por lo ocurrido, posiblemente la reprogramarían. Sonic no correría si no hubiera sido de ese modo, y no era de su importancia: quería ver a Tails.
Sonic se acercó a un balcón del hospital mientras mecía el café que la madre de Tails le dio, aunque no sabía beberlo. Ella era gentil, Tails le contó que tenía un carácter aterrador que solía dejar ver en situaciones que en serio lo ameritaran, pero si no había ninguno, sería extremadamente amable y confortable estar a su lado. Sonic concluyó que Tails era una buena representación de su madre.
—Nunca te vi en persona —dijo la mayor cuando pasó por su lado—. Tails hablaba de ti todos los días.
El cobalto iba a responder que la atención era correspondida porque Aleena debía soportarlo hablando de Tails del mismo modo, de no ser porque un médico apareció para hablar con ellos. Sonic tomó asiento mientras oía, Eggman se paró cerca de él, podía regresar al gimnasio según dijeron, pero eligió permanecer un poco más hasta que estuviera seguro de que Tails despertó y pasaría de la noche, de ese modo retornaría con noticias positivas.
Aunque fue por mucho tiempo el aprendiz al que peor le iba, corregirlo siempre había resultado entretenido, desesperante, pero entretenido. Terminó siendo el único posible rival para la estrella que era Silver y la evolución que tuvo fue impresionante. Eggman miró a Sonic y pensó, que justo ese día como ningún otro no estuvo con él. Estuvieron inseparables por mucho tiempo para que la vida se le fuera en un día tan importante, Sonic no lo atrapó porque no estuvo presente.
—Se lo dije.
—¿Qué? —Sonic permaneció con la vista en los Prower.
—En realidad, no se lo dije. Amadeus vino gritando que fuiste el culpable de lo que le ocurrió a su hijo, cuando intenté decirle que no, saltó, así que le mandé los videos de seguridad del gimnasio. Ahora sabrá que ustedes estuvieron en posiciones incómodas, pero verá que nunca lo dejaste caer.
—Lo dejé caer ahora.
Sonic observó a Amadeus volver a tomar asiento. No se había percatado de que tenía una gorra azul con la foto de su hijo en el centro y unas banderas convenientemente guardadas en sus bolsillos. Rosemary compartía la misma vestimenta. Sonic sonrió, no pensó que irían a verlo, y seguro que Tails tampoco lo imaginaba.
Rosemary pasó a ver a Tails, indicaron que se encontraba estable por el momento. Sonic volvió su mirada a Amadeus mientras este veía la pantalla con el ceño fruncido. En determinado instante, maximizó el video para saber si Tails cayó sobre el torso de Sonic o sobre su cara. El cobalto carraspeó luego de inclinarse y recordar que fue sobre lo segundo.
Miles llegó de la mano con Scourge, su padre saltó cuando vio al erizo verde. Dirigió su visión a Scourge, a Sonic, a Scourge, y finalmente asintió hacia Sonic con una expresión más tranquila. Aprobado.
El celular de Scourge resonó en el pasillo silencioso. Miles preguntó si era Silver, el nombre "al que le gusta la de Shadow" fue la afirmación que necesitó.
—Silver nos ha llamado todo el maldito día... el día —corrigió luego de saludar a su padre—. Pregunta por ti.
Sonic tomó el teléfono. Amadeus lo miró con una expresión dura, por ende, el erizo soportó decirle que no se preocupara, Tails era el único amor de su vida.
—¿Qué pasó?
—Esas muñequeras con un corazón mitad rojo y mitad morado las entregaron en el dos mil dieciocho, y no nos dieron nada a los hombres. Es una muñequera nueva y de mujer, alguien que lo haya usado, ya la habría tirado.
—Silver, no sé de qué estás hablando.
—Nos interrogaron, Sally yo dijimos lo que sabemos.
—Yo sigo creyendo que fue alguien externo —interrumpió la voz de Sally en el fondo.
—¿Con las llaves del salón del que todos teníamos una copia? Los estudiantes desde hace cinco años ya no las tienen, no se las dan por seguridad, y solo quedamos... —El tono alegre de Silver bajó un poco—. Cinco con ellas. A ver, tú, yo, Blaze, Amy y Vainilla... Y los profesores. ¡Sally! Quédate aquí.
—¿Qué tienen?
—Vainilla tiene una vida al otro lado del planeta y Blaze está internada en el hospital. Solo quedarían Amy y Sally, Rouge, Eggman y un señor que no veo desde que Amy se fue, pero Amy no está, ¿no?
—Silver, Amy regresó hace una semana. Se va... Dame un minuto... Un momento, no llegaré a mi casa en un minuto. —Sonic jaló a Scourge del saco negro, lo cual ocasionó que Amadeus notara que tenía la mano extendida en las colas de su hijo mayor. Miles simuló no darse cuenta y reprender a su pareja por algo que estaba disfrutando.
—¿Y ahora? ¿Amy le rompió el cuello?
—Scourge, ¿puedes preguntarle si sigue en la casa?
—Sigue en la casa. Si hablaras con ellas, sabrías que se va al mediodía.
—Si dejara que hable con ella, lo sabría. —Sonic se detuvo frente a las puertas y presionó el botón para que el elevador llegara a su piso.
—El celular es mío —espetó Scourge al ver a su hermano dejarlo caer por una distracción
—Sí, te lo regreso después, el mío... murió de una forma brutal.
Sonic llamó a Amy poco después de subir a un autobús, cuidando su pronta respuesta y que nadie le arrebatara el teléfono del ojiazul. Amy contestó de inmediato, el cobalto pensó que sería agradable si hiciera lo mismo con él y no lo mandara al buzón como solía hacer. Un cuarto para las doce y tendría menos posibilidades de encontrarla.
—¡Amy!
—Sonic, no tengo tiempo para lidiar contigo y no quiero hablar contigo..
—¡Solo espérame!
—No molestes, mejor ten una larga conversación con el epitafio de Tails.
Sonic hizo una mueca de molestia, no quería jugar con un tema delicado.
—Tails está vivo.
—Lástima.
Así que Sonic no la iba a encontrar. El cobalto miró por la ventana del medio de transporte, evaluando los a favor de correr largas cuadras hasta su hogar. No podía dejar que Amy se fuera porque no la vería hasta dentro de mucho tiempo y no había arreglado nada con ella. Lo que pasó con Tails solo aceleró todo.
—Te falta el par —observó el ojiverde al bajar la mirada en el asiento frente a él—. Estuve en el gimnasio, Silver me habló de la muñequera. Nunca la estrenaste porque no volviste a ir, olvidaste por completo y tienes la llave donde encontraron a Tails. ¿Por qué?
—Para eso querías llegar, para acusarme. ¿Crees que tuve algo que ver en lo que pasó con Tails? Te digo, porque no necesito tu lástima. ¡Yo estuve ahí!, sé qué pasó porque lo vi.
—¡Amy! —Sonic golpeó el respaldo, el hombre frente a él giró para pedirle que no lo hiciera otra vez, pero lo vio con un semblante tan malo que prefirió eludirlo—. ¿Por qué no nos dijiste nada? ¿Qué sucedió?
—¿Para que me encierres? ¿Para que me lleven como una criminal y fingir que no existo? ¡Es lo único para lo que son buenos!
—¡Esto es serio! Pudo tener otro tipo de final, lo acusan a él y...
—¿Quieres saberlo? Te preocupa Tails demasiado, no dejas de hablar de él, de su sonrisa, de sus ojos, de sus saltos, ¡cuando yo era pequeña nunca te importé! Alguien me hizo sentir una basura y ustedes no hicieron nada, pero ahora que Tails está mal, ¡todos corren por él! Tú, Scourge, incluso mamá, pero ¡cuando yo estuve mal solo Scourge se preocupó por mí! ¡Tuve que salir de esta casa para saber que le importaba alguien! ¡Tú nunca decías nada!, pero ahora sí eres capaz de poner un alto, de gritar. Tails se está muriendo, ¡me alegra! No puedes salvar a nadie, Sonic, no te engañes.
—Amy, es diferente ahora. No sabía cómo reaccionar antes, yo no soy igual que Scourge, pero también te habría salvado como hacía con tus caídas. Amo a Tails, todos siempre te hemos querido aquí, ¡eres mi hermana! Pero Tails está mal por algo que tal vez no fue su responsabilidad. No tienes que desquitar en él algo que te hice, no es su culpa, es mía. No lo hagas por mí, por él. Nosotros podemos conversar sobre esto, pero Tails...
—Nunca haría algo por ti.
Amy colgó. Sonic tenía mucho por asimilar, en ningún momento, en toda la semana que volvió no se puso a pensar que hablaba de su vida en lugar de prestar atención a la de Amy, ella ni siquiera le dirigía la palabra. No se había percatado de que Tails era su tema de conversación recurrente: Sonic no podía dejar de pensar en él, pero no pensó que sería un problema.
Tuvo que tomar otro carro, pero debido a que le faltaba un sol para subir a uno de regreso a donde se encontraba el menor que ansiaba ver, tuvo que correr. Silver llamó en el peor momento. Sonic dudó entre colgar o contestar, pero supuso que el albino pudo llegar al hospital y quería informarle de algo importante.
—¡Scourge! ¡Dile a Sonic...!
—Soy Sonic.
—¡Tienes que venir al gimnasio!
—Tengo que regresar con Tails, no estoy en el hospital ahora, estoy por llegar.
—¡No! ¡No! ¡Tienes que venir! ¡Mira...! ¡Videollamada!
—Silver, ahora no tengo tiempo. —Sonic cortó la comunicación y le preguntó al cobrador cuánto tiempo se quedaría estacionado durante una luz verde si ya habían recogido a gente hasta para cubrir tres días.
En el corto trayecto, Sonic coincidió por primera con Miles en una línea de pensamiento: Silver insistía demasiado por que le contestaran, incluso en un audio mandó a Shadow a amenazarlo si seguía ignorándolo. Contestaba y colgaba, esperado que cuente como que sí sabía de su existencia molestando la suya en un momento tan crucial.
—¿Por qué no le contestaste a Silver? —vociferó Scourge apenas si salió del ascensor, se acercó intentar recuperar su celular, pero Sonic lo esquivó.
—¿Cómo sabes eso? —El erizo miró un segundo después a Miles arrepentirse de tirar su móvil al tacho de basura y llamar a su pareja para que lo ayudara. El timbre volvió a sonar.
—¡Contesta a ese muerdealmohadas antes de que tengamos un segundo heri...! —Scourge cubrió la boca de Miles para que su padre dejara de necesitar la máscara de oxígeno que tuvieron que concederle luego de ir al baño para mojarse la cabeza y encontrar a Miles mojando otro tipo de cabeza. Scourge ganó el mismo golpe que Sonic días antes, pero no contestó porque a Amadeus se le subió la presión.
—¡Videollamada y cierra la boca! —Silver giró el sentido de la cámara para que dejara de ser frontal y se enfocó en la pantalla de la competencia.
Era un video desde el canal que Amy usaba para compartir su vida escolar, consejos e historias de sí misma. Silver corrió para estar más cerca de la proyección, las personas alrededor veían atentamente lo que ocurría, incluso los oficiales que se encontraban evacuando la zona detuvieron sus funciones y la sala permaneció sin ningún ruido, lo que dejó oír cada palabra.
—Mira esto, es Amy —murmuró el erizo del otro lado.
— "¡Bien! Este era el gimnasio donde yo practicaba de pequeña, sé que tiene un nombre parecido a una escuela, es que está dentro. Hasta donde sé, solo usan un lado ahora, el más grande, pero primero veremos mi cuarto preferido para practicar mis rutinas de piso. Intentaré hacer saltos para saber si aún recuerdo algo después de tantos años sin hacer un volantín. Que quede registrado: cinco años después de ser gimnasta".
Sonic vio a Amy mientras ella caminaba hasta la única entrada del lado este. Sacó la llave, pero no pudo abrir la puerta porque se enganchó con su muñequera, razón por la que se la retiró y empujó. Hacía bastante que el cobalto no la veía sonreír, era como un sol en familia, era la más alegre y procuraba que todos compartieran la misma emoción.
—"Empezaremos con un... ¡No!"
El video mostró a Sally subiendo la plataforma, movimiento que desorientó a Tails en medio del salto y provocó que aterrizara con la cabeza. El vulpino tuvo una caída desagradable y contundente, esto lo inmovilizó de inmediato, aunque Sonic estuvo seguro de ver que intentó levantarse antes de rendirse como si no se hubiera dado cuenta de lo que ocurrió, hasta que su cuerpo sí lo hizo y dejó de pelear.
—"¡Sally! ¿Qué es esto?" —Amy se acercó a Tails, ocultó el celular bajo el piso, pero incluso así se podía oír que comenzó a hiperventilar.
—"¿Yo? ¡El niño saltó!".
—"¡Manipulaste la altura! ¡Era un salto a rodar! ¿Por qué tú hiciste eso?" —se dirigió la ojiverde al vulpino-. "¿Él es Tails? ¡Tails!".
—"Amy, despierta. ¿Sí te has dado cuenta?".
—"¿Por qué?".
—"Ya eres parte de esto. Tails iba a ser lo que fuera por atención, iba a tener un buen puntaje, y mira" —movió al zorro con un pie—. "Él iba a hacer esto por sus padres, por la competencia, por enorgullecerse a sí mismo... ¡Por Sonic! Se creyó cuando le dije que a tu hermano le gustaría que lo hiciera. ¿Cuándo Sonic hizo algo por ti sin que estuvieras dañada antes? Cuando te dañaron, él no hizo nada por ti y Sonic hizo lo mismo con él. Déjalo pasar, por favor".
—"Pero Tails...".
Amy movió la cámara hacia su pecho, Sally lo vio y la apuntó.
—"¿Estás grabando?".
—"Iba a, quería practicar. Está apagado".
Sally la miró un momento como había observado a Tails, y regresó al certamen. El video se puso en negro porque Amy dejó el celular en el suelo tratando de que Tails le hablara, pero, al no recibir respuesta, salió. El video terminó.
—Amy. —Scourge la mencionó para que Sonic se percatara de que no llegó solo al lugar. Rose sintió el peso del padre de Tails en ella, así como de sus propios parientes y las personas ajenas que oyeron el video dada la cercanía y el volumen que no se moderó por el subitáneo informe.
—No lo hice por ti, lo hice por mí. Fui a grabar para recordar. —La ojiverde rosa se detuvo a su lado—. Tardaron en venir porque tuve que buscar a alguien que les avisara. No quería interrumpir la competencia, ¡tenía miedo! —Amy fue abruptamente pausada cuando su celular timbró, resopló con mesura-. Sally.
—¡Grabaste!
—No debí mentirte, lo siento. Eres mi mejor amiga, pero no podía desquitarme con Tails. No me hizo sentir mejor y no era ninguna rendición de cuentas, no quería caer en la misma indiferencia que mis familiares. Lo siento, pero quiero mantener a la persona que me hizo recordar a mí, conmigo. —Amy inhaló para mantener serenidad, pero había trabajado mucho para salir adelante—. Tú sabías que un profesor me obligó a hacer el mismo salto, pero me negué y el cobarde me castigó como solo un monstruo puede hacerlo. Me dolió, Sally, vi en ti lo mismo que vi en él, eso arruinó a mi vida, no arruinarían otra —dio una media sonrisa—. ¿Sabes? Tengo dos cuñados y no voy a perder a ninguno de mis hermanos por ti. Cuídate.
Amy abrazó a Sonic cuando colgó la llamada. Comenzó a llorar contra él, pero el erizo sabía que no debía martirizarse por ello, tenían que hablar con toda su familia para entender y Sonic la ayudaría a no caer jamás.
—¡Tails despertó! —exclamó Rosemary al abrirse camino. Sonic correspondió a la menor con más fuerza y la tranquilizó.
Jamás.
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Pasaron unos días antes de que pudieran intercambiar palabras. Sonic usualmente llegaba para ver al menor cuando este ya se encontraba dormido. Su habitación se llenó de regalos y flores, brillantes girasoles repletos de pétalos que Sonic recolectaba para él y a las que Prower no dejaba de mirar cuando el sol alumbraba por la ventana y sabía que no encontraría al erizo por ningún lado.
La competencia quedó en el olvido por un tiempo. Tails solo había completado dos aparatos antes del accidente, y su padre no dejaba de ver las repeticiones mientras cambiaba de cara por cada giro o soltada que su hijo realizara en el aire. Rosemary le había contado que sus rutinas le encantaron tanto que un día encontró a Amadeus tratando de pararse de cabeza mientras Miles tenía marcado el número de emergencias.
Por otro lado, Jules había regresado a casa luego de enterarse de lo ocurrido. Amy insistió en que no podían hablar por separado, así que sentó a todos en una mesa de la que ninguno se fue hasta que lograron decir aquello que ocultaron desde hace cinco años, y más, porque a los problemas que tenían no podían buscarles una solución en silencio. Sonic estaba feliz por ver a su familia volver a unirse, no pensó que haría falta que peligre la vida de alguien que aún no tenía mucho vínculo con ellos, pero que al parecer tuvo un fuerte impacto. Este mismo pensamiento le hizo darse cuenta de que no llegó a presentar la propuesta.
—Vi el elemento que hiciste en la barra fija, el que estoy seguro de que no existía hasta que olvidaste que seguía un tkachev, pero implementaste una suelta de tipo kovacs. —El sábado por la mañana, Sonic visitó a Tails durante su desayuno y al fin pudo ver sus ojos azules brillantes observándolo desde la cama. El menor lo llamó para se acercara a él, aunque no pudo abrazarlo hasta que persuadieron a su padre para que les diera un tiempo a solas.
—¿Fue muy obvio? —preguntó Tails en broma—. Era improvisar o hacer una salida antes de que termine mi tiempo. Nunca pude mostrar que practiqué una tsukahara, supongo que el aparato de salto me seguirá esperando, aunque el segundo no lo pude perfeccionar.
—Lo podrás volver a intentar, pensaba que harías el que incluía medio giro.
—Sonic, mi tsukahara incluía un medio giro.
—Ah, ¿de verdad? —El erizo dio vueltas la punta de la cola del zorro mientras jugaba distraídamente. Tails lo golpeó suavemente con ella—. Tuviste el puntaje más alto en la barra fija, y pensar que en las asimétricas te sentaste en mi cara, ¿cuándo lo haremos de nuevo?
Tails volvió a agitar su cola para molestar a Sonic. El erizo se inclinó sobre él un momento para levantar su flequillo, sin dejar de observar lo que hacía el otro debajo. Una enfermera pasó por la puerta como quien curiosea sin poder disimular.
—La noticia es que a tu elemento improvisado quieren agregarlo al código de puntos —añadió el erizo ayudando al menor a encontrar comodidad en sus almohadas—. Un representante vino a Mobius, dejaron un mensaje. Esperan que lo compitas en un evento oficial, incluso si alguien más lo intenta, el honor ya es tuyo. Le dieron el valor D.
—No juegues Sonic, no es divertido.
—¡No es juego!, es verdad, si lo compites, tendrás tu propio elemento: El Prower. —Sonic intentó hacer el saludo que Tails realizaba antes de comenzar un ejercicio y golpeó su muñeca con el borde de la mesa—. Tails, nunca te pedí perdón por lo que pasó el domingo. —El erizo aprovechó que el ojiazul acercó una mano hacia él para tomarla—. Por lo que pasó con tu padre y la competencia...
—Sonic, cuando me recupere, ¿te gustaría salir otra vez? Mi papá no intentara matarte, lo prometo. No te disculpes por eso, mi papá no me golpeó, yo me caí contra la bañera. De cualquiera manera, él te hizo más daño a ti. Respecto a la competencia... No fue tu culpa, debí mantenerme fuerte en lo que sabía, quería impresionar a alguien...
—Sally bajó la plataforma. Cuando practicabas, te distraía que lo hicieran, y lo hizo.
—Lo sé, pero no estoy molesto con ella. —Tails subió un brazo con cuidado para frotar con la yema de sus dedos el nuevo girasol—. Si debo ser quien me disculpe, me disculpo, pero también la perdono.
Sonic besó su mejilla para provocarle cosquillas y hacer resonar su risa una vez más.
—¿Todavía te gustaría ir a mi casa? Mi mamá no dará una charla de condones como lo que sufrió tu hermano y no usaremos uno... Porque no haremos nada de ese tipo.
—Todavía. —Las orejas de Tails enrojecieron cuando Sonic trató de descifrar a qué se refería—. Hasta que me recupere por completo, me gustaría estar contigo.
—¡De acuerdo! La hora terminó. —La misma enfermera tocó la puerta para que Sonic se retirara. El cobalto se puso de pie al mismo tiempo que agitaba una mano para despedirse, pero cuando la puerta se iba a cerrar, volvió a ingresar con rapidez para confesar lo que tenía guardado desde el primer mal aterrizaje.
—¡Tails! Si yo te preguntara si quieres salir conmigo, y no a un lugar, ¿aceptarías?
Prower jaló a Sonic hacia la cama para besarlo bajo la mirada de la mujer de blanco y la de Amadeus disfrazado de conserje.
Tails rio cuando intentaron separar al zorro mayor de la recién confirmada pareja de su hijo. Aunque no se armó un escándalo, Amadeus permitió que los dos tuvieran un último contacto físico antes de verse en la tarde. El nuevo martirio sería para Miles, ya que Amadeus incluso inventó maravillas del erizo azul para enfatizar la suerte que tenía el menor de los gemelos.
Después de todo, cuando la segunda visita real al hospital se hizo para darle la bienvenida al mundo a su primer nieto, Sonic ya había demostrado, y hasta el agotamiento, que siempre estaría para Tails.
En cualquier o ninguna caída.
Fin
✧✧✧
Buenas noches, espero que se encuentren bien y hayan tenido un buen día. El Prower.
Muchas gracias por la paciencia y sus comentarios, es bastante entretenido hacer esto y leerlos. Un punto que quería mencionar es que se me pasó algo.
Antes de los capítulos iba a subir un apartado donde pusiera gif o fotos de los elementos que se mencionan en la obra, esto porque no sé si por su cuenta buscan, por ejemplo, qué es maloney o un pirouette y no quiero que eso se quedé en cero, así que este fin de semana voy a subir ese nuevo apartado, solo de gif y fotos para que puedan saber a qué me refería cuando los escribía.
Muchas gracias por todo, cuídense, hasta mañana.
=)
-KatheDoll.
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