€apitulo I
Ambos chicos estaban en uno de los más importantes locales de Seúl, disfrutando nuevamente de una noche de locura y fiesta.
El local rebasaba de gente, de los más renombrados en la ciudad. El alcohol corría de mano en mano, lo mismo que las drogas y el sexo que se podía ver en cualquier rincón oculto. En este estatus social la marihuana ya era casi como un cigarrillo más. Al haber alto poder adquisitivo, los vendedores de drogas sabían que este era mercado seguro.
Ya se había tomado dos pastillas cada uno, de las 6 que habían comprado. Yoon Soo bebía su quinto vaso de vodka y Tae de whisky. Los había contado.
Tae Hyung y Yoon Soo bailaban en la pista, lo que ambos habían consumido los llevaba a aquel lugar en donde la presiones de ser quienes eran, se olvidaba y solo eran ellos mismos. Tae Hyung con un trago en su mano y la otra en la cintura de su mejor amiga. Yoon Soo abrazaba a su amigo por los hombros para no perder el ritmo de la canción que sonaba de fondo.
Ambos eran observados desde la barra por él a quien se le había encargado la misión de protegerlos a ambos. El chico no quitaba los ojos de ellos, estudiaba cada uno de sus movimientos, sabía lo que habían consumido que los tenía en ese estado tan perdido, sabía cuántos tragos habían consumido y cuantos más le faltaban por consumir.
Esta era la cuarta noche que salía a seguirlos y estudiarlos, sabía que esta misión sería la más difícil de todas, sus instintos se lo decían. Ellos estaban viviendo la vida que a muchos les gustaría vivir. Fiestas, alcohol, drogas, dinero, reconocimiento: descontrol. Pero desde que comenzó a seguirlos había algo que aún no entendía.
De Tae Hyung ya no era ni siquiera necesario mencionarlo. El chico tenia lo que quería en un abrir y cerrar de ojos, pero no tenía el amor de sus padres. Y como se lo había mencionado quien lo había contratado el chico era brillante y muy amoroso, con quienes si lo merecían. Pero aquel desprecio de sus padres era su piedra en el zapato. Por eso se refugiaba en la familia Min, quienes eran los privilegiadas de recibir aquel amor que el chico tiraba a borbotones, en especial Yoon Soo. Pero no entendía cuál era la motivación de ella.
¿Por qué? ¿Por qué una chica tan importante destruía así su vida? ¿Por se comportaba así? ¿Por qué daba su vida por perdida? ¿Por qué consumía lo que consumía? ¿Por qué le hacía creer al resto que no le importaba nada?
- ¿Hasta qué hora estaremos aquí? – le hablo el chico a su lado.
- 10 minutos más – dijo comprobando su reloj. Eran exactamente las 3:50 am y los chicos solían salir de fiesta solo hasta a las 4:00 am.
- Estoy agotado, mañana tengo clases – le reclamo su mejor amigo.
- Lo sé, lo sé – dijo cabizbajo también algo cansado – yo también, pero sabes que no puedo irme sin comprobar...
- Donde y con quienes se van, lo sé – dijo resignado su amigo – veo que no será tan fácil como otras veces.
- Por eso pedí la ayuda de ambos – le dijo abrazándolo por los hombros.
- Si, lo sé y sabes que puedes contar con nosotros – le sonrió sin quitar la vista en los chicos que algo conversaban – mira está buscando las llaves.
- Bueno es tu turno amigo – le hablo.
El chico se tomó de un trago aquella soda que había pedido y se encamino a la pista de baile. Rápidamente una chica lo miro y sonrió, él contesto coquetamente y se encamino donde ella. Lo importante no era la chica con la que bailaría, el propósito era estar cerca de ellos y ver que decían. Estiro su mano, mientras bailaba con la chica de espaldas al castaño, estiro su mano u hábilmente saco las llaves sin que el chico se diera cuenta.
- Listo – dijo al aire mientras seguía bailando con la chica, que más que bailar parecía que tenía sexo con ropa a rozar cada parte posible de su cuerpo contra la de él.
- Gracias – dijo el otro a su oído.
Tae hyung buscaba, ya fuera del local, desesperado las llaves de su vehículo sin éxito. Estaba tan drogado y perdido que no lograba entender nada.
- Taeeeeee – le hablo la chica abrazándolo – me quiero iiiiiiiiiiir.
- Lo sé – hablo torpemente – pero no encuentro las llaves de mi auto.
- ¡Idiota!
- Vámonos en un taxi – dijo subiendo los hombros.
- ¡Hey son Kim Tae Hyung y Min Yoon Soo! – grito alguien.
Los chicos reaccionaron, dentro de lo que sus estados alcoholizados y drogados les permitió, pero no pudieron ser tan rápidos. Los flashes de las cámaras ya los apuntaban imposibilitándoles aún más la visión.
Alguien tomo desde los hombros a Tae Hyung poniendo una chaqueta en su cabeza para hacerlo caminar. El castaño se quejaba mientras caminaba y llamaba a su amiga, pero quien lo llevaba solo lo arrastraba, de pronto sintió como se detenían y lo hacían subir a un auto, cuando logro sacarse la chaqueta de la cabeza vio que estaba dentro de un taxi. Quien conducía era un sonriente y joven muchacho.
- Buenas noches, mi nombre es Ji Min y seré su conductor – dijo sonriendo el joven.
- Mi amig....
- Tranquilo la vi subir a un taxi, ¿Dónde te llevo?
Tae Hyung que aún estaba muy drogado y borracho, solo le dio la dirección de su casa, apoyo su cabeza en el asiento y se durmió.
Yoon Soo estaba siendo atacada por los paparazis que estaban fuera del famoso local, no era primera vez que le pasaba pero a diferencia de otras veces Tae la había dejado sola. Aquella tercera pastilla que su mejor amigo le había dado no la dejaba escapar de la sensación que tanto le gustaba. La situación no era muy buena y Yoon Soo no sabía que hacer, comenzó a respirar agitadamente. Esta sensación era distinta a todas la que había experimentado, su pecho dolía y sus manos estaban sudando frio.
De pronto sintió como le ponían algo sobre su cabeza y era tomada por la cintura y por las piernas, alguien la estaba llevando a alguna parte, aquello fue mucho peor porque no veía quien era y se comenzaba a sentir mucho peor.
- Cálmate – le hablaron suavemente. Ella trato de salirse de los brazos que la sujetaban pero no podía - ¡Shhh! Tranquila – dijo la voz ronca y pausada sobre la cabeza de la chica.
- ¿Dónde me llevas? – trato de hablar con claridad pero estaba costándole de sobremanera y estaba asustada. Mucho.
Tae Hyung la había dejado sola por primera vez y no le gustaba la sensación. Alguien la llevaba a alguna parte y no sabía dónde, porque tampoco veía donde. La bulla de las cámaras había desaparecido, pero aquello no le daba aun tranquilidad a Yoon Soo.
El chico que la llevaba, porque por su profunda voz lo pudo saber, seguía caminando. Pasados unos minutos por lo que pudo suponer él se detuvo y la bajo. Yoon Soo estaba tan inestable, su estado fiestero y la falta de aire, que ahora tenía más controlada, le habían quitado las fuerzas.
- Tranquila – le hablo el hombre – solo te subiré a un taxi.
- No – dije tratando de respirar – no me hagas daño, por favor.
- No lo haré, estoy para protegerte – y no supo porque pero confió. Un desconocido que la había salvado de los paparazis.
Yoon Soo se sujetó del brazo que aun rodeaba su cintura y trato de sacarse la chaqueta que cubría su cabeza. Él la ayudo porque definitivamente no lo estaba logrando.
Cuando su rostro quedo en el campo visual de Yoon Soo su corazón dio un salto que la dejo sin aire, él era realmente guapo, llevaba una gorra negra que no dejaba ver con claridad sus ojos. Lo que sí pudo distinguir fue la hermosa y blanca sonrisa que la saludaba. Quería ver más pero no pudo, el hombre que estaba frente a ella la movió sumamente para que entrara a la parte trasera del auto.
Una vez dentro vio como él rodeo el auto para subir a la puerta del conductor. Sus ojos pesaban, estaba cansada, drogada, borracha y simplemente se dejó ir.
En fin, si él es un asesino, es uno bastante guapo. Me da lo mismo.
Antes de partir el chico recibió un texto "paquete entregado" y sonrió. "gracias amigo" respondió encendiendo el auto y miro hacia atrás en donde encontró a la chica acostada a lo largo del asiento. Su cabeza estaba media cubierta con la chaqueta que el mismo había puesto, el corto vestido negro con detalles plata que llevaba dejaba a la vista sus largas, tostadas y tonificadas piernas, aquello lo hizo avergonzarse un poco por lo que tomo la manta que estaba en el asiento del copiloto y la cubrió.
Cuando hubo llegado a la casa en donde vivía Yoon Soo, el mayordomo que lo reconoció lo guio hasta la habitación de la chica que traía en sus brazos. Entro en la habitación y se dirigió a la cama que estaba con sus cubiertas semis abiertas, la dejo suavemente ahí pero ella le sostuvo el brazo nuevamente.
- No, no me hagas daño – dijo entre sueños.
- ¡Shhh! Ya estas segura – dijo soltándose suavemente de su agarre.
- No – dijo haciendo un puchero.
- Tranquila – susurro – ya estas segura.
- No se tu nombre – dijo medio abriendo los ojos.
- Ya lo sabrás – dijo cubriéndola con las mantas.
Ella se acomodó y finalmente se durmió nuevamente. Cuando el chico comprobó aquello salió de la habitación en donde lo esperaba el mismo mayordomo que lo había recibido. Este le dio una sonrisa cancina y algo triste.
- El señor Min quiere hablar contigo – le dijo.
- ¿Aún está despierto?
- Me pidió que lo despertara cuando volviera – dijo aludiendo a la chica dentro de la habitación – no pensé que serias tu quien la trajera.
- Bueno las cosas no salieron como siempre esta vez – le contesto el chico mientras lo seguía hacia el despacho que ya conocía.
La gran casa estaba en un silencio profundo, eran las 6:30 am por lo que pudo comprobar en su reloj, estaba cansado y mañana tenía que ir a clases a las 10.00 am. Por lo menos podré dormir un poco, pensó cuando dentro del despacho una voz les hizo pasar.
Educadamente se inclinó frente al hombre mayor que estaba sentado en uno de los sillones de la estancia. Con su cara de sueño y preocupación, su pijama y una bata de dormir que lo abrigaba. Tomaba un té, que el chico pudo reconocer de canela, ya que el olor inundaba la estancia.
- Sr. Min, buenas noches – dijo de pie saludándolo nuevamente.
- ¿Cómo estas muchacho? – le pregunto – ven toma asiento.
- Gracias – dijo caminando al sillón frente al hombre mayor – todo bien, ella está durmiendo y su amigo llego hace 1 hora a su departamento. Mis amigos me ayudaron esta noche y uno de ellos se lo llevo.
- Gracias – dijo suspirando – gracias por el trabajo de ambos. ¿Qué fue esta vez? – pregunto queriendo saber por qué los chicos se habían separado.
La mayoría de las veces llegaban juntos a la casa haciendo alboroto y despertando a todos los que dormían o bien se iban al departamento que Tae Hyung tenía en el centro de la ciudad y ella no aparecía en casa hasta la tarde siguiente.
- Cuando salieron del local de siempre habían varios paparazis que los reconocieron – dijo haciendo un rápido resumen – no estaban en buen estado así que con mi amigo nos separamos para sacarlos rápido de ahí.
- Gracias muchacho, sé que hiciste bien – dijo dándole una casada sonrisa – ahora vete a casa y descansa.
- Señor, no se preocupe por las fotos tengo a un compañero ya trabajando en sacar todas las fotos de las páginas web o de los diarios – dijo poniéndose de pie.
- Gracias muchacho – se puso de pie conmigo y extendió su mano que el joven tomo – gracias por ayudarme.
- Señor usted me contrato y este es mi trabajo – dijo entregándole una conciliadora sonrisa – será más difícil esta vez, creo, Tae Hyung no es una muy buena influencia pero ya veré como soluciono eso.
- Ese chico está solo, sus padres nunca le pusieron freno. Dentro – hablo el hombre mayor tocando el pecho del más joven – hay un chico perdido queriendo llamar la atención de sus padres pero a estos ya no les interesa. Más ahora que es mayor de edad.
- Si eso pude averiguar, pero no se preocupe – dijo sonriendo – tratare de protegerlos a los dos.
- Y te lo agradezco. Tae Hyung es un buen chico solo necesita de alguien que lo guie y lo apoye – dijo pensativo haciéndolo caminar hacia la puerta principal – vete muchacho es muy tarde y debes descansar.
- Gracias señor, usted también. Me estaré comunicando con usted – dijo ya en la puerta principal – buenas noches Sr. Min.
- Buenas noches Jung Kook.
El Sr. Min espero en la puerta hasta que Jung Kook subió a su camioneta y salió de la casa. Suspiro largo y profundo preocupado y esperanzado de que aquel chico lo ayudara a rescatar a su nieta y a Tae Hyung del mundo en donde él veía que se perdían más y más.
Le recordaba tanto a su hijo, el padre de sus nietos, también hubo un tiempo en el que se perdió en aquel mundo de los excesos pero en aquella ocasión había llegado tan tarde, había hecho tan mal las cosas y no quería, le rogaba a Dios que esta vez fuera diferente. Sentía que sería distinto y había encontrado a tiempo a aquel ángel. Jung Kook era el mejor de su generación, así se lo habían recomendado y lo acaba de comprobar, solo esperaba que su nieta y el amigo de esta, que quería como un nieto más, permitieran que el chico los ayudara.
Eran las 7:30 am cuando había llegado a su departamento, estaba agotado. Su mejor amigo ya dormía, camino hasta su habitación en donde se quitó la ropa negra que llevaba quedando solo con su ropa interior, se dirigió al baño que estaba dentro de su habitación encendió la ducha y ya desnudo dejo que el agua caliente relajara su cuerpo.
Estaba cansado, esta era la 4 semana que los seguía, cumpliendo así el mes que se daba de fecha tope para reconocimiento. Los chicos comenzaban sus días de fiestas los jueves por la noche siguiendo hasta el sábado en donde la fiesta se alargaba hasta el amanecer. Lo dejaba tranquilo que sus estudios no se estaban viendo afectados, pero estaba agotado.
Recordó entonces cuando el Sr. Min hizo el primer contacto con él.
Un mes atrás.
Estaba saliendo de la escuela de sicología, aquel día había terminado temprano luego de haber rendido su último examen.
Jung Kook era un aventajado y un chico muy peculiar. A sus cortos 25 años era estudiante de sicología, pero además tenía otro trabajo, uno muy especial. A la edad de 16 años una importante empresa tomo contacto con él, cuando estaba empezando su segundo año en el secundario.
Ese día se cumplía una semana. Su protegido ya lo había dejado de ser, un joven muchacho de en ese entonces 15 años, aun en el secundario estaba siendo un dolor de cabeza para sus padres. Él había estado con el chico, lado a lado como su entrenador de basquetbol, durante 3 años.
Hoy el chico había dejado sus juntas, aquellas que lo estaba llevando a un mundo, que para su edad, era la perdición. Se centró en el deporte y ya comenzó a tomar ritmo con sus estudios, terminando finalmente por ser el mejor de su curso y habiendo ganado una beca deportiva para la universidad. Los padres del chico estaban felices, él estaba feliz y el chico estaba seguro, y eso era el pase para descubrir su imagen y salir de la vida del chico.
Había sido difícil, se habían despedido entre lágrimas, el joven muchacho le prometió que seguiría así, prometió que ya no intentaría entrar en el aquel mundo de donde Jung Kook lo había sacado, le pidió que siguieran en contacto, pero aquello era romper con una de las normas de la empresa. Y tuvo que hacer aquello que tanto odiaba: mentir.
Eso había sido solo hace un par de semanas, pero sin que su empresa supiera y con ayuda de sus amigos, Ji Min, Nam Joon y Ho Seok; él podía saber que su protegido cumplía su promesa.
Iba sumido en sus pensamientos y revisando su celular que se sorprendió mucho cuando alguien lo llamo.
- ¿Jeon Jung Kook? – hablo una profunda voz haciendo que el joven detuviera su caminar y mirara a su izquierda. Ahí vio a un elegante hombre sentado.
- ¿Sí? – dijo mirando al hombre.
- ¡Por Dios que grande estas! – dijo la persona que finalmente se puso de pie y camino hacia donde él, que no entendía nada, se encontraba.
- ¿Disculpe? ¿Lo conozco? – pregunto extrañado.
- Bueno, no creo que me recuerdes – dijo sonriendo – eras demasiado pequeño cuando te conocí – estiro su mano la que el joven por respeto tomo – Min Sun Ho.
El señor Min era un hombre corpulento pero se notaban sus años. Jung Kook recordaba su nombre, por supuesto que lo hacía. Las miles de historias que su abuelo le contaba siempre estaba ese nombre ahí. El joven sonrió y asintió. Sun Ho también y pudo ver en esa sonrisa el reflejo de su amigo.
Jung Kook a los ojos del Señor Min era ver a su difunto amigo cuando eran jóvenes. Se fueron a un café cercano a la universidad de Jung Kook y conversaron por horas. Primero El Sr. Min hablo de la amistad con el abuelo de Kook, le conto las mismas miles historias que su abuelo le contaba pero desde la otra perspectiva y aquello le entibio su corazón, luego fue Jun Kook que le conto de su vida, de sus memorias y aquellas imágenes que hacía en su mente por las historias que su abuelo le contaba, le conto también que su abuelo había muerto tranquilo y en paz, que aquello lo dejaba siempre en paz pero aun así no había día que no lo extrañara. El Sr. Min también concordó con eso, lamentablemente el día del fallecimiento de su amigo no estaba en el país por negocios y no pudo visitarlo hasta una semana después de su funeral, pero teniendo a Jung Kook frente a él podía decir que el chico era el reflejo vivo de su abuelo y aquello los hizo sonreír más.
Y finalmente llego la razón del porque el Sr. Min fue en busca de Jung Kook. Se acercó entonces a la mesa otro señor muy elegante, de unos 40 y tantos años quien le entrego al Sr. Min una carpeta para luego retirarse.
- Jung Kook, esto es el porque te estoy buscando – le dijo el Sr. Min y le extendió la carpeta.
El más joven abrió la carpeta que tenía muchas fotos y documentos. Dentro de esta estaba la descripción de dos jóvenes más menos como de su edad: Kim Tae Hyung y Min Yoon Soo.
- Conozco tu trabajo, alguien muy importante me dio tu nombre y me dijo que eras el mejor y te necesito – le dijo.
Jung Kook levanto la vista de los documentos y vio al hombre frente a él. Ahí estaba esa mirada que veía en muchos que solicitaban de su ayuda cuando se veían sobrepasado: angustia, pena, preocupación, cansancio y por sobretodo amor, mucho amor.
- Ellos son Kim Tae Hyung y Min Yoon Soo. Mi nieta y su mejor amigo – le dijo apenado – están en un punto en que ya se nos escaparon de mis manos. Veras, soy un hombre sobre sus 70 y no puedo con ellos. Hemos intentado de todo pero aun así me ganan – dijo el hombre abatido – necesito que me ayudes.
- Lo entiendo, su nieta me parece lógico el porqué, ¿pero por qué su mejor amigo?
- Tae Hyung es un chico que a pesar de tener el respaldo económico de sus padres está abandonado por ellos. Al cumplir su mayoría de edad, y como tampoco pudieron controlarlo, le compraron un departamento en la ciudad y lo dejaron vivir en libertad. El problema de todo eso que no tiene límites, es un chico inteligente y amoroso, pero descontrolado y mi nieta lo quiere mucho. Ella comenzó a vivir el estilo de vida de él. El mismo que tenía mi hijo, al cual no logre rescatar – dijo aún más triste – y no quiero repetir esa historia.
- ¿Puedo saber que paso? – pregunto no por ser entrometido sino más bien para conocer la historia que no quería repetir.
- Mi hijo, el padre de Yoon Soo, también vivía como ellos lo hacen ahora. Fiestas, drogas, alcohol sin control. Conoció a la madre de Yoon Soo y Yoon Gi, su hermano mayor, en una de esas tantas fiestas y la embarazo. Estuvieron junto desde ahí en adelante. Ella se fue a vivir con nosotros en casa y seguían ambos estudiando. Mi señora prácticamente crio a Yoon Gi, ya que ambos estaban muy jóvenes. Estábamos contentos porque creímos que se había alejado de ese mundo y así fue por 10 años. Ambos terminaron sus estudios y comenzaron a trabajar. La madre de los chicos era enfermera y mi hijo trabajaba en nuestra empresa – dijo sonriendo como recordando aquellos tiempos.
Lo que llevaba trabajando en la empresa y además de sus estudios de sicología, sabía que un adicto siempre es adicto. A menos que sea tratado y que un especialista pueda darle el alta, siempre con controles periódicos.
Tienen sus momentos de calma, como fue el caso del hijo del Sr. Min, pero basta una situación traumática o estresante y recaen de peor manera. Y tal como el hombre le estaba contacto podía deducir que eso había ocurrido.
- Una noche nos llamaron del hospital en donde mi nuera trabajaba – continuo contándole a Jung Kook – ella había tenido un paro cardiaco lo que provoco un accidente. El vehículo desbarranco y ella falleció en el lugar. Mi hijo casi se volvió loco y volvió a consumir. Fue cosa de tiempo para tuviera un sobredosis y falleciera. No quiero que pase lo mismo ahora, esa vez llegue tarde. No tenía a quien pedirle ayudar. Por favor – dijo el hombre desesperado – ayúdame por favor.
- Sr. Min – dijo tomando sus manos y haciendo que le mirara – tranquilícese. Ahora escúcheme bien. Necesito que entienda lo que le voy a decir – le dijo el joven tomado el control de la situación.
Él entendía, comprendía y sabía lo que se sentía llegar tarde. Él mismo lo había experimentado y también había sido uno de los motivos del porqué, trabajaba en esto con sus mejores amigos. Iba a ayudar a este hombre. Por su abuelo, por la relación que hubo, porque podía ver su preocupación, por todo lo que conllevaba a su edad querer salvar a su nieta y a su mejor amigo, pero no tener la energía para hacerlo.
Lo que Jung Kook desconocía que esto sería más difícil y que al final la historia lo golpearía de maneras que en ese minuto él ni siquiera se imaginaba.
¥ Hola, bueno aquí está...hasta que me decidí en publicarlo. Les cuento esta es una historia que he tenido hace un par de años guardada y me daba vergüenza publicarla, además que tuve mi momento de blanqueamiento y la había dejado de escribir. Pero ya, me decidí y la publiqué. Espero que les guste, no se que días publicaré. Si les digo que ya tiene varios capítulos que son largos pero es una historia corta.
Espero le den amor. Ah! Y por último pero no menos importante quiero agradecerle a becalky que gracias a ella me dicidi. Con harto cariño para ti por haberte dado el tiempo de leerla antes
Ya mucho bla bla!!
Love you all
Love yourself ¥
PD: Tengo un IG en donde iré subiendo de todo un poco para que me sigan @vcotychoi
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