Capitulo único parte 3

—Traeré para ambos—respondió este antes de alejarse hacia la barra.

Aome camino apresurada al lado de su padre, con un Martini en la mano.

—¿Dónde lo encontraste?—pregunto curioso.

La morena bebió un trago mientras observaba a Sesshōmaru-En las páginas amarillas-dijo soltando una risilla.

Su padre rió también, aunque sin entender a qué se refería.

-¡Hola!-se escuchó la voz chirriante de la señora Higurashi, retumbando en los parlantes, parecía muy ansiosa y feliz para en el medio de los invitados con un micrófono en la mano, el cual sujetaba con firmeza mientras le daba pequeños golpecitos, comprobando que funcionara correctamente.

Hubo un zumbido irritante que taladro el sentido auditivo de todo los presentes-Santo cielos ¿Quién le dio un micrófono a esa mujer?-Murmuro el Sr sorbiendo distraídamente de su copa.

La morena hecho un gran suspiro, atrayendo la mirada del Taisho sobre su rostro, algo le decía que esta familia no era del tipo normal.

-Muy bien, todos tienen sus copas porque diré unas palabras. Bienvenidos amigos y familia-hubo una breve ronda de aplausos- Mi esposo y yo estamos muy felices de que nos acompañen y damos la bienvenida a los Takashi a nuestra familia-el micrófono volvió a zumbar-Es raro, siempre pensé que casaríamos a Aome primero-agrego soltando una risilla, algunos de los presentes también rieron otras optaron por no emitir sonido alguno, ante la total falta de discreción.

Aome por su parte cogió una copa nueva para beberla de un solo trago, ansiosa por estar bajo el ojo de todos, Sesshōmaru cogió su mano, por lo que ella lo miro un poco desconcertada al principio, sin embargo, paso a transformarse en gratitud.

-Teníamos buenas razones, ella siempre fue una chica popular entre los chicos de la escuela, pero como todos saben eso se hizo cenizas-

De pronto unas pintorescas notas de piano llenaron brevemente el salón, muchos de los invitados rieron y se giraron para ver al muchacho de apariencia apuesta que lo había tocado.

-¡Por la novia y el novio!-Exclamo su padre alzando la copa al aire.

La mujer parpadeo varias veces antes de comprender-¡Cierto por los novios!

Lo siguiente fue una secuencia de copas chocando entre sí, celebrando la felicidad de los prometidos.

Aome quedo de pie entre la multitud mirando al joven, que ahora estaba recostado sobre la pared cercana al piano.

Inuyasha la estaba observando desde el otro lado del salón, la morena se dio cuenta de que ya no tenía la cabellera larga, sino que ahora estaba prolijamente recortado manteniendo su intenso color negro, al igual que el tono oscuro de sus ojos, sus facciones ya no parecían ser las de un chico inmaduro, sino que demostraba poseer un carácter serio pero con un toque rebelde.

Y se veía tan apuesto en su traje completamente blanco.

Él le sonrió y alzo la copa en su dirección, ella no supo cómo corresponder aquel gesto.

Sesshōmaru quien había estado atento a los cambios en la mujer a su lado, se aventuró a hundir la nariz en su cuello eso atrajo la atención de Aome quien cubrió, sin poder evitarlo, las mejillas de su rostro con un notable y muy adorable sonrojo.

-¿Q- que haces?-balbuceo sonriendo nerviosamente-To- todos nos están mirando-informo.

El Taisho le dio espacio, pero en cambio coloco una mano sobre su hombro para acariciarle discretamente la piel de su cuello.

-Estoy siendo celoso-Él dijo sin perder la serenidad en su rostro aunque sus ojos parecían brillar de repente--Eres una mujer infiel.

Ella parpadeo varias veces antes de comprender lo que estaba tratando de decirle, frunció el ceño pero antes de que pudiera replicarle su madre se paró frente a ambos.

-Hay habitaciones arriba-aviso mientras le guiñaba un ojo y antes de que pudiera decir una barbaridad, su esposo la había cogido del brazo para alejarla, mientras le decía "Ya lo saben déjalos en paz".

Aome miro avergonzada como la imagen de sus padres se perdía entre la multitud.

El Taisho carraspeo-¿Quieres ir arriba?-inquirió moviendo una fina ceja.

Ella jadeo y enrojeció completamente, le dio una mirada desaprobatoria antes de alejarse al balcón mas cercano, necesitaba que el aire fresco de primavera le bajara la temperatura pronto o tendría que recurrir a la tradicional ducha de agua fría.

Parada frente a las barandas de madera blanca que marcaban el final del balcón, la morena se cruzó de brazos, mientras sus ojos se perdían por todo el jardín trasero, el cual, aparentemente había sido recientemente arreglado, detallo minuciosamente las flores que su madre con tanto cariño cuidaba, sonrió divertida por las esculturas echas con los arbustos, pasaban de ser conejos hasta caballos, incluso la fuente de agua estaba recién pintada de un pálido celeste.

De pronto alguien le extendió una copa por encima de su hombro, ella miro la mano del extraño antes de girarse para encararlo frente a frente.

-Inuyasha-saludo disfrazando el caos nervioso que estaba a punto de sufrir con una abierta sonrisa que dejaba entrever la blancura de sus dientes.

Este sonrió antes de acercarse y dejar un beso sobre su mejilla, la morena cerro los ojos brevemente cuando las manos del muchacho se posaron sobre sus caderas, como tratando de abrazarla.

-Te ves, preciosa-lo escucho decir mientras la soltaba.

Ella le sonrió mientras tomaba la copa que le había sido ofrecida minutos antes-Tu también te ves bien.

-Genial.

-¡No puedo creerlo!-decía la voz de una mujer a sus espaldas, acompañado por el apresurado paso de sus tacones sobre el suelo-¡No puedo creerlo!

Ambos voltearon a ver a la mujer que correteaba con un ajustado vestido negro en su dirección con los brazos abiertos, una joven de cabellera corta y castaña al igual que sus ojos.

-¡No puede ser¡-chillo la extraña antes de abrazarla de una manera efusiva y también afectiva.

-Sango-llamo la morena feliz.

Esta la soltó pero aun sujetándola de los hombros, con la mirada fija sobre ella dijo-¿Dónde rayos has estado? Tengo ginecólogos que me llaman más que tú.

Aome rió- ¿Necesitas más de un ginecólogo?-pregunto divertida.

La contraria asintió-Los hago competir unos con otros-confeso hincando los hombros, para seguidamente soltarla y girarse para toparse con el semblante de Inuyasha-Hola Idiota-saludo- Ya que dejaste a mi amiga brutalmente y sin motivo, no te importara que me la robe ¿Verdad?

Inuyasha abrió la boca con intenciones de defenderse, pero fue callado

-No, gracias. ¡Adiós!-rápidamente la castaña dijo, cogiendo la mano de Aome para llevarla a través del salón hacia la barra.

- No tenías que decirle eso.

Sango chasque la lengua, mientras ganaba un lugar frente a la repisa-No te estaba salvando de él. Te estaba salvando de ti misma-le dijo mirándola a los ojos-tu eres demasiado buena y tierna.

Aome le hizo un gesto al camarero con la mano, este le entrego un Martini, pincho la aceituna con un palillo y se la llevo a la boca-¿Vienes con alguien?

La joven alzo la mano en señal de que se callara-¿Porque desperdicias tu tiempo con ese idiota?-refiriéndose a Inuyasha-Cuando el Sr. Moja bragas te está esperando ahí-respondió casi en un jadeo mirando fijamente a Sesshōmaru quien estaba aparentemente dialogando con dos mujeres de edad avanzada.

La morena también lo miro.

-¿A qué se dedica?-su amiga cuestiono curiosa.

-Es terapeuta.

En ese entonces el Taisho se giró y al sentir los ojos de las dos jóvenes sobre su persona le sonrió ligeramente a ambas.

Sango jadeo y Aome lo saludo con la mano mientras le sonreía también.

Al sentir el mutismo en su amiga la miro, ella estaba completamente perdida mirando a su supuesto novio.

-Hay dios. Creo que ya me moje-Sango susurro.

...

Después de un rato cuando su mejor amiga la había dejado a solas en la barra, fue Sesshōmaru quien se acercó a ella y quien amablemente le había pedido unos tragos, para acompañarla.

A este paso, quizás terminaría borracha.

Estaban compartiendo una conversación trivial, cuando la anfitriona de la fiesta se acercó a ellos, con un baso en la mano, por la forma desarticulada en la que se mantenía en pie, estaba muy claro que se encontraba en el límite de la racionalidad.

Kikyo termino su bebida y dejo ruidosamente el recipiente sobre la barra-¿S-sabes porque me encanta t-todo esto?-la voz de la pelinegra salió más animada de lo que podía considerarse normal.

Su hermana estaba borrachísima-Porque todo el mundo se mueve al fin a tu alrededor.

Kikyo solto una risilla-Exacto-chillo animada.

Inuyasha apareció de repente abrazando a su prometida por la espalda, mientras descansaba su barbilla sobre el hombro de esta, quien sonreirá felizmente.

Aome bajo la mirada, antes de voltear incomoda hacia los lados, Sesshōmaru rodeo con su brazo derecho sus hombros, logrando que este le sonriera y pusiera su atención en él, cosa que duro muy poco.

El pelinegro le lanzo una extraña mirada al Taisho ante de besar la perlada mejilla de su novia-¿Cómo está mi futura esposa?-cuestiono acomodándose para verla a los ojos.

Ella acaricio su rostro-Perfecta y con mucha ginebra-respondió sonriente.

Entonces paso Inuyasha la beso frente a ella, la unión de sus labios duro más de lo que Aome hubiera querido, no sabía exactamente, ¿Qué hacer? ¿Qué sentir? O hacia dónde mirar, tan solo se removió algo incomoda por la escena.

El pelinegro los miro con cierto brillo de audacia en los ojos-¿No soy el bastardo más afortunado de la tierra?-inquirió a ambos, pero fue en Aome en quien centro su vista.

Ella pasó saliva y palideció ante el interrogante.

-Por supuesto-siseo el Taisho, quien tomo la mano de Aome- Y yo también lo soy, por eso subiré a hacerle el amor a esta hermosa mujer-anuncio con una ligera sonrisa en los labios.

Kikyo los miro con la boca abierta e Inuyasha por su parte parecía desencajado y quizás también molesto.

Sesshōmaru los despidió con un asentamiento de cabeza, para seguidamente guiar a la azabache lejos de ese par.

El siguiente mañana...

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