18.FUEGO
—¡Joder! ¡Mil veces joder!
¿Por qué es tan terca esta mujer?
Agarro una silla y la estampo contra el suelo. En estos momentos, mi furia y carácter agrio me supera y me gana, de hecho; como si fuera un combate de boxeo. Estoy puesto contra las cuerdas, ¡maldita sea! El ruido del impacto brusco sobre el suelo de mármol me provoca muchos recuerdos. Es cómo si volviera atrás en el tiempo, y entonces unas gotas de sudor se asoman sobre mi frente. Agarro la botella de whisky que hay encima de la mesa, y me echo un trago en un vaso.
Me acaba de echar de su maldita habitación. ¿Por qué tiene que ser todo tan complicado? No comprendo por qué me lo está poniendo tan difícil, con lo fácil que podría ser. Todo lo que está consiguiendo es que esté más centrado en mi objetivo. Lo que en realidad está logrando es que este fuego que arde en mi interior se aviva cada vez más y quiera poseerla. La quiero poseer en toda su plenitud, su cuerpo, su mente y su alma. La deseo tanto, que estoy temblando y hasta me están doliendo los huevos. ¡Mierda! No sé qué hacer. La señorita Vega es cómo si fuera la fruta prohibida del jardín del Edén, la lluvia en un clima árido, el aire que necesito para respirar.
Podría ahora mismo ir a buscarme a cualquier tipa en la que pueda meter mi polla que está ya hinchada como una maldita pelota de fútbol; tanto que se me sale de los pantalones, ¡joder! Pero no, soy un imbécil, la deseo a ella. Y no he estado con ninguna mujer desde el primer momento que la conocí. Estoy convencido de que, tras tenerla, volveré a ser capaz de follarme a cualquier hembra voluptuosa que me atraiga y se me cruce por el camino, como lo hacía antes.
Ahora únicamente tengo que colmar mi sed y saciarme. Después, volveré a mi vida normal. Mi vida antes tenía un orden, una coherencia, un equilibrio. Llegó ella y mi equilibrio se fue a la mierda. No soporto que alguien derrumbe mi mundo y forma de hacer las cosas. Y como sé que siempre consigo lo que quiero, sé que esta noche será mía. Posiblemente he empeorado la situación al contarle parte de la verdad que ella desconoce; de lo contrario, ahora mismo estaría ya en mi cama. Pero es cuestión de horas....
Debo reconocer que ella es más astuta de lo que pensé. Sí, la señorita Vega es muy inteligente y sé que me lo pondrá difícil en todo momento. El quitarle la virginidad va a ser un primer pequeño paso para hacerla mía por completo. La estoy empezando a conocer más y es verdaderamente hábil. En estas dos semanas se ha fijado en cada detalle y sabe ya muchas cosas de las que no debería saber. Por ahora es bastante peligroso, no se puede enterar de nada, al menos hasta que la tenga domada y domine también su mente, no solo su cuerpo. Y será solo en ese momento que lo sabrá. No antes.
Escucho de repente el tono de llamada de mi móvil. Lo levanto de la cama velozmente, mientras que le doy el último trago al vaso de whisky y salgo de la habitación. Iré abajo a tomarme un café.
—¿Dónde andas? —habla una voz jodidamente conocida que, de hecho, no tengo ganas de oír ahora mismo.
No tengo ganas de que me calienten mucho la cabeza.
—¡Brian! —insiste aquella voz. La voz de mi hermano.
—Jackson, ¿qué quieres?
—¿Dónde mierda andas?
—¿Por qué preguntas si sabes dónde estoy?
—Lorraine me ha dicho que estás muy distraído —añade este con voz ronca.
—¡Meteros en vuestros asuntos tú y Lorraine, ¿entendido? —me irrita mucho la soberbia con la que me está hablando. La prepotencia de Jack no le va a funcionar. No conmigo.
—Ya sabes que tienes una obligación.
—Jack, sabes como soy. No te atrevas a recordarme ni a exigirme nada. ¡Y sabes muy bien que estoy cumpliendo con mi jodida obligación! —le suelto un grito.
—Si trajeras a tu putita aquí, todo sería más fácil. Le hemos guardado un sitio en la mesa.
—¡No te atrevas a hablar así de ella! —mi grito suena más desatinado que antes.
—Sabes cuáles son las reglas, ¡no me jodas, Brian! Esto es cosa de todos y tú nos estás fallando.
—Todo lleva su tiempo, Jack.
—Entra en razón y vuelve cuanto antes, ¿entendido? —dice con voz amenazante.
—¡Vete a la mierda! —exclamo cabreado.
—Yo también te quiero —escucho a Jack antes de que cuelgue el teléfono.
Estos dos piensan que pueden controlar mi vida.
Me siento en la barra de un bar y me pongo a trabajar mientras que me pido un café. Detrás de la barra hay una morena de labios muy gruesos, su boca es verdaderamente sexi. Me sonríe. Ahora mismo metería mi polla hinchada en su boca sin pensármelo dos veces, y así me desahogaría. Pero, ¡maldita sea! La boca que necesito alrededor de mi jodido y atormentado pene en este instante es la de Aylin. Esa boca tan suave y esos labios tan hedonistas me vuelven loco, tanto que ni soy capaz de pulsar la llamada de la videoconferencia que debería de haber iniciado ya.
Miro la hora. Llevo ya diez minutos de retraso y me tengo que conectar con unos clientes de Tokio urgentemente. Inhalo y exhalo el aire con fuerza, mientras que noto que la camarera me sigue mirando atentamente.
—Señor ¿se encuentra bien?
Asiento con la cabeza.
Me encontraría mucho mejor si mis huevos se pegaran a una vulva, ¡demonios! , pienso turbado. Dos semanas sin sexo es mucho para cualquier, pero para mí significa una eternidad.
***
Estoy de vuelta a la suite y miro la puerta que separa mi habitación de la de Aylin.
—Señorita Vega... —digo con cautela y pego el oído a su puerta— ¿está bien? —pregunto preocupado.
No contesta y entonces no puedo permanecer más detrás de la puerta y entro. Me doy cuenta de que se encuentra en medio de la cama, tumbada relajadamente y con los ojos cerrados. Está dormida. Contemplo su perfecto cuerpo, que se encuentra arqueado. Lleva un vestido blanco tipo camiseta que le tapa ese trasero tan exquisito que tiene, aunque sí, deja a descubierto sus muslos bien definidos. Me doy cuenta de que el blanco le queda muy bien y se me pasa por la cabeza que se verá espectacular en el Álympos. Me muero de ganas de verla y poseerla en mi mundo... sin embargo, tengo que ser paciente. Así, tumbada, tan relajada y con sus párpados cerrados y cara serena, parece extremadamente virginal. Y debo reconocer que esta mujer es preciosa.
Me acerco sigiloso y me siento en el filo de la cama. Enseguida me quedo mirándola y no me puedo resistir en acariciarle la mejilla sonrojada. Su piel es tan suave que te invita a quedarte horas y horas acariciándola. Súbitamente carraspea y abre los ojos. Sus ojos azules, que ahora mismo tienen un tono grisáceo, me miran confundidos; además noto que están rojos, indudablemente ha estado llorando. Y siento que algo se me remueve por dentro.
—¿Qué haces aquí? —da un brinco en la cama y puedo leer el temor en su mirada.
—Quería saber cómo estaba —contesto suave— ¿Podríamos hacer las paces?
Por dentro, espero que no renuncie a mí, a pesar de todo lo que ha ocurrido esta tarde.
—Esto no es una guerra —dice con astucia, algo muy característico en ella.
—Dentro de poco tendremos la cena con mi socio y me alegro de que esté más tranquila.
—Señor... —dice en tono burlón y acerca su hermoso rostro al mío—no estoy más tranquila. Simplemente voy a cumplir con mi trabajo y punto. Y cuando este viaje termine, no volverá a saber más de mí, ¿lo ha entendido?
Tras pronunciar aquellas palabras tan alto y claro, se levanta con rapidez y se dirige al servicio. Espero hacerla cambiarla de opinión porque la necesito. Mientras que ella va al servicio, yo abro mi armario y elijo la ropa que me voy a poner para hoy.
—¡Póngase algo elegante! —le digo con suavidad cuando sale del baño, pero ni me mira. Solo entra en el dormitorio y cierra la puerta.
Yo mientras, necesito una ducha y me entretengo en el baño, esto de la calor no lo llevo muy bien. Parece que estoy echando fuego a todas horas.
Al cabo de una larga media hora en la que he arreglado mi traje, corbata y el pelo unas tres veces, y además me ha dado tiempo a contestar unos correos, la veo salir por la puerta. Me quedo impactado y a la vez... curiosamente, molesto. Lleva un vestido corto dorado y descaradamente escotado. Ni siquiera lleva sujetador y observo con estupor de que el escote le llega hasta cerca del abdomen, dejando a descubierto sus voluptuosos senos. Y el pelo dorado lo lleva bellamente arreglado en una trenza que deja caer en su hombro derecho, su piel blanca como la leche quedando a descubierto.
—¿Está lista? —digo. Pero sigue sin responderme y eso me saca de quicio.
Me echa una mirada furiosa, y coge un pequeño bolso entre sus manos.
Me abstengo de hacer algún comentario porque visto lo visto, la señorita Vega no está muy por la labor de comunicar. Solo le abro la puerta.
Nos dirigimos al restaurante en el que vamos a cenar con mis socios en silencio todo el camino y yo intento mantenerme sereno, aunque maldigo en mi mente. Esta mujer me pone cachondo nada más respirando. Me acomodo bien los testículos y me distraigo con el móvil para que mi inquieto pene no me ponga en una situación comprometida delante de los demás. Hoy necesito serenidad, esta cena es muy importante para mi empresa y no puedo cometer ningún fallo.
Miro el móvil y solo tengo unas llamadas de Lorraine, también un mensaje : "Haz lo que tengas que hacer. El domingo no estoy, viajo a Los Ángeles. A la vuelta hablamos, tenemos cosas pendientes". Seguramente se irá con Sanders, a follárselo por ahí. Lorraine es insaciable.
En diez minutos llegamos a la terraza exclusiva de un restaurante prestigioso de Miami, y le indico a Aylin el sitio, tocando suavemente su espalda descubierta. Vuelvo a mirar su vestido, muy poco convencido.
En una de las mesas de la terraza, identifico a Stephen Clark al fondo. Es una de las personas encargadas a atraer potenciales clientes en la zona sur. Es un socio muy importante y un agente financiero bastante prominente en el mundo de los negocios. Aunque también es el más cabrón que he conocido. Le dije a Carlyle que tuviera cuidado con él porque no sé por qué, no me fío ni un pelo de él.
—¡El lobo de Boston está aquí! ¡Auuuuuuuuugh! —exclama el imbécil conforme nos vamos acercando a la mesa e imita el sonido barato de un lobo.
—Clark... —musito y le miro a él, y a los otros dos hombres que van con él, al igual que a la mujer de Stevenson, que también está presente: la mano derecha de Clark— Señores... señora...
—¿Pero tú nunca envejeces, cabronazo? —dice Mark, un buen amigo que hace tres años empezó a trabajar con Clark. Se levanta y me da un manotazo en la espalda. Mark es mi mano derecha; básicamente es el que se encarga de informarme sobre cómo van los negocios en la costa sur, y eso lo hace a espaldas de Stephen Clark y Carlyle. Me gusta tenerlo todo controlado.
—¿Quién es esta hermosura que te has traído esta noche, Woods? —escucho de nuevo al estúpido de Stephen Clark. Sabe que estoy casado y no podría ser mi mujer.
—Ella es mi asistente, la señorita Aylin Vega. Y también es colaboradora en mi futura publicación —la presento muy orgulloso, y ella nada más que saluda y sonríe con suavidad.
—¡Encantados! —murmuran todos y muevo la silla de Aylin, para que se pueda sentar.
—¿Cómo va la cosa por el norte? —pregunta Stevenson con interés.
—Todo bien, ampliando. Y quiero aprovechar esta noche para felicitaros, han llegado muy buenos resultados de Florida.
—Aun así, incomparables con tu último éxito, Brian —comenta mi amigo Mark —Ya nos enteramos de que hace menos de un mes conseguiste un contrato con "Bank of America", el segundo banco más importante de Estados Unidos.
—Cierto —añade Stevenson complacido—Solo "Morgan Chase" está por delante.
—¡Eso es que tuvo mucha suerte! —dice Clark envidioso. Que diga lo que quiera este jodido cabrón. Desde siempre no me ha podido ni ver. Ni yo a él tampoco, a decir verdad.
—Eso es lo que dicen todos, Clark. Ya sabes, cuando uno alcanza sus objetivos, siempre " es cuestión de suerte" —le acabo de callar la boca al idiota este.
Aunque durante la cena, la conversación gira en torno a lo que más me gusta —que son los negocios—, no me puedo centrar y miro con el rabillo del ojo a Aylin. Se ve extremadamente guapa esta noche y nunca la he visto tan elegante y sexy. Y no solo yo lo estoy notando. El buitre de Clark está nada más que mirándole el escote y sonriendo, aunque ella no le hace ni caso. Está hablando con la esposa de Stevenson. Por lo menos está entretenida. A mí no me hace ni puto caso, y cada vez que la miro, me aparta la vista.
Después de la cena, el camarero nos invita a pasar a un lounge un poco más privado, donde podemos disfrutar de música y tomarnos unas copas. Nos acercamos a la barra, y al cabo de veinte minutos, Stevenson y su esposa Marie se despiden de nosotros. Nos quedamos nada más que Mark, yo, Clark y Aylin.
Voy ya por mi tercera copa y estoy sentado en la barra con Mark. La conversación estaba bastante entretenida, me estaba informando sobre los movimientos que está haciendo Clark en la empresa. El problema es que ahora mismo ha empezado a contar que tiene problemas con su novia y no sabe qué hacer. Mi amigo se está desahogando conmigo, sin embargo ¡joder! No soy capaz de escuchar ni una palabra de la que me está diciendo porque no paro de mirar a Aylin, que se ha quedado en compañía de ese maldito, que se la está comiendo con la mirada. Están a unos dos metros de nosotros, también en la barra, sentados y el pegajoso este no para de decirle algo en el oído.
Lo raro es que la señorita Vega se está comportando de una manera muy extraña, tiene como un aura seductora, y mira de manera insinuante a Clark. Hasta le está acariciando la corbata, y mientras que le da sorbos a su copa, se muerde el labio. ¿Estará ebria? Y el mierda ese está rojo como un cangrejo, sudando y su brazo la está rodeándola por detrás, a la vez que le susurra algo en el oído. Seguro que hasta se le ha puesto dura, ¿a quién no?
Estos dos me están encabronando a tal extremo que aprieto mi puño y tomo mi copa de un trago. ¡Joder! Y Mark me sigue hablando.
La señorita Vega no me ha mirado ni una vez. Toda su atención está centrada en Clark, que en este preciso momento está llevando su mano al muslo de Aylin y empieza a acariciarle la pierna en un modo perverso. Acerca su silla demasiado a su cuerpo y poco después, le ofrece un cigarrillo. Esta sigue jugando con él y seduciéndolo, a la vez que acepta el puto cigarro y se lo lleva a los labios. Este le ofrece un mechero, con la misma estúpida actitud y ella enciende el cigarrillo en la misma línea coqueta. Tose un poco, pero después empieza a echar el humo muy sexy. Le sonríe obscenamente, y entonces este le agarra la cintura y ya termina de pegarse al completo.
—¡Hijo de puta! —maldigo enfurecido— ¡A este hijo de puta lo voy a matar!
—¡Ehhhh, Brian! ¡Tranquilízate! —dice Mark de repente. Él también se ha dado cuenta que algo anda mal.
No le hago ni caso. Solo me levanto enfurecido y me acerco a ellos. Mi jodida paciencia ha terminado. Mark se me adelanta y se acerca corriendo a Clark.
—¡Stephen! Vente un momento, que he recibido una llamada urgente y te necesito.
Este se aleja con Mark y lo fijo con la mirada, verdaderamente enfurecido. Lo aplastaría ahora mismo al jodido hijo de puta como a un gusano.
—¿Qué está haciendo? —digo con una furia desmesurada cuando llego cerca de Aylin. Ella sigue fumando su cigarrillo tranquila.
—¿No ves lo que estoy haciendo? —me contesta con desazón.
—¿Desde cuándo fuma?
—Desde hoy —contesta sosa y me echa el puto humo en la cara.
Esta mujer me quiere volver loco. Hace que me vuelva loco de deseo y de rabia.
—¿Estaba ligando con Clark? —le recrimino y le agarro el brazo con dureza.
—¿Ligando? —y se empieza a reír—. Estaba preparando el terreno para el trío que vamos a hacer esta noche.
No me lo puedo creer.
—¿De qué está hablando? —le paso una mano por la cintura y la acerco a mi cuerpo ardiente con fuerza, mientras que aprieto los dientes.
Ella vuelve la cabeza hacia mí, me sonríe y me echa nuevamente el humo en la cara. No soporto el maldito humo. También me trae recuerdos muy desagradables. Aprieto mi mano en sus carnes.
—¿No para eso me ha traído a esta reunión? Sabe, señor Woods... toda la noche me he estado preguntando que qué hago aquí, porque lo cierto es que no he aportado nada —me habla con el mismo tono desafiante— ¿o es qué el señor Clark no le agrada para el trío? ¡Ahhh, se me olvidaba! Lo tienes que elegir tú, no yo—Me quedo callado, porque estoy intentando darme cuenta si Aylin está borracha. Ella continúa—. ¿O te convence más el otro?
Al decir esto, mueve la cabeza, y señala a Mark, que está de pie, hablando con Clark.
—¡Señorita Vega! ¡No diga tontearías! —le digo extremadamente fuera de mí—. ¡Nos vamos ya! ¡Coja su bolso! —le ordeno.
La tengo que sacar de aquí.
—Alexander... ¡no me toques! —contesta y se aparta de mí—. Voy a ir al servicio.
Dice esto y se aleja. ¿Alexander? ¿Por qué me llama Alexander? Nadie lo ha hecho hasta ahora. Mi nombre suena tan bien cuando ella lo pronuncia, que mi jodido pene responde. Le miro el culo meneándose y me quedo quieto. Cuando volverá del servicio, me la llevaré al hotel.
—Woods, ¡vaya mujer! —se me acerca el sinvergüenza de Clark, a la vez que absorbe con la mirada a Aylin yéndose, y se frota las manos. Mark está hablando por teléfono—. Oye, ¿crees que puedo pasar la noche con tu asistente? Seguro que su coño está muy caliente, me gustaría probarla.
Lo que acaba de decir suena tan escabroso que me hierve la sangre. Me da asco este tío. Me entran ganas de vomitar, imaginándolo tocando a mi Aylin. La furia me empieza a poseer, y esto ha sido la gota que ha colmado el vaso. Aprieto el puño con determinación y se lo estampo al cabrón de Clark en su puta cara.
Mi golpe hace que se derrumbe en un segundo. Está en el suelo y me está mirando con ojos de incertidumbre, mientras que se está tocando su maldito rostro ensangrentando. En el labio superior veo asomándose una herida. Su sangre está goteando en el suelo.
—¿Qué mierda te pasa, Brian?
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Buenas,
Como estáis notando, he incluido una parte narrada desde el punto de vista del Profesor👌Creo que ya ha llegado la hora de conocerlo un poco mejor, aunque todavía quedan muchas cosas que averiguar sobre él (sabéis nada más que la mitad!!!!). Espero que os guste el cambio, ya me diréis 😄
Además os quería recomendar que vierais el vídeo de la cabecera (¡¡¡Que me encanta!!!). Es la canción de uno de mis cantantes favoritos " Two Feet". La letra creo que queda muy bien con el capítulo 😜
Espero ansiosa vuestros comentarios 👌
Espero que os guste y lo viváis tan intensamente, como yo lo estoy haciendo 😜
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