cUPCAKE o mAGDALENA

Capítulo 7: Miércoles por la NOCHE

LENA

Aquella misma noche, después de cenar, me dejé caer sobre el sillón de mi salón con el móvil entre mis manos. Mi hermana apretaba el botón del mando a distancia de forma monótona buscando alguna película en Netflix

—¿Quieres ver Paper Towns? —me preguntó deteniéndose en una de las opciones.

Sacudí la cabeza sin mucho interés.

—Ya la he visto con las chicas y el protagonista me irrita mucho. —Como respuesta mi hermana continuó bajando por la pantalla—. Pon lo que quieras Emily, no creo que vaya a seguir ninguna película demasiado.

Tras decir esto respondí el WhatsApp de Alisa.

Lena dice:

La falda azul, ¿dices?

Claro que te la presto.

Antes del verano, el gato de Alisa había sido diagnosticado con una enfermedad coronaria muy común entre los felinos. A pesar de que era muy joven, le habían dado pocas esperanzas de supervivencia, pero el tratamiento estaba resultando mucho mejor de los que esperaban los veterinarios.

Ali Sa-Sa-Sa dice:

Sí, la azul.

Mi gato está dando guerra.

Se ha dado cuenta de que

le ponemos la medicina en la comida

y ahora la escarba antes de comérsela.

Hemos tenido que metérsela

en la boca a la fuerza.

Antes de contestarle, sonreí al darme cuenta de que Emily se había decantado por Paper Towns. En cuanto papá terminara de fregar los platos y llegara al salón iba a quejarse de su elección.

Lena dice:

No se fía de tí, y hace bien.

Deja de drogar a los demás.

Como había deducido, mi padre apareció en el salón, y mientras se sentaba en el sofá grande con Emily le hizo un interrogatorio sobre la película que acababa de empezar. Me reí de la situación mientras los observaba.

Ali Sa-Sa-Sa dice:

Ja (léase con ironía)

¿Es Saúl?

—Lena te toca desempatar —dijo mi padre—. Elige bien pues es una decisión importante, que afectará el resto de nuestras vidas: ¿Paper Towns o The Edge of Tomorrow?

Emily me miró suplicante pero me encogí de hombros, deseando terminar pronto con el asunto para volver a mi conversación.

—Lo siento, pero no hay comparación. Elegiría a Tom Cruise por encima de prácticamente cualquiera. Además, el trailer de The Edge of Tomorrow tenga no le hace justicia, la película es una pasada. Te va a gustar incluso a ti. Mientras que Paper Towns te deja un tanto molesta, pensando en el tiempo de tu vida que has perdido y no vas a recuperar.

Mi padre emitió un alarido victorioso y le quitó el mando a Emily. Por muy enfurruñada que estuviera esta, sabía que iba a disfrutar de la película. Y eso significaba que yo podía volver a mi conversación con Alisa.

Lena dice:

¿Es Saúl qué?

Ali Sa-Sa-Sa dice:

El tipo que te gusta.

Lena dice:

No.

Ali Sa-Sa-Sa dice:

Mentirosa, seguro que es él.

Lena dice:

No pienses, te va a doler la cabeza.

Con una sonrisa maligna dejé el móvil sobre mi regazo. Descansé mi cabeza en el respaldo acolchado del sillón y miré la pantalla. Solo había visto The Edge of Tomorrow una vez, pero era la clase de película que no me importaría ver varias veces. Rápidamente entré en el argumento, gracias a esa magia que tiene una buena historia para sacarte de tu propia existencia. Por esa razón cuando la notificación de mi WhatsApp volvió a sonar me dio pereza mirarlo. Alisa estaría insistiendo en que se lo contara, y como no pensaba responder a sus preguntas, bien podía ignorarla.

Después de media hora de película, mi padre la pausó para ir al servicio.

—¿Qué? —le dije a mi hermana, tirándole un cojín—. Te está gustando, ¿eh?

Ella no lo admitió, sino que se puso a mirar su móvil. Ví que buscaba el título en la aplicación de IMBD. Era algo que nos gustaba hacer cuando veíamos una película, buscar información sobre ella, los nombres y edades de sus actores y otras curiosidades.

Encendí mi propia pantalla para leer el último mensaje de Alisa, pero di un respingo al ver una foto de Alex en el pequeño icono redondo de WhatsApp.

—Lena, deja el móvil —pidió mi padre reanudando la película.

—Da igual, ya la he leído...visto, quiero decir —tartamudeé abstraída. Ni siquiera Tom Cruise podía competir con un mensaje de Alex Fabri.

Mordiéndome los labios, cliqué en el icono de WhatsApp y eché un vistazo al sofá, preguntándome si podían escuchar mi corazón dando tumbos frenéticos en mis costillas, pero ambos miraban la pantalla.

Al abrir su mensaje me decepcioné un poco al ver que solo se trataba de un meme, una imagen de Sheldon, de The Big BangTheory, y encima de esta se leía:

DICEN QUE EL DOLOR DEL PARTO

ES TAN FUERTE QUE ALGUNAS MUJERES

HAN LLEGADO A EXPERIMENTAR LO

QUE SIENTE UN HOMBRE CON GRIPE

Me reí, a pesar de mi decepción porque me hubiese mandado solo una foto en lugar de entablar conversación. Me lo había enviado hacía media hora, pero por suerte creí que se trataba de Alisa, y gracias a eso no le había respondido inmediatamente.

Lena dice:

(Emoticon llorando de la risa)

Por eso mi madre siempre dice que prefiere

caer enferma a que mi padre se ponga malo.

¡Onvres!

Me quedé mirando la pantalla sin pestañear, como si medio mundo fuera a estallar si apartaba mis ojos por apenas una milésima de segundo. Cuando la palabra debajo de su nombre cambió de en línea a escribiendo noté un aleteo en el pecho.

Alex Fabri dice:

No malinterpretes a tu madre.

Seguro que no lo dice porque tu padre sea un quejica,

sino por amor a su hombre. Gran mujer tu madre.

Lena dice:

ja, ja... se nota que no los conoces.

Son unos gánsters.

Alex Fabri dice:

Mala hija.

Tengo cuarenta de fiebre,

mañana voy a ir a clase solo para contagiarte.

Volví a sonreír. ¿Cómo podía una frase tan simple hacer a alguien tan feliz?

Escribí varias cosas y las volví a borrar, volviéndome totalmente paranoica con enviarle la contestación perfecta. Respiré profundamente.

«Relájate y sé tú misma» me dije. Había hecho reír a mucha gente por WhatsApp en centenares de ocasiones. Podía hacerlo con Alex ahora. Pero nada gracioso se me ocurría.

Lena dice:

Mis padres se alegrarán de saber que defiendes

su honor con tu guerra bacteriológica.

«Oops ¿Le habré sonado demasiado friki?» me preocupé, mordiéndome la uña del dedo pulgar mientras miraba fijamente la palabra escribiendo y esos gloriosos puntos suspensivos. ¡Dios bendiga los puntos suspensivos!

Alex Fabri dice:

Jajaja.

Diles que, mientras esté de pie, cuentan conmigo.

Me pregunté si se habría reído de verdad. La felicidad se mudó a mi interior, con maletas y todo. Él fue el siguiente en volver a escribir.

Alex Fabri dice:

Voy a colapsar en mi cama.

Buenas noches cupcake.

¿Alex acababa de llamarme cupcake? Le escribí un simple símbolo de interrogación.

Alex Fabri dice:

Tu nombre es Magdalena ¿no?

En Brasil llamamos magdalenas a los cupcakes.

Sonreí ante el apodo, aunque odiara mi nombre completo. ¡Magdalena! ¿En qué estaban pensando mis padres?

Lena dice:

Ja, ja. No lo sabía.

No obstante, tendré que matarte si vuelves

a mencionar mi nombre completo.

Alex Fabri dice:

Jajaja

Quizá lo haga la fiebre por tí.

Buenas noches CUPCAKE

Lena dice:

Buenas noches, Alex.

Ni el Joker tenía una sonrisa tan permanente como la mía en esos momentos.

—¿Y a esta que le pasa? —inquirió Emily, y los descubrí a ambos mirándome.

—No quiero saberlo —intervino mi padre con una mueca de pocos amigos. Alzó una mano al ver mi expresión de felicidad—. No quiero saber nada que tenga que ver con chicos. ¡Preservativos Lena! Es el único consejo que puedo aconsejar para esa sonrisilla.

—Papá —me quejé horrorizada—. Solo chateaba con mis amigas.

—Lena y chicos no va en la misma frase —se burló mi hermana con una sonrisita perversa.

Le dediqué una mirada de aborrecimiento. ¿Por qué siempre tenía que hacer esos comentarios sobre mí?

Me fui a mi cuarto molesta, porque en el fondo sabía que mi hermana lo decía por algo. Yo era un bicho raro... y los bichos raros no salen con tipos como Alex Fabri.


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