~~Narra Mike~~

Corrí hasta a puerta de la base, riéndome a carcajadas por dentro. A ver, no me había hecho ninguna gracia que ese señor supiese el nombre de Sparta, pero podíamos volver y además verle, a él y a Musi. Dos por uno.

Claro, que Timba estaba al borde del infarto, porque llevaba llamándoles a los dos un buen rato, y ninguno contestaba. Si lo que nos había dicho el anciano sobre lo de que Sparta y Musi ya sabían lo que él había mencionado e iban a explicárnoslo, no había problema. Pero es que era algo difícil tomar en serio a un señor que nos había espiado escondido entre la vegetación para después decirnos que lo que llevábamos haciendo dos años no había servido para nada. Oí a Timba gritar frustrado, tres metros por detrás de mí.

- ¿Has probado a llamar a sus tíos? - Le dije, provocando que casi dejase caer el móvil al suelo.

Por su cara, supe que no era una opción y que había sido un estúpido tan solo por proponérselo. Bueno, eso ya lo sabía desde que lo dije, no me hacía falta ver su reacción. Le lancé una mirada de arrepentimiento en seguida, y él hizo un gesto rápido tratando de quitarle importancia.

- Sus tíos no saben ni dónde tienen la cabeza desde que les dieron la custodia del niño, imaginaos lo que les tiene que costar mantenerle a él localizado constantemente.

- Ya, ya. - Dije. - Si es un trabajo duro, lo sé, pero es lo que hemos hecho nosotros durante todo el tiempo que vivimos en la ciudad. Y lo que hacen todos los padres del mundo. A ellos no debería resultarle más complicado.

Vimos a Timba incómodo con ese tema de conversación, así que automáticamente desviamos la atención hacia lo primero que se nos ocurrió, que fue la pereza que le daba a Trolli volver a deshacer la maleta. Dejé que ellos dos siguieran hablando mientras yo empezaba a dar vueltas a su alrededor. Necesitaba pensar, porque en cierto modo, esto me estaba preocupando. Sabíamos que no podíamos (o al menos, no debíamos) separar a Sparta de sus tíos, por mucho que les odiásemos, por el simple hecho de que eran ellos sus tutores legales y no Timba. Una larga historia que contaremos más adelante, supongo.

*           *          *

Narra Sparta

Crucé el portal dando un saltito, entusiasmado. En fin, era lo que se hacía cuando ibas a ver a tu no-hermano-pero-casi después de dos años. Y a Mike y a Trolli. Musi caminaba a mi lado, mirando al suelo. Pero no triste, sino pensativo y probablemente a punto de decir algo cortante para bajar los ánimos de alguna manera: su pesimismo (o ser realista, como él lo llamaba) saldría a la luz dentro de poco.

- ¿Tanta ilusión te hace que tengamos que meternos en este lío? - Poco tardó en decirlo.

- No. - Respondí, aunque no me miraba. - Me hace ilusión ver a mi "familia".

Me aseguré de describir unas comillas imaginarias con los dedos por encima de mi cabeza, para evitar que me corrigiese - a pesar de que ya le había intentado explicar mil veces que la familia de verdad, es la que está siempre contigo, etcétera etcétera - por lo que él sonrió al ver que le hacía caso.

- Les he echado de menos, ¿sabes? - Continué.

- Lo sé, lo sé. Perdona. Es que...

-No te gusta esto. - Completé la frase por él. - Es raro, e improbable, y no te fías. Pero deja de centrarte en eso por un momento, ¿quieres?

Él asintió sonriendo, al mismo tiempo que se llevaba un amano al bolsillo de su pantalón para coger su móvil.

- Mierda. - Dijo. - Se me ha olvidado el móvil.

- Da igual, le diremos a Raptor que lo coja cuando...

- No. - Interrumpió. - No es eso. Es que estoy absolutamente seguro de que Timba habrá intentado llamarme, y no le he respondido. 

Timba probablemente estaría al borde del infarto ahora mismo. Con el hiperactivo de Mike dando vueltas a su alrededor, ilusionado porque íbamos a ir a verles. Digamos que Timba era muy sensible con cualquier tema que me incumbiera. Automáticamente saqué mi móvil y lo encendí, viendo que tenía cinco llamadas perdidas de Timba y tres de Trolli. Mike me había escrito un mensaje que decía algo sobre "viejos perturbadores escondidos entre la vegetación". Sí, supongo que eso describía bastante bien el asunto en cuestión.

- Musi...

- Sí, vamos a darnos prisa.

                                                                                                    *          *          *

Narra Sparta

- ¡Sparta! - Mike gritó, corriendo hacia mí, tirándome sobre la arena de la playa al abrazarme.  

Yo intentaba abrazarle también, cuando Trolli se sentó tranquilamente encima de nosotros. 

- ¿Qué tal? - Preguntó, riendo. - ¿El viaje bien?

A mí me costaba respirar, probablemente porque entre los dos, me estaban aplastando el esternón. En realidad, eran todo músculo. Eso era fruto de su entrenamiento. Timba siempre me había contado que desde pequeño, Trolli era muy delgado, pero en cuanto empezó a entrenar en el instituto, ganó mucha masa muscular. Supuestamente, eso era lo normal, ya que empezábamos a entrenarnos al cumplir los catorce años en clase. Y, os lo puedo asegurar, no había ni una sola persona en mi instituto con sobrepeso. El régimen de entrenamiento que nosotros seguíamos en clase, no tenía ni mucho menos la misma intensidad que el de ellos, pero algo hacía. Yo acababa de empezar en este curso, mientras que Musi iba ya por su tercer año. Esto era simplemente una medida de precaución que les hubiese gustado tomar antes, pero no lo hicieron, y ahora siempre se fijan en el "por si acaso". 

Hace tiempo, bastante antes de que yo naciera, un accidente había separado los países, ciudades y pueblos en dimensiones. Hubo muchos problemas, y por aquel entonces, nos habría servido de mucho haber entrenado para luchar contra ello. Pero no lo hicieron, así que aquí estamos ahora. Ellos (los científicos) dicen que no hay peligro, que simplemente debemos progresar. Pero luego está la gente como Mike, Trolli y Timba, que no se lo tragan, y saben de sobra que esto no está bien. Y por eso hacen lo que hacen. Cuando era pequeño, ellos me contaron que había miles de dimensiones, grandes y pequeñas, a las que no podíamos acceder porque todavía no habíamos establecido una conexión con ellas, es decir, un portal. Y por esa razón hay muchas dimensiones que están aisladas del resto del mundo, y eso es peligroso, porque todavía no hemos aprendido a manejar la situación demasiado bien. 

- ¿Dónde está Timba? - Pregunté de repente. 

- Supuestamente, saludando a Musi. - Dijo Trolli. - Sí, mira, les estoy viendo. Ve con él.

- ¿Te levantas...? - Pregunté riendo.

- Oblígame. - Me retó, riendo también.

Forcejeé inútilmente debajo de él. Mike rodó a un lado y después se lanzó encima de Trolli, aplastándome aún más.

- Lo siento Sparta, el gordo me aplasta ahora, no hay nada que hacer. - Se quejó, dramatizando cada palabra.

Yo seguí revolviéndome, mientras Timba se acercaba a nosotros. Por fin Trolli consiguió levantarse, haciéndole cosquillas a Mike (lo cual fue doloroso para ambos, porque no dejó de moverse aplastándonos aún más) y empujándole sobre la arena. Me levanté a duras penas y corrí hacia Timba, que en seguida me recibió con los brazos abiertos. Di un salto y él me cogió en el aire, poniéndome una mano en la cabeza para presionarme contra él, como si quisiese decirme "ya está, todo está bien ahora". Yo cerré los ojos apoyando la barbilla en su hombro.

- Te he echado mucho de menos. - Dijo, y por un momento me pareció que iba a llorar. - Y no ha habido un día en el que no me haya arrepentido de haberte dejado allí, pero es que no podía traerte, Sparta, lo siento.

Yo negué con la cabeza, pero no dije nada, sobre todo porque sabía que era inútil intentar convencerle de lo contrario. A menos que Timba o Mike hablasen con él sobre el tema (cosa que no sería fácil, deduzco), no había otro ser humano que pudiese hacerle entrar en razón.

- Te perdono. - Bromeé, bajando al suelo de un salto. - Pero me debes una. ¿Trato?

Él sonrió, alborotándome el pelo con una mano, antes de hablar.

- Trato.

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*Editado. Esos viejos tiempos cuando pensaba que escribir esto era esforzarse, JAJAJAJ Qué sad. 04/01/2019*

Fin del capítulo! Les gustó? Esta vez sí me esforcé, no como Timba XD
Adiooss