Lágrimas rojas

~Narra Musi~

Mike no tenía demasiadas ganas de venir con nosotros a Cazma, y no hablemos de Trolli...  Timba quería quedarse con ellos, ya que ambos tenían los ánimos por los suelos. Sparta tampoco estaba muy bien últimamente, y yo solo quería asegurarme de hacer todo lo que fuese posible para hacer que se encontrase mejor. Era lo único que me preocupaba. Por eso estábamos los dos preparándonos para ir a Cazma, aunque fuésemos solos... Cosa que en realidad no nos importaba en absoluto,  por no decir que estábamos deseando pasar algún tiempo a solas.

- Por Dios, Sparta. - Grité yo desde la planta de abajo. - ¡Al final nos dan las uvas, date prisa!

- Ya voy... - Exclamó él bajando las escaleras. - ¿Ves? Ya estoy listo.

Corrió hasta la puerta y salió al jardín sin detenerse.

- ¡Venga! - Gritó girándose para mirarme. - ¡El que tarda eres tú!

Yo empecé a correr mientras me reía por lo bajo hasta que él se paró en seco y yo tuve que frenar de golpe también para que no chocásemos.

- ¿Estás seguro de que no es mejor ir simplemente al campo de trigo? - Preguntó él alicaído de repente. - O simplemente podemos ir arriba y vemos una peli...

- Sparta... ¿Qué te pasa? Antes te encantaba ir a sitios nuevos, y también te encantaba quejarte de que nunca podíamos pasar tiempo juntos. - Dije yo con una sonrisa torcida y una mueca de preocupación.

- Da igual. - Respondió él como si no me hubiese escuchado, mientras me sonreía. - Vamos, seguro que la niña de la última vez está deseando saber que ya estamos juntos.

Se acercó a mi para darme la mano y después seguir caminando. Observé todo lo que pasaba a mi alrededor, escuché como cantaban los pájaros. Parecerá estúpido, pero nunca tengo tiempo para fijarme en esos pequeños detalles. Cuando llegamos al portal, vimos a un .exe meterse en él, pero... era enorme.

- Eso no es bueno... - Murmuré yo aún sin soltarle la mano a Sparta.

Por eso precisamente tenemos que entrar ahí. - Exclamó él con entusiasmo al mismo tiempo que tiraba de mi hacia el portal.

Hacía mucho tiempo que no le veía tan contento, con ese brillo que solo él tiene en sus ojos ávidos de aventura. Probablemente por eso le sonreí y le dejé conducirme hasta el portal para después saltar dentro. 

Cuando miré a mi alrededor una vez llegué, me quedé horrorizado. Ahora mismo Cazma estaba igual que las muchas otras dimensiones que habíamos visto después de ser atacadas por los .exes. Vi como Sparta miraba un montón de cenizas que había a unos metros de sus pies mientras se metía las manos en los bolsillos. Empezó a andar con la cabeza gacha y la vista fija en el suelo. Yo le seguí y una vez le alcancé, agarré su cintura suavemente con mi mano buscando frenarle para después deslizar mi brazo enroscando su torso y pegándole a mi. Quería reconfortarle, pero él no parecía estar mejor. De hecho, noté todos sus musculos tensarse en cuanto le paré. Él se giró para abrazarme rápidamente y en seguida se separó de mi para seguir andando. Yo me di la vuelta, no quería seguir mirando todo eso, solo me hacía acordarme de los buenos recuerdos que habíamos pasado allí todos juntos. Ahora es como si definitivamente todo lo bueno que teníamos se hubiese ido para siempre, porque esta dimensión era la único que nos quedaba para olvidarnos de nuestros problemas, para escapar de la realidad. Y creo que Sparta también se había dado cuenta de eso. Entonces me dí cuenta de que el pueblo estaba completamente vacío, y recordé que en estos casos se lleva a los ciudadanos a un fuerte subterráneo que hay en la mayoría de dimensiones.

Musi - Empezó a decir él lentamente. - La niña.

Señaló a unos metros más allá, donde estaba de pie la niña de las trenzas que vimos la última vez. Justo en ese momento un .exe del tamaño de un coche apareció detrás de Sparta, que antes de darme cuenta ya corría hacia él a toda velocidad al mismo tiempo que desenvainaba su espada. Yo maldije por lo bajo su rapidez. No quería que se arriesgase, pero sabía que lo había hecho para que yo me ocupase de la niña. Me acerqué a ella rápidamente para después agacharme para estar a su altura.

Hola. - dije con una sonrisa amable. - ¿Te acuerdas de mí? Soy el chico del ramo de flores... Necesito que me digas dónde están tus padres.

Sí. - Dijo ella sonriendo entusiasmada dando pequeños saltitos. - Está en casa con yaya. Yo estaba jugando aquí. ¿Quieres jugar conmigo?

La niña ladeó la cabeza mientras sonreía alegre. Estaba claro que no tenía ni idea de lo que estaba por venir. Era tan pequeña e inocente, estaba contenta, solo quería jugar. Decidí seguirle el rollo para conseguir sacarla de allí lo antes posible. Si tenía suerte, su familia ya estaría a salvo y solo tendría que encargarme de ella, pero dudaba mucho que eso fuese así. De hecho, lo más probable era que sino estaban en el fuerte, estuviesen muertos.

Vale, pero solo si jugamos a las carreras. - Respondí yo alegremente. - Una carrera hasta tu casa, ¿Vale? Así... Me presentas a tu padre y a tu abuela.

Antes de que ella puediese responder, se oyó una pequeña exploxión  a unos metros de nosotros. La pequeña dio un salto,  esta vez no de alegría precisamente.

¿Qué ha pasado? - Preguntó la niña asustada, mientras se giraba de golpe.

Nada... No te preocupes. - Murmuré yo al mismo tiempo que me levantaba de un salto. - Pero creo que es mejor que hagamos la carrera juntos. Yo seré... Tu caballo.

Me agaché de nuevo para cogerla en brazos y empezar a correr. Sabía que en cualquier momento, un .exe pordía venir por detrás de nosotros y pegarnos un tiro. Lo peor de todo era que había dejado a Sparta solo contra un .exe cinco veces más grande de lo normal que probablemente tiene un montón de compañeros para que le ayuden. Intenté no pensar demasiado en eso, sino en que estaba haciendo todo lo que podía, aunque eso no le sirviese de nada a él...

Bueno, ¿Dónde decías que estaba tu casa? - Pregunté yo bajando la velocidad de mi carrera. 

Allí. - Exclamó la niña aún algo asustada, señalando un callejón que había a nuestra derecha. - Si vas por ese camino, aunque sea estrecho, llegas mucho más rápido.

Bien... - Murmuré yo entre jadeos. - En seguida llegamos.

Seguí corriendo ahora mucho más rápido. Oía disparos detrás de nosotros, cada vez acercándose más y más. Cuando enré en el callejón me vi obligado a bajar a la niña, ya que si no entrábamos de perfil, no cabríamos.

¿Pero qué...? - Murmuré yo con rabia intentando desatascarme de esas dos paredes de piedra. - ¿¡Quién cabe por aquí!?

¡Te dije que era pequeñito! - Gritó la niña muy agobiada detrás de mi. - ¡Quiero salir!

Yo suspiré intentando no ponerme nervioso, dejando de lado la pequeña claustrofobia que tenía.Me centré en que la niña estuviese bien.  Empecé a retorcerme, desatascándome por fin y consiguiendo salir. Introduje un brazo en el callejón de nuevo para darle la mano a la pequeña, que estaba asustada y lloriqueando todavía dentro. Cuando por fin salió, me agaché junto a ella y le sequé las lágrimas.

Lo siento por eso - Dije yo sonriendo para que viese que no pasaba nada. - Creo que no ha sido muy buena idea venir por aquí.

Sí es buena idea. - Dijo ella frunciendo el ceño. - Yo sí quepo, pero tú eres mucho más grande. Ahora ve a esa casa, es la de papá.

Yo me reí al mismo tiempo que la cogía la mano. No podía seguir corriendo, estaba agotado, pero aún así caminamos rápidamente hasta la puerta de la casa que me había señalado. He de decir que me dio muy mala espina que estuviese entreabierta. No podía ser tan imprudente como para abrir la puerta de par en par, así que me asomé silenciosamente al mismo tiempo que ocultaba a la niña detrás de mi. Pensé que tal vez, si salíamos de esta, la niña podría vivir con nosotros. En cierto modo, me haría mucha ilusión, y estaba seguro de que a Sparta también. De todas formas, ahora tenía que centrarme en salvar a su padre y a su abuela, si es que seguían vivos. Despejé cualquier atisbo de duda al oír voces provenientes del interior de la casa. Eran más bien gritos.

- ¡No, por favor, déjala en paz, a ella no! -

Se me pusieron los pelos de punta e inconscientemente apreté más la mano de la niña.

- ¡Cógeme a mi, pero aléjate de ella!

Ahora eran más bien sollozos, solo podía ver a oíun .exe algo más pequeño que el que vi antes sujetando a una anciana del brazo, dejándola suspendida en el aire. La soltó de golpe haciendo que soltase un grito de dolor y se acercó mucho a la cara del hombre.

- Creo que no lo has entendido. Quiero a la niña. -

Justo después, y sin mirar atrás, desenfundó su pistola y apuntó detrás de él, donde estaba la anciana. Con un simple click, un disparo retumbó en toda la casa. La niña detrás de mi se sobresaltó, asomándose entre mis piernas para mirar por la puerta. Yo estaba congelado, los gritos y sollozos de ese hombre retumbaban en mis oídos sin parar. 

- Te daré una última oportunidad. ¿Dónde está la niña? -

Solo alcancé a ver cómo el hombre, con un hábil movimiento, le arrebataba el cuchillo al .exe del cinturón para después clavárselo a sí mismo en el pecho. Yo ya sabía lo que iba a hacer, proteger a su hija por encima de todo, así que cogí a la niña en brazos de nuevo y la saqué de allí antes de que ella pudiese verlo. Le debía un favor a su padre, y ya que no había podido hacer nada para salvarle a él, salvaría a su hija.

- ¿Papi se ha quedado en casa? ¿Luego va a venir con nosotros? - Preguntó ella inocentemente.

No me molesté en responder, simplemente corrí más rápidamente mientras apretaba a la niña contra mi.  No quería llorar, no ahora. Solo quería saber que Sparta estaba bien. Escuché una pared derrumbarse y cuando miré atrás vi al .exe detrás de nosotros, empezando a correr. Yo me metí sin pensarlo en el callejón. Por lo menos así tendría que dar un rodeo para alcanzarnos, ya que era imposible que cupiese por esa abertura. Bajé a la niña con dificultad, ya que ya estábamos dentro de la estrecha callejuela y había menos espacio para maniobrar. De hecho, no sé ni cómo nos metimos los dos a la vez allí dentro. Esta vez no había tiempo para llantos, el .exe ya estaba dando la vuelta para atacarnos por el otro lado, y estaba claro que haría lo que fuese por atrapar a la niña. ¿Pero por qué? Aunque eso ahora no importaba demasiado, tenía que encontrar a Sparta y sacar a la niña de aquí. Salí del Callejón todo lo rápido que pude tirando de la niña intentando no ser muy brusco, pero tenía prisa ahora mismo. Asomé la cabeza por el otro extremo de la abertura y, como no vi nada, salí con la niña de la mano. En cuanto los dos estuvimos completamente descubiertos, el .exe apareció delante de nosotros. No había tenido en cuenta que perfectamente podría habernos seguido en el otro sentido. Iba a meterme de nuevo al callejón cuando me dí cuenta de que había otro .ese detrás  de mi, lo que en realidad no me impedirá huir por donde había venido. Lo que de verdad me dejó helado fue que, cuando el .exe se descubrió por completo, vi que tenía a Sparta agarrado del brazo suspendido en el aire. En seguida retrocedí asustado. Si le hacía algo, juro que le mataría. Y después me moriría yo. Él se revolvía intentando escapar de las manos de ese monstruo gigante, hasta que se dio cuenta de que era inútil. 

-¡Musi, vete de aquí! - Gritó él señalando el callejón.

- Si te mueves, te aseguro que le mataré sin dudarlo. - Dijo el .exe sin dejarme contestar. - Y tú, o te callas o te vuelo la tapa de los sesos.

El .exe le clavó a Sparta el cañón de la pistola en la sien, a lo que él soltó un gruñido. Yo lo miré directamente a los ojos, y él miró de reojo al callejón, dejándome claro que quería que me fuese de allí pitando. Yo estaba paralizado, ¿Qué mierda iba a hacer ahora? Claramente, no iba a dejar a Sparta allí, era lo único que tenía claro.

- Mira, lo tienes muy fácil. - Dijo él lentamente. - Dame a la niña y el enano sale impune, si no...

Observé como le golpeaba de nuevo con el cañón de la pistola.

- ¡Si le tocas, juro que...! - Empecé yo mientras dejaba a la niña en el suelo y la escondía detrás de mis piernas.

- Creo, chaval, que no estás en posición de hacer amenazas. - Interrumpió el .exe al mismo tiempo que agitaba a Sparta en el aire.

- Es sencillo. - Intervino el otro .exe hablando detrás de mi. - Si te mueves, le matamos. Si intentas huir, le matamos. Si respiras demasiado fuerte, le matamos. Tú eliges.

Yo me limité a girarme para que el .exe no pudiese alcanzar a la niña desde donde estaba. ¿Qué posibilidades tenía? Estaba seguro de que si les daba a la niña, le matarían igual, pero no tenía nada más que hacer. Sin embargo; Sparta me suplicaba con la mirada que me fuese. De heho, tenía miedo de que hiciese alguna locura, más o menos algo así como lo que hizo el padre de la niña. Por eso, yo le suplicaba con la mirada que se estuviese quietecito mientras yo buscaba la mejor manera de arreglar todo esto. Cuanto más tiempo pasaba, más convencido estaba de que no había ninguna.

Después de eso, todo fue muy rápido. La niña echó a correr, y yo no pude reaccionar a tiempo. Me tiré encima de ella, pero no llegué a alcanzarla bien. Me quedé a un centímetro, pero el .exe llegó antes y la agarró de la muñeca, alzándola por encima de su cabeza. Ella solo lloraba mientras pataleaba luchando por soltarse. Pero no podía, ya ninguno de nosotros podía hacer nada. Oí a Sparta gritar, y no era  porque el .exe le estuviese haciendo nada, sino porque intentaba hacer algo por la niña y sabía que la matarían en seguida.

- ¡Musi cógela! - Gritó él luchando por soltarse.

- Ni se te ocurra... o ya sabes lo que pasará. - Dijo el .exe con sorna. - Bueno, a quién quiero engañar, pasará igualmente.

Apuntó de nuevo a la nuca de Sparta, pero el otro .exe le detuvo.

- Déjalo. - Le paró el .exe que tenía a la niña. - Nosotros cumplimos nuestra palabra. Además, parece un alma muy buena. ¿No sería mucho más divertido que viese cómo matamos a esta pequeñina?

El .exe que sostenía a Sparta le tiró al suelo con fuerza soltando un gruñido, haciendo que se golpease con fuerza. Una vez suelto, intentó levantarse, pero volvió a caerse. Los dos .exes se reunieron y uno de los dos sacó un cuchillo enorme. Solo alcancé a ver cómo se lo clababan a la niña en la garganta para después ir bajando antes de que Sparta me abrazase por detrás, llorando. Yo me giré rápidamente para corresponderle el abrazo, no quería seguir mirando. Oí un último grito de la pequeña antes de escuchar cómo su cuerpo inerte se golpeaba al caer al suelo. Cuando reuní el valor suficiente para girarme de nuevo, ya no vi a los .exes, solo el irreconocible cadáver de la niña sobre el suelo de piedra. Sparta se levantó de golpe y se alejó lo suficiente como para dejar de ver esa horrible escena, y comenzó a dar vueltas en círculos mientras se tiraba del pelo. Yo también fui hacia donde estaba él.

- Sparta, para. - Murmuré yo.

- Pero él no paraba, seguía girando, y yo sabía lo que estaba pensando.

- Sparta. - Dije yo entre sollozos, alzando la voz. - Basta.

Pero no se detuvo. Seguía culpándose a sí mismo por la muerte de la pequeña niña. 

- ¡Para ya! - Grité yo llorando mientras me acercaba a él y le abrazaba.




                                                              * * * En la base * * *


~ Narra Sparta ~

Miedo. Eso era lo que mejor describía cómo me sentía ahora. Y enfado, tristeza, confusión, impotencia, y rabia. En cuanto vi a Timba, claramente preocupado por la cara que teníamos Musi y yo, corrí hacia él como un niño pequeño, y cuando le alcancé, me tiré encima de él y empecé a llorar desconsoladamente. Él miró a Musi por encima de mi hombro.

¿Qué ha pasado? - Preguntó preocupado.




~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Fin del capítulo!

No haré comentarios sobre este capítulo, dejémoslo estar. Simplemente diré que he llorado musho :'( .  Pero os prometo que era completamente necesario para la historia.

Pueees yo había encargado una portada hace ya un mes y viendo lo que tardan no llega antes del final de la historia :'v  Aunque quedan unos nueve capítulos así que tengamos fe XD. Aish hoy todo es muy sad, será porque mañana hay colegio de nuevo? Destruyámoslo, lo quemamos y listo, subo cap todos los días... io lo veo, ¿Quién se apunta? :D

Ahora las preguntitas...

¿Cómo reaccionarán los demás?

¿Qué tal van MIke y Trolli con sus cosillas 7u7? okno, quitad ese 7u7 mentalmente.

¿Volverán a Cazma a intentar averiguar algunas cosas?

ÑIOH LO PUEDO CREER PINSHES CORAZONES. Pues hala, pa' vosotros los corazones imaginarios jeje salu2.

Adioss!! *corazón imaginario* *corazón imaginario*

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top