—Algo me dice que nos llevaremos muy bien. -No había algo que le borrará la sonrisa que tenía dibujada en su rostro. Bueno, al menos eso pensaba-

~Reino 3~

—Y uno, y dos, y tres, y cuatro, vuelta. Otra vez. -El jóven de morados cabellos estaba haciendo sus prácticas semanales de baile con su "querido" hermano-

—¡Auh! Fíjate donde pisas idiota. -Tomaba a su hermano de la cintura y el contrario del hombro, ambos tomados de la mano sobrante-

—Mamá, Honey me dijo idiota. -Reclamo sin expresión volteando a ver a su... ¿Madre?-

—¡Honey! Ese vocabulario. -Le llamó la atención a su hijo-

—Lo siento Trois... -volteó los ojos-

Esa era una rutina de todos los días, de vez en cuando los mellizos se peleaban por cosas absurdas, a veces se llevaban bien y se ponían de acuerdo para hacer las cosas. Pero esa tarde era la excepción.

Al dar por terminada la clase de baile, "la reina" del reino 3, llamó un momento a su hijo heredero, para hablar con el sobre su compromiso.

—Honey, cariño, ¿podrías venir un momento? Tu padre y yo queremos hablar de algo contigo. -Hizo señas con un dedo aclarando que se acercara-

—Mmm, está bien. Ya voy. -Dijo algo confundido volteando a ver primero a su hermano y luego a su madre-

—Tu madre y yo queremos saber dónde te gustaría casarte. -habló con una firme sonrisa en los labios-

—Hay que organizar todo a tiempo y sin imprevistos, para cuando compartas tu vida con tu novio. -Kiji habló con felicidad cerrando los ojos-

—No es mi novio, me caso con el por que ustedes lo eligieron para mí, para poder gobernar el reino y unir alianzas con el reino 13.
La hipocresía de ambos se nota a leguas, solo esperan que me trague ese cuento de qué yo pueda tener la elección de algo en mi vida. -soltó con resentimiento y disgusto hacía sus padres-

—Honey no nos hables así, somos tus padres y queremos lo mejor para ti.

—Si realmente quisieran lo mejor para mi, habrían escuchado mis propuestas cuando algo se trata del reino o para mí elección de prometido. -frunció el ceño-

—Esta bien, te escuchamos. -se cruzó de brazos su padre-

—Yo no quiero casarme con Jyugo. -escupió firme-

—¡¿Cómo?! ¿Y por qué no?, Hijo, entiende que es por el bien de todos... -su madre lo miró con preocupación-

—¿Ven? Es eso a lo que me refiero, solo piensan en el beneficio de ustedes y su tonto reino. -sin decir más palabra, salió del salón ignorando todos los regaños y reproches por parte de sus padres-

—¡Honey regresa aquí! -Gritó su padre-

El joven entro a su habitación y cerró la puerta tras de si con llave para que nadie entrará, quería estar solo por un momento sin escuchar los regaños de sus padres. Pensó en su reputación, en su vida y en su enamorado.
El definitivamente no quería casarse con Jyugo, no le amaba en lo absoluto, pero pensó que era cierto lo que sus padres decían, el debía hacerlo por su futuro reino a menos que quisiera ver su reputación por el suelo y su familia en la ruina, ante todo debía mantener compostura, elegancia, glamour y poder dominante sobre el reino. Pero aún seguía molesto, pues no sé casaría con la persona que realmente ama.

—Perdóname amor mío. -entre sus manos sostenía la fotografía de un joven apuesto y amable, con el cabello rosado y ojos dorados como el sol-

—Yo no quiero esto, yo no quiero a tu hermano, yo te amo a ti. Aún que sea secreto mi amor... Anehlo estar contigo. -acerco la foto a su pecho y abrazo la fotografía-

—Espero que algún día estés al tanto de mis sentimientos... -dejo la foto del lugar donde la tomo, el cual era una especie de altar con muchas fotos, rosas rojas, cosas y adornos que representaban a esa persona especial para el-

~Reino 13~

El nuevo sirviente del castillo empezó a sacar sus cosas de una maleta no muy grande para dejarlas sobre su cama y empezar a acomodarlas en la habitación, la habitación no era muy grande pero estaba en muy buen estado y bastante limpia, con dos ventanas. Al terminar, abrió la puerta para salir y empezar con sus deberes, pero dos de sus nuevos compañeros estaban frente a esta.

—¡¡Hola!! ¡Tú debes ser el nuevo! -Un chico de cabellera verde y ojos carmín saludo amistosamente al nuevo integrante-

—Si, así es. ¿Quiénes son ustedes? -Pregunto confundido al tomarlo por sorpresa en su primer día-

—Chico ¿qué no ves? ¡Somos tus nuevos compañeros! Y tu nueva familia a partir de hoy. -Un sujeto bien fornido de cresta roja, fue quien habló está vez-

—Muchas gracias, de verdad no esperaba ser recibido en el castillo de esta manera. -Sonrió-

—No debes agradecernos, nos gusta darle la bienvenida a los nuevos, porque aquí, todos somos como familia. -El chico de ojos carmín le devolvió la sonrisa-

—¡Oh! ¿Pero qué clase de modales tenemos Nico? ¡No nos hemos presentado! -Soltó con una leve risa-

—¡Tienes razón!
Mi nombre es Nico y espero que podamos ser buenos amigos. -Le sonrió ampliamente mientras estrechaba su mano-

—Yo soy Rock, soy cocinero en el castillo y si alguna vez tienes hambre, no dudaré en prepararte uno de mis mejores platillos. -Dijo acercándose al recién llegado para palmearle la espalda en señal de confianza-

—Me llamo Uno y les agradezco nuevamente ésta cálida bienvenida.

—No es nada. -Soltaron a la par sus nuevos compañeros-

~•~

La noche comenzaba a caer, indicando que no era mucho el tiempo que faltaba para dar comienzo al baile real.
Todo estaba listo, todo estaba perfecto, reluciente y hermoso para recibir a los reyes y príncipes del reino 3, pero... Había algo que faltaba.

El príncipe Jyugo.

Continuará...