YoonGi caminaba por la acera de la transitada calle con bastante calma. Era temprano y no tenía prisa alguna, menos en tener que desesperarse para ser puntual porque aún tenía tiempo de sobra.

Saludó a un pequeño grupo que conversaba fuera de la universidad y sin atrasarse más, se adentró para seguir su camino hacia los casilleros. Una bonita sonrisa se dibujó en su rostro al notar que justamente ahí, ya estaba parado su mejor amigo, Jung HoSeok, un alegre y sociable alfa de brillante sonrisa.

──¡Hola, Yoonie! ──saludó emocionado, esperando a que el omega se acercara para poder abrazarlo con cariño.

──¡Hobi! - contestó de igual forma.

──¿Cómo estuvo tu fin de semana? ──preguntó el rubio mientras sacaba los cuadernos de la primera clase.

──Me la pasé bastante bien. ──sonrió ampliamente.── La casa de campo de mis papás es hermosa y me divertí mucho.

──Me alegra escuchar eso, Yoonie. ──respondió.

──¿Y tú?

HoSeok bajó levemente la mirada, la timidez genuina podía sentirse un poco. ──Pues estuve conversando con el omega que te conté.

──¿Ese lindo y peculiar pelirrojo?

El rubio rio levemente. ──Sí, ese lindo omega.

──¡Qué bien, Seokie! Ustedes van a hacer una hermosa pareja.

──Eh, no tan rápido que apenas y somos amigos. Me falta mucho para eso, pero en verdad lo anhelo. Él me gusta mucho.

YoonGi lo miró enternecido, y es que el alfa se veía adorable con las mejillas sonrosadas.

Cuánto daría el omega por ver si quiera al menos una vez así a cierto peligris.

A cierto alfa peligris de carita perfecta y labios esponjosos.

──Ay, no. ──el quejido fastidiado de HoSeok logró sacarlo de su trance.── Ahí viene ese.

──¡Hobi, no le digas así! ──le reprochó infantilmente, haciendo de su boquita un lindo puchero.

── Ah, cierto, me olvidé que hablaba de tu alfa. ¿No? ──canturreó, sonriendo al ver como el rostro de YoonGi se sonrojaba efusivamente.── Lamento decirte que no me cae en lo absoluto, Yoonie.

──Pero, pero casi nunca has socializado con él. No lo juzgues sin conocerlo antes. ──explicó.

──Nah, no es como si quisiera hablar con él de todos modos. ──se encogió de hombros.

──¡Oppa, se ve muy hermoso! ──una voz chillona se hizo presente. Haciendo que el omega formara una mueca por tan estruendoso grito.

Tanto YoonGi como Hoseok fueron testigos de cómo Jimin era rodeado por varias y varios omegas, unos más escandalosos que otros. Todos sacando un gesto de molestia y desagrado en el peligris.

──No me toques. ──gruñó, advirtiendo a los omegas que querían sobrepasarse.

──¡Hyung! ¿Almorzará hoy conmigo? Por favor~

──Ni siquiera te conozco. ──frunció el labio, poniendo su brazo frente a él como escudo de protección.

──¡Hoy se ve muy lindo! ──exclamó una pelinaranja.

──No te pregunté y no me importa. ──rodó los ojos cansado. ¿Por qué no lo dejaban tranquilo?

El peligris hacía un esfuerzo enorme por no usar su voz de mando y hacer que todos se quitaran de su camino. No soportaba a tantas personas, le colmaban la paciencia.

──¿Lo ves? Es un amargado de primera. ──murmuró HoSeok.

──Quizás solo le gusta su soledad.

──Pues no es necesario ser tan grosero.

──No luce como una mala persona, quizás solo...

──Pf, no hables como si lo conocieras. ──repitió firmemente.── Casi nadie sabe de él pero aun así están tirados a sus pies.

──Es muy guapo. ──suspiró tal cual enamorado.

──Lo que tiene de guapo lo tiene de cruel. ¿Sabes cuántos corazones rompió y cuántas declaraciones rechazó de manera horrible?

Ante la pregunta, el omega se encogió levemente. Ese era su mayor temor.

A veces YoonGi pensaba tanto en decirle al peligris cuánto le gustaba, decirle cuántas noches soñaba con que fuera su alfa y que le diera muchos mimos. Sin embargo, la idea pasaba a segundo plano al ser consciente que los omegas que se atrevieron a hacer dicha osadía salieron lastimados y profundamente rechazados.

No, YoonGi no quería sufrir algo tan feo como eso. Estaba seguro que tanto como su lobo y su frágil corazoncito no lo soportarían.

──¿Te das cuenta? Ha de ser por eso que sigue solo. Lo que aun no entiendo es por qué los demás se empeñan en insistir. ──el alfa hizo un mohín.── Alguien como Park es muy complicado.

──Yo quisiera hacerlo. ──murmuró bajito, recostándose en los casilleros al notar que JiMin estaba siendo rodeado por varias personas y caminaba por el mismo pasillo, sin atreverse a mirar al castaño o a Hoseok siquiera una sola vez. ──Pero tengo más que claro, que yo no existo para él.

El rubio sonrió con desgana, viendo el leve cambio de ánimo del precioso omega. Sin dudarlo, se apegó a él y lo rodeó por sobre su pequeño hombro.

──Ya verás que encontrarás al alfa perfecto para ti. ──le ánimo, sacándole una tímida sonrisa. ──Solo es cuestión de esperar.

──Pero yo en verdad, en verdad quisiera intentar algo con JiMinie. ──habló con voz baja, arrastrando cada palabra con mucha sinceridad y anhelo. - Pero él es todo un príncipe y no se fijará en nadie, menos en mí.

──¡Nada de eso! Tú eres demasiado para un corazón tan vacío y frío como el de Park. ¿Entendido? Vamos, Yoonie, no te pongas así.

──¿No debería hacerme ilusiones, verdad? ──susurró, con la mirada fija en JiMin que estaba junto a su amigo, no muy lejos de él.

HoSeok hizo un pequeño mohín, callando en absoluto.

──Ya me respondiste, Hobi. ──sonrió con cierta tristeza y derrota. ──Es algo imposible.

El rubio le dio una suave caricia en la mejilla. ──Mejor vamos al salón, de paso compramos tu cajita de jugo favorito. ¿Qué dices?

──Gracias. ──bisbiseó y lo abrazó por la cintura, pegando su rostro al pecho del más alto.

Ambos soltaron una leve risa y juntos decidieron ir, no sin antes llevar sus respectivos cuadernos para la siguiente clase.

Estaban tan sumidos en su trivial conversación que no se percataron que cierto alfa peligris, en vez de escuchar lo que sus amigos le decían, ladeó su cabeza al percibir un suave, cálido y dulce aroma. Un aroma que hizo que su lobo saltara con emoción.

¿Qué diablos pasa? ──se recriminó así mismo. No viendo a nadie merodeando cerca.