💜34: Idea💜

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— Ya~ Binnie bobo. — comentó el castaño con cierta diversión. — Aquí me quedo y tú, ya deberías de ir a tu salón antes de que sea demasiado tarde. — intentó regañarlo.

El alfa sonrió tal cual enamorado, sosteniendo la cintura del más bajo con ambas manos. Eun Woo se apenó rápidamente, pero al peligris no le importaba estar así de cerca con su omega y mucho menos si se trataba de pura gente curiosa y carente de vida propia.

— Yo podría quedarme así todo el tiempo — murmuró suave, solo para que llegase a los oídos de Eun Woo. Llevó su nariz a la curvatura del cuello adverso e inhaló con sutilidad el dulce aroma. —, en mi lugar favorito. — dejó un casto beso. El omega se estremeció ante el contacto de aquellos esponjosos labios en su piel.

— Bi...Binnie. — suspiró, colocando ambas manos en los firmes hombros del alfa, con la intención de alejarlo levemente.

— ¿Qué ocurre? — cuestionó con cierto ápice de preocupación, pero a la vez entendió el gesto por lo cual se separó mínimamente, haciendo que ambas narices se rozaran.

— Aún no estoy acostumbrado a esto. — comentó, a penas y haciendo contacto visual con Moonbin— ¿Podrías no ser tan expresivo? Tan solo un poquito.

El peligris sonrió sintiéndose más calmado. Su mente había maquinado demasiadas cosas y la mayoría de ellas no eran favorables.

— Es que es inevitable siendo que mi omega es demasiado bonito. — respondió, su sonrisa se curvó aún más al ver la conmoción en Eun Woo. Podía darle todos los halagos del mundo a cada momento del día y el castaño siempre terminaría con un tierno rubor en las mejillas. — Además, si lo dices por los tontos que nos están mirando con cara de envidia, pues solo ignóralos.

— No es tan fácil. — replicó haciendo puchero. Moonbin no pudo evitarlo y lo besó fugazmente. Lo suficiente como para después sentir un suave golpe por parte del castaño.

— Bien, trataré de medirme. — habló en cierto tono dudoso. No es como si él mismo estuviera totalmente seguro de que no volvería a hacerlo.

— Gracias. — susurró, mostrando esa sonrisa de gomita en donde mostraba sus adorables encías y sus pequeños dientes.

— Mhm... — su rostro mostró un gesto pensativo. — ¿Debería de tener un premio por eso?

Eun Woo tan tímido como se sentía en ese instante, mordió su labio inferior, asintiendo un par de veces ante la pregunta. Tomó las mejillas del alfa y le dio un suave beso, un toque realmente corto pero profundo a la vez, el encaje de ambos labios, a pesar de su diferencia en tamaños, era simple y llanamente perfecto.

El omega separó su rostro casi al instante y Moonbin apreció aún más el sonrojo que ahora era efusivo.

— Bueno, ahora sí puedo ir a mis aburridas clases. — chasqueó la lengua, no queriendo separarse de Eun Woo. — Pero prometo llegar rápido para el receso, creo que ya es momento de concurrir a la cafetería. ¿Qué dices tú?

— Eso suena muy bien. — tanto su lobo como su corazón, saltaban de manera acelerada.

El alfa cada vez mostraba lo mucho que quería estar a su lado, sin pena o miedo a esconder lo que poco a poco estaban construyendo. Moonbin le daba esa seguridad que se estaba esforzando en obtener y que muy pronto formaría parte de él mismo.

— Ahora sí tengo ganas de ir y acabar con esas horribles horas lo más pronto posible.

Eun Woo soltó una risita. — Bobo.

— ¿Tu bobo? — preguntó siguiendo el juego, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

— Mi bobo. — afirmó, separándose de la pared en la cual había estado recostado.

Moonbin le sonrió, acercándose lo suficiente como para propinarle un beso en la frente, en la nariz y en aquellos finos labios, tan brillantes y rosados.

"Y tan míos." — pensó con orgullo.

La campana sonó avisando las primeras horas de clases. Quien más se asustó fue Eun Woo, apurando al alfa para que se fuera y no llegara demasiado tarde a su aula. Sonrió ampliamente al ver como Moonbin caminaba de espaldas y con la mirada puesta en él.

— ¡Ten cuidado! — fue lo que exclamó al ver que el peligris se tropezó con sus propios pies y casi cae estrepitosamente en medio del pasillo.

— Estoy bien, estoy bien.

— Estás loco. — comentó con cierta diversión, negando con la cabeza cuando al fin el alfa dio media vuelta y emprendió su veloz carrera.

Eun Woo ingresó a su salón con calma, puesto que el profesor aún no llegaba. Los murmullos podían escucharse por todos lados, el omega creía que eran demasiado tontos al querer pasar desapercibidos con tremendos cuchicheos.

Resopló débilmente y decidió ignorarlos, tomando asiento y abriendo el libro que el profesor Choi había pedido que trajeran para esa clase.

— ¿Así que de verdad estás en planes con Moon? — la voz ajena interrumpió su intento de lectura.

Alzó la mirada, encontrándose con un típico grupo, está vez eran dos omegas y una alfa.

— ¿Eres tonto o qué? — habló otro de ellos. — ¿Qué no has visto cómo han estado de melosos fuera del salón?

Eun Woo sintió que sus mejillas volvían a arder.

La alfa soltó un gruñido en disgusto. — Pero estoy totalmente segura que ese estúpido no le ha pedido ser su novio. — se cruzó de brazos, mostrándose desafiante ante su propio amigo. — Aún tengo una oportunidad.

La última frase hizo eco en la cabeza de Eun Woo, quién abrió sus ojos desmesuradamente ante la confusión y la sorpresa. ¿A qué se refería?

— A Moon no le importará que seas mujer y te sacará los ojos si te atreves acercarte a Eun Woo.

— Más allá de eso, soy una alfa también, MinSeok. Si él me gusta, tengo todo el derecho de buscar una maldita oportunidad.

El omega que se mantuvo callado, observaba fijamente a Eun Woo. No sabía si sonreír ante el tierno rostro confuso de este o reírse de los idiotas de sus amigos que hablaban como si uno de los causantes de la discusión no estuviera justamente sentado frente a ellos.

— ¿Quieren callarse? — cuestionó en voz alta y con molestia, poniéndose en medio de ambos cuerpos. — Disculpa por el mal momento, Eun Woo. — se refirió a él con amabilidad. Empujando a los otros dos para que se mantuvieran lejos.

Eun Woo se aseguró de que la distancia fuera aceptable para mirar al otro omega y preguntarle. — Espera un momento. ¿Ellos, de qué hablaban?

El omega de cabellos rubios le sonrió. — Son un par de idiotas. A esa alfa le gustas desde hace un par de meses pero nunca se atrevió a hablarte.

— ¿Qué? — realmente a Eun Woo no le parecía algo que pudiera creer.

— Así es, la muy tonta no se animaba y pues ahora que te ve con ese alfa, está hecha una pulgosa insoportable. — bromeó, haciendo que Eun Woo sonriera levemente.

— Y el otro, MinSeok, es mi mejor amigo también, pero no voy a mentirte cuando te digo que es de esos que van en busca de atención. — rodó los ojos. — Está muy encaprichado con Moon. Y créeme, haría de todo para hacerte la vida imposible. Lo bueno es que al parecer ustedes, Moonbin y tú — aclaró. —, están muy enamorados y hacen una linda pareja. — concluyó y juntó ambas manos mientras chillaba con emoción.

— Uh, bueno — interrumpió con cierta vergüenza. —, en realidad no somos pareja.

Y ante lo dicho, el otro omega desfiguró su sonrisa. — ¿Qué rayos? ¡¿Cómo que no lo son?! — lo miró dubitativamente. — ¿Hablas en serio? Oh por Dios. ¿Qué diablos están esperando? ¡Yo pensé que hasta pensaban en casarse! — reclamó dramáticamente. Soltó un hondo suspiro y puso ambas manos en la carpeta de Eun Woo, acercándose e ignorando los ojos impuestos sobre ellos. — Sería bueno que vayan hablando de eso, digo, ya sé que una etiqueta puede ser lo de menos, pero no hay nada mejor como afirmar y refregar en las caras de todos el que ya tienes alfa oficialmente.

El castaño intentó procesar las palabras y a decir verdad, eso sonaba muy bien.

— Piénsalo, Eun Woo. Yo creo que ambos son muy afortunados por tenerse el uno al otro y lucen de maravilla como pareja. — le guiñó un ojo. — Es bueno que vayas asegurándote. — le sonrió amigablemente y se alejó para ir a calmar al dúo que seguía debatiendo.

Eun Woo se mantuvo pensando y tal vez, una idea había cruzado por su confusa mente.

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