Esa noche JunMyeon se escapa de su habitación cuando sus guardias se van a descansar. Sale sigiloso, todos en el palacio habían suspendido sus actividades y descansaban. Se pasea por ahí hasta llegar a los jardines, habían largas extensiones de rosas que dividían áreas, JunMyeon no hace caso a esto y las salta pasando de un lado a otro, no sé da cuenta en que momento camina de más y llega a un área más alejada y sola. Habían velas colgando por el lugar, iluminando el área verde. El Omega se adentra y camina por ahí, fijándose en todas las flores, es hasta que un olor bastante conocido vuelve a llegar a él. De inmediato lo sigue, hasta llegar al lugar, era bellísima y había un baño termal también.

El alfa estaba ahí, desnudo, su espalda ancha y poderosa marcada con cicatrices. Al parecer, el alfa estaba tan tranquilo disfrutando del vapor suave y el agua tibia de la posa que no se da cuenta en qué momento un travieso Omega se desnuda para caminar hacia él.

– En Corea los jardines no son tan hermosos como esto, Patriarca, lo envidio

El alfa se gira de inmediato, viendo a JunMyeon acercarse con una sonrisa pequeña.

– ¿Cómo llegaste aquí?

– No hay mucha seguridad que digamos, solo está dividido por rosales, no es muy difícil pasarlos.

El alfa se gira con una expresión sería y se mete más al manantial. JunMyeon hace un pequeño puchero y se acerca a él pero no demásiado.

– Su hijo mayor es bastante guapo, y supongo que me tendré que acostumbrar tarde o temprano a uno de ellos. – Dice, con toda la intención de provocarlo. Se pasea cuidadoso, su Omega feliz de la cercanía y liberando su exquisito aroma – Patriarca Zhang – se coloca frente a él. El alfa lo observa y JunMyeon se muerde un poco los labios, sus manos tocan desvergonzadamente los pectorales del mayor. Su piel era tan dura y exquisita. – ¿Por qué no nos llevamos bien?, Después de todo, usted será mi suegro y yo su cuñado, ¿No deberíamos llevarnos bien y conocernos bien? – se acerca hasta pegar sus cuerpos y acercarse a su boca, pero sin juntarlas – ¿La idea le gusta? – susurra cerca. – Mañana eligire a uno de sus hijos como mi alfa, así que este es el último día que soy totalmente libre – relame sus labios, viéndolo– Patriarca Zhang, si desea algo de mí, este es el último día

–. . .

Los ojos del alfa seguian puestos en el cuerpo del Omega, pero no expresaban nada, estaban gélidos. JunMyeon no deja que esto lo desanime, deja la sonrisita traviesa en sus labios y se gira para meterse lentamente en el agua, movía su culo de un lado a otro de manera sensual y coqueta. Puede sentir la mirada del alfa quemando su piel en todo momento.

JunMyeon desprende un encantador y maravilloso aroma de Omega, su olor era embriagante, aún más fuerte y delicioso por tratarse de su alfa. Siente la presencia del Patriarca Zhang acercarse lentamente por detrás, hasta que su cuerpo se queda justo detrás. JunMyeon puede sentir el pene del alfa pegado a sus nalgas, era duro y respingoso. Sonríe un poco y se da la vuelta para quedar frente a frente.

– Que aburrido, Patriarca Zhang, iré a buscar a uno de sus hijos, talvez los Zhang no sean tan anticuados como pensé– le pasa desinteresadamente al lado, sin embargo, no llega muy lejos, porque apenas unos pasos el alfa lo toma del brazo para regresarlo y pegarlo a su cuerpo. JunMyeon jadea de la impresión cuando Zhang lo toma del culo para apretarlo descaradamente, tan fuerte que dolía, pero no le importaba. Solo unos segundos después el alfa junta sus bocas en un beso extremadamente demandante y urgido, los dos tiemblan al contacto, sus lobos demásiado felices de encontrarse. Sus lenguas se encuentran, deseosas de tener el sabor del otro.

– A-Alfa – JunMyeon se muerde los labios cuando YiXing se separa para llevar su boca a su cuello y devorarlo. Apretaba con sus manos el culo del Omega en todo momento, amasando la blanda y deliciosa carne mientras su boca chupaba y mordía el cuello delicado. JunMyeon se abraza a él, no creía ser capaz de sostenerse con sus piernas si el alfa lo soltaba. – Llévame, llévame a tu habitación, t-te lo ruego – suplica el omega, restregando se contra él, podía sentir el pene del alfa aún más duro pegado a su cuerpo.

El Patriarca gruñe cuando su omega se lo pide de esa forma, tan desesperado y necesitado. – Vamos – toma con fuerza al Omega para levantarlo, haciendo que JunMyeon enrede sus piernas en torno a su cadera y se lo lleve de esa forma, cargandolo mientras de besan. El aposento privado del alfa no estaba lejos, solo le basta caminar un poco para entrar a la enorme habitación. JunMyeon gime placenteramente cuando entran, todo ahí olía a YiXing, estar rodeado de su aroma era jodidamente maravilloso. El alfa lo coloca sobre su cama, de una manera cuidadosa pero rápida.

– Usted es maravilloso– le dice coqueto el omega, paseando sus manos libremente por la espalda fuerte y definida mientras el alfa le lame el cuello. JunMyeon sabia que los alfas tenían una debilidad por el cuello de sus omegas, era ahí en dónde recibían la marca después de todo. – Me muero por qué me folles

El alfa se endereza, su cuerpo magestuoso quedando a la vista de JunMyeon quien no desaprovecha la oportunidad para admirar el cuerpo del alfa, tenía algunas cicatrices, seguramente de lucha, pero eso no lo hacía imperfecto, al contrario, lucía fuerte y maravilloso. 

– ¿Si sabes que tengo muchos años más qué tú?

– ¿Y? – responde de inmediato– ¿Acaso la Luna se ha equivocado alguna vez al emparejar?, Yo soy tuyo, y tú eres mío, ¿Por qué es tan difícil reclamarme como tuyo?, Pensé que los alfas se volvían locos a encontrar a su omega

– ¿Y quién dice que no lo estoy? – YiXing toma las piernas del omega, levantandolas y besando una, sus besos eran suaves y cálidos, bajando por la carne, daba ligeras mordidas en ocasiones. – Desde que sentí tu aroma, mi lobo se volvió loco, quería encontrarte desesperadamente, y cuando te vi cerca de mis hijos y de ese estúpido alfa, necesite sacarte de ahí de inmediato. Y desde que estás aquí, mi alfa me pide a gritos tenerte a mi lado y hacerte mío, solo mío.

JunMyeon sonríe feliz, escuchar ser correspondido era pura felicidad.

– Y quiero serlo – se endereza un poco para tomar lo hombros de YiXing y atraerlo hacia el, volviéndose a acostar, pasa sus brazos alrededor del cuello del mayor  y lo mira intensamente– Quiero ser tuyo, por favor, no quiero casarme con nadie más, mi omega solo te quiere a tí, solo a tí– une sus labios en un beso cálido. El alfa se coloca de mejor manera entre sus piernas. Al separarse del beso se sonríen uno al otro– Mi alfa, mío– acaricia su rostro atractivo y se abraza a él de inmediato cuando siente el grueso pene entrar dentro de él. Gimotea de dolor pero rápidamente respira para calmarse. YiXing era suave y cálido, almenos al principio, porque solo basta unos momentos para que JunMyeon se acostumbre y pueda aumentar la velocidad y fuerte de las penetraciones.

– ¡Por favor! – JunMyeon tenía lágrimas en los ojos. El Patriarca se lo estaba follando de manera maravillosa, sus pieles estaban sudadas e hirviendo en calor. La habitación estaba hundida en gemidos y del sonido sucio del choque en dónde sus cuerpos se unian. – Márcame

JunMyeon le pide en una suplica dolorosa. Su Omega pedía, no, exigía ser marcado esa misma noche. Tener a su alfa por fin lo hacia sentir la necesidad de pertenecerle. El alfa lame su cuello de manera cuidadosa y placentera, pero no lo marca, se retiene.

El placer es arrasador, así que JunMyeon termina eyaculando entre sus cuerpos y un poco después, el alfa lo hace dentro del Omega, dejandolo completamente lleno.

JunMyeon nisiquiera puede darse el lujo de decirle algo más a YiXing, porque cae totalmente dormido, víctima del cansancio.

                              [. . .]

El hermoso Omega despierta soltando un pequeño bostezo. Sonríe sintiendo el cuerpo del alfa abrazándolo con fuerza. Los dos estaban calientitos y cómodos, definitivamente no quería romper esa burbuja.

– ¡Patriarca Zhang! – la voz de un omega resuena a través de la puerta– Su magestad, lamento molestarlo, pero su esposa ha llegado al palacio y exige verlo lo antes posible.

JunMyeon siente que la sangre se le congela en ese momento.