13.

El rey Leonard se encargó de darle el tour por el palacio a Travis, quien era acompañado de la mano por Lucas, era demasiado pegajoso y muy vergonzoso. El dragón pudo ver su nueva habitación, era muy amplia y cómoda, definitivamente mucho mejor que dormir afuera de la torre en el frio, la cama era increíble e incluso los sirvientes le trajeron alimentos a montón.

Al final el rey se retiró, dejando a la pareja sola.

—¿Entonces? ¿Te gusta el sitio?—Pregunta feliz Lucas.

—Es agradable, sí...—

—Es bueno oír eso, quiero que sea perfecto para ti.—

—Ya sabes que aun lo sigo pensando, Lucas. No he dicho que si.—

—Pero hasta entonces...—Lucas se acerca a el, sacando de su bolsillo una pequeña cajita, el rostro del dragón se llena de sorpresa.—Quiero que tengas esto.—

—¿Qué es?...—

—Un anillo de promesa.—Sonríe emocionado.—Luego te daré uno de bodas, pero hasta entonces, tenemos la costumbre de dar este anillo para establecer nuestra promesa de amor, al menos yo te doy la mía.—

—Lucas...—

—Lo sé, lo sé, no es un sí. Pero el anillo de promesa solo es un... Regalo, demuestra que tienes a alguien que te ama. No te sientas comprometido a nada, pero... Me gustaría verte con el anillo puesto.—

Travis abrió la caja, solo era un simple anillo de oro con diamantes incrustados alrededor. 

—Casi pareciera que lo tenías listo...—Responde el dragón, tomando el anillo.

—Lo compré un día antes de ir a verte a la torre.—Dice emocionado.—Digamos que tuve que adivinar tu talla, pero creo que lo hice bien. Me hice una idea luego de agarrarte de la mano un día.—

—Eso explica por qué estabas tan raro ese día...—

Travis se puso el anillo en el dedo anular izquierdo. Pero pronto Lucas se acercó y le quitó el anillo para luego acomodarlo en su dedo corazón izquierdo.

—De hecho... Este va aquí.—

El toque de Lucas en su mano era suave, delicado, y luego le miró sonriente con esos ojos que siempre lograban transmitirle luz al dragón, ese tonto de verdad estaba enamorado, a pesar de todo. Travis iba a decir algo, pero las puertas de la habitación fueron abiertas, revelando un joven vestido elegante, con apariencia revoltosa, cabello color jengibre y ojos verdes.

—¡Hermano, de verdad volviste!—El chico corrió y abrazó a Lucas. 

—Hey, chico.—Saludó sonriendo Lucas, revolviendo el cabello del de menor tamaño, luego miró a Travis.—El es Travis, mi prometido.—

—¡No puede ser! ¿El dragón?—

—Así es.—Responde orgulloso Lucas.

—¡Eso es tan genial! Siempre pensé que estabas loco, ¡Pero es de verdad!—El joven acerco una mano para tratar de tocar sus cuernos, pero Travis retrocede mirándole raro.

—Debes presentarte primero.—Explicó Lucas, apartando la mano de su hermano.

—Oh, cierto... Bueno.—El joven carraspea.—Soy el segundo príncipe Gabriel Lerriche Franzí Soto, tengo 19 años.—

—Un placer, príncipe.—Saluda de regreso el dragón.

—¡Un dragón me acaba de saludar! Mis amigos no me lo van a creer.—Gabriel mira a su hermano.—¿También puedo casarme con un dragón?—

—Solo si padre lo aprueba.—Responde Lucas.

—¡Genial!—Gabriel no tarde en irse corriendo, probablemente a pedir permiso a su padre el rey, quien definitivamente estará pensando en todo lo que pudo haber hecho mal para que sus dos hijos tengan este tipo de... Gustos.

Finalmente vuelven a quedar solos, Travis mira a Lucas y sonríe, quizás quedarse no sea tan malo, era un sitio agradable.

—Sobre tu corazón...—Lucas comenzó a hablar.

—Confío en que lo cuidarás bien, de todas maneras no puedo sostenerlo.—

Lucas sonríe.

—Lo cuidaré con mi vida, lo prometo.—

—Más vale que cumplas con tu promesa, Lucas.—Muestra el anillo en su mano.

La sonrisa en el rostro de Lucas aumenta, solo puede sentir una calidez tan hermosa en el pecho.

—Lo haré.—

Quizás todo estaba bien, o eso parecía. Una semana llena de alegría pasó, la gente se calmó al saber que el dragón era el prometido del rey, y si, del rey, porque tres días después de que llegara, sucedió la ceremonia de coronación, sin embargo su padre seguía por allí siempre ayudando en lo necesario. Además, Lucas estaba preparando las cosas para la boda.

Sin embargo, un día Travis da un paseo por los jardines, había visto algo y quería confirmar sus sospechas. 

—Allí estas.—Gruñe el dragón de fuego al ver a su amigo escondido entre los arbustos en su forma humana.—Storm, ¿Qué mierda haces aquí?—

—¿Yo? Solo... Daba un paseo.—

—Idiota.—Lo suelta tras agarrarlo de la ropa.—¿Me seguiste todo el camino?—

—Quería asegurarme que estés bien.—

—Llevas tres días viendo entre los arbustos.—

—¡No tienes pruebas!—

—Te conozco lo suficiente para saber eso. Largo de aquí, vas a ocasionar una guerra.—

—Travis, de verdad no me gusta la idea de que estés aquí, puede ser peligroso.—

—Es peligroso para ti. Además, no puedes atacar a nadie, estas dentro de territorio del reino y te van a disparar, así que no inicies un problema y arruines mi vida.—

Storm baja la cabeza, quedándose callado ante eso, no quería ganarse más odio de parte de Travis.

—¡Otro dragón!—El príncipe Gabriel salió de detrás de un rosal, había estado observando todo, parecía un niño lleno de emoción.

—Príncipe, no debería estar por aquí.—Travis lo mira.

—Bueno, siempre salgo a divertirme por aquí. ¿Y ese dragón?—

—...De hecho.—Travis sonríe.—¿Qué tal si juega con el, su alteza? Es un dragón muy malo y necesita algo de modales.—

—¿Qué? ¡Travis!—Storm le mira casi suplicante.

—Es un príncipe, Storm. No te metas en problemas porque me metes a mi en problemas, así que pórtate bien.—

—¡Genial, un dragón!—El chico agarró de la mano a Storm.—¡Gracias, Travis!—Gabriel no tardó en irse jalando a su nuevo dragón.

Un problema menos.

Hace mucho tiempo, un dragón de lava lleno de orgullo estaba volando por los aires, bajó un momento para buscar algo de comer en el bosque. Sin embargo, lo único que encontró fue una bruja y su gato.

Los humanos no son tan deliciosos, así que se comió al gato, y la bruja lo amenazó. Al ser ella tan pequeña en comparación del gran dragón, este solo se rio y la amenazó devuelta, diciéndole que la iba a matar si seguía tratando de ir en contra de él.

Pero la bruja lo maldijo por su mal comportamiento, el dragón se fue, ignorando la maldición.

Y la bruja volvió a su hogar, en el palacio del trébol rojo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top