- Celo -
Llegó al hotel y rápidamente escapó de las manos de Lucifer, con la ayuda de Charlie y los demás, además del pequeño Fat Nuggets dando cabezazos en la pierna de Lucifer.
Alastor se escondió en su habitación, cerró todo con seguro, se desnudó y fue directamente a tomar una ducha, el calor estaba comenzando y sus ojos estaban acuosos, la fiebre del celo siempre fue la parte que menos le gustaba, pero estaría mejor en su nido.
Cuando salió se secó bien, y se metió solo con una camisa formal de color vino tinto que había comprado específicamente para su celo, le llegaba a las rodillas, era más cómodo así, se acurrucó en su nido.
Por fin, calma y tranquilidad.
De repente los ojos de Alastor se abrieron y sus orejas se levantaron, se empujó hacia arriba sentándose en el nido, escuchaba un golpeteo, Alastor salió de su nido, para dirigirse a la ventana de donde venía el ruido, tal vez un pájaro se dio contra la ventana.
Cuando abrió sus cortinas se encontró con Lucifer dando golpecitos, Alastor se quedó sorprendido, mientras Lucifer del otro lado dio un silbido y la baba dorada salió de la comisura de su boca, Alastor por pura inercia se lanzó hacia atrás con las orejas y la colita hacia abajo.
Vete, voy a llamar a Charlie, esto sí que no le gustará - Alastor amenazó pero se sonrojó cuando los ojos de Lucifer estaban en sus piernas, más específicamente en sus muslos.
Alastor estaba a nada de tomar el micrófono, pero Lucifer golpeó la ventana asustado, no podía escucharlo pero sí lo vio juntar sus manos como si pidiera por favor, su celo lo estaba engañando.
Suspiró y se acercó a la ventana, lentamente la abrió y dejó pasar al alfa.
Oh, gracias por eso, no podía sostenerme más de las esquinas, es decir, tengo alas, pero, bueno, si las uso Charlie me vería - Alastor miró a Lucifer que caminaba mientras hablaba con una sonrisa, se fijó en que el alfa tomaba buenas respiraciones de aire, disfrutando del aroma.
¿Qué haces aquí? - Alastor tomó una manta para enrollarse sobre los hombros y alrededor del cuerpo.
Yo... traje esto - Lucifer sacó una caja de supresores, básicamente la marca más cara del infierno, Alastor la tomó entre sus manos, miró curioso al rey del inframundo - Quería preguntarte... ¿por qué no te gusto? - Lucifer puso ojos de huevo.
Eres un acosador - Alastor dejó los supresores en la cama - Obsesionado con el aroma, me miras de manera extraña... y estás enano - Alastor miró a otro lado cuando vio la venita aparecer en la cara de Lucifer.
¿¡Es porque soy chiquito!? - Lucifer se puso las manos en la cabeza.
Tal... vez - Alastor miró a otro lado y Lucifer sonrió de manera malvada.
¿Y..no te gusta el aroma? - Lucifer se acercó a Alastor soltando su aroma, el omega se sonrojó y miró a otro lado, sus orejas se movían.
... - Alastor mantuvo el silencio, no era tonto.
Vamos cervatillo - Lucifer se acercó cada vez más a Alastor, que lentamente lo miró.
Nunca he tenido... el amor - Alastor confesó mientras bajaba las orejas avergonzado.
¡Pero eres un demonio! - Lucifer lo miró de arriba abajo.
Sí, el demonio de la radio, no el del sexo - Alastor levantó una ceja, la cabeza de Lucifer hizo corto circuito.
Bueno... ¿no quieres probar? - Lucifer lentamente tomó la mano de Alastor y depositó un beso en ella.
Alastor miró a los ojos de Lucifer, el alfa no podía hacer nada contra él porque era su omega destinado, así que...
Hagamos un trato - Alastor miró a Lucifer.
¿Quieres mi alma para que te pueda... paw chika paw paw? - Lucifer sonrió con picardía.
Si vuelves a decir eso te rechazo para siempre - Alastor lo miró con los ojos serios.
Perdón - Lucifer sonrió nervioso.
Te dejo hacer esto conmigo... si a cambio, te detienes cuando lo necesite, es decir, si me duele o me arrepiento nos detendremos - Alastor le ofreció su mano a Lucifer.
Claro que puedo hacer un trato con eso, soy el mejor compañero que podrías tener - Lucifer sostuvo la mano de Alastor, una fuerza blanca con roja chocó contra la verde de Alastor, trato hecho.
Bueno, permíteme ponernos en la misma condición - Lucifer se sacó el sombrero con una sonrisa, mientras él se sacaba la ropa, Alastor se ubicó dentro de su nido, mirando a otros lados.
Listo... oh, cervatillo no necesitas sentirte tan avergonzado - Lucifer subió lentamente dentro del nido de Alastor.
Bien... - Alastor dirigió su mirada a Lucifer, por un momento entendió a Eva y a Lilith.
Ven aquí - Lucifer tiró de la mano de Alastor para acercarlos.Alastor abrió un poco sus labios para sentir el primer roce de labios, fue como si sus dos almas se encendieran. En este momento, Alastor se sentía bien de no haber hecho ese estúpido trato. Era un beso tierno, de eso que había visto cuando estaba vivo en la plaza pública, con amor y mucha pasión.
Cuando se separó, tocó sus labios.
Las manos de Lucifer comenzaron a recorrer el cuerpo de Alastor, quien se fijaba en cada movimiento que hacía el rey. No es que fuera desconfiado, pero jamás se había permitido esta vulnerabilidad con nadie.
Eso... sabe bien - Alastor suspiró entre besos.
Bueno, ya - Alastor abrió los ojos cuando Lucifer se lanzó sobre él, otra vez metiendo su lengua en su boca, pero esta vez se sostuvo de los hombros del arcángel y se dejó.
Con delicadeza, Lucifer puso su mano en el rostro de Alastor y acarició su rostro, trazando el contorno de los labios con su pulgar, había algo en la sonrisa del demonio que lo encendía. Alastor cerró sus ojos, suspirando, sus hormonas estaban locas, sentía su corazón palpitar y pensó que entraría en estática de lo rápido que iba.
Eso... no sabía que se podía sentir así - Alastor frunció el ceño mientras las manos de Lucifer estaban en sus pezones.
Oh, y se puede sentir mucho mejor - Lucifer sacó su lengua con una sonrisa y comenzó a lamer; Alastor se quedó callado, mordiendo sus labios. No quería hacer muchos sonidos raros.
Alastor no quería admitirlo, pero sus ojos estaban llorosos, sus orejas abajo y su cola estaba metida entre sus piernas temblando, porque estaba mojado por completo y ya estaba erecto. Sabía que Lucifer estaba igual por su respiración.
Estoy... mojado - Alastor suspiró mientras se sostenía del brazo de Lucifer, quien le dio un guiño y puso la mano en el pecho de Alastor para comenzar a bajar por su abdomen, hasta su miembro, lo que hizo que Alastor soltara un pequeño gemido al sentir el roce entre la mano de Lucifer y su miembro mientras Lucifer llegaba a su lubricante natural.
Voy a meter un dedo - Lucifer sonrió mientras Alastor levantaba sus manos para aferrarse a las sábanas de su nido.
- Despacio - Eso fue más una orden que cualquier cosa, lentamente, Lucifer introdujo el primer dedo dando empujoncitos, tenía que decirlo, era apretado, pero cuando miró a Alastor y lo vio llorando con los ojos cerrados sin decir nada, solo por orgullo, suspiró y bajó su cabeza a la altura del miembro del omega.
Lucifer abrió su boca mientras empujaba dentro del demonio de la radio, comenzando a lamer con su lengua de serpiente.
Oh... por... los demonios - Alastor se estremecía mientras se movía inquieto, sentía que estaba a punto de correrse - Voy a... - Alastor no pudo evitar correrse cuando otro dedo entró dentro y comenzó a hacer tijeras en su interior.
Eres como el fruto prohibido, cervatillo. - La voz de Lucifer sonaba tan lujuriosa. Por lo menos, habían terminado.
Bueno, no esperaba que fuera así. - Alastor se recostó en el nido, respirando, mientras Lucifer ahora metía 3 dedos dentro. - Ya puedes salir, terminamos. - Lucifer miró a Alastor con una sonrisa.
Ja, Husk tenía razón, no te interesa aprender nada fuera de tu época. - Lucifer sonrió. Husk le había dicho que Alastor pensaba que aprender cosas que no tenían nada que ver con su época de vida era absurdo, y en la época de Alastor, no se hablaba así de fácil del sexo.
¿Qué significa eso? - A Alastor no le gustó cuando Lucifer le abrió las piernas con las manos en su rodilla sin poder cerrar.
¿Qué es esto? - Lucifer miró su pene, que ahora Alastor se daba cuenta, no cuadraba con el tamaño del rey, era... grande. - Va a entrar aquí - Lucifer puso la punta de su miembro apuntando en la entrada de Alastor.
¿¡Qué!? - Alastor levantó las orejas sorprendido y asustado.
Aquí voy, Al, respira - Lucifer comenzó a lanzarse hacia adelante cuando la punta entró y las manos de Alastor se posaron en su pecho.
¡Espera! - Rápidamente el verde paralizó el cuerpo de Lucifer, claro... el trato.
Alastor, vamos, esto es natural, ¿estás listo? - Lucifer sonrió con picardía al ver al demonio tan arrogante asustado mientras tomaba aire.
Eres... más grande - Alastor lo miró entrecerrando sus ojos desconfiado.
Los paquetes pequeños traen grandes sorpresas, cervatillo... ¿De verdad no quieres? - Alastor miró a Lucifer, no era que no quisiera. Lucifer miró con ternura a Alastor - ¿No quieres decir que le tienes miedo a esto? ¿Tú, el gran demonio de la radio?
Alastor miró molesto al rey y suspiró, deshaciendo el trato para continuar. Lucifer no iba a perder el tiempo y se empujó.
¿Está dentro? - Alastor gimió agarrándose de las esquinas del nido, era su omega hablando.
Alastor tenía que admitirlo, el rey del infierno tenía aguante, llevaban así ya un buen tiempo y todavía no terminaba, aunque él lo había hecho ya 3 veces, estaba derretido con su pecho sobre el nido sin ser capaz de sostener sus brazos, mientras el rey mantenía algo de tu cadera con su mano.
¿Qué tal el hombre pequeño? - Lucifer rió en el oído de Alastor, que para callarlo lo es, generando reacciones en el rey - Yo... - Lucifer ni siquiera terminó cuando todo el líquido estaba dentro de Alastor y el demonio de la radio se movía como loco para escapar del dolor del nudo.
No, no, duele, quema - Alastor se movía mientras lágrimas salían de sus ojos, los instintos a flor de piel en ambos, Lucifer sabía que tenía que conseguir que se quedara quieto, así que abrió su boca... y mordió a Alastor en la nuca, haciendo que sollozara contra el nido mientras se quedaba quieto, orejas abajo.
Shhh, está bien, omega. ¿Lo ves? - Lucifer jamás había perdido así el control, pero Alastor era otra cosa. Sostuvo la mano del demonio, sintió el lazo que ahora los unía. Lo cuidaría mucho; lo que Alastor quisiera sería suyo.
Cuando recuperó la conciencia, aún seguía dentro del demonio, pero estaban acurrucados durmiendo en el nido. Bueno, podía proponerle todo mañana. Ahora todo estaba bien. Conseguiría una sortija, la mejor.
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