EPÍLOGO II.

《JOSEPHINE ASTLEY》
°AÑOS DESPUÉS°

Tomé otra bocanada de aire frío y tembloroso, el sudor corría por mi cuerpo como una segunda piel, pero poco me importó en ese momento y seguí subiendo la escarpada colina de pastos verdes y hermosos. Podía escuchar el canto suave de las aves en las copas de los árboles y el movimiento sigiloso y lento de los animales dentro del bosque, también el sonido del mar chocando contra la roca con fuerza y el olor a sal que venía desde ahí.

Deslicé mis mano en el bolsillo de mi capa y la llave de hierro se sintió fría y al mismo tiempo cálida entre mis dedos, era un peso constante que cargaba conmigo desde que el rey William me la había entregado hacia ya mucho tiempo atrás, seguí caminando, más y más arriba a pesar del aire frío que me cortaba las mejillas y me hacia temblar..., a pesar del cansancio de mi cuerpo que gritaba por descansa y pronto.

Seguí subiendo.

Vi las altas chimeneas antes de ver la casa, eran dos y estaban hechas con ladrillo de color rojo y se alzaban hacia el cielo azul con orgullo, una sonrisa se extendió por mi rostro, me detuve para recuperar el aliento y un pequeño camino de piedra amarilla se abrió delante de mí y observé el lugar..., ahí estaba, majestuosa, elegante y sobretodo mía, un hogar..., mi propio hogar.

Saqué la llave de mi bolsillo con manos temblorosas y las lágrimas cayeron empapando mis mejillas frías, no sabía que decir... Aquella que ahora era mi casa me había robado el aliento con demasiada rapidez, sentí mi cuerpo pesado y al mismo tiempo ligero, era tan feliz.

La brisa marina sopló con fuerza y observé el mar que mantenía un color gris pizarra debido al clima, más allá las nubes de tormenta se arremolinaban unas contra otras, en cualquier momento comenzaría a llover. Escuché el sonido de las olas rompiendo contra la costa, saboreé la sal en la boca y el olor de los altos cedros que se extendían alrededor.

Volví la vista hacia la casa y caminé hacia los escalones que llevaban al porche adornado con plantas verdes, la madera era oscura y fuerte, dentro el suave resplandor de las lámparas de aceite nos daba la bienvenida y una de las chimeneas lanzaba una columna de humo gris al cielo. Me estremecí cuando la llave giró sobre la cerradura y escuche la puerta destrabarse, respiré hondo y entré.

El ambiente era cálido y acogedor, demasiado familiar y el nudo en mi garganta apretó con fuerza, las lágrimas volvieron a caer por mis mejillas, no las limpié dejé que hicieran el recorrido y cayeran por mi barbilla hacia el suelo alfombrado.

A mi derecha un salón con muebles oscuros también, sillones y mesas bajas, lámparas que proyectaban sombras cálidas y alfombras de color añil tejidas con filigrana de plata en diversos y extraños patrones, la chimenea ardía despacio casi somnolienta. Más allá una de las paredes forrada en libros de diferentes tamaños, colores y texturas.

Salí del salón con pasos un poco más firmes, a mi izquierda la cocina se abría paso. Un candelabro de cristal colgaba bajo y la suave luz de las velas titileaba, una barra de la misma madera oscura ocupaba la mayor parte, vitrinas de cristal con vajillas de porcelana y más allá, entre todo aquel lujo sobrio y elegante, un horno..., sonreí y me acerqué con cuidado, la punta de mis dedos tocaron el ladrillo rojo y frío y el olor a especias me golpeó y también el de los recuerdos cuando había vivido una vida tranquila antes de la guerra.

Me deslicé en el espacio con lentitud y observé cada una de aquellas especies desde canela y pimienta hasta azafrán y comino y muchas otras que no logré identificar pero que aportaban aromas y sensaciones únicas. Dejé aquella habitación después de un rato, avancé por el pasillo donde más alfombras oscuras y hermosas amortiguaban mis pasos, habitación de invitados y un baño fue lo que encontré. Subí a la segunda planta por una escalera tallada en madera y adornada con alfombras y pinturas de las calles de Misnk, sonreí.

La habitación principal tenía una vista hacia el bosque y otra hacia el mar que retozaba en calma, respiré hondo tratando de calmar a mi desbocado corazón. Observé la cama de cuatro postes con dosel, el armario donde una colección de vestidos sencillos y hermosos había sido colocado con cuidado, me alegraba pensar que ahí no habían esos atuendos ostentosos y caros que tanto detestaba. Un cuarto de baño grande con una tina donde cabían dos personas, sentí el rubor subir por mis mejillas.

Y a un costado de esa habitación una habitación más pequeña, vi los juguetes de madera tallados con habilidad y pintados con hermosos colores, la cuna en un rincón con colchas de color crema y almohadones de plumas, un armario pequeño y un escritorio donde libros infantiles se apilaban. Me estremecí y respiré hondo, al parecer alguien esperaba que pudiéramos usar aquella habitación pronto, sonreí de nuevo y mi corazón se enterneció ante la visión de una familia...

Bajé de nuevo a la planta baja y volví a la cocina, encendí el horno que, rápidamente, caldeó la habitación y me hizo sentir más cómoda, como en casa... En Loramendi pocas veces podía ayudar en las cocinas, así que iba a aprovechar aquella oportunidad que tenía delante de mí.

No sé cuánto tiempo pasó antes de que me diera cuenta que había llenado el horno de pan y tartas de frutas. Las lágrimas volvieron de nuevo y un sollozo rompió el silencio de la casa y me quebré, no porque me sintiera mal, no porque no quisiera estar ahí, sino porque aquel pequeño espacio alejado de todo junto al mar que yo jamás hubiera pensado ver en toda mi vida, era mío y de Luckyan para vivir tranquilos y en paz. Me di cuenta que el rey William había sido muy generoso y gentil cuando había pensando en eso, en aquel regalo perfecto y maravilloso para nosotros.

Me limpié las lágrimas con las manos todavía manchadas de harina y toqué suavemente mi vientre que todavía no había comenzado a crecer, pero que pronto lo haría, sonreí.

Luckyan llegaría pronto luego de su audiencia en Minsk y esta casa sería poca cosa comparada con la noticia que tenía por darle, sí, pronto dejaríamos de ser él y yo y nos convertiriamos en una familia. Pronto, muy pronto seríamos padres.

—FIN—


Los quiero ❤️ mil gracias por leer, nos leeremos en los extras ✨️😌 P.D. Déjenme en comentarios de quien les gustaría un extra y si esta en mis posibilidades con gusto lo escribiré (El rey Luckyan & El Príncipe Lawrence ya tienen su extra 😌)

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