Dos
Nota de la autora: Capítulo con temas fuertes, lees bajo tu responsabilidad. ⚠️
...
El omega estaba en la habitación, había pasado dos días desde el incidente con el príncipe de Francia.
—Joven.— Se escuchó la voz de la servidumbre.
—¿Qué pasa?— Preguntó caminando hacia la puerta. Al abrirla la beta estaba con una carta en las manos.
—Joven, le envían esta carta desde Francia, el cartero pidió que se lo entregaran personalmente.— La tomó.
—Gracias.— Cerró la puerta.
Suspiró, sus manos estaban temblando, sonrió levemente. La abrió y comenzó a leer.
"Mi querido príncipe, discúlpeme por todo lo que pasó hace dos días, en serio quise irlo a buscar para disculparme personalmente, se que no hay palabras para describir mis actos, lastimosamente lo incomode, me gustaría que me perdonará, la invitación a venir a mi castillo sigue en pie, espero su respuesta sea positiva, en serio... Quisiera expresar mis sentimientos, pero no puedo hacerlo."
Atentamente: Príncipe Louis de Francia.
El omega sonrió levemente, buscó en la habitación una hoja, pluma y tinta. Al encontrarla comenzó a escribir.
Cuándo terminó corrió hacia la planta baja, buscó a la servidumbre y le pido que enviaran la carta, que por ningún motivo nadie, a excepción del príncipe de Francia, tenia la autorización de leerla.
Al enviarla, subió a su habitación, se dejó caer a la cama, Harry sonrió y apretó la carta en su pecho, donde su corazón latía demasiado fuerte.
Después de la partida del omega, durmió los dos días completos, su lobo no dejaba de llorar por el omega. Así que tomó una pluma y le envío una carta a su amado príncipe. Hasta que al tercer día sus amigos lo fueron a visitar.
—¿Por qué cancelaste la fiesta?— Suspiró.
—Porque estaba cansado.—
—¿De que? Si nos habías comentado que ya habías tomado un descanso.—
—Aun seguía cansado.— Los alfas alzaron la ceja.
—Te creo.— Suspiró.
—¿Y el príncipe de Inglaterra? Desapareció antes que tu.— Inconscientemente el alfa sonrió.
—¿Qué dirá esa sonrisa?— Pregunto el príncipe de España.
—Al menos podrías a ver disimulado un poco.—Exclamó el príncipe de Bélgica.
—Explica.— Pidió.
—Te mueres por el príncipe, se nota demasiado.—
—Pero...—
—En la fiesta, tuviste convivencia con él, sonrisas y tu aroma de alfa enamorado podía inundar todo el salón.— El alfa sonrió.
—¿En serio?— Asintió.
—Lo del aroma no, pero lo demás sí, con él... No eras amargado.— Rodó los ojos.
—Gracias.— Gruñó.
—Pero... ¿Te das cuenta que es alfa?— Asintió.—Y que alfa con alfa...—
—¿En serio? Ese comentario es tabú.— Resopló.
—No quiero decir eso, si no ¿Tus padres?—
—No había pensando eso...—
—Deberías pedirle consejos a tus padres.— Asintió.
La puerta fue llamada, la sirvienta fue a atender.
—Sería lindo que estuviera con el príncipe de Inglaterra, no niego que es lindo.— Un gruñido se escuchó. —Tranquilo.— Bufó.
—Príncipe, le envían esta carta desde Inglaterra.— La tomó rápido y agradeció, la sirvienta se fue.
—¿De quien es?— El aroma del alfa mayor cambio. —No, no respondas, todo está claro.— Sonrieron.
—¿La vas a abrir?— Asintió.
—No, espera... Mejor nos vamos, tu aroma es muy fuerte cuando te enamoras. — Rieron.
—Bueno, nos vamos, espero todo salga bien con el príncipe, le deseamos suerte.—
—Gracias.— Sonrió.
Los alfas se retiraron, antes de abrir la carta, la puerta se abrió.
—¡Mi pequeño alfa está enamorado!— Exclamó la reina.
—¡Mamá!— Corrió y la abrazó.
—Mi pequeño, tu aroma llena el castillo.— Rieron.
—Perdón mamá.— Negó separándose del abrazo.
—No tienes porque amor, ¿Quién es el afortunado?— La sonrisa que Louis tenía se borró. —Oh no, ¿Qué pasa?—
—¿Y papá?—
—Hola cachorro.— El rey llegó, Louis lo abrazó.
—Hola papá.— Sonrió.
—¿Qué pasa cachorro? Estabas feliz.—
—¿Puedo hablar con ustedes?—
—Si cariño, vamos a la sala.— Asintió.
Tomaron asiento, los reyes frente al príncipe.
—Cachorro nos estás preocupando.— Suspiró.
—Mamá, papá, me gusta alguien...— La reina rodó los ojos.
—Cariño, es normal, me asuste.— Sonrió levemente.
—Pero...— Se cortó buscando las palabras correctas.
—Hijo dinos.— Pido el rey.
—Me gusta un omega... Varón.— Los reyes se quedaron en silencio viéndose mutuamente. —¿Mamá, papá?— Preguntó al notar a sus padres decirse algo con la mirada.
—¡Gane!— Festejó la reina.
—Volví a perder.— Susurró el rey.
El alfa menor frunció el ceño, sus padres lo invitaron a tomar asiento en medio, Louis tomó asiento junto a sus padres, ellos lo abrazaron.
—Mi amor, lo importante aquí es que seas feliz.— Acarició el cabello de Louis.
—¿No están decepcionados?— Preguntó con leve temor.
—No amor, nunca pienses en lo que piensan los demás, solo piensa en ti mismo y en tu felicidad mi amor, eso es lo importante.—
—Pero...—
—Nada cachorro, tu felicidad es nuestra felicidad, no importa lo que diga el pueblo, eres nuestro hijo y te van a respetar.— El alfa sonrió.
—Los amo.— Susurró.
—Nosotros a ti, pequeño.—
Estuvieron abrazados por un buen rato, el aroma a chocolate de rey se mezcló con el aroma a tulipanes de la reina, por último el aroma de su pequeño, a menta...
—Ahora ¿Ya hablaste con los padres? Se un alfa educado e invítalos al té.—
—No he hablado con sus padres...—
—Cachorro, eso no es posible, tienes que hablar urgentemente con los padres, es una falta de educación que lo acortejes sin permiso de los padres.—
—Pero es que sus padres son... ¿Cómo lo explico?— Fruncieron el ceño.
—¿Podemos saber quién es?—
—El príncipe de Inglaterra.— Los reyes fruncieron el ceño.
—Alfita ¿El príncipe no es alfa?—
—Hmm... Algo complicado de explicar.—
—Es sencillo amor, los reyes de Inglaterra quieren que el príncipe sea alfa, aunque su casta no lo sea, para así no ser la burla del pueblo.—
—Mamá, pero ¿Eso es cierto?— Negó.
—No pequeño, antes cuando era omega varón tenían que matarlo porque era un fenómeno según el pueblo.— Louis hizo una mueca.
—¿Ahora no?—
—No, en nuestro reino ya no, es normal ver omegas varones en el pueblo, no podemos discriminarlos, ellos no decidieron ser omegas, solo hay que apoyar.— Asintió.
—Entonces...—
—Cachorro deja de preocuparte por el pueblo, ellos saben que eres el príncipe, tienen que respetarte, pero... Tu felicidad es más importante. — Su padre acarició el cabello, sonrió.
—Pero aún así, puedes traerlo al castillo, nos gustaría conocerlo, y también que tú te presentes con sus padres, es de mala educación no presentarse.—
—Esta bien, gracias.— Lo abrazó más fuerte.
—No tienes nada que agradecer, eres nuestro hijo y te apoyaremos en todas tus decisiones.— Sonrieron.
Luego de aquel momento familiar, Louis abrió la carta mientras que sus padres desempacaban.
"Querido príncipe, discúlpeme a mi por ser tan grosero en irme sin dejar que usted explicará todo, disculpe, pero compréndame, no tengo una vida feliz... Finjo ser feliz más no lo soy, me gustaría estar con usted, ser amigos y conocernos más, por favor le suplico que no diga nada de lo que pasó, se lo suplico... Espero algún día pueda venir al castillo."
Atentamente: Príncipe Harry de Inglaterra.
Sonrió levemente, su aroma lo delataba.
—¿Irás a hablar con sus padres?—
—Si mamá, quiero irme hoy...—
—Entonces dile que preparen el carruaje.— Sonrió.
—Gracias.—
Arregló todo, envío una carta para el príncipe...
Harry estaba en la habitación sonriendo, hasta que abrieron la puerta, frunció el ceño.
—Cariño, el príncipe de Francia viene de visita.— Abrió sus ojos al extremo.
—¿En serio?— La reina asintió feliz, tomando una carta.
—¡Si!— Chilló emocionada.— Lee esto.— Le dio la carta.
"Es un gusto escribirles, espero no ser una sorpresa, pero me gustaría pasar a visitar su reino hoy mismo, perdón si no es oportuno, hágamelo saber y comprenderé..."
—Ya le envié una carta aceptando su visita.— El príncipe asintió.
—¿Pero ustedes se irán?— La reina asintió.
—Si, iremos a un comité, son solo dos días, el príncipe se pasará una semana, pide que le enseñes el reino.—Sonrió.
—Esta bien mamá. Hazme saber cuando llegue.— La reina estuvo de acuerdo y salió de la habitación.
La puerta fue llamada, Harry atendió.
—Príncipe, le envían esta carta.—
—Muchas gracias.— La tomó y cerró la puerta.
La abrió y sonrió.
"Príncipe... Espero mi visita no lo incomode, me gustaría hablar con usted de todo lo que pasó, espero pueda recibirme, si no es de esa manera, comprenderé."
Atentamente: Príncipe Louis de Francia...
Suspiró profundamente. Se recostó en la cama, el sueño le fue ganando.
Se despertó debido a los golpes de la puerta.
—Mi pequeño, ya es tiempo de irnos.— Se colocó de pie y abrió la puerta.
—¿Tan rápido?—
—Si cachorro, tenemos que llegar mañana en la mañana, por favor, espera al príncipe, no tarda en llegar.— Asintió.
—Esta bien madre.—
—Toma supresores o inyéctate si no hacen efecto.— Suspiró.
—Si mamá, no te preocupes, ahora ve.—
Luego de una despedida con advertencias... Los reyes se fueron, Harry se quedó en la sala, hasta que la puerta fue llamada, la servidumbre salió.
— Príncipe, lo solicitan en la puerta.— Asintió.
—¿Quién es?—
—El príncipe de Francia.—
—Lleva sus maletas a la habitación, yo lo guiaré.— Estuvo de acuerdo.
Salió hacia el pasillo, Louis seguía en la puerta, esperando la autorización del omega.
—Hola.— Susurró.
—Buenas noches, príncipe.— Sonrió levemente.
La servidumbre se fue, quedando solo los príncipes.
—Me gustaría explicarle...— Interrumpió.
—Vamos al jardín, hablaremos con más tranquilidad.— Estuvo de acuerdo.
—Bien, lo sigo.—
Caminaron hacia el jardín, Harry lo llevó a un lugar más alejado. Ahí había un fuente y una banca de madera antigua, aún así, la madera era resistente.
—Déjeme explicarle...— Harry lo interrumpió uniendo sus labios con un tierno beso.
El alfa lo correspondió de inmediato, lo tomó de la cintura y lo unió hacia él.
—Gracias por aquella noche, no sabe cuánto desee pasar mi celo con alguien y no teniendo dolores por los supresores.—Susurró separándose del beso.
—¿Puedo saber por qué los toma?— Sonrió.
—Más adelante, ahora debemos ir a dormir, ya es tarde.—
—¿Para que me trajo aquí?—
—Para besarlo sin interrupciones.— El alfa lo abrazó.
—¿Le molesta quedarnos un rato más?—
—¿Para que?—
—Para cumplir el propósito por el cual me trajo aquí.— Antes de decir una palabra, el alfa se separó y comenzó a besarlo tranquilamente.
Se separaron después de unos minutos, el alfa acarició los labios de omega con su dedo pulgar.
El omega sonrió y lo besó, comenzó a besar la mano del alfa, dejó cortos besos desde el dedo pulgar hasta el hombro del mayor, después de eso, beso el cuello de su acompañante.
—Omega.— Susurró.
—Hmmm...— Murmuró.
Harry comenzó a bajar sus besos por encima de la tela.
—No, la servidumbre puede sospechar.— Se separó un poco.
—No, todos son betas, no tienes de que preocuparte.— Se separó y dejó cortos besos en los labios de Louis.
—Te rogué.— Susurró.
—Lo se...—
—No sabes cuánto me arrepentí de hacerlo... Al ver que te fuiste, que no sentías nada por mi... Me dolió príncipe, no tienes idea cuánto, mi alfa quería reconocerte, quería sentir tu aroma... Pero nunca fue así, no siento tu aroma, se que no soy tu destinado, lo se, no tienes que fingir que sientes algo por mi, pueda que ya conozcas a tu destinado y no sea yo.... No sientas lástima por mi, está bien, al menos finge que me amas mientras hacemos el amor...— Tomó la cintura del omega.
—¿Hacer el amor?— Asintió.
—Si, déjame hacerte el amor esta noche, después finjamos que nunca paso nada y se realista, no me amas, está bien.—
Harry suspiró, bajó la mirada, sus ojitos se llenaron de lágrimas.
—Alfa...— Elevó su mirada.
—Amor, vamos a la habitación, solo quiero que hagamos el amor hoy... Después ya podemos fingir que nada paso.— Asintió.
—Vamos.—
Se colocaron de pie, caminaron hacia la habitación, al llegar, cerraron con pasador, comenzaron a besarse tranquilamente.
—¿Puedo hablar contigo después?— Le pregunto el omega.
—Mientras no me mientas está bien.— Asintió.
—Bien, gracias.— Susurró.
El alfa acostó a su acompañante en la cama, comenzó a besar su cuello.
—Alfa...— Gimió.
—Hmmm...— Se quería separar, pero Harry se lo negó.
—No...— Susurró rápido.— Te quiero alfa...— Acarició su cabello.
—Y yo te amo... Quiero que seas mi omega.— Acarició el muslo de su acompañante.
—Se que te vas a arrepentir...— Se separó un poco.
—¿Por qué lo haría? Si mi lobo pide a gritos que me dejes ser tu alfa.— Unió sus labios en un tierno beso.
—Príncipe.— Gimió al sentir la lengua del alfa entrar sin previo aviso a su cavidad bucal.
Comenzaron a besarse salvajemente, el príncipe mayor comenzó a despojarlo de su ropa en cuestión de segundos salió de su cuerpo.
Louis comenzó a besar el cuello de Harry, trazó un camino de besos hasta llegar al pecho del omega, en donde sin previo aviso, comenzó a succionar y morder.
Los gemidos del omega se hicieron más fuertes, su entrada comenzó a lubricarse, el mayor bajó su mano buscando la entrada del omega, al encontrarla metió un dedo y mordió el pezón.
—¡Alfa!— Gimió.
Metió el segundo dedo y comenzó a jugar con la entrada, al meter el tercer dedo, el omega no podía evitar gemir fuerte.
—Ma..s ma-s más...— Suplicó.
Comenzó a mover las rápido sus dedos, pero antes de que Harry tuviera su primer orgasmo de la noche, Louis sacó sus dedos, recibiendo un chillido del omega.
Se separó del pecho, sonrió al ver sus dedos cubiertos de lubricante.
Comenzó a acariciar el pecho del omega, llenándolo de lubricante.
—Ah...—
—Prueba.— Llevó sus dedos a la boca del omega.
Harry obedeció, jamás se había imaginado vivir escenas tan obscenas junto a Louis. Disfrutó de su propio lubricante, chupó los dedos del alfa hasta dejarlos limpios.
El alfa se separó, el omega se colocó de encima de Louis, con sus rodillas a los lados, él lo tomó de la cintura.
—Ven.— Guío la cabeza de su alfa hasta su pecho, Louis comenzó a lamer el lubricante que segundos antes le había colocado.
Comenzó a frotarse con su acompañante, el alfa gruñó, su miembro comenzaba a doler.
—Sigue por favor.— Le suplico.
El omega quitó sus manos del cabello de Louis, comenzó a desabrochar su camisa. Suavemente lo recostó en la cama sin separarlo de su pecho.
Harry consiguió desabrochar completamente la camisa de Louis, lo obligó a separarse de su pecho, ganándose un gruñido.
Lo ignoró y comenzó a besar el cuello del alfa, bajando por todo su abdomen, hasta llegar a su erección.
Bajó el pantalón y la ropa interior, liberando el miembro del alfa, relamió sus labios.
—¿Es seguro... ¡Ah! Amor?— Gimió al sentir la lengua de Harry en su glande.
—Si.— Susurró.
Su lubricante seguía saliendo, así que llevo una mano a su entrada, manchó sus dedos de lubricante y comenzó a acariciar el miembro del alfa con su propio lubricante.
—Omega.— Gimió complacido.
Harry se separó un poco, comenzó a masturbar el miembro del alfa, el cual en cada movimiento chocaba contra el pecho del omega.
Los gemidos del alfa se hicieron roncos, el omega vio como el pre-esperma comenzó a salir, detuvo sus movimientos.
Subió al alfa y comenzó a besarlo, Louis comenzó a acaricar el pecho de su omega, manchandolo del pre-esperma.
—Ven.— Lo ayudó a sentarse, aún con él en su regazo.—Te quiero demasiado alfa.— Acarició sus mejillas, el sudor caía de su frente.
El alfa no logró responder, debido a que Harry tomó su miembro, lo posicionó en su entrada y se dejó caer.
Ambos saltaron un gemido fuerte, espero a que Harry se acostumbrará a su miembro, mientras acariciaba su espalda y besaba su hombro.
—Ya...— Susurró dándole espacio para besar su cuello.
—¿Seguro?— Asintió.
Lo tomó de la cintura fuertemente, lo impulsó hacia arriba, de la misma manera volvió a penetrarlo.
Los gemidos del omega comenzaban, el menor comenzó a dar brincos excitando a ambos ante aquel contacto.
El alfa acarició la espalda de su acompañante, mientras que Harry saltaba encima del gran miembro del alfa.
—Quiero más.— Pidió el omega.
—Bien amor.—
Lo dejó recostado en la cama, Harry gimió ante el cambio de posición.
El alfa comenzó a penetrarlo fuertemente. El omega llevo sus manos hacia la espalda de Louis, comenzó a dejar marcas.
—¡Más!— Gritó.
Harry se perdió en el placer que el alfa le estaba proporcionado, gemía una y otra vez, igual que el miembro del alfa, entraba una y otra vez, y en todas las penetraciones el omega las disfrutaba.
—Alfa... Y-a, ya...— Lo calló con una embestida fuerte, la cual ocasionó que Harry gritara excitado.
—Córrete mi amor, hazlo por mí.— Le susurró.
No hicieron falta más de una embestida para que Harry se corriera soltando un grito demasiado fuerte, manchando su abdomen.
El alfa iba a salir del interior, pero Harry se lo negó aún controlando su respiración.
—Alfa... An-udame... Anúdame.— Pidió.
—Mi amor, debes estar cansado.— Negó.
—No, príncipe... Se lo pido córrase en mi interior, hágalo por favor.—
—Esta bien omega.—
Louis comenzó a penetrarlo nuevamente, solo que ahora mucho más fuerte, Harry seguía soltando gritos, sus ojos se llenaron de lágrimas debido al placer..
El alfa lo penetró algunas veces hasta que tomó la cadera de Harry y lo apretó contra él, se corrió y su nudo se expandió, el omega soltó un grito.
Se dejó caer encima del omega, sin dañarlo, sonrieron levemente, el alfa se quedó viendo las tetas rojas del omega.
—Si quieres comerte mis tetas solo hazlo.— No esperó y comenzó a succionar tomando el pecho de Harry. —¿Por qué no me deja cachorros? Lo podría amamantar todo el día sin interrupciones.— El alfa sonrió.
—Me gustaría que me alimentará... También me gustaría comerme su entrada.— Las mejillas del omega se tiñeron de rojo.
—Hazlo... Come todo lo que quieras de mi cuerpo, te lo dejaré.— Murmuró complacido.
El nudo del alfa bajó, se recostó en el pecho de Harry, el omega lo recibió sin protestas. El mayor se quedó dormido. En algunos minutos la puerta fue llamada. Harry suspiró profundamente, Louis estaba dormido.
—¿Qué pasa?— Preguntó.
—Joven, la invitación a la fiesta fue confirmada, los espera hoy en una hora, el pueblo estará invitado. —
—Bien, gracias en una hora iré, dile que preparen mi carruaje.— Susurró.
—Bien.— Se retiró.
Louis seguía dormido, así que salió poco a poco, se arregló, tomó un baño, se vistió y salió de la habitación, no sin antes deja un beso en la frente del alfa.
El carruaje estaba listo, subió y en algunos minutos estaba de camino.
Al llegar bajó, todos estaban riendo, Harry los saludó y disfruto de la fiesta.
Estaba feliz en la fiesta, conviviendo y riendo, hasta que el aroma del alfa llegó a sus fosas nasales.
El omega vestía un traje color beige, con una camisa blanca, zapatillas formales y no podía faltar un abrigo. El alfa vestía un traje completamente color negro.
Sonrió al ver a aquel alfa acercándose a él.
—Hola.— Sonrió.
—Hola.— Al llegar, el alfa vio a todos los lados, sonrió y lo tomó de la mano, corrieron hacia el jardín.—¿Qué haces?— Preguntó al estar ya afuera.
—Quería estar contigo, a solas.— Lo tomó de la cintura.
—Alfa, quería hablar de eso contigo.— Susurró al tenerlo cerca.
—Ya se, pero mi corazón dice que eres mi destinado, pero mi alfa no puede sentir tu aroma...— El omega suspiró. —Se que, tal vez no sientas nada por mi, y esta bien, pero déjame demostrarte que yo si te amo, aunque tú no me ames, yo lo hago, se que con el tiempo tal vez puedas quererme un poco...— Harry lo interrumpió con un beso.
—Cállate alfa.— Louis correspondió el beso. Luego de algunos minutos se separaron.— No puedes sentir mi aroma porque tomo supresores...— Frunció el ceño.
—Pero...—
—Mis padres desde niño me inyectaban y medicaban... Actualmente los supresores solo guardan mi aroma por dos días...—
—¿Por que te hacen eso?— Suspiró.
—Por que... Mis padres odian que sea omega, por eso me criaron para ser alfa, pero no lograba, no era yo, dicen que aceptaron que fuera omega, pero me obligaron a ocultar mi aroma.— El alfa gruñó.
—¿Entonces...?—
—Puede que sea tu destinado, príncipe... Yo puedo sentir tu otro aroma...—
—¿En serio?— Sus ojitos brillaron demasiado.
—Si, pero no quería imaginarme cosas.—
—¿Cómo que?—
—Que mi destinado fuera un alfa que conocí y ese mismo día me acosté con él.— El príncipe soltó una risita.
—Tienes razón.—
—Pero no sé si tú podrás hacer lo mismo, sentir mi aroma.— Sonrió y asintió.
—Dame una oportunidad, por favor...—
—Pero... Causaremos polémicas...— Negó tomando las manos del omega.
—A mi no me importa nada de eso, solo me importa estar contigo y ser felices.—
—Esta bien, pero que no se enteren...— Asintió feliz.
—¿Acepta salir conmigo?— Se colocó de rodillas, el omega sonrió.
—No es necesario tanta formalidad.— Se agachó a la medida de Louis.
—Lo quiero hacer así, aunque eso no significa que no te acortejaré.—
—No será necesario...—
—Lo es, quiero que todo sea formal.—
—Si quiero salir contigo, quiero ser feliz a tu lado.—
—Gracias.— Dejó un corto beso en sus labios.
—Quiero una buena pedida de mano después.—
—Como gustes omega, si quieres todos los reinos... Yo te los daré.—El omega se separó un poco, analizó el rostro del príncipe.
Comenzó a reír un poco, Louis solo sonrió.
—¿En serio?— Calmó su risa.
—Si omega, pide lo que tu desees y yo te lo daré, eres un príncipe y te mereces el mundo entero y si yo te puedo dar todo el mundo... No dudaría ningún segundo. —
Lo abrazó fuerte, cayeron acostados, el omega arriba de él.
—Hmmm me gusta, volvamos a casa a dormir.— Asintió.
Se colocaron de pie, vieron a todos lados, no había nada, se separaron, prepararon el carruaje, luego subieron, se fueron abrazados todo el camino hacia el castillo.
—¿Estas seguro de esto?— Preguntó Harry.
—Amor, jamás me arrepentiría.—
—Pero serás juzgado.—
—No me importa.—
—¿Seguro?—
—Si amor, confía en mí por favor, quiero hacerte feliz, aunque sea en secreto.— Asintió.
—Esta bien, pero puedes arrepentirte cuando quieras.— Lo abrazó más fuerte.
—No lo haré.— Acarició su cabello.— Solo espero que algún día puedas darme la autorización de gritar por todo el reino que eres mi acompañante oficial.—
—Algún día alfa... algún día...— Sonrío levemente.
Al llegar, Louis salió primero, ayudó a Harry sin que el chofer se diera cuenta.
—Espérame en el pasillo, en unos minutos vuelvo.—
El alfa estuvo de acuerdo. El omega corrió hacia la cocina, al llegar toda la servidumbre se colocó de pie e hizo una reverencia.
—Pueden tomar dos días libres, el príncipe de Francia y yo iremos al pueblo, no estaremos en el castillo para que nos atiendan.—
—Muchas gracias príncipe... Pero ¿No afectara...?—
—No, yo les comentaré, ustedes disfruten sus días de vacaciones, nos vemos pronto.— Agradecieron y se despidieron con reverencia.
Harry caminó hacia el pasillo, al llegar Louis estaba viendo las fotos enmarcadas de los escalones, en la mayoría se encontraba la familia real.
—¿Eras feliz aquí?— Le pregunto.
—No.—
Llevó su mirada hacia Harry, el omega soltó un suspiro, vio todas las fotos.
—Nunca fui feliz con ellos, fingía serlo si, pero son mis padres... Aunque ellos no me amen, yo si lo hago...— Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Recordó todo el maltrato que los reyes le daban por llorar, limpió rápido sus lágrimas.
—Deberíamos subir.—
—Amor... Esta bien que llores.— El omega sonrió y negó.
—No, no está bien, eso no hace un alfa.—
—No amor, un alfa lo hace, yo lo he hecho y no por eso he dejado de ser alfa... Amor mío, puedes llorar en mi hombro, siempre te lo cederé.— Lo abrazó.
Harry correspondió el abrazo y suspiro.
—Vamos a la habitación, puedo llorar ahí.— Sonrió.
—Vamos.—
Se separaron del abrazo y caminaron hacia la habitación del omega, entraron y Louis cerró con pasador.
El omega sonrió levemente, aunque sus ojitos se llenaron de lágrimas, comenzó a llorar, el alfa se quería acercar, pero Harry salió corriendo hacia el servicio, cerró rápido.
—Cariño... Ábreme por favor.—
—No, por favor déjame solo.— Pidió.
—Estaré en la cama, te espero cariño. — Caminó hacia la cama, suspiró y tomó asiento.
Siguió pensando en el tema de Harry, hasta que una idea paso por su cabeza, se colocó de pie rápido y llamó a la puerta.
—Omega, ábreme.— Pidió.
No obtuvo respuesta.
—Omega.— Llamó golpeando la puerta.
Nuevamente nadie respondió.
Se alarmó y trató de abrir la puerta, más le fue imposible.
Retrocedió y le metió una patada, la puerta se abrió, inspeccionó todo el cuarto de baño rápido, hasta que vio a su omega en la tina, todo su cuerpo estaba sumergido en el agua.
Corrió, lo sacó de la tina, lo llevó a la cama.
—Omega, amor mío.— Llamó, pero no respondía.
Se alarmó, hasta que el omega comenzó a toser, lo tomó en sus brazos y lo dejó sentado en su regazo, comenzó a golpear suavemente la espalda de su acompañante.
—Alfa...— Sollozó.
—Esta bien amor, tranquilo.— Lo abrazó fuerte.
El omega se hizo bolita en sus brazos, Louis suspiró profundamente y lo marcó con su aroma, Harry sonrió levemente e inhaló todo lo que logró del aroma de su alfa.
Louis lo tomó en sus brazos, caminó hacia el armario, con dificultad tomó unas prendas del omega.
—Te vestiré.— Le indicó.
—No, no quiero alejarme de ti.— Harry buscó el cuello del alfa, se escondió e inhaló su aroma a menta.
—No puedo dejarte así, puede hacerte daño, solo unos minutos y luego te abrazaré.— Hizo un berrinche, Louis soltó una risa.
—¡No te rías!— Se separó.
—Esta bien cariño, ahora déjame vestirte.— Asintió.
Se separaron, Harry se quedó enfrente de Louis, mientras este último lo comenzó a vestir. Vistió la parte de abajo, al subir, vio el pecho del omega, ignoró sus instintos y lo vistió.
Al terminar, el omega lo abrazó nuevamente, Louis lo tomó en sus brazos, con dificultad quitó las sábanas mojadas, acostó a su omega en la cama, lo abrazó fuerte.
—¿Me marcas con tu aroma?— Bajó su mirada, el omega tenía un puchero en sus labios.
Sonrió y besó los labios del omega, se besaron tranquilamente, mientras que Louis marcaba a su omega con su aroma.
Harry comenzó a relajarse, soltó un suspiro al separarse del beso.
—¿Por qué lo hiciste?— Pregunto escondiéndose en el cuello del menor.
—Alfa, vamos a dormir.—
—No.—
—Por favor.— Rogó.
—No.— El omega iba a decir algo más.— Dime, la verdad, ya no estás solo... Me tienes a mi.— Sonrió levemente.
—Hablemos mañana de eso, por favor.—
—Bien.— Se rindió.
El omega lo abrazó más fuerte, en algunos minutos se quedó dormido.
Louis se colocó de pie poco a poco, suspiró y comenzó a buscar algunas cosas que le explicarán porque su omega era así.
Vio el armario, buscó, hasta que atrás de toda la ropa, habían unos hermosos vestidos, junto a un tocadiscos y vinilos, sonrió.
Algo más se cayó, frunció el ceño al leer "Manual de cómo ser un buen príncipe" Lo abrió, en la primera hoja había una carta.
"Actualmente tengo diez años, mis padres no me amaban, soy una deshonra para ellos, mamá acaba de salir con el tocadiscos y vinilos porque me hacían ver omega... Papá y mamá me gritaron que era un fenómeno, ¿Lo soy? Le dije a mamá que no pedí nacer omega... Me golpeó fuerte, aún me duele mi mejilla, ¿Por qué papá y mamá no me quieren? ¿Por qué me dan vitaminas que saben mal? ¿Por qué me inyectan algo que arde? Mi nana dijo que ella me amaba como soy... Pero mis papás no... Tampoco yo me amo con soy, me odio, odio ser omega, si hubiera sido alfa mamá y papá me hubieran amado, solo soy un fenómeno, prefiero morir..."
Louis llevo su mirada hacia Harry, el omega seguía temblando, suspiró.
—Mi amor, cuánto daño te han hecho...—
Leyó lo que la página del manual decía.
«Página número uno.
¿Cómo ser un buen príncipe?
Introducción: Querido Príncipe, este manual te guiará a través del proceso para descubrir tu verdadera naturaleza y poder convertirte en un Príncipe Alfa, una imposición y obligación impuesta por la sociedad. Prepárate para un viaje lleno de desafíos y redención.
—Esto es repudiable, esto no es cierto.— Se dijo así mismo.
Iba a leer la siguiente página, pero su omega se despertó llorando.
El alfa dejó el manual en el armario. Corrió hacia su omega, lo abrazó fuerte.
—Ya mi amor, todo está bien.— Susurró.
Harry se aferró a Louis.
—No quiero que me hagan nada.— Sollozó.
—¿Qué te harán?—
—Mantenerme en la tina, torturarme... Hasta que me arrepienta.— Comenzó a llorar.
—¿Quién te hacia eso?—
—Mi madre...— Harry logró escuchar el gruñido de Louis, su cuerpo tembló más.
Pero el alfa lo calmó con su aroma.
—¿Por qué lo hacía?—
—Porque nada de lo que hacía les parecía correcto...—
—¿Qué más te hacían?— El omega se quedó en silencio, su llanto aumento. —Dime ¿Qué te hicieron?—
—Odiar a los alfas...— Frunció el ceño.
—Explica.— Pidió.
—Mamá permitió que los alfas de la servidumbre enteran a mi habitación...— Se cortó.
—No amor, no me digas...— Asintió.
—Si, a los catorce años abusaron de mi cuatro alfas de la servidumbre, solo para hacerme consiente que no debía permitir que un alfa se acostara conmigo... Mi madre lo permitió todo, dijo que me haría fuerte... Amor yo no quería...— Louis quedó en shock.
¿Qué monstruos podrían hacerle eso a su propio hijo?
El gruñido del alfa se escuchó, a Harry le dio miedo y se alejó un poco, solo para ver los ojos de Louis que ahora eran rojos, ya no tenía aquellos hermosos ojos color cielo.
—¿Dónde están ellos?— Lo abrazó fuerte.
—Mi nana los mando a matar...—
—¿Y están muertos?— Asintió.
—Si, Louis quiero a mi nana...— Suplicó llorando.
—¿Dónde está?—
—Lejos...— Murmuró.— Mi madre la envío a España cuando se enteró.—
—Hare todo lo posible para localizarla, ella estará contigo, por lo pronto... Nos vamos a Francia, no te pienso dejar aquí ningún minuto con esos malditos.—
—Pero son mis padres...—
—Omega, lo se, pero ¿Padres? No es el término correcto que usaría, los padres dan cariño, amor y comprensión. En cambio ellos... Dañaron tu vida. No sabes las ganas que tengo de arrancarles la cabeza.— El omega gimió asustado, separándose más del alfa.
—¡No! Son mis padres.— El alfa soltó un suspiro pesado.
—Eso no les da el derecho a permitir tu abuso, eso no hacen los padres, ¡Ellos te dañaron! ¡Tienes que comprender eso! No les debes nada... No les debes amor, comprensión, respeto, cariño y más cosas, por el simple hecho que ellos no respetaron eso, omega reacciona, te dañaron, te han dañado.— Negó llorando.
—No, no...— Louis tomó sus manos, aunque el omega zafó el agarre.
—Harry... Se realista y se sincero... ¿Tus padres te amaban?— El omega se quedó en silencio. —Dime, ¿Te aman? ¿Te aman tanto que aceptaron que fueras omega? ¿Te aman tanto que te dejaron de inyectar y medicar? ¿Te aman tanto que hicieron todo para detener a esos alfas? ¿Te aman tanto que aceptan que tu nana este aquí? ¿Te aman tanto que te dijeron toda la verdad? ¡El manual está manipulado! Mi madre tiene ese manual... El manual es para una princesa omega, no para convertirte en un príncipe alfa... ¡Amor abre los ojos no vivirás engañado toda tu vida! Me duele verte sufriendo...—
Harry se quedó en silencio, sus lágrimas seguían saliendo sin control.
—¡Vete!— Comenzó a golpear al alfa. — ¡Vete de aquí! De mi castillo, ¡Vete! No quiero verte. ¡Vete!— Le gritó, el alfa suspiró profundamente.
Tomó las manos del omega, aunque forcejearon un poco.
—Aunque me vaya tengo la razón ¿No?—
—¡Quiero que te vayas!— Suspiró profundamente.
—¡No! No lo haré, de ahora en adelante no estarás solo... Quiero ser tu hogar, quiero ser esa persona que cuando estés mal, vengas a llorar a mi hombro, omega solo seamos realistas, tus padres te dañan más de lo que crees... ¿Acaso eres libre?— El omega dejó se forzar el agarre, comenzó a tranquilizarse.
—Si...— Negó. —No...— Lloró más fuerte. —¡No soy libre!—
Louis lo tomó poco a poco, con cariño y lo abrazó, el omega no hizo ningún movimiento.
—No puedo, no puedo... No estoy bien... Nada en mi vida está bien ¡Soy un desastre! ¡Soy una deshonra! Nadie me quiere porque oculto quien soy, ¡Tú finges quererme como todo mi alrededor! Eres uno más... Solo busca mi debilidad y luego hacer público todo... Eres igual que todo ¡Un estúpido alfa de la corte real!— El alfa suspiró y lo abrazó más fuerte.
—No cariño, no soy un alfa más... Quiero ser solo tu alfa, tu acompañante, tu amigo, tu consejero. Amor, no soy un alfa como el montón, por dios... El primer día que te vi, quedé enamorado de ti, justo te conocí a los quince años... Yo tenía dieciséis, eras tan hermoso, tu timidez al ver que nunca habías estado con más alfas a tu alrededor me cautivó, no logré comunicarme contigo, pero no me rendí, quería conocerte, mi lobo salto feliz cuando mis padres me realizaron una fiesta, desde dos años de no verte... Sin dudarlo giré una invitación para ti, pensé que no ibas a llegar, al ver que tu respuesta fue positiva... Mi lobo estaba más que feliz, quería conocerte, jugar con tu lobo... Pero lo más importante; quería amarte, sin importar lo que dirían, mi lobo quería amarte y hacerte feliz, no le hagas esto a mi lobo, el día que te fuiste se deprimió... Y solo fueron tres días, no quiero imaginarme una vida sin ti... Porque siendo sincero, si tú mueres... Yo moriré a tu lado, así dirán que aún muertos nos amamos y nos fuimos amándonos...— El omega se calmó, inhaló el aroma del alfa. —Ahora quiero que me permitas ser tu acompañante de vida, que seas mi príncipe, que me permitas también ser tu príncipe, porque sin importar las cosas... Quiero salvarte, quiero que vivamos un felices para siempre. ¿Aceptas?—
—Puedo darte tu final feliz... No sería a mi lado.—
—Si no está a tu lado, nunca sería un final feliz.—
El omega sonrió levemente, vio como el alfa bajó su mirada, sonrió, sus ojos volvieron a ser azules.
—Acepta por favor, me harías el príncipe más feliz.—
—Pero ¿El pueblo?—
—Mi amor, en mi reino es normal...—
—¿En serio?— Asintió.
—Si, es normal cariño, pero no me importa el pueblo, me importas tú.—
—Quiero irme a Francia contigo, quiero estar contigo allá, se que aquí mi pasado me dejará vivir.— Asintió.
—Esta bien mi amor, ¿Les comentarás a los reyes?—
—Si, solo esperemos por favor.—
—Esta bien cariño, ahora vamos a dormir.—
El omega por primera vez se quedó dormido en los brazos del alfa, no perdió aquella sonrisa.
Se quedaron dormidos abrazados, los dos felices de poder iniciar una vida juntos.
A la mañana siguiente, Harry comenzó a despertarse, frunció el ceño al sentir algo frío en su brazos.
Abrió poco a poco sus ojitos, estaba abrazando un ramo de flores blancas, se reincorporó a la cama, sonrió. Tomó la pequeña tarjeta y leyó.
"Buenos días amor mío, espero que hayas dormido bien, solo quería decirte que te amo demasiado, espero disfrutes tu desayuno, regreso en unos minutos."
El omega sonrió y limpió las lágrimas rebeldes que salieron.
Por primera vez no lloraba por odiarse a si mismo, ahora lloraba de felicidad, su lobo estaba feliz corriendo, la dosis de supresores ya había terminado, por primera vez su lobo estaba feliz y él también estaba feliz.
En unos minutos terminó su desayuno, se colocó de pie y caminó hacia el armario, sacó el manual, las palabras de su madre pasaron por su mente.
«¡Tienes que leer el manual! ¡Eres un bueno para nada, una deshonra! ¡Ojalá tu padre y yo no hubiéramos tenido un hijo omega como tú! ¡Nadie te va a querer, nadie! ¡Deja de llorar eres débil! ¡Cualquier estupidez que se te ocurra hacer y yo me llegue a enterar te mantendré una semana en la tina! ¡Eso no dice el manual! ¡No eres estúpido sabes leer, entonces lee bien el manual!»
Los ojitos del omega se llenaron de lágrimas, suspiró profundamente.
Aún temblando caminó a la cama y tomó asiento, abrió el manual, vio la primera carta que escribió.
«Página número uno.
¿Cómo ser un buen príncipe?
Introducción: Querido Príncipe, este manual te guiará a través del proceso para descubrir tu verdadera naturaleza y poder convertirte en un Príncipe Alfa, una imposición y obligación impuesta por la sociedad. Prepárate para un viaje lleno de desafíos y redención.
Abrió la carta que había escrito...
"Actualmente tengo diez años, mis padres no me amaban, soy una deshonra para ellos, mamá acaba de salir con el tocadiscos y vinilos porque me hacían ver omega... Papá y mamá me gritaron que era un fenómeno, ¿Lo soy? Le dije a mamá que no pedí nacer omega... Me golpeó fuerte, aún me duele mi mejilla, ¿Por qué papá y mamá no me quieren? ¿Por qué me dan vitaminas que saben mal? ¿Por qué me inyectan algo que arde? Mi nana dijo que ella me amaba como soy... Pero mis papás no... Tampoco yo me amo con soy, me odio, odio ser omega, si hubiera sido alfa mamá y papá me hubieran amado, solo soy un fenómeno, prefiero morir..."
Comenzó a llorar, pasó a la siguiente página...
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