8

—No deberías de estar aquí. —dijo el castaño mientras buscaba el atuendo adecuado.

—Majestad. —lo vio.

—Taehyung debo de llegar al puesto número uno de los concubinos. —se comenzó a desvestir. —por el momento estoy en un puesto bajo.

—Majestad. —lo vio preocupado.

—Si mi pureza te preocupa tranquilo, aún no llegamos a eso. —se metió a la bañera. —debo de ir subiendo puestos.

—¿Por qué tanto interés en el primer puesto del concubinato? —se acercó para comenzar a lavarle el cuerpo.

—La primera concubina lo acompaña a reuniones importantes, yo apenas y paseo con él en su jardín. —suspiro.

—Confió en usted majestad. —hablo.

—¿Hiciste lo que te pedí? —le pregunto.

—El cadáver fue puesto en el bosque. —contestó. —el rostro está desfigurado, pero tiene su anillo real.

—Los traidores no tardarán en morder el anzuelo. —sonrió.

—Así es. —se alejó para traer la toalla y cubrirlo.

—Debes irte, aún no me pone sirviente, pero muy pronto lo hará. —lo vio. —compra una paloma mensajera para tener comunicación.

El chico hizo reverencia y se fue del lugar sin ser visto, Jimin seguía viendo los atuendos hasta que su puerta fue abierta, escucho pasos y se giró para ver al pálido el cual lo miraba.

—Creí haberte dado una orden. —dijo.

—Quería tomar un baño antes majestad. —hablo. —no quería tener un mal olor que desagradara a su majestad.

—Sabes eres tan inteligente y tan delicado. —acarició la toalla. —que si no fueras un plebeyo, compartirías el trono conmigo.

—Su majestad es tan inteligente y sabio. —dijo. —pero aun si tuviera sangre noble, no me sentiría digno de estar al lado de usted.

—Sabes eres el primer chico que me dice eso. —miro la habitación. —no eres alguien qué ansía el trono y dinero.

—Crecí en la pobreza. —caminó y acarició la tela de la vestimenta elegida. —pero a pesar de eso nunca ansié riqueza, ni poder.

Jimin sonrió y se giró y dejó caer la toalla dejando ver su desnudez, Yoongi sonrió y se acercó para besarle el cuello. Jimin se giró y le acarició el pecho al pálido, Yoongi sonrió y lo beso acariciando la espalda.

—Majestad. —suspiro.

Yoongi se alejó y tomó el traje y comenzó a vestir a Jimin el cual se dejaba vestir por el pálido, a Yoongi le encantaba toda la sumisión del chico hacia él.

—Has sido un chico tan bueno que te concederé un deseo. —dijo al finalizar de atar el lazo.

—Muchas gracias majestad. —se inclinó en señal de agradecimiento.

—¿Qué deseas? —le pregunto.

Jimin lo vio y sonrió con inocencia y un poco de maldad oculta, definitivamente el rey Min era un gran ingenuo.

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