38

Jimin vio como el pálido salía de la celda y este era abrazado por su esposo, Yoongi miro al castaño el cual se acercó y lo vio serio.

—Quiero que te vayas y no vuelvas nunca a mi palacio. —hablo. —perdonaré el hecho que intentaste asesinarme por la alianza, ahora vete y no vuelvas a mi reino nunca.

Yoongi lo vio y salió con su esposo, él vio cómo un guardia se acercaba y le hacía reverencia mientras le entregaba un papel, Jimin lo tomó y lo leyó, lo bajo y miro al hombre, para luego quemar el papel con las velas que había ahí.

—Preparen una habitación tendremos un invitado. —hablo. —y que todo sea sutil, que no llame la atención, que nadie se entere del invitado.

—Majestad en cuanto al rey Min. —le dijo.

—Deja que se vaya. —toco su vientre. —ya obtuve lo que quería.

El hombre asintió y salió de ahí, Yoongi iba con su esposo a la salida hasta que vio al que sería esposo del doncel acariciando un caballo. El chico miró al pálido y sonrió, Yoongi hizo una mueca y salió del lugar junto con su esposo para subirse al carruaje y volver a su reino. Jimin caminó hasta llegar al salón y al abrir la puerta vio a un hombre de avanzada edad verlo, Jimin le hizo reverencia para sonreír de igual manera como el hombre lo hacía.

—¿Disfruto del campo? —hablo Jimin.

—Fue muy bueno. —se paseó por la habitación. —me enteré de tu matrimonio con un general.

—Así es. —lo vio. —lamentablemente con el que deseaba casarme se niega a dejar a su esposo actual.

—Lo supuse. —hablo. —es muy orgulloso.

—Sangre Min corre por sus venas. —dijo. —supongo que nadie sabe de su visita a mi palacio.

—Sabes a pesar de haber sido criado por monjes sin duda alguna tienes la sangre de todo un Park. —sonrió. —eres dignó de ser esposo de mi nieto.

—Es una pena que él no lo vea así. —tomó una daga y la vio. —él sigue firme en que usted deseaba el matrimonio que actualmente tiene.

El hombre asintió y se sentó en la silla para ver al doncel el cual lo veía, sin duda alguna contactarlo fue lo mejor que pudo haber hecho luego del atentado que tuvo y de saber que el príncipe Park era el último del reino de Silla.

—¿Te fue difícil entrar al concubinato de mi nieto? —le preguntó el hombre.

—Para nada. —negó. —Yoongi se deja seducir muy fácilmente.

—¿Y mi futuro bisnieto? —hablo.

—Él está bien. —toco su vientre. —sin esa planta que dejó en mi habitación probablemente lo hubiera perdido.

—Mi nieto es un tonto. —señaló. —pero descuida te ayudaré a desenmascarar al imperio Jung, pero primero hay que seguir con lo acordado.

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